Puntos de conversación:
- La deuda es un atajo al estilo de vida que crees que quieres. Pero al final siempre conduce a la esclavitud, no a la libertad. Lucas 12:15, Proverbios 22:7, Mateo 6:24
- Atacar nuestra deuda requerirá una nueva habilidad: decirnos a nosotros mismos “no”. Si nos sacrificamos ahora, nos beneficiaremos después.
- La forma más sencilla de salir de la deuda es utilizar la “bola de nieve de la deuda”. Ataca primero tus deudas más pequeñas y luego transfiere el pago de esa deuda a la siguiente.
Con esta serie estamos tratando de aprender sobre la perspectiva de Dios cuando se trata de nuestras finanzas. Se que muchos se incomodan cuando se habla de dinero en la iglesia. Tampoco nos gusta que se mezclen la iglesia y él dinero. ¡Especialmente no nos gusta que nadie nos diga lo que podemos o no podemos hacer con nuestro dinero ganado duramente! ¡Porque nuestro dinero es nuestro dinero! Y sinceramente que nuestro objetivo no es decirte lo que puedes y no puedes hacer con tu dinero. Nuestro objetivo es dejar que la Palabra de Dios hable en nuestras vidas con detalle para que nos guíe en la dirección correcta. Creemos que la Biblia es la Palabra de Dios y por lo tanto nuestra dirección y nuestro estándar de la verdad. Dado que el dinero es una parte tan importante de nuestras vidas, deberíamos ver lo que Dios tiene que decir al respecto.
En la primera lección de esta serie, se trató de tener la mentalidad adecuada en lo que respecta al dinero. Aprendimos que la vida no se trata solo de la búsqueda de la riqueza financiera, también se trata de la búsqueda de la riqueza espiritual. Lo cual no se centra en el dinero sí no que se centra en nuestra fe en el Dios viviente. Con eso en mente, hoy trataremos de algo que afecta a muchos: la deuda y lo importante que es atacarla.
Las estadísticas muestran que la deuda total de los hogares en los EE. UU. en 2021 era de $14.35 billones. La deuda hipotecaria fue de $9.86 billones. La deuda total de tarjetas de crédito en los EE. UU. fue de $807 mil millones. Un adulto estadounidense tiene un promedio de 6 tarjetas de créditos. El 60% de esas tarjetas de crédito no se cancelan mensualmente. Eso significa que entre 6 y 10 de nosotros que leemos este artículo tiene algún tipo de deuda de tarjeta de crédito. Utah es el número 8 en tasa de quiebras de 50 estados. ¡Eso no es bueno! Pero ¿de dónde viene toda esta deuda? ¿Cuál es el problema que nos lleva a endeudarnos? La deuda es un síntoma de un problema espiritual más profundo llamado LA CODICIA. La deuda es la consecuencia de un problema espiritual. La codicia es él hecho de querer más y más para ser felices.
El motor que impulsa la codicia es el deseo de estar al mismo nivel del vecino, o él amigo y/o algún familiar. Es tratar de mantener cierta imagen para que la gente piense lo que queremos que piensen de nosotros. Nos cuesta distinguir entre deseos y necesidades. Las necesidades incluyen comida, un techo sobre nuestras cabezas, etc. Los deseos no son necesidades. Querer una casa, un carro, un estilo de vida más bonito, etc. no son necesidades sino deseos. Cuando seguimos nuestros deseos es cuando nos endeudamos pensando que nos hará feliz.
Esto se relaciona con lo que hablamos en la primera lección donde de alguna manera pensamos que el dinero nos trae felicidad. Eso es mentira porque equivocadamente creemos que si tuviéramos más cosas seríamos más felices. Entonces cuanto más perseguimos la mentira, más nos absorbe la deuda. Por lo tanto, cuando se trata de las deudas tenemos que ser conscientes de ello – y de los aspectos negativos que se derivan de la deuda. Tenemos que ser sinceros sobre la codicia y cuando se trata del dinero y las deudas. Veamos lo que la Palabra de Dios tiene que decir sobre las deudas en nuestras vidas y aprendamos a atacarlas.
La deuda es un atajo al estilo de vida que crees que quieres. Pero al final siempre conduce a la esclavitud, no a la libertad.
Muchos de nosotros hemos sido condicionados a pensar que está bien endeudarse. Vivimos en una sociedad consumista en la que la deuda se considera normal y es una parte esperada en nuestras vidas. La cultura dice que necesitamos que los autos sean nuevos, que necesitamos vacaciones y otras cosas para ser felices. Así que estamos dispuestos a endeudarnos para lograrlo. Lamentablemente, lo que no sabemos es que la deuda no conduce a la felicidad sino que lleva a la esclavitud. Sin menos pensarlo, estamos paralizados y atrapados bajo el poder abrumador de la deuda. ¿Recuerdas a Salomón? Pues Dios bendijo. Él era muy rico, muy poderoso y muy sabio. En él libro de Proverbios él nos da semillas de vida y sabiduría con respecto a este tema: “Así como el rico gobierna al pobre, el que pide prestado es sirviente del que presta” (Proverbios 22:7). ¡Esto es tan cierto! Muchos hoy en día nos sentimos esclavizados a las deudas. Somos esclavos de los bancos pagando mes tras mes una hipoteca, vehículos y a veces hasta préstamos estudiantiles. Nos sentimos como esclavos de nuestros prestamistas y no es nada divertido. Esta imagen de esclavo es muy poderosa, ¿no?
La deuda limita nuestra libertad. Nos posee. Es un peso alrededor de nuestro cuello. Es debilitante. ¡Nos sigue a donde quiera que vayamos! La deuda es un atajo al estilo de vida que creemos que queremos pero al final nos conducirá a la esclavitud. La deuda puede destruirnos. Puede destruir familias, matrimonios y amistades. De hecho, las peleas por el dinero están dañando nuestros matrimonios. Un tercio de los adultos dicen que el dinero es la mayor fuente de conflicto en sus relaciones. No es de extrañar que los problemas financieros sean la principal causa de divorcio. La deuda provoca miedo, ira y falta de confianza en una relación. Trae dolor y destrucción. Aunque estamos condicionados a pensar que está bien, Dios quiere que tengamos la mentalidad correcta sobre las deudas.
Dios quiere que experimentemos la libertad de esa “necesidad” de querer tener más. Libertad de nuestra necesidad de querer tener lo más nuevo y mejor. Él quiere reemplazar eso con un nuevo plan. Un plan para que vivamos dependiendo solamente de Él. Que en vez de depender de nuestro dinero confiemos nada más en Él. Entonces, ¿cómo hacemos esto en la práctica?
Atacar nuestra deuda requerirá una nueva habilidad: decirnos a nosotros mismos “no”. Si nos sacrificamos ahora, nos beneficiaremos después.
Dave Ramsey, un financiero que enseña a cómo salir de las deudas, dijo algo muy impactante:
“Es la naturaleza humana querer y lo quiero ahora; también es una señal de inmadurez. Estar dispuesto a retrasar el placer para obtener un resultado mayor es una señal de madurez”.
Eso es tan cierto. Es parte de la naturaleza humana que deseemos una gratificación instantánea. Cuando queremos algo, lo queremos ahora mismo, Y es que nos cuesta mucho esperar. Esto es porque tenemos la mentalidad equivocada de que nos merecemos las cosas buenas de la vida. ¡Y las merecemos ahora mismo! Eso es una muestra de inmadurez. Así que cambiar nuestros hábitos y aprender a decir que no nos beneficiará en el futuro. Estar dispuesto a retrasar el placer de la gratificación instantánea para obtener un resultado mayor es una señal de madurez.
Se que esto suena muy fácil de hacer pero no lo es. Nos decimos a nosotros mismos que la próxima vez diremos “No”. “No, no voy a vivir por encima de mis posibilidades, no más.” Una vez que podamos decir que no, dejaremos el mal hábito. Y luego qué sucede? Fallamos. Tenemos las mejores intenciones del mundo y luego fallamos ¡otra vez! Suena como en Año Nuevo, y hacemos nuestras resoluciones para él nuevo año: “Voy a cambiar este hábito”, “Iré al gimnasio”. Y tienes todas las ganas del mundo y te mantendrás firme de no endeudarte. Luego, un mes después, volverás a la antigua forma de vida. Cambiar nuestros hábitos no va a suceder de la noche a la mañana. Tendrás que cambiar tu mentalidad y entrenarte a decir ¡NO! Decir que no es desarrollar una nueva habilidad, ¡y dolerá! Pero te prometo que dará sus frutos, ¡habrá una recompensa! Hay una manera de desarrollar este nuevo hábito y de hacer que la parte de “decir no” se mantenga y así ataquemos nuestra deuda. Hay 3 maneras de hacerlo.
La primera manera de atacar nuestra deuda es admitir que tenemos un problema. Recuerda, la deuda es un síntoma de un problema espiritual más profundo de codicia. En Lucas 12:15 Jesús dijo lo siguiente con respecto a este tema:: “…¡Tengan cuidado con toda clase de avaricia! La vida no se mide por cuánto tienen”. Avaricia es otra palabra para la codicia. O sea que tenemos que estar dispuestos a decir: “he sido codicioso”. “¡He querido más!”. “Vivo por encima de mis posibilidades”. “Eso no está bien”. “No he sido un buen administrador con mi dinero. He gastado más de lo que tengo”.
La segunda manera es que tenemos que confesar nuestro problema. No solo tenemos que confesar nuestra codicia, sino que debemos confesar cualquier pecado en nuestras vidas.
1 Juan 1: 9 pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
Financieramente, esto es decir: “Dios, tengo un problema”. “Dios, he puesto al dinero o la necesidad de otras cosas antes de buscarte” “Dios, estoy en problemas y necesito tu ayuda” En otras palabras, es decir: “Dios, quiero que me ayudes a superar esto en mi vida”. Dios es justo para perdonarte y ayudarte.
La tercera manera es empezar a tomar decisiones diferentes. Otra cita de Dave Ramsey dice:
“El lugar donde estás hoy es la suma de todas las decisiones que has tomado. Si no te gusta el lugar donde te encuentras, ¡comienza a tomar decisiones diferentes! ”
Aprende a decir “no”. Confía en que si te sacrificas ahora, la recompensa vendrá. Desarrolla mejores hábitos financieros. Huye de las deudas. Deja de preocuparte tanto por lo que manejas y dónde vives. Si cambias la forma en que vives ahora, te beneficiará más después El dinero es una parte tan importante de nuestras vidas que puede ser bueno y puede ser malo. Algunos dirían que incluso hay una buena deuda, como una hipoteca. Lo podemos justificar diciendo que necesitamos un lugar para vivir. Mas lo que podemos hacer es dejar de vivir por encima de nuestras posibilidades. Hay que vivir con lo que tenemos y salir de las deudas lo más pronto posible, sí la tenemos. Empieza hoy mismo tu proceso hacia la libertad financiera. Habla con un mentor y/o un consejero financiero para que te ayude. También puedes tomar uno de los cursos que Dave Ramsey ofrece para salir de deudas. Ramsey enseña una estrategia para salir de las deudas que le ha funcionado a muchos:
La forma más sencilla de salir de la deuda es utilizar la “bola de nieve de la deuda”. Ataca primero tus deudas más pequeñas y luego transfiere el pago de esa deuda a la siguiente.
Esta estrategia dice que empieces trates de dar lo más que puedas a tu deuda más pequeña hasta que la pagues completamente. Cuando termines de pagar esta deuda, manda esa cantidad que pagabas a la siguiente deuda, y así sucesivamente. Mientras haces esto, manda él pago mínimo a las demás deudas que tengas. Puede que se te haga difícil hacerlo, pero tratalo. Se intencional en este plan. Enfócate en la meta que es estar libres de deudas y ya no te vuelvas a endeudar. Aprende a vivir con lo que tienes. Sí no tienes, entonces no lo compres. Libérate de la deuda. Al final de todo, nuestra deuda no es solo financiera, es espiritual. Jesús pagó nuestra deuda espiritual sacrificando su propia vida. Así que vive bajo esa libertad.
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó a la atención?
- ¿Qué te modelaron tus padres sobre el presupuesto y las deudas? ¿Cómo te ha influido eso como adulto?
- Lee Lucas 12:15 y Proverbios 22:7. Define codicia con tus propias palabras. ¿Cómo ha impulsado la codicia tus decisiones con respecto al dinero? ¿Cómo te ha limitado tu deuda en otras áreas de tu vida?
- Comparte una compra impulsiva que hayas hecho en el pasado y luego te hayas arrepentido. ¿Qué aprendiste de esa experiencia?
- Comparte un momento en que te sacrificaste o mostraste paciencia con una decisión financiera. ¿Qué aprendiste de esa experiencia?
- ¿Cuáles son algunas medidas de seguridad que podrías implementar antes de realizar una compra que fomenten la paciencia y desalienten la impulsividad?
- Tómate unos minutos para identificar tus deudas, de pequeñas a grandes. ¿Cómo podrías empezar a ahorrar para pagar la deuda más pequeña? ¿Cómo te liberará la “bola de nieve de la deuda” (técnica de Dave Ramsey) en cada área de tu vida?
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?