Buscando, encontré un par de cartas de niños que le escribieron a Santa y me gustaría compartir algunas con ustedes:
- Querido Papá Noel,
No me trajiste nada bueno el año pasado.
No me trajiste nada bueno el año anterior.
Esta es tu última oportunidad.
Firmado, Madison
- Querido Papá Noel,Hay tres niños pequeños que viven en nuestra casa.
Está Jeffrey; él tiene 2.
Está Ashley; ella tiene 4 años.
Y ahí está Norman; el tiene 7
Jeffrey es bueno algunas veces.
Ashley es buena algunas veces.
Pero Norman es bueno todo el tiempo.
Yo soy Norman.
A los niños les encanta la Navidad. Muchos, lastimosamente, creen que se trata de Santa y los regalos. Ellos no saben la verdad. Y tú, ¿sabes quién fue el primer niño en Navidad? ¡Fue Jesús! ¿Alguna vez pensaste en eso?
Esta noche terminamos nuestra serie navideña. La historia de la Navidad contada por las personas que estuvieron allí: el posadero, los pastores, los reyes magos, el rey Herodes y el Niño Jesús. De todos estos, la persona mas importante quien en realidad estuvo allí es Jesús.
No tenemos su punto de vista de cuando era un bebé por eso, porque era un bebé, y no se recuerda. ¿Cuántos de ustedes recuerdan cuando eran bebés? Algunas personas afirman recordar su nacimiento, pero eso es falso. Tenemos “amnesia infantil”, la incapacidad de recordar acontecimientos de los primeros años de vida. La formación de la memoria, en particular la memoria episódica (la capacidad de recordar eventos específicos), comienza a funcionar de manera más confiable alrededor de los 3 o 4 años.
Entonces, el niño Jesús no pudo contarnos mucho sobre su nacimiento. Pero Jesús adulto puede. En Navidad tendemos a pensar en Jesús como un bebé, pero Jesús no vino solo para ser un bebé, vino porque es Emanuel, “Dios con nosotros”. Hoy veremos tres razones por las que Jesús vino al mundo dichas en sus propias palabras. La primera razón es:
El amor de Dios se demuestra a través del don de Jesús, la máxima expresión de Su amor por la humanidad.
Juan 3:16 (NTV) »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo…
Jesús vino como la máxima demostración del amor de Dios. Principio de vida: el regalo que das es una demostración de tu amor no de el de la otra persona. Tú das porque quieres. No todos entienden esto. Dios entiende este principio, por eso dio a Su único hijo. Fue la máxima demostración de Su amor. Dios entregó a su Hijo con un propósito brutal que es la segunda razón:
Muchas personas ven a Dios como alguien que juzga o condena, pero la Navidad demuestra lo contrario. Jesús vino a salvarnos al tomar nuestro lugar en la cruz.
Juan 3:17 (NTV) Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.
¡Qué versículo tan simple y poderoso! Mucha gente ve a Dios como alguien que juzga. La Navidad demuestra que él no vino por eso. Envió a Su hijo a salvar al mundo. Para hacer eso, tendría que morir en nuestro lugar (vuelve a la serie en Semana Santa para obtener más información).
Jesús no vino a condenarnos, sino a salvarnos. Pero esto no significa que seamos libres de vivir vidas pecaminosas y sin rumbo. De eso trata la razón final de Jesús:
Jesús vino a traer luz a nuestras vidas, liberándonos de la oscuridad como el egoísmo, el orgullo, el miedo y la desesperanza.
Juan 12:46 (NTV) Yo he venido como una luz para brillar en este mundo de oscuridad, a fin de que todos los que pongan su confianza en mí no queden más en la oscuridad.
Esto es algo que ya había dicho en el capítulo ocho:
Juan 8:12 (NTV) Jesús habló una vez más al pueblo y dijo: «Yo soy la luz del mundo. Si ustedes me siguen, no tendrán que andar en la oscuridad porque tendrán la luz que lleva a la vida».
La luz es un tema divertido en Navidad. La vemos representada por la estrella de Belén. Por eso en estas fechas vemos lucecitas en las casas, árboles, etc. Pero la verdadera razón por la que podemos relacionar las luces con la Navidad es esta: si seguimos a Jesús, Él nos saca de las tinieblas del egoísmo, orgullo, enojo, ansiedad, miedo, desesperación, del dolor, falta de compromiso y hasta de las adicciones. En fin, Jesus nos saca de toda clase de enfermedad, física o mental y de cualquier pecado que afecte nuestra vida.
Jesús nació con el propósito brutal y cruel de morir por nosotros para poder salvarnos. A través de Su muerte y resurrección nos trajo salvación y vino a traer luz a nuestras vidas. Ya no tenemos que vivir bajo la oscuridad de cualquier adicción, problema o enfermedad. Somos libres en él.
Por lo tanto, respondamos con un “si, te acepto Jesús como mi Rey y mi Salvador. Reconozco que naciste para morir por mi; para que sea libre de mi pecado. Acepto tu regalo de salvación hoy mismo. Amen.”
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