Hoy comenzamos una serie de 5 semanas sobre el concepto bíblico de “La Trinidad”, una de las doctrinas más debatidas y divisivas de todo el cristianismo. En el imperio romano, los puntos de vista heréticos de la Trinidad casi prevalecieron sobre el punto de vista bíblico. Después de esta serie, comprenderás por qué prevaleció la doctrina afirmada por todos los cristianos de hoy.
El concepto de la Trinidad es un misterio de Dios, pero debatimos con este misterio porque vale la pena entender a Dios tanto como podamos. En esta primera lección ofreceremos algunas ideas básicas que tengas en cuenta al explorar el misterio de la naturaleza de Dios. Entraremos en detalles sobre los puntos más sutiles de esta importante doctrina en lecciones posteriores. Comencemos con una definición clásica de la Trinidad, una a la que volveremos a lo largo de esta serie:
Solamente hay un Dios que existe eternamente en tres personas.
La doctrina bíblica de la Trinidad puede ser difícil de entender, pero no es difícil de definir. Desde el Antiguo Testamento en adelante, la Biblia enseña claramente que hay un solo Dios. Sin embargo, los primeros cristianos escucharon a Jesús decir que era Dios y lo vieron resucitar de entre los muertos. Ellos experimentaron la presencia y el poder del Espíritu Santo. Así que tuvieron que descubrir cómo mantener la unidad de Dios, mientras se aferraban por igual a la deidad del Hijo y al Espíritu.
La definición trinitaria de Dios incluye dos ideas clave. Primero, Dios es una unidad. Esto se refiere a su esencia básica e indivisa. En segundo lugar, Dios también es una diversidad. Esto se refiere a las tres personas divinas que interactúan entre sí (y con la humanidad) dentro del Dios trino. Hablaremos más sobre estas ideas en las próximas dos lecciones.
Ahora, algunas personas creen que esta doctrina es una construcción hecha por el hombre porque no se puede encontrar la palabra “Trinidad” en las Escrituras. Pero ese es un argumento ciego. La verdad es que:
Aunque la palabra “Trinidad” no está en la Biblia, la idea de que Dios es tres en uno se encuentra a lo largo de sus páginas.
La palabra “Trinidad” es solo una forma sencilla de expresar en una sola palabra lo que la Biblia enseña en general. Las referencias a la Trinidad se encuentran en muchos pasajes de varios autores bíblicos diferentes, como 2 Corintios 13:14 (Pablo), Mateo 28:19 (Jesús) y 1 Pedro 1: 2 (Pedro).
Aunque las tres personas de la Trinidad a menudo se ven en los mismos versículos, no podemos señalar un solo versículo de la Biblia que dice directamente: “Un Dios existe eternamente en tres personas”. Sin embargo, este es el único entendimiento de Dios que es fiel a todo lo que ha revelado sobre sí mismo en la Biblia.
He aquí por qué esta doctrina es tan difícil de entender:
La naturaleza de Dios es un misterio para nosotros porque Dios es fundamentalmente diferente a nosotros.
La palabra bíblica para esto es “Santo”, lo que significa que Dios es totalmente “separado” que nosotros. Él está apartado y está muy por encima de ti y de mí. Aunque fuimos hechos “a imagen” de Dios (Génesis 1:26-28), no somos el mismo tipo de ser que Dios. Él fue, es y siempre será el Dios Creador del universo. Somos (y siempre seremos) criaturas, seres humanos que no son (y nunca serán) dignos de adoración. La imagen bíblica del cielo lo confirma (Apocalipsis 4:2-11), donde Dios es exaltado y toda la creación se inclina ante él.
Considera esto: todas las personas que has conocido son un ser y una persona. Esa es la forma en que existen los humanos. Pero Dios es diferente. De alguna manera misteriosa, existe como un ser en tres personas. Debido a que esto está fuera de nuestra experiencia, es posible que nunca lo entendamos completamente, y eso está bien. Somos finitos, mientras que Dios es infinito. Dios es Dios y nosotros no. Bien lo dice el libro de Job: “¿Puedes tú resolver los misterios de Dios? ¿Puedes descubrir todo acerca del Todopoderoso?” (Job 11:7).
Debemos esperar que los aspectos de la naturaleza de Dios estén más allá de nuestra comprensión. El apóstol Pablo estalló en alabanzas sobre este tema después de reflexionar sobre la naturaleza de la soberanía de Dios en su tratado épico sobre la doctrina cristiana: ¡Qué grande es la riqueza, la sabiduría y el conocimiento de Dios! ¡Es realmente imposible para nosotros entender sus decisiones y sus caminos! (Romanos 11:33).
Aunque la idea de la Trinidad nos parece imposible, eso no significa que sea imposible para Dios. Hay misterio en la Trinidad, pero por eso Dios es digno de nuestra adoración.