Se supone que el hacer discípulos debe ser normal. Entonces, ¿por qué nadie lo hace?
Esta es la lección 1 de 3 en la serie Entrenamiento para el mentor.
En está lección te ayudaremos a descubrir por qué deberías ser un hacedor de discípulos (un mentor). En la próxima lección te mostraremos cómo.
Cuando Jesús vino a la tierra hace 2,000 años, su misión era simple: ayudar a la gente a buscar de Dios. Para cumplir su misión, el discipuló a 12 hombres comunes. Después se marchó. Esos hombres comunes cambiaron el mundo al transmitir la verdad de Jesús a otros, quienes también la transmitirían. La estrategia bíblica para ayudar a la gente a buscar de Dios es clara: cada seguidor de Jesús debe convertirse en un hacedor de discípulos como lo fue Jesús. Pero muchos cristianos simplemente no lo están haciendo.
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La iglesia primitiva fue Iniciada por simples hacedores de discípulos
Los primeros seguidores de Jesús no fueron los educados de la sociedad o de la elite sofisticada de su tiempo. Jesús pudo haber escogido a cualquier persona para la tan importante tarea de construir su iglesia, pero el escogió a personas comunes.
Mateo 4:18-20 Cierto día, mientras Jesús caminaba por la orilla del mar de Galilea, vio a dos hermanos —a Simón, también llamado Pedro, y a Andrés— que echaban la red al agua, porque vivían de la pesca. Jesús los llamó: “Vengan, síganme, ¡y yo les enseñaré cómo pescar personas!”. Y enseguida dejaron las redes y lo siguieron.
Si Jesús hubiera invitado a los Fariseos en vez de pescadores, la iglesia primitiva habría comenzado como una institución centrada en el clero capacitado.
Así que Jesús prefirió escoger a pescadores – hombres comunes que hacían un trabajo regular. Ellos no eran celebridades y no tenían la ilusión de cambiar el mundo. Pero Jesús los llamó, y ellos respondieron. Ellos cambiaron el mundo a través de hacer discípulos.
Los hacedores de discípulos hacen lo que los sermones no hacen
Considera cómo definimos a un “discípulo” en Fundamentos. Es alguien que “completa el círculo”: confía en Jesús, honra a Dios, y hace discípulos. De alguna manera, el cristianismo se ha alejado de esto. Hoy en dia es normal para los cristianos asistir a la iglesia, escuchar el sermón…y dejarlo ahí. Es normal para los cristianos leer la Biblia, orar, e ir a los grupos de conexión… y eso es todo. El cristianismo se ha convertido en gran parte en consumo. ¿Y lo qué más consumimos? Sermones. El predicar no es malo, pero no fue la estrategia principal de Jesús para hacer discípulos. Aun después de que Jesús mismo predicara a multitudes masivas, él reconoció que había algo más de ministrar.
Mateo 9:36-38 Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor. A sus discípulos les dijo: “La cosecha es grande, pero los obreros son pocos. Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos”.
Jesús le predicó a las masas, y aun así, su corazón se quebrantó por ellos. Él sabía que ellos necesitaban una experiencia más personal para poder abrazar la verdad del evangelio en todas sus aplicaciones. Ellos necesitaban “pastores” – hacedores de discípulos ordinarios equipados y listos para ayudarlos personalmente a buscar de Dios. Nosotros llamamos a estas personas “mentores.”
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La iglesia está rota sin una cultura discipuladora
Jesús visualizó una iglesia viva llena de gente regular ayudando a gente regular a buscar de Dios. Los pastores no están mal al predicar sermones grandiosos. Pero sin gente regular yendo fuera y ayudar personalmente a otra gente a descubrir y aplicar la verdad de Dios en cada tema, no estamos funcionando de la manera que Jesús visualizó su iglesia. Una iglesia sin hacedores de discípulos está rota.
Tú puedes ayudar al problema de las “multitudes” – masas de gente quienes han escuchado de Jesús, pero que todavía no son completamente seguidores devotos. Tú puedes ser un pastor para las ovejas perdidas, y no tienes que ser pastor para hacerlo. Jesús quiere que todos sus discípulos sean partícipes y comiencen a ayudar a la gente a su alrededor a buscar de Dios. En tu iglesia o en tu hogar, en tu trabajo o en tu escuela, hay gente que necesita saber que a ti te importan y que estás dispuesto a invertir tiempo y energía en ellos.
Necesitas aprender la habilidad perdida de hacer discípulos, y es más fácil de lo que crees. Entraremos en detalles en la próxima lección de estas serie.
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Preguntas para comentar:
- Preparación: Ver el video juntos o invita a alguien para resumir el tema.
- ¿Cuál es tu reacción inicial al video/artículo? ¿Está de acuerdo con alguna parte? ¿Qué saltó a la vista?
- ¿Qué piensas cuando escuchas la palabra “mentorear”? Alguna vez has tenido un mentor en la escuela, en deportes, o en el trabajo? Describe la relación.
- ¿Quien personalmente te ayudó a buscar de Dios? ¿Cómo lo hicieron?
- Lee Juan 1:43 ¿Te sorprende que Jesús escogiera a un grupo de pescadores como sus discípulos más cercanos? Explica.
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