Una de las herramientas más poderosas que tenemos como creyentes es nuestro testimonio personal: nuestra historia de encuentro con Jesús y experiencia de Su poder transformador. El apóstol Pablo ofrece una clase magistral sobre cómo compartir el testimonio de uno en Hechos 25 y 26 cuando es juzgado ante el gobernador Festo y el rey Agripa. Su defensa no es sólo un argumento legal sino una presentación convincente del evangelio.
Hoy analizaremos cinco pasos prácticos para compartir eficazmente su testimonio, siguiendo el ejemplo de Pablo. Pero primero, exploremos dos principios clave para preparar el terreno para compartir tu fe. Sin mas preambulo, te presento el
Primer principio clave para preparar el terreno para compartir tu fe: Busca encuentros divinos en todas partes.
Algunas personas esperan la oportunidad perfecta para compartir su testimonio, pero nunca llega. Esperan que un “encuentro divino” sea obvio y celestial, pero generalmente es solo un momento más en un día normal. Cualquier momento puede ser una oportunidad divina para compartir nuestra fe, solo debemos estar preparados para hacerlo. De hecho, incluso podría ser en tu peor día que Dios deja caer una oportunidad en tus manos. Eso es lo que pareció suceder con Pablo:
Hechos 24:27 (NTV) Pasaron dos años así, y Félix fue sucedido por Porcio Festo. Y, como Félix quería ganarse la aceptación del pueblo judío, dejó a Pablo en prisión.
Pablo no esperó el momento perfecto; compartió su fe incluso cuando fue encarcelado injustamente. En cada paso del camino, dondequiera que se encontrara, buscó oportunidades para contarle a la gente su historia y, más importante aún, la historia del evangelio. Así se lo dijo a su discípulo:
2 Timoteo 4:2 (NTV) predica la palabra de Dios. Mantente preparado, sea o no el tiempo oportuno…
¿Puede que esta sea una referencia a Pedro y también para aquellos que creen que se han equivocado demasiado para compartir el Evangelio de manera creíble? Quizás, ya que Pedro dijo algo parecido:
1 Pedro 3:15 (NTV) En cambio, adoren a Cristo como el Señor de su vida. Si alguien les pregunta acerca de la esperanza que tienen como creyentes, estén siempre preparados para dar una explicación;
Cuando se trata de compartir tu testimonio, no esperes la oportunidad perfecta. No esperes que los astros se alineen y/o te caiga una señal del cielo. Tienes que estar preparado para compartir tu historia en los días buenos y en los malos. Cualquier momento puede ser un encuentro divino; solo tienes que estar buscándo la oportunamente para compartir.
Segundo principio clave para preparar el terreno para compartir tu fe: Ponte en el lugar del buscador.
Pablo era un genio a la hora de comunicar el evangelio a diferentes tipos de personas. Comenzó con su pueblo, los judíos. Luego pasó a los gentiles. ¡De allí llegó a hablarle hasta reyes, gobernadores y oficiales romanos! En estos capítulos él presentó su caso ante el gobernador romano Festo. Y en el siguiente pasaje, Festo lo está comentando con el rey Agripa
Hechos 25:17-19 (NTV) »Cuando los acusadores de Pablo llegaron aquí para el juicio, yo no me demoré. Convoqué al tribunal el día siguiente y di órdenes para que trajeran a Pablo, 18 pero las acusaciones que hicieron en su contra no correspondían a ninguno de los delitos que yo esperaba. 19 En cambio, tenían algo que ver con su religión y con un hombre muerto llamado Jesús, quien—según Pablo—está vivo.
La cosa es que Pablo no se limitó a hablar de Cristo solo con un grupo de personas. Lo hacía con quien fuera y siempre buscaba algo en común para poder relacionarse con el oyente. De esa manera, su mensaje tenía más oportunidades de ser recibido, o por lo menos le daban el tiempo para escucharlo. Mira lo que nos dice en Corintios:
1 Corintios 9:22-23 (NTV) Cuando estoy con los que son débiles, me hago débil con ellos, porque deseo llevar a los débiles a Cristo. Sí, con todos trato de encontrar algo que tengamos en común, y hago todo lo posible para salvar a algunos. 23 Hago lo que sea para difundir la Buena Noticia y participar de sus bendiciones.
Al decir esto, Pablo muestra empatía hacia los diferentes grupos de personas al identificarse con ellos. Se adapta a sus circunstancias para poder acercarse a ellos de manera efectiva. Esto nos recuerda la importancia de ser comprensivos y flexibles en nuestras interacciones con los demás.
Pablo busca algo en común con todos, lo cual facilita la comunicación y el entendimiento. Esto subraya la importancia de encontrar puntos de conexión con las personas para construir relaciones y facilitar el diálogo.
Una vez que hayamos preparado el terreno para poder compartir nuestro testimonio con alguien, sigamos los 5 pasos prácticos que aprendemos del apóstol Pablo para compartir nuestro testimonio de manera efectiva:
1.Comienza con tu vida antes de Cristo
Pablo comienza contando sus antecedentes, enfatizando su celo como fariseo y su persecución de los cristianos. (Leer Hechos 26:4-11). En este pasaje de Hechos, Pablo destaca que una vez se opuso a Jesús, lo que hace que su transformación sea aún más sorprendente.
Enseñanza: Cuando compartas tu testimonio, comienza hablando de dónde estabas antes de conocer a Cristo. ¿Cuál era tu forma de pensar, tus luchas o tus conceptos erróneos? Esto ayuda a que otros se relacionen con tu experiencia y vean el poder del cambio.
2. Describe tu encuentro con Cristo
En Hechos 26:12-18 Pablo relata vívidamente su dramático encuentro con Jesús en el camino a Damasco. Detalla cómo Cristo lo confrontó y le reveló Su identidad y lo llamó a una nueva misión.
Enseñanza: Comparte cómo llegaste a conocer a Cristo personalmente. Ya sea que tu experiencia haya sido dramática o tranquila, explica qué te llevó a entregar tu vida a Jesús. Se específico acerca de lo que cambió en tu corazón y mente.
3. Explica cómo cambió tu vida
Pablo no se detiene en su conversión: describe cómo su vida cambió radicalmente. Se convirtió en un predicador audaz del evangelio, llamando a la gente al arrepentimiento como lo leemos en Hechos 26:19-23. Enseñanza: Cuéntale a otros cómo tu vida se ha transformado. ¿Qué cambios ha experimentado en tus pensamientos, acciones y propósitos? ¿Cómo tu relación con Cristo ha moldeado tu vida diaria?
4. Dirige a la gente hacia el evangelio
Pablo no solo comparte su historia: la vincula con Jesús y el mensaje de salvación. Le dice al rey Agripa que la muerte y resurrección de Cristo cumplen las Escrituras.
Hechos 26:22-23 (NTV) pero Dios me ha protegido hasta este mismo momento para que yo pueda dar testimonio a todos, desde el menos importante hasta el más importante. Yo no enseño nada fuera de lo que los profetas y Moisés dijeron que sucedería: 23 que el Mesías sufriría y que sería el primero en resucitar de los muertos, y de esta forma anunciaría la luz de Dios tanto a judíos como a gentiles por igual».
Enseñanza: Tu testimonio no se trata sólo de ti; se trata de Jesús. Usa tu historia como puente para explicar el evangelio, enfatizando que la misma gracia que te salvó está disponible para todos.
El quinto y último paso práctico para compartir nuestro testimonio efectivamente como Pablo:
5. Se valiente y confía los resultados a Dios
El testimonio de Pablo provoca fuertes reacciones. Festo lo llama loco (Hechos 26:24), y Agripa parece conmovido pero evasivo (Hechos 26:28). Sin embargo, Pablo sigue siendo audaz y valientemente y expresa su deseo de que todos lleguen a la fe en Cristo.
Hechos 26:29 (NTV) Pablo contestó: —Sea en poco tiempo o en mucho, le pido a Dios en oración que tanto usted como todos los presentes en este lugar lleguen a ser como yo, excepto por estas cadenas.
Enseñanza: Espera respuestas mixtas al compartir tu testimonio. Algunos pueden estar intrigados, otros pueden resistirse, pero nuestro trabajo es proclamar fielmente lo que Jesús ha hecho en nuestras vidas y confiarle a Dios los resultados. Tú no puedes controlar la manera en que la gente responderá a tu testimonio. Solo comparte y ora que la semilla que has sembrado dé fruto al tiempo de Dios.
Evidentemente, compartir tu testimonio es una manera poderosa de testificar de Cristo. Siguiendo el ejemplo de Pablo en Hechos 25 y 26, podemos aprender a compartir nuestra historia de una manera identificable y valiente, centrada en Cristo. Recuerda, tu testimonio es único y valioso; Dios puede usarlo para impactar vidas y traer a otros hacia Él.