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Puntos de conversación:
- En el pensamiento hebreo, la conciencia estaba ligada al corazón medido frente a la verdad de Dios. El Nuevo Testamento enseña que una conciencia limpia proviene de someter todo lo que somos a Jesús. 1 Timoteo 1:5, Romanos 8:1
- Una conciencia limpia da la bienvenida al examen en lugar de temerlo. Pablo enfrentó acusaciones falsas, pero mantuvo la confianza porque sabía que Dios es el Juez Supremo. 1 Corintios 4:3-4
- Con quién pasas tiempo moldea tu corazón y tu conciencia. Es importante rodearte de una comunidad que te ayude a crecer en Cristo y te anime a deleitarte en la Palabra de Dios. Salmo 1:1-2
- Pablo declaró con valentía su fe, incluso cuando fue costosa. Una conciencia limpia no proviene de la perfección, sino de la sumisión a Jesús a través de la confesión y el arrepentimiento. Hechos 24:14-16, Hebreos 10:20-22
En Hechos 23 y 24, encontramos al apóstol Pablo siendo juzgado ante el Sanedrín judío y más tarde ante el gobernador romano Félix. A lo largo de estos intensos encuentros, Pablo declara con valentía: “He vivido mi vida delante de Dios con toda buena conciencia hasta el día de hoy” (Hechos 23:1). Sus palabras y acciones en estos capítulos ofrecen ideas sobre cómo tener una conciencia tranquila ante Dios.
Entonces, la pregunta que surge es: ¿Cómo se cultiva una conciencia limpia? Estoy usando “cultivar” a propósito. Es como una plantita acabada de brotar que necesita atención. Si no eres un experto cultivando plantas y si como yo, no tienes “un dedo verde” sabrás lo difícil que es intentar mantener viva una planta o cultivar un jardín. No importa lo que hagamos, siempre se nos muere lo que sembramos. No es hasta que aprendemos a cultivar que empezamos a ver frutos de nuestro arduo trabajo.
Ahora, hablemos de la conciencia. En la filosofía griega, la conciencia (syneidēsis) se entendía como una brújula moral interna, una facultad de autoconciencia y juicio sobre el bien y el mal. Éste es el problema fundamental de la idea secular de conciencia: ¿quién decide qué está bien y qué está mal?
La definición actual del diccionario Oxford (traducido al español) es: un sentimiento o voz interior visto como una guía para determinar si el comportamiento de uno es correcto o incorrecto.
Nuestra definición de pecado (Lección 4 de La búsqueda): Pecar es seguir tu propio camino, confiar y actuar según tus propias opiniones y sentimientos en lugar de hacerlo según la verdad de Dios. Esta es una definición totalmente opuesta a la secular.
El pensamiento hebreo asociaba la conciencia más con el corazón (lev), enfatizando la responsabilidad moral a la luz de la ley de Dios. El significado de “corazón” en hebreo nos enseña que el concepto de “corazón” se entiende mejor como la “persona interior”: el asiento de nuestra mente (pensamientos), emociones (sentimientos) y voluntad (intenciones).
En el Nuevo Testamento, que lo veremos hoy: a la luz de la obra de Cristo en la cruz y el don del Espíritu Santo, tener una conciencia tranquila consiste en someter todo tu ser (pensamientos, sentimientos, intenciones) al Camino de Jesús.
Antes de llegar al discurso de Pablo en Hechos 23, comencemos con su primera carta a Timoteo. Esto nos da un buen contexto para lo que leeremos en Hechos. Además, nos ayuda a comprender el valor de una conciencia limpia y tranquila.No sólo es bueno para ti, tu vida interior. También es bueno para las personas que te rodean ya que afecta tu capacidad de amar.
1 Timoteo 1:5 (NTV) El propósito de mi instrucción es que todos los creyentes sean llenos del amor que brota de un corazón puro, de una conciencia limpia y de una fe sincera;
El propósito de la enseñanza de Pablo es que los creyentes sean llenos del amor. ¿Te suena? El mayor mandamiento, dijo Jesús, es el AMOR. ¿De dónde surge ese amor? Brota de un corazón puro. Proviene de todo el NUEVO yo: pensamientos, sentimientos, intenciones. Este yo, claro, ya perfeccionado en la corte del cielo, aún no aquí en la tierra. Pero cuanto más tiempo estemos en el camino de Dios, más podremos amar.
Además, ese amor brota de una conciencia limpia que te libera para amar de verdad. Si no crees que estás perdonado, nunca amarás de verdad. Una conciencia culpable te hace sentir aislado y solo. ¿Cómo puedes amar en ESE lugar? Es imposible amar si no tienes una conciencia limpia.
Ese amor también brota de una fe sincera. Una fe sincera y genuina en JESÚS, que es la raíz de todo. Por la fe podemos tener la conciencia limpia porque es por haber creído en Jesús que ya no somos sometidos a juicio ni a condenación.
Romanos 8:1 (NTV) Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús;
Ahora sí, estamos listos para adentrarnos al texto de Hechos:
Hechos 23:1 (NTV) Mirando fijamente al Concilio Supremo, Pablo comenzó: «Hermanos, ¡siempre he vivido ante Dios con la conciencia limpia!».
Pablo está hablando con el consejo gobernante judío llamado Sanedrín, el mismo grupo involucrado en el juicio de Jesús. En el mensaje de hoy, analizaremos este versículo y también daremos unos pasos necesarios para tener una conciencia limpia.
Analicemos “Mirando fijamente”. Esto denota ¡una mirada desafiante! Pablo miró a estos hombres directamente a los ojos. Esta es una señal de una conciencia limpia y tranquila. Los desafío con toda la seguridad del mundo porque sabía quién él era en Dios. No tenía miedo del examen al que lo estaban sometiendo ni de las acusaciones.
Estaba siendo acusado falsamente, no muy diferente a Jesús. Por eso él no tuvo miedo. ¿Tienes una conciencia limpia y tranquila cuando llegan las acusaciones? Estas acusaciones pueden venir de alguien más o de tus propios pensamientos. Si tu respuesta es no o no estás seguro, sigue los siguientes pasos para poder tener una conciencia limpia.
Paso 1 hacia una conciencia limpia: Ponte a prueba.
Esto puede parecer contradictorio, ¡pero es útil! No tengas miedo de examinarte a ti mismo. Una conciencia limpia no teme el auto-examen. Es posible que todavía no puedas “mirar fijamente” a tus acusadores con confianza y seguridad pero cuanto más aprendas el evangelio, más crecerá tu confianza. Aprenderás que Dios es el Juez Supremo y que ha dejado claro su veredicto.
¡No culpable! Romanos 8:1 dice: “…ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús” Si tu ya aceptaste a Cristo Jesús como Señor y Salvador de tu vida, ya no eres culpable de ninguna acusación o delito en tu contra. ¡Él ya te perdonó! ¡Has sido exonerado!
Más adelante en el ministerio, a Pablo le sucedió nuevamente lo mismo que con el Concilio Supremo, esta vez entre los cristianos corintios:
1 Corintios 4:3-4 (NTV) En cuanto a mí, me importa muy poco cómo me califiquen ustedes o cualquier autoridad humana. Ni siquiera confío en mi propio juicio en este sentido. 4 Tengo la conciencia limpia, pero eso no demuestra que yo tenga razón. Es el Señor mismo quien me evaluará y tomará la decisión.
Pablo está abordando las divisiones y críticas en la iglesia de Corinto y afirmando que solo Dios tiene la autoridad final para juzgar. Este pasaje destaca la importancia de centrarse en la fidelidad a Dios y no en las opiniones humanas. Pablo enfatiza que no le preocupa ser juzgado por los demás, ni siquiera por él mismo. Su confianza y justificación no dependen de la opinión de los demás ni de su propia evaluación, sino de Dios.
Regresemos a Hechos para nuestra siguiente idea:
Hechos 23:1 (NTV) Mirando fijamente al Concilio Supremo, Pablo comenzó: «Hermanos, ¡siempre he vivido ante Dios con la conciencia limpia!».
Pablo se dirige al Concilio llamándolos “hermanos”. ¡Pablo solía ser parte de la élite por eso los trataba de tú a tú! Sabía que no estaba por debajo de ellos, a pesar de que ellos si pensaban que lo estaba. Los pensamientos y sentimientos del Concilio Supremo decían una cosa. Los pensamientos y sentimientos de Pablo dijeron otra.
¿Quién tenía razón? ¡Cualquiera que esté alineado con Jesús! Ahora Pablo se había rodeado de un grupo diferente. Sus nuevos compañeros eran pescadores y recaudadores de impuestos. Personas que habían caminado con Jesús.
Paso 2 hacia una conciencia limpia: Rodéate de creyentes verdaderos.
No hay sustituto para esto. Si quieres abrazar tu nuevo TÚ y mantenerte arraigado en el evangelio, necesitas una comunidad de personas comprometidas con lo mismo. El Libro de los Salmos comienza con este concepto.
Salmos 1:1-2 (RVR1995) Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado, 2 sino que en la ley de Jehová está su delicia y en su Ley medita de día y de noche.
Mira la progresión:
Anduvo: Andar o caminar, sugiere interacción casual, exposición o influencia inicial. Se refiere a adoptar consejos, valores o una visión del mundo desde los impíos. En esta etapa, la persona puede estar simplemente escuchando ideas pecaminosas o coqueteando con la tentación.
Estuvo en camino: Esto implica un mayor grado de asociación y de una manera persistente. Ya no es solamente de vez en cuando. En lugar de simplemente pasar por alto las influencias impías, el individuo ahora hace una pausa, considera o incluso participa en conductas pecaminosas. Esto refleja una aceptación más profunda de maneras pecaminosas, posiblemente incluso justificándolas.
Sentado: Sentarse significa establecer y sentirse cómodo en el pecado. En esta etapa, la persona no sólo está influenciada sino que también participa activamente y se identifica con los escarnecedores o sea burladores (aquellos que abiertamente se burlan de la justicia). Esta es la etapa más arraigada: ahora uno ha abrazado un estilo de vida pecaminoso e incluso ridiculiza a quienes buscan la justicia.
El versículo 1 trata sobre lo que NO HAY QUE HACER. No te juntes con los malvados. El orador motivacional Jim Rohn es famoso por esta cita: “Eres el promedio de las cinco personas con las que pasas más tiempo”, robó ese concepto de la sabiduría eterna de los Salmos. En otras palabras, te comportarás y actuarás según las personas con las que más te juntas. Eventualmente, te convertirás en una más de esas personas, sea para bien o para mal.
El versículo 2 trata sobre qué HACER. Dice: “que en la ley de Jehová está su delicia” o sea que se deleita en la ley del Señor. En lugar de estar moldeado por influencias malvadas, el bendecido encuentra alegría y orientación en la palabra de Dios. En lugar de andar, estar o sentarse en pecado, él está meditando en la verdad, moldeando su corazón y su mente según la voluntad de Dios.
Volvamos a Hechos para nuestro paso final:
Hechos 24:14-16 (NTV) »Pero admito que soy seguidor del Camino, al cual ellos llaman secta. Adoro al Dios de nuestros antepasados y firmemente creo en la ley judía y en todo lo que escribieron los profetas. 15 Tengo la misma esperanza en Dios que la que tienen estos hombres, la esperanza de que él resucitará tanto a los justos como a los injustos. 16 Por esto, siempre trato de mantener una conciencia limpia delante de Dios y de toda la gente.
El Comentario del Pilar del Nuevo Testamento comenta que “En términos forenses, este es un giro impresionante: después de una serie de negaciones enfáticas, ¡el acusado está a punto de hacer una confesión!” Recordemos, este es un juicio. Pablo está ante el gobernador romano Félix. Ha sido acusado por los líderes judíos de causar disturbios y de profanar el templo. En su defensa, Pablo primero niega enfáticamente las acusaciones en su contra. Más ahora, después de sus negaciones, Pablo hace una confesión importante, aunque no en el sentido de admitir un delito. Pablo confiesa abiertamente su fe en el Camino de Jesus. Eso es lo mismo que debemos hacer no importando la situación en la que nos encontremos.
Paso 3 hacia una conciencia limpia: Confiesa que sigues el Camino de Jesús.
Confíesatelo primeramente a ti mismo cada día. Es fácil olvidarlo. Es fácil convencerse a sí mismo de no hacerlo. Jerry Bridges en La disciplina de la gracia escribe: “El creyente debe predicarse el evangelio a sí mismo cada día”. En otras palabras, cree en las buenas nuevas de salvación. Son también para ti. Si pecas, tienes un Abogado defensor ante el Padre.
Una vez que tú mismo aceptas que eres un seguidor de Jesus, admítelo ante los demás sin pedir disculpas. Pablo admitió sin disculpas su nueva forma de vida. Él lo confesó valientemente aunque Jesús era un criminal convicto para el Concilio Supremo y aunque el Concilio Supremo quería condenarlo. A él no le importaba si lo hallaban culpable o no. Tenía la conciencia limpia de todo delito porque había sometido su vida y voluntad a Jesús, a quien servía y seguía.
Esto nos enseña que una conciencia limpia es el resultado de una vida sometida a Dios, no de una vida perfecta. Esto requiere un estilo de vida de confesión y arrepentimiento diario como nos recuerda Hebreos 10:21-22:
Hebreos 10:20-22 (NTV) Por su muerte, Jesús abrió un nuevo camino—un camino que da vida—a través de la cortina al Lugar Santísimo. 21 Ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que gobierna la casa de Dios, 22 entremos directamente a la presencia de Dios con corazón sincero y con plena confianza en él. Pues nuestra conciencia culpable ha sido rociada con la sangre de Cristo a fin de purificarnos, y nuestro cuerpo ha sido lavado con agua pura.
En conclusión, cultivar una conciencia limpia es como cuidar un jardín: requiere atención y cuidado constantes. La vida de Pablo nos enseñó tres pasos esenciales ha seguir el dia de hoy:
- Pónte a prueba: examina tu corazón y confía en el veredicto de Dios.
- Rodéate de creyentes verdaderos: manténte arraigado en una comunidad centrada en Cristo.
- Confiesa que sigues el camino de Jesús: vive una vida de confesión y arrepentimiento diario.
Al practicar estos pasos, podemos presentarnos con confianza ante Dios, sabiendo que nuestra conciencia está limpia, no por nuestra propia justicia, sino por la obra redentora de Cristo en la cruz.
Ver también:
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Cómo define el mundo la conciencia hoy en día? ¿En qué se diferencia de la visión bíblica?
- ¿Por qué Dios desea que tengamos una conciencia limpia si nuestra salvación no se basa en las obras?
- ¿Alguna vez has sentido que la culpa o la vergüenza te impedían amar verdaderamente a Dios o a los demás? Explica.
- ¿Has tenido problemas en juzgarte a ti mismo,a? ¿Cómo puede ayudarte confiar en el veredicto de Dios?
- ¿Quién influye más en tus pensamientos y acciones? ¿Te están llevando hacia Jesús o alejándote de él?
- ¿Te resulta difícil admitir abiertamente tu fe y sobre todo, vivirla? ¿Qué te detiene?
- Desafío: Identifica un paso práctico que puedas dar esta semana para cultivar una conciencia limpia ante Dios.