Haz clic aquí para ver el bosquejo del sermón.
Puntos de conversación:
- El enojo es a menudo la emoción superficial que cubre una emoción más profunda y menos aceptable. Para Caín, el rechazo de Dios a su regalo fue lo suficientemente deprimente como para llevarlo a asesinar.
- El enojo también puede surgir de una frustración no resuelta. Para Moisés, esto es lo que sucedió en su camino a la Tierra Prometida.
- El enojo humano suele estar contaminado por el pecado, pero es posible aprovechar nuestro enojo para la justicia. Jesús nos muestra el ejemplo. Efesios 4:26-27n
- ¿Cómo puedes aprovechar el enojo para bien?
- Ten una vida de oración (como Jesús). No reacciones, tráelo a Dios primero.
- Toma medidas para siempre (si es posible).
- Está dispuesto a equivocarte (o que otros se equivoquen).
- No dejes que el enojo te controle.
Estamos viendo la serie “Resiliente” que tiene que ver con el poder de las emociones. Hoy estaremos hablando del enojo. En las próximas 3 semanas hablaremos de otras emociones como el dolor que causa tristeza y la vergüenza.
En nuestra apertura de esta serie dijimos que la clave para la resiliencia no es reprimir las emociones, sino aprovecharlas para bien. También, aclaramos que los sentimientos no son pecaminosos. Todo depende de cómo nosotros reaccionamos a las emociones que sentimos. Los sentimientos, si son manejados adecuadamente, nos llevan hacia una mayor dependencia de Dios.
Además, terminamos diciendo que nuestro corazón determina el resultado de nuestras vidas. Al referirnos al corazón, estamos usando la definición bíblica del AT que encierra nuestra mente, voluntad y emociones.
Recordemos nuestra definición de resiliencia: La resiliencia es aprovechar las emociones difíciles para fortalecer la fe. Entonces, ¿Cómo aprovechamos el enojo para que fortalezca nuestra fe en vez de destruirla? Para empezar, debemos de entender el enojo un poquito más. En primer lugar,
El enojo es a menudo la emoción superficial que cubre una emoción más profunda y menos aceptable.
Un ejemplo de esto se encuentra en el libro de Génesis donde leemos acerca del enojo de Caín.
Génesis 4:3-5 (NTV) Al llegar el tiempo de la cosecha, Caín presentó algunos de sus cultivos como ofrenda para el Señor. Abel también presentó una ofrenda: las mejores partes de algunos de los corderos que eran primeras crías de su rebaño. El Señor aceptó a Abel y a su ofrenda, pero no aceptó a Caín ni a su ofrenda. Esto hizo que Caín se enojara mucho, y se veía decaído.
Para Caín, el rechazo de Dios a su regalo fue lo suficientemente deprimente como para llevarlo a asesinar. Observa dos emociones aquí: enojo + decaimiento (depresión). La emoción más profunda o escondida es el decaimiento. ¿Por qué? Porque Caín ha caído en el juego de comparación. Dios rechazó su regalo pero aceptó la de Abel. Esto causó inseguridad dentro de Caín. Esta inseguridad lo llevó a caer en la trampa de compararse con su hermano. ¿Te identificas?
Pero no solo se quedó allí. Esta comparación e inseguridad lo llevaron a que su ánimo decaerá. Él se deprimió y esta depresión lo llevó al enojo.
El uso el enojo para sustituir su emocion mas profunda que era su decaimiento. En nuestra serie 7 pecados capitales vimos en la lección “El pecado capital de la ira” que:
- Sustituir la ira es un camino falso hacia el control, que te hace sentir poderoso en lugar de vulnerable. Génesis 4:6-7
- Sustituir la ira en realidad causa una pérdida de control, emocional, relacional e incluso espiritual. Santiago 1:20, 1 Juan 3:10
- El antídoto contra la ira es ser vulnerable y practicar el silencio (no solo guardar silencio), tal como lo hizo Jesús. Salmo 4:4, Efesios 4:26-27
Tomemos un momento para considerar el por qué estaba Caín enojado con Abel por el rechazo de Dios. Posiblemente fue por la tacañería. Si leemos con atención los versículos 3 y 4 descubrimos que Caín dio “algunos de sus cultivos”. En otras palabras, dio lo que cayera. No se tomó el cuidado de escoger lo mejor versus Abel que presentó “las mejores partes de sus rebaños”. Caín no aplicó el principio de “es mejor dar que recibir”. Al contrario, fue tacaño con lo que tenía. La Biblia nos advierte contra esto diciendo que “el amor al dinero es la raíz de todo mal.” Y eso le pasó a Caín: amó más lo que tenía que a Dios. sea cual haya sido el motivo, lo llevó al decaimiento, la depresión y el abatimiento.
Génesis 4:6-7 (NTV) «¿Por qué estás tan enojado?—preguntó el Señor a Caín—. ¿Por qué te ves tan decaído? Serás aceptado si haces lo correcto, pero si te niegas a hacer lo correcto, entonces, ¡ten cuidado! El pecado está a la puerta, al acecho y ansioso por controlarte; pero tú debes dominarlo y ser su amo».
El enemigo quiere usar nuestras emociones para el mal. El pecado está allí agachado y escondido. Está esperando que uno abra un poquito la puerta para meterse y tomar control manipulando nuestras emociones. Mas Dios quiere que aprovechemos nuestras emociones para nuestro bien
Dios nos dice, al igual que le dijo a Caín; “pero tú debes dominarlo y ser su amo”. Nosotros debemos controlar nuestras emociones. No podemos dejarnos manipular por el pecado y por consiguiente el diablo. Él es el que trata de controlarnos como títeres jalando las cuerdas de nuestros sentimientos y emociones.
Así terminó la historia de Caín:
Génesis 4:8 (NTV) Cierto día Caín dijo a su hermano: «Salgamos al campo». Mientras estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató.
Para Caín, el rechazo de Dios a su regalo fue lo suficientemente deprimente como para llevarlo a asesinar. Este fue un ejemplo perfecto del versículo que dice “La paga del pecado es muerte”. Él se dejó manipular por el diablo a través de la emoción de la depresión que se vistió de enojo hasta el punto de olvidarse que Abel era su propio hermano. Y así matarlo a sangre fría.
Y tú: ¿qué ha matado el enojo en tu vida? Quizás una relación. Tal vez una oportunidad de trabajo y/o tu paz interior.
Otro ejemplo del enojo tomando control sobre la persona y no la persona sobre el enojo fue el caso de Moisés.Y es que
El enojo también puede surgir de una frustración no resuelta.
Para Moisés, esto le sucedió en su camino a la Tierra Prometida. Recordemos, Dios saca al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto usando a su sieervo Moisés. Los lleva por el desierto en un viaje que debería haber sido corto. Más un camino de unos cuantos días se convirtió en 40 años por la rebeldía de la gente. Durante todo el tiempo de la travesía, ellos
se quejan constantemente porque no había comida. Dios les manda maná. Se quejan porque les aburre el maná. Dios les mandó codornices. Y así se la pasaban. Pecaban. Moisés intercedía por ellos. Dios los perdonaba. Estaban bien por un tiempito. Volvían a quejarse y pecar, y así continuamente.
En esta ocasión, nuevamente se están quejando
Números 20:1-2 (NTV) El primer mes del año, toda la comunidad de Israel llegó al desierto de Zin y acampó en Cades. Mientras estaban allí, Miriam murió y la enterraron. Ya que en ese lugar no había agua para que el pueblo bebiera, la gente se rebeló contra Moisés y Aarón.
Esta no fue la primera vez que se quejaban ¡Ya se les había hecho costumbre! A pesar de todo, Dios le dice a Moisés que junto a su hermano Aaron tomen la vara y juntaran al pueblo que él les daría agua. Recordemos que anteriormente, Moisés había usado esta vara para golpear el río Nilo. También podemos suponer que con esta vara golpeó la roca de Horeb en Éxodo para proveerl agua al pueblo anteriormente.
Aquí un vez más Dios proveerá agua para que beban, pero hay una diferencia clave:
Números 20:8 (NTV) «Tú y Aarón tomen la vara y reúnan a toda la comunidad. En presencia de todo el pueblo, háblale a la roca y de ella brotará agua. De la roca proveerás suficiente agua para satisfacer a toda la comunidad y a sus animales».
Claramente leemos que Dios le dice: “háblale a la roca”. No le dijo que la golpeara. ¿Por qué? ¿Por qué esta vez le dijo que le hablara y no que la golpeara? ¿Quizás para poner a prueba su obediencia? ¿Su confianza? ¿Su autocontrol? No se sabe a ciencia cierta. Pero, ¿en qué área de tu vida te está probando Dios en este momento?
Después de las instrucciones claras dadas por Dios, Moisés lo hizo así:
Números 20:10-11 (NTV) Luego él y Aarón mandaron a llamar al pueblo a reunirse frente a la roca. «¡Escuchen, ustedes rebeldes!—gritó—. ¿Acaso debemos sacarles agua de esta roca?». Enseguida Moisés levantó su mano y golpeó la roca dos veces con la vara y el agua brotó a chorros. Así que toda la comunidad y sus animales bebieron hasta saciarse.
Mira la acción de Moisés: ¡Les gritó rebeldes y golpeó la piedra! A leguas se le ve su enojo. Un enojo causado por su frustración con el pueblo. Posiblemente ya estaba cansado de tanto que el pueblo se quejaba por todo a pesar de todos los milagros y maravillas que veían.
El pobre de Moises estaba pasando por muchos problemas emocionales en ese momento. Su hermana acababa de morir sin ver la tierra prometida. ¿Por culpa de la gente? No lo sabemos. Está doliendo por la muerte de su hermana y la gente nuevamente está murmurando y quejándose. Él está harto de ese comportamiento rebelde. Está frustrado porque la gente no cambia. Está triste por su duelo. Y estas emociones lo manipulan y explota en ira.
Dios le dijo que le hablara a la roca pero estaba tan enojado que no pudo evitarlo y la golpeó. ¿Alguien alguna vez atravesó la pared con el puño en un momento de ira? Tal vez, explotaste de otra manera, quizás golpeando a tu hijo o esposa. Ojala no haya sido un golpe, pero si explotaste en gritos e insultos. El caso es que no supimos manejar el enojo y dejamos que este nos manejara a nosotros.
A pesar de esta desobediencia y acto de ira, observa la gracia de Dios: todavía permitió que el agua fluyera. Lastimosamente, ese no es el final de la historia.
Números 20:12 (NTV) Sin embargo, el Señor les dijo a Moisés y a Aarón: «¡Puesto que no confiaron lo suficiente en mí para demostrar mi santidad a los israelitas, ustedes no los llevarán a la tierra que les doy!».
Hubieron consecuencias por dejarse llevar por la ira para Moisés y para su hermano, Aarón: no entraron en la tierra prometida. Por misericordia, no les costó su relación con Dios, pero sí gran parte del disfrute de ella. Moisés pasó sus últimos días en el desierto en lugar de en la Tierra Prometida.
Esta es una imagen de tantas personas que se dejan llevar por el enojo en lugar de ser resilientes. Dejan que sus emociones tomen control y les ciegue el entendimiento en vez de responder adecuadamente a la emoción. Ser resiliente es usar las emociones, como el enojo, como un motivador para crecer en la fe. Te pregunto: ¿Qué “Tierra Prometida” te estás perdiendo debido al enojo?
Santiago 1:20-21 (NTV) El enojo humano no produce la rectitud que Dios desea. Así que quiten de su vida todo lo malo y lo sucio, y acepten con humildad la palabra que Dios les ha sembrado en el corazón, porque tiene el poder para salvar su alma.
El enojo frustrado, ni ninguna otra clase de enojo, no nos lleva a la rectitud que Dios desea. Al contrario, nos lleva a pecar y hasta a hacer actos de los cuales si nos podemos arrepentir. Y Dios si nos puede perdonar pero de los cuales hay consecuencias tanto para nosotros como para los recipientes de nuestra ira.
De acuerdo con el Comentario del Pilar del Nuevo Testamento “los psicólogos a veces afirman que las emociones, dado que son un producto natural de la personalidad, no pueden controlarse verdaderamente, sino sólo suprimirse o ignorarse. Pero la exhortación de Santiago aquí (y muchas exhortaciones bíblicas similares) suponen algo diferente. Las emociones son producto de toda la persona; y, por la gracia de Dios y la obra del Espíritu, la persona puede ser transformada para alinear sus emociones con la palabra y la voluntad de Dios.” En otras palabras, si se puede llegar a lidiar con las emociones de una manera sana y adecuada cuando nos sometemos a la Palabra de Dios y seguimos la guianza de su Espíritu Santo.
Sobretodo, no se trata de suprimir o ignorar nuestras emociones. Dios no quiere que ignoremos nuestras emociones. El quiere que las usemos para nuestro bien. Y el enojo no es la excepción. Han habido casos de personas que han cambiado su sociedad y hasta el mundo porque sintieron enojo por los maltratos a otros hasta el punto que hicieron algo positivo para cambiar esa situación. Como ejemplo, tenemos a aquellos que lucharon en contra de la esclavitud. También, las personas que escondieron a judios en Alemania en contra de las órdenes de Hitler, etc. Personas resilientes que actuaron saludablemente a su emoción del enojo porque…
El enojo humano suele estar contaminado por el pecado, pero es posible aprovechar nuestro enojo para la justicia. Jesús mismo nos da el ejemplo.
Mateo 21:12-13 (NTV) Jesús entró en el templo y comenzó a echar a todos los que compraban y vendían animales para el sacrificio. Volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas. Les dijo: «Las Escrituras declaran: “Mi templo será llamado casa de oración”, ¡pero ustedes lo han convertido en una cueva de ladrones!»
En esta ocasión vemos a Jesús muy molesto y enojado. ¡Esta fue una ira justa! El siguiente versículo nos muestra cómo Jesús aprovechó este enojo para el crecimiento de la fe.
Mateo 21:14-15 (NTV) Los ciegos y los cojos se acercaron a Jesús en el templo y él los sanó. Los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa vieron esos milagros maravillosos y oyeron que hasta los niños en el templo gritaban: «Alaben a Dios por el Hijo de David». Sin embargo, los líderes estaban indignados.
Nota tres cosas en este suceso. Inmediatamente después de voltear las mesas, ¡Jesús comenzó a sanar a la gente! El enojo justo, el que lleva a la rectitud de Dios no se guarda y se le da vuelta en la cabeza una y otra vez. No se está pensando constantemente en esta emoción hasta el punto de que explotas sino que pasa a cosas positivas.
Esto llevó a declaraciones de fe. ¡Hasta los niños alaban a voces a Dios por los milagros de Jesús! “Sin embargo, los líderes estaban indignados.” o sea enojados. Un enojo que no era justo como el de Jesús. Si no el humano; el que lleva a pecar. El enojo de ellos no fue resiliente porque no condujo a la fe ni a la vida. Literalmente condujo a la muerte porque apenas unos días después mataron a Jesús.
Entonces, para terminar, te pregunto: ¿Cómo se puede aprovechar el enojo para bien? Primero, ten una vida de oración como Jesús. No reacciones como respuesta al enojo sino que tráelo a Dios primero. Jesús tuvo una vida de oración. Sus acciones lo sugieren.
Segundo, actúa para bien. Que el enojo te impulse a actuar rectamente y haz el bien. Haz lo que trae vida, no muerte. Si no estás seguro de cómo actuar para bien, no hagas nada. No explotes. No hables. Quédate tranquilo, respira profundo, cuenta hasta diez y pidele a Dios que cambie tu enojo en gozo.
En tercer lugar, está dispuesto a equivocarte y que la gente se equivocara y te dañara. Jesús nunca se equivocó; nosotros sí. Admítelo. Se vulnerable. Parte de ser vulnerable es reconocer que fallamos. Pero debemos pedir perdón y llenarnos de oración y de la Palabra de Dios para no pecar. Además, debemos estar conscientes que así como nosotros fallamos, otros también fallan y puede que nos dañen. Jesús estaba dispuesto a ser agraviado (que le hicieran mal). Así que a veces eso nos sucederá a nosotros. Incluso entonces debemos entregárselo a Dios. No debemos quedarnos atrapados en nuestro enojo dándole vuelta al asunto.
Esto nos lleva al último consejo, no dejes que el enojo te controle.
Efesios 4:26-27 (NTV) Además, «no pequen al dejar que el enojo los controle». No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados, porque el enojo da lugar al diablo.
Ya vimos como el diablo se aprovecha de la emoción del enojo para hacernos pecar. El enojo no controlado, abre la puerta para que el pecado entre a nuestras vidas y cause estragos. Hasta trae la muerte, en muchos casos, literalmente.
Pablo nos dice que no nos acostemos enojados. No rumiemos, como las vacas, durante la noche sobre el mal que nos hicieron o la situación que nos causó enojo. Soltémoslo en manos del Señor y empecemos el siguiente día con una actitud de victoria. De esta manera es que se trata saludablemente con las emociones y usamos el enojo para nuestro bien.
Ver también
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó la atención?
- ¿Cómo expresas normalmente tu enojo? ¿Cómo te ha creado eso problemas en el pasado?
- Lee Génesis 4:3-8. Repasa la historia de Caín y Abel. ¿Identificas las emociones que crees que sintió Caín? ¿Qué ha matado el enojo en tu vida?
- Lee Números 20:1-12. ¿Por qué probablemente Moisés tenía poca paciencia en esta historia? ¿Cuáles fueron sus consecuencias por perder la calma?
- Lee Santiago 1:20-21. ¿Qué “Tierra Prometida” te estás perdiendo por culpa del enojo?
- Lee Mateo 21:12-15. ¿Cómo definirías el enojo justo? ¿Cómo benefició a otros el justo enojo de Jesús? ¿Qué podemos aprender del ejemplo de Jesús?
- Revisa los pasos para controlar el enojo. ¿Cuál es el beneficio de hacer una pausa y orar antes que cualquier otra cosa? ¿Cómo ha cambiado Dios tu corazón cuando acudiste a Él primero en el pasado?
- ¿Qué significa que debemos estar dispuestos a equivocarnos y a ser agraviados? ¿Cómo es soltar los agravios a Dios?
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?