En Marcos 13:28-37 Jesús termina su discurso en el Monte de los Olivos y su discusión sobre el fin de los tiempos. Nunca da una respuesta sobre el tiempo del Fin, pero sí da una idea de cómo debemos vivir a la luz de este.
Jesus no les da una fecha a sus discípulos, aunque ellos se lo preguntan en privado (Marcos 13:3-4). Pero si les dice que verán señales del fin. Sin embargo, no tienen que preocuparse sino prepararse y vivir una vida que agrade a Dios. De esto surge una pregunta: ¿Cómo vivirías si no creyeras que el tiempo se acabaría? Para nosotros, los cristianos, bíblicamente no es una opción no creer que el tiempo tiene un final, como hemos aprendido en las últimas semanas. Sin embargo, mucha gente vive como si el tiempo nunca se acabará .
Filipenses 3:18-20 (NTV) Pues ya les dije varias veces y ahora se los repito de nuevo con lágrimas en los ojos: hay muchos cuya conducta demuestra que son verdaderos enemigos de la cruz de Cristo. Van camino a la destrucción. Su dios es su propio apetito, se jactan de cosas vergonzosas y solo piensan en esta vida terrenal. En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo; y esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro Salvador.
Mas vivir como si no habrá un fin y como si Jesus no volverá por segunda vez no es de sabios. Pensar que solo hay esta vida y que al morir todo se acaba allí es insensato. Los cristianos debemos vivir con el objetivo de llegar hasta el final donde llegaremos a vivir con Cristo en la eternidad (Filipenses 3:13-14).
No vivamos con la mentalidad del hombre rico (Lucas 12:19-20) que se enfoca en almacenar toda clase de riqueza aquí en la tierra pensando que no hay más que el aquí y el ahora. Pero el día que pensó que tenía lo suficiente para disfrutar su vida aquí en la tierra, llegó la muerte por él. Nunca trabajó para almacenar tesoros en el cielo creyendo que no hay una eternidad. Nosotros, sí debemos vivir como si hoy fuera el último día en esta tierra sabiendo que nos espera una vida con Dios en el cielo. Por lo tanto, debemos vivir teniendo esta realidad de una vida eterna en mente. Y para mantenernos enfocados en esta realidad es que hay señales que nos apuntan al fin. Las guerras, pandemias, aflicciones entre otras cosas debe servirnos como un recordatorio que el final llegará tarde o temprano.
La higuera
Jesus les insta a los discípulos, y por consiguiente, a nosotros, que aprendamos a ver a las señales para darnos cuenta de su venida. Les dice que “aprendan una lección de la higuera”, de su transformación que anuncia la estación del verano.
Marcos 13:28-31 (NTV) »Ahora, aprendan una lección de la higuera. Cuando las ramas echan brotes y comienzan a salir las hojas, ustedes saben que el verano se acerca. De la misma manera, cuando vean que suceden todas estas cosas, sabrán que su regreso está muy cerca, a las puertas. Les digo la verdad, no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan. El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras no desaparecerán jamás.
Un dato botánico curioso es que “en Palestina, la mayoría de los árboles permanecen verdes durante todo el año, pero la higuera es una excepción. En otoño pierde sus hojas; y cuando en primavera la savia sube por sus ramas y el árbol comienza a echar hojas, el verano no puede estar lejos. Esta parábola es esencialmente un antídoto contra la desesperación. En contraste con los sufrimientos y persecuciones prometidos en los versículos anteriores, aquí se ofrece la perspectiva de la venida del Hijo del Hombre” (Comentario bíblico del expositor: edición abreviada (2 volúmenes)). Y esto debe darnos esperanza. Tenemos un futuro que esperar. Nos dice que al final de todos los sufrimientos, él vendrá por segunda vez.
Jesús también dice que “esta generación” no pasará hasta que “todas estas cosas sucedan”, refiriéndose a la destrucción del templo en el año 70 d.C. Algunos críticos malinterpretan este pasaje y minimizan el poder de la Palabra de Dios.
¿Esta generación?¿Qué generación? De acuerdo con el Comentario del Pilar del Nuevo Testamento La “‘generación [que no] pasará hasta que todas estas cosas hayan sucedido'” (v. 30) ha suscitado no poca controversia en la teología del Nuevo Testamento. Según nuestra interpretación, la generación en discusión no es la de la Segunda Venida, sino la generación contemporánea de Jesús que vivió para presenciar la destrucción del templo y la caída de Jerusalén.” En otras palabras, la generación de la que Jesús está hablando fue la generación de su tiempo que fue testigo de la destrucción del templo.
Ahora, con respecto a que “El cielo y la tierra desaparecerán, pero mis palabras no desaparecerán jamás, es una verdad que aparece en otros versículos como Isaías 40:8 La hierba se seca y las flores se marchitan, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre». Entonces, una explicación es que lo que Dios dice es verdadero y eterno. Todo se cumplirá sin duda alguna. El Comentario del Pilar del Nuevo Testamento
dice que “Aquí hay una clave importante para las predicciones escatológicas de Marcos 13, porque si las palabras de Jesús sobrevivirán al cosmos, entonces el mundo venidero ya está presente en ellas. El Verbo hecho carne está, pues, inextricablemente relacionado con el Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo. Si en Marcos 13 los acontecimientos asociados con la Encarnación se mezclan misteriosamente con los de la Parusía –acontecimientos que, a nuestro modo de pensar, están completamente separados–, puede ser útil recordar que en el plan salvador de Dios la Encarnación, la crucifixión, la resurrección, la ascensión y la La parusía son todas facetas de un Evento.” O sea que no son eventos separados como lo entendemos. Si no un solo evento que se va desarrollando por parte. Y lo último que falta por pasar es la Segunda Venida de Jesús cuando juzgará a la humanidad(parusía).
Estén alerta
El propio Jesús no sabía cuándo vendría el Fin, prueba de que en su encarnación renunció al pleno ejercicio de sus atributos divinos. Y como tampoco podemos saberlo, debemos estar preparados en todo momento.
Marcos 13:32-33 (NTV) »Sin embargo, nadie sabe el día ni la hora en que sucederán esas cosas, ni siquiera los ángeles en el cielo ni el propio Hijo. Solo el Padre lo sabe. Y, ya que ustedes tampoco saben cuándo llegará ese tiempo, ¡manténganse en guardia! ¡Estén alerta!
En este momento de la pregunta, Jesús no sabía cuándo sería el fin. Esto se debe a que Jesús estaba en un cuerpo humano. Él se había hecho completamente carne; eso significa encarnarse. Por lo tanto, había perdido su Omnisciencia. Como Dios, Jesús lo sabe todo al igual que el Padre, pero como Jesús el hombre, no lo sabía todo. Él, voluntariamente “aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse. En cambio, renunció a sus privilegios divinos…” (Filipenses 2:6-8).
Así que porque no sabía la fecha del fin para advertirnos, Jesús nos dice que nos mantengamos en guardia y que estemos alerta. Si Jesús nos hubiera dicho el día y la hora, existe la posibilidad de que nos hubiéramos atenido y nos volvieramos perezosos. No estuviéramos alerta y hasta puede que hasta perdiéramos el objetivo.
Marcos 13:34-37 (NTV) »La venida del Hijo del Hombre puede ilustrarse mediante la historia de un hombre que tenía que emprender un largo viaje. Cuando salió de casa, dio instrucciones a cada uno de sus esclavos sobre el trabajo que debían hacer y le dijo al portero que esperara su regreso. ¡Ustedes también deben estar alerta! Pues no saben cuándo regresará el amo de la casa: si en la tarde, a medianoche, durante la madrugada o al amanecer. Que no los encuentre dormidos cuando llegue sin previo aviso. Les digo a ustedes lo que digo a todos: ¡Manténganse despiertos esperándolo a él!
Todas las señales que Jesús da nos llevan a deducir que no apuntan a un momento específico que diga es este día a esta hora. Lo único que podemos es estar alertas, despiertos. No podemos confiarnos y soltar la rienda. Al contrario, debemos vivir como si este día fuese el día en que viene. ¿Cómo te comportarías si supieras que viene el próximo domingo? Bueno, así es como Jesús espera que vivamos cada día de nuestra vida. Jesús es el hombre que se ha ido a un largo viaje. Él nos ha dejado instrucciones del trabajo que debemos hacer mientras esperamos que regrese. Quiere que lo esperemos trabajando en su misión de ayudar a otros a buscar de Dios (hacer discípulos). Debemos esperarlo activos y alertas aunque parezca que tarda en regresar.
Esperando todavía
Pedro nos da una idea de por qué Jesús no ha regresado todavía. Él está siendo paciente con nosotros y nos da a todos la oportunidad de acudir a Dios antes de que llegue el fin.
2 Pedro 3:9-11, 14-15 (NTV) En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido; quiere que todos se arrepientan. Pero el día del Señor llegará tan inesperadamente como un ladrón. Entonces los cielos desaparecerán con un terrible estruendo, y los mismos elementos se consumirán en el fuego, y la tierra con todo lo que hay en ella quedará sometida a juicio. Dado que todo lo que nos rodea será destruido de esta manera, ¡cómo no llevar una vida santa y vivir en obediencia a Dios,… Por lo cual, queridos amigos, mientras esperan que estas cosas ocurran, hagan todo lo posible para que se vea que ustedes llevan una vida pacífica que es pura e intachable a los ojos de Dios. Y recuerden que la paciencia de nuestro Señor da tiempo para que la gente sea salva. Esto es lo que nuestro amado hermano Pablo también les escribió con la sabiduría que Dios le dio,
Por amor a nosotros, es que Jesús no ha venido todavía. Él sigue esperando a que la humanidad se arrepienta de sus pecados y vengan a él. Por amor, sigue esperando a regresar porque no quiere que nos perdamos y nos vayamos al infierno. Él está esperando pacientemente a que nosotros le hablemos a los demás de él, de su amor y de su regalo de salvación. Jesús quiere que vivamos con él en la eternidad. Esa fue su razón de morir en la cruz.
Mientras traemos a otros a venir al perdón de Jesús, nosotros, los que ya hemos confiado en él para la salvación debemos estar alerta de no volver a nuestras vidas pasadas. No debemos cansarnos de esperarlo, volviendo a participar de los pecados de donde nos sacó. Por lo tanto, Pedro aconseja que vivamos vidas puras ante los ojos de Dios.
El tiempo se nos acabará a todos y es por eso que debemos responder a las Buenas Nuevas presentadas en el evangelio de Marcos. La respuesta correcta: ¡arrepentirse y creer!
Marcos 1:1 (NTV) Esta es la Buena Noticia acerca de Jesús el Mesías, el Hijo de Dios. …
Marcos 1:15 (NTV) «¡Por fin ha llegado el tiempo prometido por Dios!—anunciaba—. ¡El reino de Dios está cerca! ¡Arrepiéntanse de sus pecados y crean la Buena Noticia!».
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