Deberíamos desear experimentar la convicción pero la condenación no tiene lugar en la vida de un cristiano. A veces se sienten muy similares. A veces comenzamos con una convicción saludable pero luego se convierte en condenación. ¿Cómo discernimos lo que estamos experimentando?

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Puntos de conversación:

  • La convicción hace que nos centremos en la santidad de Dios. La condenación nos hace compararnos con los demás.
  • La convicción dice: “Hice algo malo”. La condenación dice: “Hay algo malo en mí”.
  • La convicción tiene un paso de acción. La condenación dice: “¿Para qué?”
Discusión:
  1. Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
  2. Al acercarse el final del año, pregúntate a ti mismo ¿me parezco más a Jesús hoy que el año pasado? Y si no, ¿qué medidas debería tomar para parecerme más a Jesús?
  3. Cuando peco, ¿cómo sé si estoy experimentando convicción o condenación? 
  4. ¿Qué debo hacer cuando peque y/o ceda a mi debilidad y el Espíritu de Dios me hace ver que he pecado?
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