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Puntos de conversación:
- En Marcos 10:13-16, Jesús se indignó cuando sus discípulos trataron de impedir que los niños se acercaran a él. La ironía es que los niños, y aquellos que comparten sus cualidades, son los únicos que logran entrar al reino de Dios.
- Los niños no son pretenciosos, no son dados a darse aires. Dios está buscando personas que vengan como son, no aquellos que intentan exagerar sus currículums.
- Los niños son impotentes, completamente dependientes de los adultos a su alrededor. Dios está buscando personas que admitan su debilidad y su necesidad desesperada de ayuda.
- Los niños son receptores, no contribuyentes. Dios está buscando personas que se deleiten en él y confíen en que lo que él da es bueno.
- Por naturaleza todos los humanos son “hijos de la ira”. Pero nos convertimos en hijos de Dios cuando recibimos a Jesús por la fe tal como un niño. Efesios 2:1-3, Juan 1:10-13
En Marcos 10:13-16, Jesús se indignó cuando sus discípulos trataron de impedir que los niños se acercaran a él. La ironía es que los niños, y aquellos que comparten sus cualidades, son los únicos que logran entrar al reino de Dios.
Marcos 10:13-16 (NTV) Cierto día, algunos padres llevaron a sus niños a Jesús para que los tocara y los bendijera, pero los discípulos regañaron a los padres por molestarlo. Cuando Jesús vio lo que sucedía, se enojó con sus discípulos y les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino de Dios pertenece a los que son como estos niños. Les digo la verdad, el que no reciba el reino de Dios como un niño nunca entrará en él». Entonces tomó a los niños en sus brazos y después de poner sus manos sobre la cabeza de ellos, los bendijo.
Hace un par de semanas atrás vimos que los niños eran ciudadanos de segunda clase y para nada estimados en la cultura antigua.
Un punto contextual que puede importar más adelante al hablar de las características de los niños es que estos no son adolescentes y pre adolescentes. Esto se deduce el hecho que Jesús puede tomarlos en sus brazos. Así que tienen que ser niños pequeños. Lucas lo confirma al contar su relato. El usa la palabra “infante” para referirse a hijitos (Lucas 18:15 NTV).
En el relato de Marcos, la versión Reina Valera usa la palabra indignado en vez de enojado. Y es que la indignación es un sentimiento de enojo profundo. El Comentario Pilar del Nuevo Testamento lo explica de la siguiente manera: “v. 14 es el único pasaje en los Evangelios donde se dice que Jesús está “indignado”. La palabra para “indignado” (Gr., aganaktein) significa “despertar a la ira”, es decir, desahogarse expresando disgusto en lugar de simplemente cavilar sobre ello. El objeto de la indignación de una persona revela mucho acerca de esa persona. El desagrado de Jesús aquí revela su compasión y defensa de los indefensos, vulnerables e impotentes.”
Jesús identifica el meollo del asunto del reino de Dios que Marcos trata de hacernos ver a través de su Evangelio: ¿Qué valora Dios? ¿Quién puede pertenecerle? Y ahora, expande en el concepto de ser como un niño pequeño. Entonces, la pregunta que surge es: ¿Qué significa ser “como un niño”? Acaso ¿significa ser inocente con respecto al pecado original? ¿Ser ignorantes? NO. Ser como un niño no quiere decir que debes ser un ignorante y apagar tu cerebro.
Ser como un niño conlleva tres características admirables y únicas en los niños que no se encuentran a menudo en los adultos. Ser como un niño significa no ser pretenciosos, ser impotentes y ser receptores (recibir)
No pretenciosos
Los niños no son pretenciosos, no son dados a darse aires. Dios está buscando personas que vengan como son, no aquellos que intentan exagerar sus currículums.
Volviendo al texto: los discípulos estaban fingiendo ser algo que no eran. ¿Quién los hizo porteros o guardaespaldas de Jesús? Nadie les dio ese puesto. Ellos se auto denominaron guardaespaldas o más bien, representantes de Jesus. No conocemos sus motivos por completo. Tal vez querían evitarle a Jesús algunas molestias. Pero tal vez querían que la gente pensara que eran ellos eran importantes y tenían que venir con ellos para poder ser admitidos por Jesus.
Los niños no hacen esto. Lo que ves, es lo que es. Hay una cierta modestia en la niñez. Ellos no pretenden ser más que nadie ni auto ponerse títulos de grandeza. Compara la actitud de los discípulos aquí con la de Mateo,
Mateo 18:2-4 NTV Jesús llamó a un niño pequeño y lo puso en medio de ellos. Entonces dijo: —Les digo la verdad, a menos que se aparten de sus pecados y se vuelvan como niños, nunca entrarán en el reino del cielo. Así que el que se vuelva tan humilde como este pequeño es el más importante en el reino del cielo.
Los discípulos hicieron una pregunta que probablemente revela la importancia del problema para ellos. La respuesta de Jesús fue llamar a un niño pequeño y ponerlo frente a ellos. “se vuelvan como niños, nunca entrarán en el reino del cielo…” El punto que hace aquí es que el niño no estaba tratando o pretendiendo ser grande. Este niño era sin ambición, sin orgullo, ni arrogancia ni hipocresía. Jesús añade: “el que se vuelva tan humilde como este pequeño es el más importante en el reino del cielo”.
Nota que Marcos dice “reino de Dios”; Mateo dice “reino del cielo”. Ambos son la misma cosa. Mateo está escribiendo para la audiencia judía. Los judíos nunca usaban el nombre de Dios, sino que lo sustituian por un eufemismo (otra palabra). Así que en lugar de decir “el reino de Dios” consideró más reverente decir “el reino del cielo”. Marcos estaba escribiendo a una audiencia más gentil/pagana y por eso dice “el reino de Dios”.
Mateo 11:25 elabora esta idea de humildad sin pretensiones.
Mateo 11;25 (NTV) En ese momento, Jesús dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque estas cosas las escondiste de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.
Se hace un contraste claro entre 2 grupos: los sabios y entendidos versus los niños pequeños. ¿Cuál es la diferencia? Las personas sabias y conocedoras tienen confianza en sí mismas. Los niños no. Ellos confían en todo lo que el padre le dice. Se tu como un niño. Acercate a Dios, tu Padre Celestial tal como eres. Sin pretensiones. Sin fingir ni pretender ser quien no eres..
Impotentes
Los niños son impotentes, completamente dependientes de los adultos a su alrededor. Dios está buscando personas que admitan su debilidad y su necesidad desesperada de ayuda.
Nota que hay un contraste implícito entre los discípulos y los niños a los que no están dejando acercarse a Jesús. ¿A qué cualidad de niño se refiere Jesús aquí A la impotencia. A la debilidad y por lo tanto a la dependencia.
Los niños pequeños dependen para todo de sus padres. Hasta cierta edad, no pueden ni alimentarse solos. Literalmente. Son unos indefensos sin la protección y cuidado de los padres. Por lo tanto, esta debilidad o falta de poder los hace depender totalmente de los padres.
Al contrario de los discípulos. Ellos creen que tienen un rango más alto que los demás hasta el punto de querer manejar el tiempo de Jesus. Los discípulos estaban haciendo todo lo posible como guardianes del acceso a Jesús.¿Por qué los discípulos reprendieron a los padres? En cierto modo, estaban disfrutando de su poquito de poder. Se sentían poderosos. Sin comprender que el poder venía de Jesus, no de ellos. La lección aquí es que solo aquellos que aceptan que son débiles son candidatos para el reino de Dios. Los niños se contentan con depender de los demás. (a excepción de los pequeños de 2 años que dicen “¡yo lo puedo!”)
Por lo tanto, las personas que piensan que están a la altura de los estándares de Dios quedan automáticamente excluidas. Las personas religiosas que comienzan a desmoronarse bajo el peso de la dignidad o las exigencias religiosas están comenzando a descubrir esta verdad. Leamos lo que Pablo le dijo a los corintios al respecto:
1 Corintios 1:26-28 (NTV) Consideren, hermanos, su llamamiento: No muchos de ustedes son sabios, según los criterios humanos, ni son muchos los poderosos, ni muchos los nobles; sino que Dios eligió lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo, para avergonzar a lo fuerte. También Dios escogió lo vil del mundo y lo menospreciado, y lo que no es, para deshacer lo que es,
¡Los discípulos pensaban en los niños como los fariseos pensaban en ellos! Los fariseos los consideraban a ellos gente del vulgo (que lo eran) y los menospreciaban por no ser preparados ni expertos en la ley. Mas por esta clase de gente es que Jesús vino a morir (Romanos 5:6 NTV).
Jesús no buscó a los fuertes, inteligentes o sabios. Asi nos amó y vino para salvarnos. El Comentario Pilar del Nuevo Testamento dice: “No somos inocentes ni ansiosos, sino lentos, incrédulos y cobardes. En esta historia, los niños no son bendecidos por sus virtudes sino por lo que les falta: vienen solo como son: pequeños, impotentes, sin sofisticación, como los olvidados y desposeídos de la sociedad. Recibir el reino de Dios como un niño es recibirlo como alguien que no tiene créditos, ni influencia, ni reclamos. Un niño pequeño no tiene absolutamente nada que traer, y todo lo que recibe, lo recibe por gracia sobre la base de pura necesidad más que por un mérito inherente en sí mismo.”
Pero, ¿cómo es ser dependiente o débil? Y la cuestión no es esa, sino es cómo “recibir el reino de Dios” y así “entrar en él”. Los niños pequeños no tenían nada que los encomendara a Jesús. No había ninguna razón en ellos por la que debería darles la bienvenida. No podían hacer nada por él. De hecho, se convirtió en su abogado cuando otros los rechazaron.
Receptores
Los niños son receptores, no contribuyentes. Dios está buscando personas que se deleiten en él y confíen en que lo que él da es bueno. Jesús les dijo a los discipulos: “el que no reciba el reino de Dios como un niño nunca entrará en él.”. Entonces, la pregunta es: ¿cómo recibe una persona el reino de Dios “como un niño”? Jesús habla de recibir algo.
Entonces voy a preguntar: ¿cómo recibe un niño algo que se le ofrece? ¿Cómo recibe un niño un regalo? Podemos pensar en varias respuestas a eso. Piensa en “delicia”. Solo fijate cómo los niños se deleitan tanto al abrir o elegir un regalo. No solo se deleitan en el regalo pero se deleitan en el dador. Es posible que el niño le de un gran abrazo. Querrá pasar tiempo contigo jugando con el regalo. Los niños son más receptivos; no han desarrollado escepticismo o cinismo. No dudan del valor del regalo ofrecido. No piensan si vale la pena recibirlo.
La mayoría piensa en la “fe de un niño”. Llámalo “confianza”. Esa frase no se encuentra en la Biblia. Pero “confianza” o “fe” tiene mucho apoyo en la Biblia como clave para entrar en el reino de Dios. Un niño confía implícitamente en su padre, y en que lo que le ha regalado es algo bueno. Ni piensa por un momento que tal regalo lo dañara. Esta confianza infantil nos enseña acerca de la fe en Jesús.
Efesios 2:8 (NTV) Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. Ésta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios;
La fe, esa confianza ciega en Dios, viene de él mismo. No depende de nosotros. Él la ha puesto dentro de nosotros. Solo tenemos que ser receptivos como un niño y tomarla. No cuestionarla. No desglosarla para entenderla. Solo decir gracias como lo hace un niño recibiendo un regalo con los brazos abiertos y una sonrisa en su rostro. Esto es lo que significa ser como un niño.
El Comentario del Pillar del Nuevo Testamento dice que “La gente quería que Jesús tocara a sus hijos (v. 13, ver NVI). Jesús hizo más que tocarlos, sin embargo…. En su curación de los enfermos y ayuda a los necesitados, Jesús impuso sus manos sobre más personas comunes y con más frecuencia que la sociedad judía en general. Su toque trajo bendiciones, pero también fue una bendición, una expresión tangible del amor incondicional de Dios por los impuros, los extranjeros, las mujeres y los niños. En otras palabras, Jesús ofrece su reino a los pecadores que moríamos en nuestros delitos y pecados como dice Efesios:
Efesios 2:1-3 (RVA-2015) En cuanto a ustedes, estaban muertos en sus delitos y pecados, en los cuales anduvieron en otro tiempo … todos nosotros vivimos entre ellos en las pasiones de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de la mente; y por naturaleza éramos hijos de ira, como los demás.
Por naturaleza todos los humanos somos “hijos de la ira” como leímos anteriormente. Pero nos convertimos en hijos de Dios cuando recibimos a Jesús por la fe tal como un niño. Al igual que un niño, simplemente debemos creer y recibir su perdón y regalo de salvación. Asi es como llegamos a ser sus hijos:
Juan 1:10-13 (NTV) En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, pero el mundo no la conoció. La Palabra vino a lo suyo, pero los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Ver también:
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó la atención?
- Comparte un momento en que te sentiste maltratado o menospreciado. ¿Por qué es una experiencia tan dolorosa?
- Lee Marcos 10:13-16. ¿Por qué Jesús estaba tan enojado? ¿Qué crees que significa recibir a Jesús como un niño?
- Lee Mateo 11:25 y Lucas 18:11. ¿Cómo tienden a relacionarse los niños con los demás? ¿Cómo trataban los fariseos a los demás?
- Lee 1 Corintios 1:26-27. ¿Por qué elegiría Jesús a los “de condición humilde” y a los “débiles”? ¿Cómo somos espiritualmente impotentes y dependientes de Dios?
- Lee Efesios 2:1-3 y Juan 1:10-13. Contrasta estos versículos. ¿Qué se requiere para ser un verdadero hijo de Dios? ¿Qué significa renacer en Cristo?
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?