Hoy estamos hablando de discernir la voluntad de Dios, un tema popular para los cristianos de todo el mundo. Estamos haciendo la pregunta: ¿Cómo puedo saber si es la voz de Dios o sólo son mis propios pensamientos? Y es que es fácil engañarnos a nosotros mismos cuando se trata de discernir la voluntad de Dios
Jeremías 17:9-10 (NTV) »El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es? 10 Pero yo, el Señor, investigo todos los corazones y examino las intenciones secretas. A todos les doy la debida recompensa, según lo merecen sus acciones».
Todos tenemos motivos secretos impulsados por la naturaleza pecaminosa a seguir nuestro corazón. Algo que no deberíamos hacer ya que nos puede engañar.
2 Timoteo 4:3 (NTV) Llegará el tiempo en que la gente no escuchará más la sólida y sana enseñanza. Seguirán sus propios deseos y buscarán maestros que les digan lo que sus oídos se mueren por oír.
Todos tenemos una tendencia a hacer esto cuando buscamos dirección. Buscamos personas que digan lo que QUEREMOS que digan. No necesariamente lo que DIOS realmente nos está diciendo. Aquí está la locura con esto: no siempre son los falsos maestros los que lo hacen. A veces son nuestros mejores amigos o nuestros queridos padres.
Eso es lo que veremos en el texto de hoy. Es un claro recordatorio de que discernir la voluntad de Dios es algo complicado. Aunque no puedo darte una respuesta general para tu vida personal. Puedo darte principios para discernir la voluntad de Dios.
Aun las personas llenas del Espíritu Santo pueden malinterpretar la voluntad de Dios cuando se dejan guiar por las emociones.
Pablo se sintió impulsado por el Espíritu Santo a ir a Jerusalén, pero otros creyentes le dijeron que no fuera.
Hechos 20:22-23 (NTV) Ahora estoy obligado por el Espíritu a ir a Jerusalén. No sé lo que me espera allí, 23 solo que el Espíritu Santo me dice en ciudad tras ciudad que me esperan cárcel y sufrimiento;
Pablo sintió que había escuchado de parte de Dios sobre esto. ¿Alguna vez has sentido que es Dios el que te ha hablado? Pero ¿cómo sabes que realmente viene de Dios? No es una voz audible. Mas tampoco es la intuición ya que podría ser simplemente un mal burrito que comimos la noche anterior. Recordemos la advertencia de Jeremías: el corazón humano es engañoso.
Hechos 21:4 (NTV) Desembarcamos, encontramos a los creyentes del lugar y nos quedamos con ellos una semana. Estos creyentes profetizaron por medio del Espíritu Santo, que Pablo no debía seguir a Jerusalén.
Mira que dice: “Por medio del Espíritu Santo”. ¿El mismo Espíritu Santo que en el cap 20:22-23 lo “obliga” a Pablo que vaya? Parece confuso. Pero no para allí. Luego pasa esto:
Hechos 21:10-12 (NTV) Varios días después, llegó de Judea un hombre llamado Ágabo, quien también tenía el don de profecía. 11 Se acercó, tomó el cinturón de Pablo y se ató los pies y las manos. Luego dijo: «El Espíritu Santo declara: “De esta forma será atado el dueño de este cinturón por los líderes judíos en Jerusalén y entregado a los gentiles”». 12 Cuando lo oímos, tanto nosotros como los creyentes del lugar le suplicamos a Pablo que no fuera a Jerusalén.
¡¿Qué cosa?! Aún más mensajes del Espíritu Santo. Pausa y pregúntate: ¿Qué habrías hecho TÚ en este momento? Esto es lo que hizo Pablo:
Hechos 21:13-14 (NTV) Pero él dijo: «¿Por qué todo este llanto? ¡Me parten el corazón! Yo estoy dispuesto no solo a ser encarcelado en Jerusalén, sino incluso a morir por el Señor Jesús». 14 Al ver que era imposible convencerlo, nos dimos por vencidos y dijimos: «Que se haga la voluntad del Señor».
Pablo estaba seguro de haber escuchado a Dios, aunque contradecía el consejo guiado por el Espíritu que recibió de personas que lo amaban y querían lo mejor para él. Estas personas realmente estaban escuchando al Espíritu. A veces nuestro amor impulsado por el Espíritu por las personas hace que les demos consejos que creemos que son para su bien, pero que en última instancia van en contra de la voluntad de Dios para ellos.
Este tipo de amor es “empatía ruinosa”, aunque provenga de un buen lugar. El Espíritu Santo produce amor en nosotros, pero se necesita madurez para entender cómo aplicarlo en nuestras relaciones. Gálatas 5:22, Mateo 16:22-23. Esto significa que cuando intentamos discernir la voluntad de Dios para nuestras vidas, debemos protegernos de este “efecto de amistad”. Tenemos la responsabilidad de escuchar al Espíritu Santo por encima de cualquier otra voz.
Dos cosas sobre la vida y la mentalidad de Pablo marcaron la diferencia para él y quiero que las veamos juntos:
Principios para discernir la voluntad de Dios:
- El compromiso precede a la claridad.
Todo eso es cierto, pero ya lo has oído antes. Hoy les voy a contar algo un poco diferente, mucho más inesperado. La claridad de Pablo y su habilidad para escuchar la voz de Dios no empezó en Hechos 21 ni llegó al momento de tomar una decisión. Fue el resultado de un compromiso de por vida de seguir a Cristo.
Piensa en lo que hemos estado aprendiendo a través del libro de Hechos: Pablo era un judío celoso que perseguía a los cristianos. Entonces Pablo se hizo cristiano y cambió completamente su vida. Dejó su trabajo de fariseo. Perdió su reputación y sus viejos amigos. Hizo amigos nuevos y menos educados. Comprometió su vida al camino de Jesús.
Muchos cristianos buscan la guía de Dios en decisiones importantes de la vida, pero se les dificulta porque no han cultivado una práctica diaria de escucharle. Quieren saber cual es la decisión correcta. Quieren que Dios bendiga el resultado
sin embargo, están “a medias” en su compromiso con Jesús. Pero la verdad es que tu claridad fluye de tu compromiso con Jesús. No puedes escuchar la voz de Dios en el momento de tomar una decisión si no has practicado escucharla mil veces más. Es como un atleta que espera grandes resultados sin entrenar. No puedes esperar claridad espiritual sin tener una devoción constante y permanente y sin desarrollar la disciplina de una vida comprometida.
- La voluntad de Dios no siempre es cómoda.
Pablo abrazó el camino difícil en lugar de optar por el fácil. ¡Todos hacemos lo contrario! La voluntad de Dios para su pueblo no siempre es tomar el camino más fácil o cómodo. Ahora en día, nos resulta difícil oír eso. Estamos tan acostumbrados a la comodidad que hemos llegado a esperarla e incluso exigirla. Tenemos una mentalidad de derecho.
A menudo nos resistimos a tomar decisiones difíciles porque asumimos que las dificultades son una señal de que Dios está cerrando una puerta. Sin embargo, el camino de la obediencia es a menudo el más difícil. Esto impacta la forma en que “escuchamos” la voz de Dios. Escuchamos lo que quieren nuestros oídos que pican por defecto.
¿Debería permanecer en este matrimonio? Demasiado duro. ¿Debería hablar con alguien sobre mi adicción? Demasiado complicado. ¿Debo aumentar mis donaciones? No va a pasar. Pero ¿Pablo? Él tenía una visión que se alineaba con la voluntad de Dios. Él esperaba que le costaría algo. Pablo sabía que el sufrimiento era parte de su llamado
Hechos 9:15-16 (NTV) El Señor le dijo: —Ve, porque él es mi instrumento elegido para llevar mi mensaje a los gentiles y a reyes, como también al pueblo de Israel; 16 y le voy a mostrar cuánto debe sufrir por mi nombre.
Y enseñó a la gente a tener esta expectativa:
Hechos 14:22 (NTV) …Los animaron a continuar en la fe, y les recordaron que debemos sufrir muchas privaciones para entrar en el reino de Dios.
Eso es lo que leerás en Hechos 21-22. Un viaje difícil (¡y apenas comienza!) Lleno de penumbras y sufrimientos por el nombre de Jesús. Pablo fue tergiversado, falsamente acusado, arrestado y atacado. Todo porque estaba compartiendo un nuevo evangelio (judío + gentil).
En las historias anteriores, los creyentes fueron liberados milagrosamente del cautiverio (5:17-21; 12:1-17; 16:25-30). Esta vez no. Es más, de ahora en adelante (Hechos 21-28) Pablo será prisionero. La historia nos dice que fue martirizado. Por eso todos los creyentes le advertían que no fuera a Jerusalén. Entonces, para terminar te doy unos pasos prácticos para escuchar la voluntad de Dios como lo hizo Pablo.
Pasos prácticos para escuchar a Dios con claridad:
- La Palabra de Dios: prueba todo con las Escrituras. Para hacer esto, tienes que leer tu Biblia.
- El Espíritu de Dios: busca su guianza a través de la oración.
- El pueblo de Dios: rodéate de creyentes maduros que te desafíen, que no solo te digan lo que quieres oír.
- Un compromiso de por vida: la claridad llega a través de una relación constante con Jesús y no solo en buscar de Dios a la hora de tomar una decisión.
La experiencia de Pablo nos recuerda que discernir la voluntad de Dios no siempre es sencillo. Las personas bien intencionadas, incluso los creyentes guiados por el Espíritu, a veces pueden malinterpretar lo que Dios está haciendo en nuestras vidas. Finalmente, la claridad llega a través de un compromiso profundo, una disposición a aceptar las dificultades y un patrón de obediencia. Cuando nos entregamos por completo a Dios, estaremos mejor preparados para reconocer Su voz en el futuro y así poder hacer la voluntad del Señor aunque duela.
Hechos 21:14 (NTV) Al ver que era imposible convencerlo, nos dimos por vencidos y dijimos: «Que se haga la voluntad del Señor».