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Puntos de conversación:
- Todos trabajamos para el reino de alguien, ya sea el de Dios o el nuestro. Así como Herodes trabajó para proteger su propio reino, podemos caer en la trampa de vivir para nuestro propio interés.
- Herodes estaba desesperado por proteger su poder y estaba dispuesto a hacer lo imposible para oponerse al plan de Dios. Las acciones de Herodes nos recuerdan que no basta con creer en Dios: la verdadera fe requiere sumisión a Jesús como Salvador y Señor. Mateo 2:3-4
- La historia de Herodes refleja nuestras propias luchas con el interés propio. Incluso las cosas buenas, como el éxito profesional o la seguridad financiera, pueden convertirse en ídolos si las buscamos sin someternos a Dios.
- Confiar plenamente en Jesús (en lo que respecta a nuestra salvación, nuestras familias, nuestras finanzas y nuestro crecimiento espiritual) nos permite centrarnos en Su reino, que nos brinda verdadera paz y propósito.
Esta es nuestra penúltima lección de nuestra serie navideña. En esta serie estamos viendo la historia de la Navidad contada por las personas que realmente estuvieron allí. Estos fueron el posadero, que nos enseñó que debemos hacer espacio para Jesús. Los pastores quienes eran personas solitarias y marginadas pero aun así fueron invitados a ser parte de la historia de Navidad. También, tenemos a los reyes magos, que no eran reyes sino magos. Eran astrólogos paganos pero aun así fueron usados por Dios. Hoy veremos al personaje del rey Herodes quien también estuvo allí cuando Jesús nació. Pero, como siempre, comencemos con una pregunta: ¿El reino de quién estás construyendo?
Piénsalo, todos estamos construyendo el reino de alguien. Un amigo mío exitoso quiere iniciar su propio negocio. Ha ganado mucho dinero para el dueño de su empresa. Se le ocurrió: ¿por qué no empiezo mi propio negocio? En vez de estar construyendo y haciendo crecer la empresa de alguien más, ha decidió construir su propio negocio. El objetivo de hoy no es inspirar a una nueva generación de emprendedores. Es para llamar tu atención sobre este hecho: todos trabajan para el reino de alguien. Trabajas para el reino de otro, para el tuyo o para el de Dios.
Hoy, cuando conozcamos al rey Herodes, encontraremos a un gobernante desesperado dispuesto a proteger su reino a toda costa, incluso oponiéndose al plan eterno de Dios.
Antes de que entremos de lleno en la historia de hoy, quiero que notes que La Biblia menciona varios gobernantes llamados Herodes. Cada uno desempeña un papel distinto en diferentes contextos. Los Herodes fueron una dinastía de gobernantes edomitas bajo control romano, y ocupan un lugar destacado en el Nuevo Testamento:
1.ª generación: Herodes el grande: Gobernante durante el nacimiento de Jesús. (Mateo 2:16-18)
2da generación:
- Herodes Arquelao: Temido por José. (Mateo 2:22)
- Herodes Antipas: Ejecutó a Juan el Bautista, se burló de Jesús. (Marcos 6:14-29, Lucas 23:7-12)
- Herodes Felipe I: Primer marido de Herodías. (Marcos 6:17)
- Herodes Felipe II: Tetrarca de los territorios del noreste. (Mateo 16:13)
3ra generación: Herodes Agripa I: Ejecutó al apóstol Santiago y encarceló a Pedro. (Hechos 12:1-4)
4ta generación: Herodes Agripa II: Escuchó la defensa de Pablo. (Hechos 25:13–26:32)
El Herodes del que hablamos hoy, y estuvo vivo cuando Jesús nació es Herodes el Grande. Este es el tipo malo en la historia. Impulsado por su propio interés (construir su propio reino) tomó algunas decisiones terribles. Es fácil ver el pecado en la vida de otra persona, ¿no es así? Pero cuando nos miramos al espejo, muchas veces nos quedamos ciegos.
La verdad es que nosotros también somos herodes porque todos tendemos a actuar por un interés propio y destructivo. Los hábitos pecaminosos son un ejemplo. Está la adicción que te destruye a ti y a tus relaciones. Sin embargo, no tiene que ser solo lo negativo lo que te destruya. Incluso las cosas buenas pueden destruirte si no tienes cuidado. Algunos ejemplos pueden ser tu carrera. Te esfuerzas a cualquier precio, hasta perder la familia, con tal de conseguir tu meta. También las finanzas pueden ser dañinas. Trabajas y trabajas para generar riqueza sin preguntar “¿para qué?”, descuidando a tu familia y/o a tu salud en el proceso. Otras veces, en nuestro esfuerzo de conseguir nuestras metas, rompemos lazos familiares o de amistad. Queremos ser influencia sin darnos cuenta que ganamos seguidores pero perdemos amigos.
Un ejemplo moderno de estar cegado por el interés propio es Elizabeth Holmes. Ella fue la fundadora de Theranos (2003) una empresa de tecnología para la salud (escucha el podcast “The Dropout”). Alguna vez fue celebrada como una emprendedora innovadora que prometió revolucionar la industria médica con su tecnología de análisis de sangre. Estaba muy obsesionada con mantener su imagen como líder visionaria y controlar la narrativa sobre el éxito de su empresa. Pero la tecnología de Theranos no funcionó como se afirmaba y Holmes había construido su imperio sobre mentiras. Perdió su empresa, su reputación y su libertad, ya que fue declarada culpable de fraude y condenada a prisión. Al final, lo dio todo y lo perdió todo por nada; un interés egoísta y destructivo. ¿Puedes identificarte con esta mujer o con Herodes? Averigüémoslo…
La semana pasada vimos a unos magos que vinieron preguntando por el “recién nacido rey de los judíos”. En su búsqueda de este Rey, llegaron a la corte de Herodes.
Mateo 2:3-4 (NTV) Cuando el rey Herodes oyó eso, se perturbó profundamente igual que todos en Jerusalén. Mandó llamar a los principales sacerdotes y maestros de la ley religiosa y les preguntó: —¿Dónde se supone que nacerá el Mesías?
“Se perturbó” del griego Tarasso “se agitó” como el agua del estanque en Juan 5. Herodes se “perturbó” cuando escuchó acerca del Mesías. De pronto su posición ya no parecía tan segura. Se incomodó. ¿Por qué? Porque fue el Senado romano quien nombró a Herodes ¡como “Rey de los judíos” 40 años antes! No fue el pueblo.
Te cuento un poco sobre Herodes. Era de ascendencia idumea, lo que significa que no era étnicamente judío sino que provenía de una región al sur de Judea. Esta región había sido convertida por la fuerza al judaísmo. El fue un constructor brillante y ambicioso, responsable de muchos proyectos monumentales, como El Segundo Templo en Jerusalén; conocido como el Templo de Herodes
El primer templo fue construido por el rey Salomón alrededor del 957 a. C., y destruido en el 586 a. C. por los babilonios bajo el rey Nabucodonosor. Después de que el Imperio Persa conquistó Babilonia, el rey Ciro emitió un decreto (538 a. C.) que permitía a los judíos regresar a Jerusalén y reconstruir su templo (Esdras 1:1-4).
El segundo templo fue completado en 516 a.C., durante el reinado de Darío I, exactamente 70 años después de la destrucción del Primer Templo. Esto fue un cumplimiento de la profecía de Jeremías sobre el exilio de 70 años (Jeremías 29:10).
A partir del año 20 a.C., el rey Herodes renovó y amplió masivamente el Segundo Templo, convirtiéndolo en una estructura grandiosa y majestuosa. Los romanos, bajo el mando del general Tito, destruyeron el Segundo Templo durante la guerra judeo-romana, cumpliendo la profecía de Jesús en Mateo 24:1-2. Desde entonces, no se ha construido ningún templo judío en el Monte del Templo, que ahora alberga el templo islámico y donde está situada la Cúpula de la Roca.
Los judios esperan la construcción del tercer templo. Muchos cristianos, especialmente los de la teología dispensacionalista ven el Tercer Templo como un elemento clave en la profecía de los últimos tiempos. Creen que empezará el reinado del anticristo al momento que se empiece la construcción de este tercer templo.
Volviendo a Herodes. Él era famoso por su paranoia y su voluntad de eliminar las amenazas percibidas. Por ejemplo, él ordenó la ejecución de varios miembros de la familia, entre ellos su esposa y tres de sus hijos, por temor a que usurparan su trono. ¡César Augusto dijo que era mejor ser el cerdo de Herodes que su hijo!
El punto es que este tipo quería construir su propio reino, sin importar el costo. Así que con eso, llegamos a ver a un Herodes perturbado que le pregunta a los maestros de la ley y a los principales sacerdotes acerca del Mesías. Los líderes religiosos le dijeron que el lugar de nacimiento sería Belén, entonces…
Mateo 2:7-8 (NTV) Luego Herodes convocó a los sabios a una reunión privada y, por medio de ellos, se enteró del momento en el que había aparecido la estrella por primera vez. 8 Entonces les dijo: «Vayan a Belén y busquen al niño con esmero. Cuando lo encuentren, vuelvan y díganme dónde está para que yo también vaya y lo adore».
¡Falso! Herodes no quería adorarlo sino asesinarlo para deshacerse de la competencia. Los mago o sabios vieron a través de la mentira de Herodes. Así que ellos sabiamente, tomaron otro camino a casa para evitar a Herodes.
Ahora entremos en materia nueva. Como los magos no regresaron a decirle donde se encontraba este niño Rey, Herodes empezó a tramar un plan siniestro y sangriento, pero no nuevo. Faraón ya lo había implementado muchos años antes en Egipto cuando Moises nació. Mas Dios le advirtió del peligro a Jose, padre adoptivo de Jesús.
Mateo 2:13 (NTV) Después de que los sabios se fueron, un ángel del Señor se le apareció a José en un sueño. «¡Levántate! Huye a Egipto con el niño y su madre—dijo el ángel—. Quédate allí hasta que yo te diga que regreses, porque Herodes buscará al niño para matarlo».
Este hecho es muy similar al de Moises. Moises fue el redentor que Dios uso para rescatar a su pueblo de la esclavitud. Al igual que Jesús era el Mesías esperado. Al igual que Moises fue liberado de morir asesinado como los otros varones recién nacidos, Jesús también fue librado de morir por el mandato de Herodes que mandó a matar a todo varón menor de 2 años. Así que Jose, pronto y obediente le hizo caso al ángel.
Mateo 2:14-15 (NTV) Esa noche José salió para Egipto con el niño y con María, su madre, 15 y se quedaron allí hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi Hijo».
Esta es la primera de las tres profecías del Antiguo Testamento en esta sección, que prueba la soberanía de Dios. El Comentario de trasfondo bíblico IVP: Nuevo Testamento, segunda edición comenta que “Mateo construye casi cada párrafo desde la genealogía hasta el Sermón del Monte alrededor de al menos un texto del *Antiguo Testamento, explicando algún evento de la vida de Jesús a partir de las Escrituras.” Esto se refiere a la salida de Egipto (Oseas 11:1) y a la masacre de los inocentes (Jer 31:15).
Hasta el hecho de ser “llamado Nazareno” – ¡¿no se encuentra en el Antiguo Testamento?! Ser “de Nazaret” era una ofensa. Natanael, cuando le cuentan de Jesus, pregunta: “¿Puede venir algo bueno de Nazaret?” (Juan 1:46). Y el A.T. cita: “Fue despreciado y rechazado por los hombres…” (Isaías 53:3). Con respecto a esto, el Comentario bíblico del expositor: Edición abreviada (2 volúmenes) dice; “Por lo tanto, Mateo no está diciendo que un profeta particular del Antiguo Testamento predijo que el Mesías viviría en Nazaret; está diciendo que los profetas del Antiguo Testamento predijeron que el Mesías sería despreciado (cf. Sal 22:6-8, 13; 69:8, 20-21; Isa 11:1; 49:7; 53:2-3, 8). ; Da 9:26).”
Lo importante aquí no es si estaba predijo su llegada. Lo importante es que Jesús es Rey y se hará su voluntad como dice Filipenses 2:10-11: “Cada rodilla se doblará…”. En otras palabras, ¡todos reconocerán el gobierno y el poderío del verdadero Rey de reyes!
Herodes no era ateo. Creía en el Dios de Israel, escuchó a los magos, consultó a los líderes religiosos judíos, confió en su conocimiento de las Escrituras y luego usó esta información para perseguir y asesinar a Jesús. Herodes creía que Jesús era el Mesías, pero se negó a someterse a él como su Mesías.
Así pasa hoy en día. Sabemos quien es Jesus, pero no lo queremos aceptar. No queremos darle el lugar que merece en nuestras vidas porque no queremos soltarles las riendas de nuestro reinito. Jesús debe ser tu Salvador y Señor.
En lugar de confiar en nosotros mismos y en nuestros “pequeños reinos”, debemos confiar en el verdadero Rey que gobierna el Reino de Dios. Debemos confiarle nuestras finanzas y familias, nuestra salvación y nuestro crecimiento espiritual. Debemos confiar en él y seguir confiando en él. Recuerda que todos trabajamos para el reino de alguien ya sea para el tuyo, o el de Dios. Te invito a que si no lo haces ya, empieces a trabajar para el reino de Dios.
Mateo 6:33 (NTV) Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Qué significa construir el reino de Dios en lugar del nuestro? ¿Puedes pensar en alguna ocasión en la que hayas priorizado tu reino por sobre el Suyo?
- Piensa en algunas áreas de tu vida en las que puedas estar resistiendo la autoridad de Dios. Explica por qué crees que es así.
- ¿Por qué crees que nos resulta tan difícil entregar el control de nuestros “reinos” a Dios?
- ¿Qué áreas de tu vida te resultan más difíciles de confiar a Jesús?
- ¿Cuáles son algunas formas prácticas en las que podemos cambiar nuestro enfoque de construir nuestro reino a construir el reino de Dios?