El perdón tiene poder curativo en las relaciones, y cualquier persona puede tomar la decisión de hacerlo.
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La mayoría de la gente reconoce que el perdón es una virtud, pero pocas personas realmente lo practican en sus vidas. La falta de perdón es tóxica para tus relaciones e incluso para tu salud personal. La amargura es una copa de veneno que una persona bebe – y espera a que la otra persona muera.
El perdón es decidir soltarlo.
Cuando perdonas, estás tomando la decisión de soltar algo. Sueltas tu ira o rencor hacia alguien. Sueltas el deseo interno de culpar a alguien. Sueltas el derecho a la venganza, de hacer que alguien pague por lo que hicieron.
Romanos 12:19 Queridos amigos, nunca tomen venganza. Dejen que se encargue la justa ira de Dios. Pues dicen las Escrituras: «Yo tomaré venganza; yo les pagaré lo que se merecen», dice el Señor.
El perdón es una respuesta entrenada.
El perdón no nace naturalmente en nadie. Si estás esperando a sentir perdonar, nunca lo harás. Por naturaleza, queremos guardar rencor, señalar con el dedo, hacerle pagar a alguien. Pero el acto de perdón va más allá de nuestra naturaleza. Se extiende la gracia en lugar de exigir justicia. Y se necesita mucha práctica. El perdón se convierte en un hábito por elección, o la amargura se convierte en un hábito por defecto. Es por eso que Jesús mandó que perdonemos habitualmente.
Mateo 18:21-22 Luego Pedro se le acercó y preguntó: —Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a alguien que peca contra mí? ¿Siete veces? —No siete veces —respondió Jesús—, sino setenta veces siete.
El perdón no es opcional para los cristianos.
Los seguidores de Jesús abrazan el código de honor de Jesús. En el núcleo de ese código está la idea del perdón. Jesús nos libera de las exigencias de la ley. Él absorbió la ira de Dios por nosotros cuando fue a la cruz. Y espera que seamos un pueblo que habitualmente extiende perdón.
Colosenses 3:12-13 Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia. Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros.
- Preparación: Ver el video juntos o invita a alguien para resumir el tema.
- Si es posible, comparte de un momento en que alguien te hizo daño con sus palabras o acciones. ¿Te hizo enojar? En una escala de 1-10, ¿qué tan difícil era fue perdonar a esa persona? Explica.
- Piensa en alguien que te hirió. ¿Crees que esa persona está en paz con lo que ha hecho? Explica.
- Lee Mateo 18:21-22. “Tienes el derecho a ser sanado.” ¿Está de acuerdo? ¿Necesita el ofensor pedir perdón antes de que pueda sanar? ¿Por qué o por qué no?
- ¿Crees que lastimara a otras personas el hecho de que sigas amargado,a y te niegues a perdonar? Explica.
- Lee Colosenses 3:13. ¿Crees que el perdón puede liberarte? ¿Qué se necesita para llegar a ese punto?
- Llévatelo: Escribe una medida de acción personal basada en esta conversación.
- PDF imprimible
- Guía de la lección
- Diapositivas del sermón (carpeta comprimida)
En esta serie, diseccionamos nuestras emociones, las amistades, el perdón y la generosidad con el fin de ver cómo podemos crecer en cada área.
Cómo funcionan las cosas (Serie)
El perdón tiene poder curativo en las relaciones, y cualquier persona puede tomar la decisión de hacerlo. Luz no es solamente lo que colgamos en nuestros árboles en Navidad. La luz ilustra lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas. La primera verdad fundamental para cualquier búsqueda de Dios se trata de cómo empezar una relación con él. ¿Estás listo para empezar una relación con Dios al confiar en Jesús? Esta conversación te ayudará a llegar a tu momento decisivo de fe. Cuando decimos que “Jesús salva”, a menudo pensamos que esto sólo quiere decir que estamos siendo perdonados de nuestros pecados. Pero la idea bíblica de la salvación es mucho mayor: ofrece un rescate que afecta todo. A nadie le gusta que le digan que está equivocado,a. Pero todos pecamos, y cómo respondemos a nuestro pecado es críticamente importante en nuestras vidas. El arrepentimiento es un verdadero cambio de mente y corazón sobre el pecado, lo que resulta en que una persona se aparte del pecado y tratando de honrar a Dios. Cada vez que que pecas, es algo malo y te convierte culpable ante Dios, ya sea que lo sientas o no. Pero existe algo como “culpa buena” y ” culpa mala” Cuando sientes “culpa mala” – la clase de culpa que trae autocondenación – trata de que detone buenos hábitos en lugar de los malos. El pecado sexual ya existía en la época de Jesús, al igual que en la actualidad. Entonces, ¿qué Jesús tuvo que decir al respecto? La historia de Juan 8 nos da una pista.
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Llegando a tu momento de fe
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Culpa buena y culpa mala.
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