Vida y Relaciones, Matrimonio y Familia
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Grandes padres hacen todo lo posible para formar a sus hijos en el camino que deben seguir, pero una buena crianza comienza con la creación de un ambiente adecuada para el crecimiento. Ver también la Edición Infantil y la Edeción Juvenil de esta serie.
La crianza es dura, y hacerlo bien toma intencionalidad y esfuerzo. Grandes padres hacen todo lo posible para formar a sus hijos en el camino que deben seguir, pero una buena crianza comienza con la creación de un ambiente adecuada para el crecimiento.
LA MANERA EN QUE DIOS LO HIZO
Dios modela este principio de crianza en el primer capítulo de la Biblia. Ten en cuenta cómo él trajo a la humanidad a la vida. En primer lugar, creó la Tierra y todo lo que contiene. Habló el aire y el agua y las plantas y los animales en existencia. Una vez que hizo el entorno adecuado, puso a la gente allí.
Génesis 1:28 Y Luego Dios los bendijo con las siguientes palabras: “Sean fructíferos y multiplíquense. Llenen la tierra y gobiernen sobre ella. Reinen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que corren por el suelo”.
¿Ves su estrategia? Dios primero construyó un ambiente que promovería la vida, y luego puso las cosas vivas allí. Y así es como funciona en la actualidad una gran crianza. Los padres prudentes trabajan duro en la creación de un ambiente para la vida en el hogar, y eso establece la base para todo lo demás que sucede en el desarrollo de sus hijos. Y esto es más que un ejemplo inteligente de los primeros versículos de la Escritura. La Biblia vincula constantemente el papel de Dios sobre la humanidad al papel de los padres – especialmente el papel del padre – en la familia.
Hebreos 12:7 Al soportar esta disciplina divina, recuerden que Dios los trata como a sus propios hijos. ¿Acaso alguien oyó hablar de un hijo que nunca fue disciplinado por su padre?
LA TENTACIÓN DE CONTROLAR
El abordar esto de manera opuesta es más natural para muchos padres, especialmente los padres cristianos. En lugar de crear un ambiente para el crecimiento, a menudo lo hacemos nuestro trabajo el forzar que suceda el crecimiento. Sentamos a nuestros hijos y les damos un sermón sobre lo que es correcto. Nosotros les predicamos, y muchas veces nosotros mismos ni siquiera practicamos lo que predicamos. Esto pone a nuestros hijos en el lugar de un oyente en vez de ser un aprendiz – y no se desarrolla una convicción personal en sus corazones que pueda pasar la distancia hasta la universidad y más allá. De acuerdo con gotquestions.org,
“Dos estudios llevados a cabo tanto por el Grupo Barna y EE.UU. Hoy encontraron que casi el 75 por ciento de los jóvenes cristianos se apartan de la fe y dejan la iglesia después de la secundaria.”
En lugar de sermonear a nuestros hijos, debemos ser intencionales en crear un ambiente para que haya crecimiento – donde nuestros niños puedan descubrir un punto de vista bíblico para ellos mismos y tomarlo como propio. Esto significa que tenemos que encontrar un equilibrio saludable en nuestra propia vida, uno que no provoque por un lado enojo o falta de disciplina por el otro lado,
Efesios 6:4 Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del Señor.
Entonces, ¿cómo es este tipo de ambiente? Tiene dos ingredientes clave.
AMAR SOBRE TODAS LAS COSAS,
El primer ingrediente clave para la creación de un ambiente de crecimiento es el amor. Dios es, después de todo, definido por este atributo clave.
1 Juan 4:7-8 Queridos amigos, sigamos amándonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama es un hijo de Dios y conoce a Dios; pero el que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
Sin amor en tu hogar, tus hijos nunca desearán seguir al Dios de amor. Dios es relacional, y más que nada él quiere una relación con nosotros y con nuestros hijos. Cuando reflejamos el amor de Dios a nuestros hijos, van a estar hambriento de ese amor pero de Dios mismo. Sin amor, cualquier otro logro – sea nuestro o de nuestros hijos ‘- no tiene sentido. No se puede ganar en la crianza de los hijos sin amor. Pablo trajo un mensaje similar a una familia de la iglesia que era disfuncional en su búsqueda de la excelencia:
1 Corintios 13:1-3 Si pudiera hablar todos los idiomas del mundo y de los ángeles pero no amara a los demás, yo solo sería un metal ruidoso o un címbalo que resuena. Si tuviera el don de profecía y entendiera todos los planes secretos de Dios y contara con todo el conocimiento, y si tuviera una fe que me hiciera capaz de mover montañas, pero no amara a otros, yo no sería nada. Si diera todo lo que tengo a los pobres y hasta sacrificara mi cuerpo, podría jactarme de eso[a]; pero si no amara a los demás, no habría logrado nada.
La cultura de hoy a menudo confunde la idea del amor. El amor no es egoísta o mira por sus propios intereses. No busca cumplir con sus propios deseos. El amor mira hacia afuera y añade valor a la vida de la gente que toca. Los padres que crean una atmósfera de amor pueden esperar ganar a sus hijos para el amor de Dios. ¿Necesitas una manera sencilla para traer más amor a tu entorno familiar? Piensa en ser intencional con la HTT: hablar, tiempo y tocar
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Pero el amor es sólo la mitad de la ecuación para un ambiente donde la vida verdadera florece. El segundo valor clave es igualmente importante.
NO OLVIDES LA VERDAD
El segundo ingrediente clave para la creación de un ambiente de crecimiento es la verdad. El verdadero amor es honesto. Pone los mejores intereses de los demás primero, y está dispuesto a decir en voz alta los pensamientos y comportamientos que son destructivos. Los padres cristianos tienen la responsabilidad sobria de decir la verdad de un punto de vista bíblico en amor a sus hijos, mostrándoles el camino en el que “deberían” ir, enseñándoles a creer en un punto de vista bíblico en sus vidas diarias. En resumen, los padres están llamados a ser mentores en el hogar.
Deuteronomio 6:6-7 Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
En la cultura actual, todos los días nos bombardean con ideas de una amplia variedad de fuentes. Es la sobrecarga de información, y sin la guía útil y racional de padres justos (y no impíos), que los niños fácilmente son conducidos por el camino equivocado. Los padres deben tejer constantemente la verdad en todas las conversaciones para que se convierta en una parte natural del medio ambiente del hogar.
HAZ TU PARTE
Al final del día, el trabajo de los padres es hacer su parte, trabajando duro para crear un ambiente de verdad y amor, dando a sus hijos todas las oportunidades para que prosperen en todos los ámbitos de la vida. Esto no garantiza un gane en la vida de sus niños, porque los niños todavía deben mostrar un anhelo para aprender y responder. Pero si cada uno hace su parte, el resultado será la victoria.
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VER Y COMENTAR:
- Preparación: Ver el video juntos o invita a alguien para resumir el tema.
- Al crecer ¿cuál era el ambiente de tu hogar? ¿Cómo te gustaría que fuera diferente?
- Enumera algunas de las formas en que los padres tratan de “forzar” a sus hijos a florecer. ¿Cómo crees que Jesús lo haría de manera diferente si estuviera criando hijos?
- Lee 1 Corintios 13:4-8. ¿Cuál de estos atributos del amor están presentes en tu hogar? ¿De cuáles necesitas más?
- ¿Por qué crees que muchos padres tienen dificultades para decirle la verdad a sus hijos? ¿Cuál es el resultado final?
- Hable de la importancia de la programación de un tiempo devocional familiar semanal (o diario)l para explorar la verdad de Dios en una variedad de temas. ¿Alguna vez has hecho esto? ¿Estás dispuesto a probar?
- Llévatelo: Escribe una medida de acción personal basada en esta conversación.
HERRAMIENTAS MINISTERIALES:
- Descargar la lección (PDF)
- Guía de la lección
- Descargar la Guía Infantil para la familia
- Descargar el vídeo (MP4)
- Ver el sermón (YouTube)
- Descargar las diapositivas del sermón (carpeta comprimida)
- De la Serie: Cómo ganar en la crianza
