El Nuevo Testamento (NT) registra la venida de Jesús (su vida, muerte y resurrección), y describe la expansión del cristianismo a partir de un pequeño grupo en Jerusalén a una fuerza que se extendió por todo el Imperio Romano. El NT termina con la promesa de Su retorno futuro y el reino de Dios.
Esperamos que leas el NT por tí mismo. Con el fin de ayudarte, aquí están algunos de los puntos principales que encontrarás a medida que avanzas a través de esta parte de la Biblia.
Jesús vino a la tierra para cumplir las promesas de Dios
En el principio del NT, Dios aún no había cumplido la tercera parte de Su promesa a Abraham. Todavía no había bendecido a todo el mundo a través de la línea de Abraham. Jesús estaba a punto de arreglar eso porque Jesús fue el cumplimiento de la bendición de Abraham. Esto lo vemos en el primer versículo del Nuevo Testamento: “El siguiente es un registro de los antepasados de Jesús el Mesías, descendiente de David y de Abraham” (Mateo 1:1). La historia de Jesús es el cumplimiento de la historia del AT. Su llegada había sido prevista desde el principio. Jesús venía a rescatar al mundo de pecado, y esto explica su muerte y resurrección.
Jesús murió y resucitó para salvar a la gente de sus pecados
Ultimamente, Jesús vino a morir en la cruz por nuestros pecados. No pudimos rescatarnos nosotros mismos por lo que Jesús vino a salvarnos como lo dice Pablo en Romanos 5:1: “Por tanto, ya que fuimos declarados justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros.” Este versículo explica cómo la obra de Jesús en la cruz marca la diferencia en nuestras vidas. Cuando ponemos nuestra fe en Jesús, entonces su obra en la cruz se aplica a nuestras vidas. Recibimos el perdón de nuestros pecados y una relación con Dios. La conexión que se perdió en el Génesis a causa de la maldad humana ha sido restaurada.
Jesús encargó a sus seguidores que hicieran discípulos
Antes de que Jesús regresara al cielo, donde está hoy, mandó a sus seguidores a ir a todo el mundo y hablarle a la gente sobre él. A este mandato le llamamos la Gran comisión y se encuentra en Mateo 28:18-20: “Jesús se acercó y dijo a sus discípulos: “Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos”.
El resto del NT explica cómo los primeros cristianos entraron al mundo y siguieron este mandato. El NT también nos muestra cómo hacer la misma cosa: ayudar a las personas a buscar de Dios. A través de la guianza y poder del Espíritu Santo de Dios podemos cambiar el mundo, y ayudar a la gente a encontrar a Dios. Los cristianos y las iglesias no son perfectas, pero Jesús prometió que su iglesia se extendería a todas las partes del mundo.
El fin de la historia está ya escrito, y Dios gana
Después de explicar lo que ocurrió en el siglo I, el NT mira hacia el futuro y nos dice en términos generales acerca de lo que está por venir. La Biblia nos da una esperanza para el futuro, ya que al final ha sido decidido, y Dios es victorioso. El futuro se presenta como un paraíso al estar Dios y su pueblo juntos para siempre como leemos en el libro de Apocalipsis: “¡Miren, el hogar de Dios ahora está entre su pueblo! Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos. Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más” (Apocalipsis 21:3-4).
Al final, Dios restaura Su conexión con Su pueblo que se rompió cuando los seres humanos pecaron. Como resultado, la humanidad pasa la eternidad adorando a Dios y cumpliendo Sus propósitos para sus vidas.