Podemos confiar en Dios de que sus promesas en nuestras vidas son seguras y que se cumpliran aunque se tarden más de lo esperado.
Esta es la lección 3 de 5 en la serie Abraham.
Abraham confió en Dios y dejó todo por una patria nueva. Pero su fe en Dios estaba lejos de ser perfecta. Titubeó y dudó a lo largo del camino. A pesar de que Dios es perfectamente digno de confianza, la fe requiere de tiempo para desarrollarse – conforme seguimos confiando en él.
La historia de Dios toma tiempo para desarrollarse
Las promesas de Dios dadas a Abraham no se materializaron de inmediato. Dios no le dijo cómo los eventos se desarrollarían. Así que la fe de Abraham vaciló. Dios prometió que llegaría a ser el padre de una gran nación (Génesis 12:2-4), pero un tiempo después, Abraham ni siquiera tenía hijos. En respuesta, Dios le dio garantías nuevas.
Génesis 15:2-4 Abram le respondió: —Oh Señor Soberano, ¿de qué sirven todas tus bendiciones si ni siquiera tengo un hijo? Ya que tú no me has dado hijos, Eliezer de Damasco, un siervo de los de mi casa, heredará toda mi riqueza. Tú no me has dado descendientes propios, así que uno de mis siervos será mi heredero. Después el Señor le dijo: —No, tu siervo no será tu heredero, porque tendrás un hijo propio, quien será tu heredero.
El camino a los propósitos de Dios implicará retrasos, obstáculos y pruebas. Es fácil dudar de lo que Dios hará. Sus planes por lo general se aclaran mejor con el tiempo, pero a lo largo del camino, Dios te invita a que hagas preguntas honestas.
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Dios garantiza tu lugar en Su historia
La relación de Abraham con Dios resultó de la iniciativa de Dios. Dios lo buscó en primero. Dios comenzó la conversación. No sólo eso, Dios también asegura sus promesas. Dios le prometió a Abraham que sus descendientes poseerían la tierra donde Abraham vivió como extranjero. Pero una vez más, Abraham no estaba convencido.
Génesis 15:8 Pero Abram respondió: —Oh Señor Soberano, ¿cómo puedo estar seguro de que realmente voy a poseerla?
En respuesta, Dios se amarró a sus promesas a través de un pacto. Los pactos eran comunes en el mundo antiguo. Los pactos están por toda la Biblia. Es una asociación con Dios – y lo vemos desde el primer libro de la Biblia hasta el último. Un pacto es una promesa o compromiso, es como un tratado, garantizando la fidelidad entre las dos partes. Ambas partes se comprometían a cumplir con ciertas condiciones. . El matrimonio es un ejemplo clásico; es un pacto entre un hombre y una mujer, con un anillo de bodas como símbolo exterior. En toda la Biblia, Dios hace pactos con la gente. Al Dios pasar de la promesa al pacto con Abraham, fue como reforzar un acuerdo hecho con un apretón de manos con un contrato escrito.
Génesis 15:18 Entonces el SEÑOR hizo un pacto con Abram aquel día y dijo: “Yo he entregado esta tierra a tus descendientes, desde la frontera de Egipto hasta el gran río Éufrates,…”
A diferencia de la mayoría de los pactos, el acuerdo de Dios con Abraham fue unilateral. Dios no le puso ninguna condición a Abraham. Dios prometió su fidelidad, pero no le pidió a Abraham que prometiera algo a cambio. De hecho, durante la ceremonia de ratificación, Dios durmió a Abraham profundamente (Génesis 15:12). Es como si Dios firmó el contrato por ambas partes.
Del mismo modo, Dios garantiza nuestro lugar en Su historia a través de Su acción unilateral para con nosotros en Cristo. Jesús estableció un nuevo pacto entre nosotros y Dios. Este se inició en su totalidad por Dios al igual que el pacto con Abraham. Está basado sólo en lo que Dios hace por nosotros, no en lo que nosotros hacemos.
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Tu parte en la historia es mantenerte confiando en Dios
En su momento más alto, Abraham respondió a las promesas de Dios con fe. Como resultado, Dios tuvo a Abraham como un hombre justo.
Génesis 15:6 Y Abram creyó al Señor, y el Señor lo consideró justo debido a su fe.
La fe de Abraham se convirtió en un modelo para tener una relación con Dios. De la misma manera, nosotros también encontramos nuestro lugar en la historia de Dios por la fe en sus promesas.
Gálatas 3:7,9 Así que los verdaderos hijos de Abraham son los que ponen su fe en Dios... Así que todos los que ponen su fe en Cristo participan de la misma bendición que recibió Abraham por causa de su fe.
Las bendiciones del nuevo pacto de Jesús incluyen el perdón de nuestros pecados, una relación reconciliada con Dios, pertenecer a la familia de Dios, y mucho más. Al igual que Abraham, recibimos estas bendiciones, no por la obediencia o porque lo merecemos, sino por confiar en la acción de Dios por nosotros – a través de la muerte y resurrección de Jesús.
Al llegar a ser parte de la historia de Dios al confiar en Jesús, seguimos en un camino de crecimiento de fe con todos los giros y vueltas de la vida. Pueda que te veas tentado a alejarte de Dios en tiempos difíciles. Más recuerda que puede llevarse toda una vida para desarrollar una fe profunda. Tu fe seguirá creciendo conforme sigas confiando en la fidelidad de Dios.
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Lecturas diarias
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- Durante momentos como ése, ¿has visto tu fe crecer o disminuir, o ambos? Explica.
- Lee Génesis 15:6. ¿Por qué crees que Dios valora tan altamente la fe en su pueblo?
- Lee Génesis 15:7-8. ¿Qué le prometió Dios a Abraham?
- ¿Cómo puedes diferenciar entre una promesa verdadera de Dios versus algo que simplemente esperas que Dios haga por ti? ¿Por qué esto es importante para nuestra fe?
- Lee Génesis 15:18. ¿Qué es un pacto? ¿Qué hizo que el pacto de Dios con Abraham fuera único?
- Lee Hebreos 9:14-15. ¿Qué dice esto sobre el nuevo pacto que Jesús ratificó entre Dios y la gente?
- ¿Cómo es el nuevo pacto de Jesús igual al pacto de Dios con Abraham?
- Lee Filipenses 1:6. ¿Cómo se aplica esto a los problemas que desafían nuestra fe en Dios?
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