En Marcos 12:18-27 Jesús se encuentra con un grupo llamado los saduceos. Tanto los fariseos como los saduceos formaban parte del liderazgo religioso y legislativo de Jerusalén; del Sanedrín (algo así como la Corte Suprema). Si bien comparten algunas similitudes en lo que respecta al legalismo, no estuvieron de acuerdo en la doctrina central. Ellos igual que los fariseos trataban de atrapar a Jesus con sus preguntas. Ellos le hicieron una pregunta que nos lleva a todos hoy en día a buscar una respuesta a una pregunta más amplia: ¿Cómo será la eternidad?
La cultura pop actual piensa que la eternidad es un chiste.nHay series televisivas que presentan la eternidad como una vida de fiesta o un lugar donde el “cielo” es lo que cada quien añora aquí en la tierra.nSi encuestamos a varias personas acerca de qué creen que es la eternidad, las respuestas serían tan variadas como confusas. La respuesta agnóstica sería :¿quién sabe? La respuesta universal sería: “todos los caminos conducen al cielo.” La respuesta del AI (inteligencia artificial) es: “Ah, la vieja pregunta sobre la eternidad. Algunas personas lo imaginan como una extensión del tiempo infinito, mientras que otras piensan que es un estado intemporal en el que todo sucede al mismo tiempo. Supongo que depende de tu perspectiva. ¿Qué piensas sobre la eternidad?”b¡Exactamente! Depende de ti, ¿o no?
Los saduceos
“En la época de Jesús, los saduceos eran pocos en número pero ejercían una gran influencia política y religiosa. Sin embargo, no eran populares entre las masas. Representaban a la clase urbana, rica y sofisticada y tenían su centro en Jerusalén. Cuando Jerusalén fue destruida en el año 70 d.C., desaparecieron de la historia” (Comentario bíblico del expositor: Edición abreviada (2 volúmenes)).nLos saduceos no estaban de acuerdo con los fariseos en la doctrina de la resurrección, entre otras cosas. Su malentendido estaba arraigado en su visión corta de las Escrituras.
Marcos 12:18-19 (NTV) Después se acercaron a Jesús algunos saduceos, líderes religiosos que dicen que no hay resurrección después de la muerte. Le plantearon la siguiente pregunta: —Maestro, Moisés nos dio una ley que dice que, si un hombre muere y deja a una esposa sin hijos, su hermano debe casarse con la viuda y darle un hijo para que el nombre del hermano continúe.
Los saduceos, al contrario que los fariseos, creían que el alma moría junto con el cuerpo. Creyendo que la eternidad no existía ni mucho menos la resurrección. Tampoco creían en la existencia de ángeles. En sí, no creían en el mundo espiritual como lo leemos en Hechos 23:8. Por cierto, que en la Torá se habla de la existencia de ángeles.
Mientras que los fariseos aceptaban todas las Escrituras hebreas así como “las tradiciones orales de los padres”, los saduceos aceptaban sólo el Pentateuco (los primeros cinco libros del Antiguo Testamento) como Escritura inspirada. Ellos rechazaron la tradición mayoritaria sobre este tema, como lo indica la prueba tendida a Jesús.
Este es el problema de tener una visión corta de las Escrituras. Esto pasa por escoger y elegir lo que quieres. Muchas veces así es como se forman doctrinas erróneas. Estas se basan en un versículo o un pasaje sin tomar en cuenta todo el contexto bíblico. Tal es el caso de la doctrina de “sólo Jesús”, la luz del mundo, entre otras.
Continuemos leyendo el escenario que le presentaban los Saduceos a Jesús:
Marcos 12:20-23 (NTV) Ahora bien, supongamos que había siete hermanos. El mayor se casó y murió sin dejar hijos. Entonces el segundo hermano se casó con la viuda, pero también murió sin dejar hijos. Luego el tercer hermano se casó con ella. Lo mismo sucedió con los siete y aún no había hijos. Por último, la mujer también murió. Entonces dinos, ¿de quién será esposa en la resurrección? Pues los siete estuvieron casados con ella.
En la cultura judía, era un deber que cuando un esposo moría sin tener hijos, el siguiente hermano se casara con la esposa. Esto era para que la mujer tuviera un hijo para que continuara la descendencia del esposo muerto. En caso de que el segundo hermano muriera sin descendencia, entonces la mujer debía casarse con el siguiente hermano, y así sucesivamente, hasta que hubiera un varón que continuará con el nombre (hoy en día, el apellido) del primer esposo fallecido.
El escenario presentado a Jesus es tan exagerado y “…tan ridículo que puede haber sido una broma saducea conocida que se usó para burlarse de la doctrina de la resurrección de los fariseos” (Comentario bíblico del expositor: Edición abreviada (2 volúmenes)). Ellos hicieron esta pregunta porque los fariseos y los rabinos creían “…que el mundo venidero es esencialmente una extensión de las condiciones terrenales, incluido el estado matrimonial, aunque en condiciones más gloriosas”(Comentario del Pilar del Nuevo Testamento). Más adelante, Jesús aclara esta posición sobre el matrimonio en la eternidad.
La resurrección
Jesús señaló que cometieron un grave error doctrinal porque leyeron mal las Escrituras. Su orgullo les impidió ver la verdad sobre Jesús y su poder.
Marcos 12:24-25 (NTV) Jesús contestó: —El error de ustedes es que no conocen las Escrituras y no conocen el poder de Dios. Pues, cuando los muertos resuciten, no se casarán ni se entregarán en matrimonio. En este sentido, serán como los ángeles del cielo.
Aquí, Jesús los reprende y les aclara dos cosas. Primero que ellos “no conocen las Escrituras.” Esto era algo de lo que ellos se jactaban y según eran expertos en la materia. Segundo, “no conocer el poder de Dios.” Luego, da la explicación acerca del matrimonio en la eternidad diciendo que las personas “serán como los ángeles” en el sentido de que “no se casarán ni se entregarán en matrimonio”. Con esta respuesta, Jesús rectifica la creencia de los fariseos de que el matrimonio continuaba en la eternidad. También, les afirma que existe un mundo espiritual.
Sobre todo, les afirma que Dios tiene poder para resucitar a los muertos. La resurrección no es una doctrina importante en el Antiguo Testamento, pero está claramente establecida en Daniel 12:1-2: »En ese tiempo … Se levantarán muchos de los que están muertos y enterrados, algunos para vida eterna y otros para vergüenza y deshonra eterna.
Aunque esta es la declaración más explícita, varios otros pasajes aluden a la resurrección de una forma u otra (Job 19:26; Salmos 16:9-11; Isaías 25:7-8; 26:19; Oseas 13:14). ). La literatura del Segundo Templo, y especialmente el surgimiento del pensamiento apocalíptico, dieron a la resurrección una importancia mucho mayor. La mayoría de los judíos de la época de Jesús y Jesús mismo lo afirmaron.
Marcos 12:26-27 (NTV) »Ahora bien, en cuanto a si los muertos resucitarán, ¿nunca han leído acerca de esto en los escritos de Moisés, en la historia de la zarza ardiente? Mucho después de que Abraham, Isaac y Jacob murieron, Dios le dijo a Moisés: “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Por lo tanto, él es Dios de los que están vivos, no de los muertos. Ustedes han cometido un grave error.
Jesús “Los dirigió de regreso a la historia de Moisés y la zarza ardiente (v.26; Éx 3:6), una parte del Antiguo Testamento que los saduceos consideraban particularmente autorizada. La cita puede entenderse de la siguiente manera: Abraham, Isaac y Jacob hacía mucho que habían muerto cuando Dios le hizo la declaración a Moisés en la zarza ardiente. Sin embargo, Dios dijo: “Yo soy [no `yo era’] el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob” (Comentario bíblico del expositor: edición abreviada (2 volúmenes)). Así, los patriarcas todavía estaban vivos en tiempos de Moisés; y si estaban vivos entonces, podemos estar seguros de que en la Resurrección Dios levantará sus cuerpos para participar de la bienaventuranza de la vida eterna. Dios es fiel a las promesas de su pacto. De esta manera, Jesús educa a algunos de los llamados maestros religiosos conservadores después de que entablan un debate con él. Su orgullo les impide ver la verdad sobre Jesús y su poder.
La eternidad
La resurrección corporal es una doctrina central de la fe cristiana. Hay dos tipos: uno para vida eterna y otro para juicio eterno.
Volvamos a nuestra pregunta inicial: ¿Cómo será la eternidad? Pues, aquí va la respuesta:
Según “¿Qué sucede después de que morimos?” Teología Sistemática, Tema 2): “Después del juicio final, todo ser humano resucitará en un cuerpo inmortal (Hechos 24:15) y consignado a uno de dos destinos eternos (Juan 5:28-29), que conocemos como cielo e infierno. El cielo será establecido en esta tierra (Apocalipsis 21:10-12), y reflejará la creación original en el Edén (Apocalipsis 22:2-3). En el cielo, la creación cierra el círculo y es completamente restaurada.
En el cielo, los creyentes tendrán un conocimiento perfecto, en particular, de Dios y de Jesús (1 Corintios 13:9-12). Todo lo relacionado con el orden caído del mundo pasará, incluyendo la muerte, el luto y el dolor (Apocalipsis 21:4). El pecado, el mal y el diablo estarán ausentes (Apocalipsis 21:27).
El Nuevo Testamento describe el infierno como un lugar de castigo, retribución y venganza divina sobre los pecadores (2 Tesalonicenses 1:5-10). El mismo Jesús habla del fuego eterno (Mateo 25:41), oscuridad exterior (Mateo 8:12) y castigo eterno (Mateo 25:46).
La Biblia también habla de tormento interminable (Apocalipsis 14:10-11) en un abismo sin fondo (Apocalipsis 9:1-2) o lago de fuego. Llamada la “muerte segunda” (Apocalipsis 21:8), esta es una experiencia de destrucción eterna y exclusión final de la presencia de Dios (2 Tesalonicenses 1:9).
“La vida resucitada no es una vida terrenal prolongada sino una vida en una dimensión completamente nueva (1 Cor 15:40-44)” (Comentario del Pilar del Nuevo Testamento). En otras palabras, no se trata de vivir eternamente de la manera que conocemos. La eternidad es vivir en el cielo en un plano totalmente nuevo e imposible de comprender con nuestra mente finita. La vida no termina al morir. La vida continúa después de la muerte en una dimensión diferente a la terrenal.
En última instancia, Jesús demostró que la resurrección es una promesa real en la que él mismo participó por primera vez. Confiar en él da como resultado la vida eterna, incluso después de la muerte física.
Juan 11:25-26 (NTV) Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá aun después de haber muerto. Todo el que vive en mí y cree en mí jamás morirá. ¿Lo crees, Marta?
“La respuesta definitiva a los saduceos, sin embargo, no es la exégesis o incluso la autoridad de Jesús (ninguna de las cuales aceptan), sino la vida de Jesús, porque la tumba vacía verificará sus enseñanzas a los saduceos ( 16:6). Jesús no anuncia simplemente la resurrección: él es la resurrección (Juan 11:25)” (Comentario del Pilar del Nuevo Testamento).
La eternidad es real y cuando demos nuestro último respiro la tendremos que enfrentar. Estos 3 versículos te ayudarán a prepararte para la eternidad:
Hebreos 9:27 (NTV) Y así como cada persona está destinada a morir una sola vez y después vendrá el juicio,
Después que mueras, estarás frente a Dios para ser juzgado por tus acciones y decisiones aquí en la tierra.
Romanos 3:23 (NTV) Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.
Cada ser humano peca y queda corto de la meta de Dios. Esto hace que el día del juicio sea malas noticias.
Gálatas 1:4 (NTV) Tal como Dios nuestro Padre lo planeó, Jesús entregó su vida por nuestros pecados para rescatarnos de este mundo de maldad en el que vivimos.
Jesús fue a la cruz para rescatarnos del juicio venidero. Como Dios, Jesús vivió una vida sin pecado y murió una muerte de un criminal en lugar nuestro.