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La Biblia habla claramente acerca de la realidad de las conversiones tanto verdaderas como falsas. Si bien algunas personas pueden profesar fe en Cristo, es posible que sus vidas no reflejen la transformación que proviene de la salvación genuina. Otros pueden tener dudas sobre su salvación y preguntarse si realmente son salvos. En este artículo, exploraremos los conceptos conversiones falsa y la seguridad de la salvación desde un punto de vista bíblico.
- La realidad de las falsas conversiones
La Biblia reconoce que no todos los que profesan fe en Cristo son genuinamente salvos. El mismo Jesús advirtió sobre esta realidad en Mateo 7:21-23, donde Él dice:
Mateo 7:21-23 (NTV) »No todo el que me llama: “¡Señor, Señor!” entrará en el reino del cielo. Solo entrarán aquellos que verdaderamente hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. El día del juicio, muchos me dirán: “¡Señor, Señor! Profetizamos en tu nombre, expulsamos demonios en tu nombre e hicimos muchos milagros en tu nombre”. Pero yo les responderé: “Nunca los conocí. Aléjense de mí, ustedes, que violan las leyes de Dios”.
Este pasaje revela la aleccionadora verdad de que hay personas que pueden afirmar conocer a Cristo e incluso realizar obras religiosas en Su nombre, pero no son verdaderamente salvas. La cuestión no se trata simplemente de acciones externas sino de la condición del corazón. Las conversiones falsas ocurren cuando una persona tiene una apariencia exterior de fe pero carece de verdadera regeneración y de un corazón transformado.
- Señales de una falsa conversión
La Biblia nos proporciona indicadores de cómo podría ser una conversión falsa. Aquí hay algunas señales clave:
- Falta de arrepentimiento: La verdadera conversión implica arrepentimiento: alejarse del pecado y volverse hacia Dios. Los conversos falsos pueden continuar en un patrón de pecado sin dolor genuino o deseo de cambio. Como 1 Juan 3:6 dice: “Todo el que siga viviendo en él no pecará; pero todo el que sigue pecando no lo conoce ni entiende quién es él.”.
- Sin fruto del espíritu: La salvación genuina conduce a la producción de fruto espiritual, como se ve en Gálatas 5:22-23– “amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, 23 humildad y control propio.”. Una vida sin estas cualidades puede indicar una falta de verdadera fe salvadora.
- Compromiso superficial: En Mateo 13, Jesús cuenta la parábola del sembrador, donde unas semillas caen en terreno pedregoso y brotan rápidamente pero se marchitan porque no tienen raíz. Esto representa a aquellos que escuchan el evangelio e inicialmente lo reciben con gozo, pero cuando llegan las pruebas o la persecución, se apartan. Esto ilustra la superficialidad de una falsa conversión.
- La seguridad de la Salvación
Si bien la Biblia advierte sobre las falsas conversiones, también ofrece un gran aliento a quienes han puesto su confianza en Cristo para la salvación. Los verdaderos creyentes pueden tener garantía o seguridad de su salvación, sabiendo que ésta no se basa en su propio desempeño sino en la obra consumada de Cristo.
- La salvación es un regalo de Dios: La salvación no es algo que ganamos; es un don gratuito de la gracia de Dios. Efesios 2:8-9 nos recuerda: “Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.”. La seguridad proviene de comprender que la salvación es obra de Dios, no nuestra.
- Las promesas de Cristo: Jesús nos da su promesa de seguridad eterna en Juan 10:28-29, donde dice: “Les doy vida eterna, y nunca perecerán. Nadie puede quitármelas”. Para aquellos que verdaderamente han creído en Él, Jesús garantiza su seguridad eterna.
- El testimonio del Espíritu Santo: Romanos 8:16 nos dice que “Pues su Espíritu se une a nuestro espíritu para confirmar que somos hijos de Dios.”. La morada del Espíritu Santo es una garantía clave de nuestra salvación. El Espíritu produce convicción interna, testifica de la verdad de la Palabra de Dios y nos capacita para vivir una vida que agrada a Dios.
- Cómo examinarte a ti mismo
Para quienes luchan por tener seguridad, la Biblia nos anima a examinarnos a nosotros mismos para ver si estamos en la fe. 2 Corintios 13:5 dice: “Examínense para saber si su fe es genuina. Pruébense a sí mismos. Sin duda saben que Jesucristo está entre ustedes; de no ser así, ustedes han reprobado el examen de la fe genuina.”
Este autoexamen no pretende llevarnos a la duda o la desesperación, sino asegurarnos de que nuestra fe esté arraigada en Cristo y no en nuestros propios esfuerzos. Aquí hay algunas preguntas a considerar:
- ¿Estoy confiando sólo en Cristo para mi salvación?
- ¿Tengo el deseo de obedecer a Dios y crecer en santidad?
- ¿Hay evidencia de fruto espiritual en mi vida?
- ¿Experimento convicción cuando peco y me arrepiento?
5. El papel de la fe y la gracia
Es importante recordar que la seguridad de la salvación no se basa en la perfección de nuestro desempeño sino en la perfección de Cristo. Lucharemos con el pecado mientras estemos en este mundo, pero la diferencia entre un verdadero creyente y un converso falso es que un verdadero creyente se aflige por el pecado, se arrepiente y confía en la gracia de Dios para su perdón.
Filipenses 1:6 ofrece gran consuelo: “Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva.”. Nuestra seguridad reside en la fidelidad de Dios para completar la obra que comenzó en nosotros.
Lo aprendido
La Biblia proporciona tanto advertencias como aliento con respecto a las conversiones falsas y la seguridad de la salvación. Si bien es posible que alguien tenga una falsa profesión de fe, aquellos que verdaderamente están en Cristo pueden tener plena confianza en su salvación. La clave no está en nuestra capacidad de ganar o mantener la salvación sino en la obra de Cristo a nuestro favor. Al examinar nuestro corazón, caminar en arrepentimiento y confiar en el Espíritu Santo, podemos crecer en seguridad, confiando en que Dios preservará fielmente a quienes le pertenecen.
Ver también:
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?