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Puntos de conversación:
- Hoy estamos viendo la última cena de Jesús, centrándonos en su comentario de que uno de sus discípulos lo traicionaría. Responderemos una pregunta relacionada en el curso de la lección: ¿cómo saber si tu fe es auténtica? Mateo 7:21
- Los discípulos de Jesús se prepararon para la comida de la Pascua, que habría incluido pan y cuatro copas de vino. El pan, llamado “matzo” o el “pan de aflicción”, evocó las dificultades sufridas por los israelitas durante su esclavitud en Egipto. Marcos 14: 12-16, 22
- Cuando Jesús bebió la tercera copa, la “Copa de la Redención”, le dio un nuevo significado. No se trataba solo de la sangre de un cordero, sino de la sangre que Jesús mismo estaba a punto de derramar. Marcos 14: 23-25
- Antes de esta comida, Jesús dijo que uno de sus discípulos lo traicionaría. Curiosamente, todos hicieron la misma pregunta: “¿Seré yo?” Marcos 14:17-21
- Una cosa es actuar como si hemos entrado de lleno; otra cosa es haber entrado de lleno. Entonces, ¿cómo sabes si tu fe es auténtica? Para responder a eso, debes responder dos preguntas simples: ¿Has confiado en Jesús? y si ya lo hiciste ¿estás honrando a Dios?
Hoy estamos viendo la última cena de Jesús, centrándonos en su comentario de que uno de sus discípulos lo traicionaría. En el transcurso del mensaje, responderemos una pregunta relacionada con el tema: ¿Cómo sabes si tu fe es auténtica? Además, veremos dos tipos de buscadores espirituales: Judas y Pedro. Ambos siguieron a Jesús durante 3 años. Ambos afirmaron creer en él. Ambos cometieron errores terribles. Uno de ellos no fue un buscador auténtico.
Sin embargo, esto no fue ninguna sorpresa para Jesús. Él ya lo había predecido:
Juan 6:64 (NTV) pero algunos de ustedes no me creen». (Pues Jesús sabía, desde un principio, quiénes eran los que no creían y también quién lo traicionaría).
Juan 6:70-71 (NTV) Entonces Jesús dijo: —Yo los elegí a ustedes doce, pero hay uno de ustedes que es un diablo. Se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote, uno de los doce, quien más tarde lo traicionaría.
En estos pasajes, Jesús estaba hablando de Judas, pero ¿lo sabía Pedro? ¿Lo sabría Judas? ¡Pedro también lo traicionaría, y Jesús luego lo llamó Satanás! (Marcos 8:33) Estas cosas estaban por suceder hacia el final del ministerio de Jesus. Entonces la pregunta para nosotros hoy de como saber si tu fe es auténtica o no la podemos parafrasear de la siguiente manera: ¿Cómo puedo saber si soy Judas o Pedro? Piensa en eso. Empecemos con el primer punto de hoy:
Los discípulos de Jesús se prepararon para la comida de la Pascua, que habría incluido pan y cuatro copas de vino.
Marcos 14:12 (NTV) El primer día del Festival de los Panes sin Levadura, cuando se sacrifica el cordero de la Pascua, los discípulos de Jesús le preguntaron: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?».
Hablamos de esta celebración y la clase de comida la semana pasada. Los discípulos no tenían idea de que Jesús iba a redefinir la historia con esta comida.
¡No tenían idea de que estaríamos hablando de este momento 2000 años después! Continuemos leyendo:
Marcos 14:13-16 (NTV) Así que Jesús envió a dos de ellos a Jerusalén con las siguientes instrucciones: «Al entrar en la ciudad, se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo. En la casa donde él entre, díganle al dueño: “El Maestro pregunta: ‘¿Dónde está el cuarto de huéspedes para que pueda comer la cena de Pascua con mis discípulos?’”. Él los llevará a un cuarto grande en el piso de arriba, que ya está listo. Allí deben preparar nuestra cena». Entonces los dos discípulos entraron en la ciudad y encontraron todo como Jesús les había dicho y allí prepararon la cena de Pascua.
Parece que las instrucciones dadas por Jesús son bien extrañas. Suena como una misión de la Secreta. Pero nota la obediencia simple de los discípulos. Me imagino que no las entendieron en su totalidad pero las siguieron al pie de la letra. Además, para nosotros, la instrucción de que sigan a un hombre con un cántaro de agua se nos hace muy ambigua. Pensaríamos: ¿cuántos hombres no habrán con un cántaro? Pero para los discípulos esto era lo que más sobresale de las instrucciones porque en la cultura judía, un hombre que acarree agua llamaría mucho la atención “porque transportar agua normalmente era el trabajo de mujeres o esclavos” (Comentario del Pilar del Nuevo Testamento). Así que este dato reducía el número de sospechosos grandemente.
Otra cosa interesante de notar es el lugar del aposento descrito aquí. Su comparación es muy parecida “al lugar al lugar de reunión de la iglesia primitiva descrito en Hechos 1:13 (Cenáculo) y 12:12 (después de que Pedro se escapó de la prisión, “…fue a la casa de María, la madre de Juan Marcos, donde muchos se habían reunido para orar). Si se trata de la misma vivienda, entonces perteneció a María, la madre de Juan Marcos, probable autor del Segundo Evangelio. La sugerencia de que Juan Marcos fuera el portador del cántaro de agua es posible, pero sin evidencia” (Comentario del Pilar del Nuevo Testamento del Pilar).
Ahora quiero pasar al versículo 22, a la comida en sí. Volveremos a los v. 17-21 al final. Pero mientras hablamos de la comida de la Pascua, necesitamos conectar algunos puntos aquí. Primero,
Cuando Jesús bebió la tercera copa, la “Copa de la Redención”, le dio un nuevo significado. No se trataba solo de la sangre de un cordero, sino de la sangre que Jesús mismo estaba a punto de derramar.
Tradicionalmente se consumían cuatro copas de vino durante la cena de la Pascua, cada una con un significado específico. Las copas representaban diferentes aspectos de la historia del Éxodo y las promesas de Dios. Las cuatro copas suelen estar etiquetadas de cierta manera y a continuación te las enumeramos.
La primera copa es la Copa de la Santificación (Copa Kidush). Esta copa está asociada con la santificación de la festividad. El líder del Seder (Seder significa orden, en este caso el orden de la Cena de la Pascua), a menudo el jefe de familia, recita una bendición sobre el vino, marcando el comienzo de la comida festiva y la naturaleza especial de la ocasión. Según el Comentario del Pilar del Nuevo Testamento, “La Pascua era una celebración familiar, lo que significa que las mujeres y los niños eran una parte normal y necesaria de la comida. En el transcurso de la comida, el niño más joven presente hacía preguntas prescritas que el jefe de familia respondía volviendo a contar la historia del Éxodo y explicando su significado simbolizado en la comida de Pascua.” Por lo tanto, sigue diciendo el comentario, “Es difícil imaginar que las mujeres que habían seguido a Jesús hasta ese momento fueran excluidas de una ceremonia en la que eran parte constituyente. Una vez más, una “gran sala” (14:15) no habría sido necesaria si sólo trece personas estuvieran presentes para la Pascua. Finalmente, la aclaración de que el traidor era “uno de los Doce” (14:20) sería innecesaria si sólo los Doce estuvieran reunidos para la Pascua.”
La segunda copa es la Copa de las Plagas (Makot o Dam – Sangre): Después del ritual inicial del lavado de las manos y la partición de la matzá media (Afikoman), se llena la segunda copa. Antes de beber esta copa, los participantes recitan o cantan las diez plagas que afligieron a los egipcios durante la época de Moisés. Algunas tradiciones implican sumergir un dedo en el vino y quitar una gota por cada plaga para expresar una disminución simbólica de la alegría debido al sufrimiento de los egipcios.
Marcos no menciona estas dos copas, pero Jesús y sus discípulos ciertamente las bebieron juntos. Entonces Marcos retoma la narración:
Marcos 14:22 (NTV) Mientras comían, Jesús tomó un poco de pan y lo bendijo. Luego lo partió en trozos, lo dio a sus discípulos y dijo: «Tómenlo, porque esto es mi cuerpo».
Existen dos tipos de pan ceremonial para el pueblo judío. El primero se le conoce como el matzá (pan sin levadura de la comida de Pascua) simboliza la prisa, la humildad, la redención y la liberación de los israelitas de la esclavitud en Egipto. Durante el Seder de la Pascua, a menudo se hace referencia simbólicamente al matzá como el “pan de la aflicción” para evocar las dificultades que soportaron los israelitas durante su esclavitud en Egipto y su rápida partida, que no dejó tiempo para que su pan subiera. El matzá sirve como un recordatorio tangible de su sufrimiento y de la liberación milagrosa de Dios. Según el Comentario del Pilar del Nuevo Testamento)”Mientras comían, Jesús tomó pan, dio gracias, lo partió y se lo dio a sus discípulos”. Las palabras de institución ocurren después de que se está celebrando la cena de pascual, probablemente entre la segunda y tercera copa de vino.”
El segundo pan es el de la proposición o “pan de la presencia” era una ofrenda sagrada presentada ante la presencia de Dios. Se cambiaba cada sábado y los sacerdotes comían los panes viejos. Levíticos 24:8 (NTV) dice que “es una expresión continua del pacto eterno”.
El término “pan de la presencia” proviene de la idea de que los panes de la proposición eran colocados “ante la presencia” de Dios en el Tabernáculo o Templo. Simbolizaba la comunión continua entre Dios y los israelitas. De acuerdo con el Comentario bíblico del expositor: Edición abreviada “El pan representaba su cuerpo, es decir, su presencia permanente, prometida a los discípulos en vísperas de su crucifixión; y las palabras se convierten en garantía de la presencia real de Jesús dondequiera y cuando sus seguidores celebran la Cena.” ¡Jesús cumple ambas cosas! “Esto es mi cuerpo”; no la palabra para carne (sarx) sino la palabra para ser (soma). Jesús se estaba entregando a sí mismo, todo su ser, su presencia permanente. Luego llegamos a la tercera y cuarta copa.
Marcos 14:23-25 (NTV) Y tomó en sus manos una copa de vino y dio gracias a Dios por ella. Se la dio a ellos, y todos bebieron de la copa. Y les dijo: «Esto es mi sangre, la cual confirma el pacto entre Dios y su pueblo. Es derramada como sacrificio por muchos. Les digo la verdad, no volveré a beber vino hasta el día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.
La tercera es la Copa de la Redención (Zehut o Hagula – Redención): Esta copa está asociada con el tema de la redención. Antes de beber esta copa, se recita una bendición especial sobre el vino, agradeciendo a Dios por la redención del pueblo judío. La historia del Éxodo a menudo se cuenta en este punto, enfatizando la idea de liberación y libertad. Y se recita la oración que dice: “Bendito eres Tú, Señor nuestro Dios, Rey del Universo, que creas el fruto de la vid”. El Comentario del Pilar del Nuevo Testamento dice que “Tomando la tercera copa, Jesús se la da a los discípulos. Entre las ofrendas del pan (v. 22) y la copa (v. 23) había un intervalo de tiempo necesario para comer la comida.” Agrega que “El versículo 25 cae al beber la última copa de la Pascua. Este dicho cambia el enfoque de la celebración del origen del pacto de sangre en Éxodo 24 a su cumplimiento “nuevamente en el reino de Dios”.
La cuarta copa se le conoce como la Copa de Aceptación o Restauración (Birkat HaMazon – Bendición de la Comida): Esta copa se consume después de la comida, particularmente después de la recitación de Birkat HaMazon (Gracia Después de las Comidas). Significa la aceptación del pacto de Dios con el pueblo judío y la esperanza de la restauración completa de Jerusalén.
Nota la frase que leímos (v.23) “todos bebieron de la copa”. En este todo y para vergüenza de ellos está incluido Judas, que lo traicionó, y Pedro, que lo negó.
Marcos es el único escritor del Evangelio que añade: “y todos bebieron de la copa”. El “todos” resuena a lo largo del resto del capítulo, recordando tanto la gracia de Jesús como el fracaso de los discípulos: “todos bebieron” (v. 23), “todos [juran lealtad a Jesús]” (v. 31). ); pero “todos se apartaron” (v. 27), y “todos huyeron” (v. 50). A la Última Cena original asistieron traidores (v. 18) y cobardes (v. 50); ¡Es una mesa no de mérito sino de gracia! (Comentario del Pilar del Nuevo Testamento).
Así que esa es la Última Cena, la última cena de Pascua compartida entre Jesús y sus discípulos, donde Jesús redefine la historia más significativa de la historia judía a la luz de su misión en la tierra. Él es el cumplimiento. No se trataba sólo de esclavitud, se trataba de pecado. No se trataba sólo del pan ceremonial, se trataba de su cuerpo. No se trataba sólo de la sangre de un cordero, sino de su sangre. Todo esto se desarrollaría en tiempo real al día siguiente. Esta comida se comió un jueves; los acontecimientos a seguir sucederían el Viernes Santo. Todo esto nos lleva al tercer y último punto:
Antes de esta comida, Jesús dijo que uno de sus discípulos lo traicionaría. Curiosamente, todos hicieron la misma pregunta: “¿Seré yo?”
Leamos el pasaje que nos saltamos y guardamos para el final. Esto es lo que sucedió justo antes de que Jesús partiera el pan y bebiera la copa, junto con TODOS sus discípulos.
Marcos 14:17-21 (NTV) Por la noche, Jesús llegó con los Doce. Mientras estaban a la mesa, comiendo, Jesús dijo: «Les digo la verdad, uno de ustedes que está aquí comiendo conmigo me traicionará». Ellos, muy afligidos, le preguntaron uno por uno: «¿Seré yo?». Él contestó: «Es uno de ustedes doce que come de este plato conmigo. Pues el Hijo del Hombre tiene que morir, tal como lo declararon las Escrituras hace mucho tiempo. Pero qué aflicción le espera a aquel que lo traiciona. ¡Para ese hombre sería mucho mejor no haber nacido!».
Nota teológica: Este es un poderoso ejemplo de “concurrencia” (ver Teología sistemática, Lección 3): Dios coopera con las cosas creadas en cada acción, dirigiendo a sus criaturas para que realicen sus propósitos a través de sus elecciones y acciones. Proverbios 16:9 “Podemos hacer nuestros planes, pero el Señor determina nuestros pasos.”. Y el sermón futuro de Pedro arrojaría luz sobre esta revelación: Hechos 3:17-18 (NTV) “»Amigos, yo entiendo que lo que ustedes y sus líderes le hicieron a Jesús fue hecho en ignorancia; 18 pero Dios estaba cumpliendo lo que los profetas predijeron acerca del Mesías, que él tenía que sufrir estas cosas.”. – ¡Pero no es lo que esperaban los judíos!.”
Cada uno de los discípulos preguntó por turno: “¿Seré yo?” Nadie lo sabía. ¿Tal vez ni siquiera Judas? Cada uno hizo la misma pregunta. Eso significa que Tomás, ¿ya estaba dudando? Lo cierto es que Pedro luego lo negaría 3 veces. Esto nos lleva de nuevo a nuestra pregunta del día: ¿Cómo sabes si tu fe es auténtica?
Es que una cosa es actuar como si hemos entrado de lleno con Jesús; otra cosa es haber entrado de lleno.
En otras palabras, debemos estar completamente comprometidos con Jesús, su visión y su misión. No solamente decir que lo estamos, sino, demostrarlo en nuestras vidas con nuestra manera de vivir y actuar. Judas era un farsante y sabemos cómo terminó su historia. Pedro era un pecador pero después murió por su fe. Y tú, ¿Cómo evalúas adecuadamente el estado de tu fe? ¿Cómo sabes si tu fe llegará hasta el final? ¿Cómo sabes si eres un verdadero creyente? Hemos visto a tantos aceptar a Cristo y perseverar por un tiempo pero luego se van. Algunos parecían tan genuinos; ahora niegan la fe.
Para responder a eso, debes responder dos preguntas simples. La primera, ¿Has confiado en Jesús para la salvación? No se trata de lo que has hecho. (No Señor, Señor mira lo que he hecho…). No se trata de tu capacidad para guardar las reglas. Se trata de la obra terminada de Jesús en la cruz. De eso se trató la Última Cena. Su cuerpo. Su sangre. Su trabajo. No el tuyo. ¿Has confiado en Jesús para la salvación? Esa es la primera pregunta, y si la respuesta es no, ya está. Pero si has respondido “sí”, entonces puedes pasar a la segunda pregunta.
¿Estás honrando a Dios con tu vida? Nota que la pregunta no es: “¿Eres perfecto? ¿Estás libre de pecado? Judas y Pedro también pecaron. Tú también lo harás.Juan, el discípulo amado que estaba ese día en la mesa con Jesús, lo dijo muy claramente:
1 Juan 2:3 (NTV) Podemos estar seguros de que conocemos a Dios si obedecemos sus mandamientos.
Así que no se trata de ser perfecto, pero sí de tratar de honrar a Dios en todo lo que hacemos. Tenemos que vivir una fe auténtica y no pretenderla. Dejemos las máscaras a un lado y vengamos a Dios tal como somos. Dejemos de jugar a la iglesia, llevando un título de cristianos, pero que con nuestras acciones lo invalidamos. Estás dentro o estás fuera. Eres o no eres. Seamos honestos delante de Dios, tratar siempre de hacer lo que él pide y cuando pecamos, pedirle perdón y no volver a cometer el mismo pecado. Asegúrate de tener una relación verdadera con Jesus. Cerremos con las propias palabras de Jesús:
Mateo 7:21 (NTV) »No todo el que me llama: “¡Señor, Señor!” entrará en el reino del cielo. ….
Ver también:
- Lee los puntos de conversación anteriores como grupo, incluidas las referencias bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Alguna vez has conocido a alguien que parecía religioso al principio, solo para descubrir más tarde que eran un fraude espiritual? Comparte al respecto.
- Explica lo que conmemoró la comida de la Pascua. ¿Por qué el pan no tenía levadura?
- Como grupo, nombra las cuatro copas de vino de la comida de la Pascua. Cuando Jesús dijo “esta es mi sangre”, ¿qué copa estaba sosteniendo en su mano? Explica.
- Lee Marcos 14: 18-19. ¿Qué nos dice sobre la naturaleza de la fe de cada discípulo si se tenían que preguntar si era uno de ellos el que traicionaría a Jesús? ¿Habrías sentido lo mismo?
- Tanto Judas como Pedro terminaron traicionando a Jesús, pero solo Judas era un fraude espiritual. ¿Qué hizo que la fe de Pedro llegará a ser auténtica al final?