Puntos de conversación:
- Del ejemplo de Job podemos aprender cómo acercarnos a Dios con honestidad con respecto a nuestros sentimientos. Job 1:21-22
- Mientras enfrentamos circunstancias difíciles, es posible que no obtengamos la respuesta al “porqué” estamos experimentando dolor, pero Dios responderá con “quién” es Él. Job 38:4
- Nuestros sentimientos son importantes pero no siempre determinan la realidad. Dios está presente en medio de nuestro dolor incluso cuando no sentimos ni percibimos Su presencia.
Ser honestas con Dios puede parecer obvio, pero muchas de nosotras luchamos con ello. Pensamos: “Dios ya lo sabe todo, entonces ¿por qué necesito decirlo en voz alta?” Pero hay algo poderoso en verbalizar nuestro dolor ante Dios. Cuando derramamos nuestro corazón, lo invitamos a ser parte de nuestro quebrantamiento.
Hubo una época de más de 5 años en que pasé por una enfermedad. Sufría mucho dolor en ambas piernas. El dolor era tan fuerte que no podía dormir ni realizar mis actividades diarias. Era un dolor que me atormentaba día y noche. Ni los medicamentos para el dolor me lo quitaban.
Una noche, desesperada y en agonía desnudé mi alma ante Él. Llegué al punto de decirle a Dios que si era Su voluntad llevarme que lo hiciera porque ya no soportaba tantos años de sufrimiento. Pero si no era mi tiempo, que me ayudara no a entender el por qué sino a mantenerme creyendo que Él estaba conmigo.
A pesar de que no sané en ese momento, al contrario tuve que esperar un año más para recibir sanidad, si sentí paz en mi corazón de que Él nunca me deja a pesar de mis circunstancias. Esto no hubiera sucedido si no hubiera venido a Dios con mi corazón en la mano y siendo totalmente honesta con Dios.
Lo mismo es cierto para todas. Cuando acudimos a Dios con nuestros pensamientos y emociones sin filtrar y sin tapujos, estamos dando un paso hacia la sanación o hacia la respuesta a nuestro problema. No es necesario que tengamos oraciones elaboradas. Dios desea nuestra autenticidad, incluso en el desorden y el dolor. Eso es lo que aprendemos del ejemplo de Job.
Del ejemplo de Job podemos aprender cómo acercarnos a Dios con honestidad con respecto a nuestros sentimientos.
Uno de los mejores ejemplos bíblicos de ser honesto con Dios es Job. Job era un hombre irreprensible que soportó sufrimientos inimaginables. Perdió a su familia, riqueza y salud. Sin embargo, incluso en su dolor, Job fue brutalmente honesto con Dios. En primer lugar, Job reconoció la soberanía de Dios.
Job 1:21-22 (NTV) y [Job] dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo estaré cuando me vaya. El Señor me dio lo que tenía y el Señor me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del Señor!». 22 A pesar de todo, Job no pecó porque no culpó a Dios.
Pero a medida que el dolor de Job se hizo más profundo, su honestidad se volvió más cruda y sin filtros. En 30:19-20, grita:
Job 30:19-20 (NTV) Me ha lanzado al barro; no soy más que polvo y ceniza. 20 »Clamo a ti, oh Dios, pero no respondes; estoy delante de ti, pero ni siquiera miras.
Job no se contuvo ni camufló su dolor con palabras bonitas. Expresó su angustia directamente a Dios. Y aquí está la conclusión clave: la honestidad de Job no era pecaminosa. Dios nunca reprendió a Job por sus emociones a flor de piel. En cambio, Dios respondió recordándole a Job Su soberanía y carácter. No le dijo el por qué de sus circunstancias difíciles. Más bien le recordó quién es Él. Estos nos enseña que;
Mientras enfrentamos circunstancias difíciles, es posible que no obtengamos la respuesta al “porqué” estamos experimentando dolor, pero Dios responderá con “quién” es Él.
Esa es la respuesta de Dios a nuestra honestidad. Cuando somos honestas con Dios, es posible que no obtengamos las respuestas que buscamos, pero obtendremos algo aún mejor: una comprensión más profunda de quién es Dios.
Jonny Ardavanis, en su libro Considera los lirios, lo expresa de esta manera: “La respuesta de Dios a la profunda desesperación de Job es indicativa de la forma en que responde a todas sus criaturas ansiosas, temerosas y desesperadas en la Biblia. Él habitualmente responde de una manera: proclama Su propio carácter”. Y ¿cuál es Su carácter? Pues Dios es Todopoderoso y Soberano. Esas son dos características de Dios. En Job 38, Dios le recuerda a Job su poder y soberanía:
Job 38:4 (NTV) »¿Dónde estabas tú cuando puse los cimientos de la tierra? Dímelo, ya que sabes tanto.
Job 38:11 (NTV) Dije: “De aquí no pasarás. ¡Aquí se detendrán tus orgullosas olas!”.
Job 38:25 (NTV) »¿Quién creó un canal para los torrentes de lluvia? ¿Quién trazó el sendero del relámpago?
En los versículos que leímos, y en todo el libro, Dios no le da a Job una explicación por su sufrimiento. En cambio, le muestra a Job quién es Él: el Creador, el Sustentador y el Señor Soberano. Esto también es un recordatorio para nosotras. Es posible que no obtengamos respuestas a nuestras preguntas de “¿Por qué?”, pero podemos descansar en la verdad de QUIÉN Dios es.
En tus momentos difíciles de prueba, enfermedades o circunstancias adversas, se honesta con Dios. Dile cómo te sientes. Cuando lo hagas, verás que la honestidad conduce a una conexión más profunda con Dios.
Piensa en tus relaciones humanas. Cuando ocultas tus verdaderos sentimientos a alguien, se crea una brecha entre ustedes. Pero cuando finalmente te abres, esa barrera desaparece y la relación se profundiza. Es lo mismo con Dios. Cuando somos honestas con Él, eliminamos la barrera de las emociones ocultas. Experimentamos libertad e intimidad con nuestro Creador. Jesús nos invita a venir a Él con nuestras cargas:
Mateo 11:28-30 (NTV) Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. 29 Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma. 30 Pues mi yugo es fácil de llevar y la carga que les doy es liviana».
Dios es gentil. Él no descarta nuestro dolor ni nos castiga por nuestra honestidad. En cambio, ofrece descanso a nuestras almas cansadas.
Nuestros sentimientos son importantes pero no siempre determinan la realidad. Dios está presente en medio de nuestro dolor incluso cuando no sentimos ni percibimos Su presencia
Quiero que te quede claro: tus sentimientos no determinan la realidad. En tiempos difíciles, es fácil sentir que Dios está distante o es indiferente. Pero nuestros sentimientos no siempre reflejan la realidad. Dios siempre está presente, incluso cuando no podemos sentirlo. La historia de Eva en el Jardín del Edén muestra cómo pueden surgir dudas:
Génesis 3:1 (NTV) —¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto?
Esa era la serpiente hablándole a Eva. La serpiente sembró dudas en el corazón de Eva, haciéndola cuestionar la bondad de Dios. Hacemos lo mismo cuando pasamos por dificultades. Nos preguntamos si Dios nos está negando el bien. Pero la verdad es que Dios hace todas las cosas para bien:
Romanos 8:28 (NTV) Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.
Nota la confianza de Pablo: “Y sabemos”. No “esperamos” o “pensamos”. Podemos tener la misma confianza en la presencia y el plan de Dios. Confiemos en que no importa lo que estemos enfrentando, Dios tiene el control y está trabajando detrás de escena para que todo lo que nos está pasando “cooperen para el bien” pero espera… para “el bien de quienes lo aman”.
Como respuesta a nuestras dudas, Dios no se enoja sino que responde compasivamente a nuestras dudas. Jesús sabía que sus discípulos lucharían contra la duda y el miedo. Antes de ascender al cielo, les dio esta seguridad:
Mateo 28:20 (NTV) :…Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos».
Aunque no lo verían físicamente, Él prometió estar con ellos. Esta promesa se extiende hasta nosotras hoy. Dios nunca nos dejará ni nos desamparará:
Deuteronomio 31:6 (NTV) ¡Así que sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni sientas pánico frente a ellos, porque el Señor tu Dios, él mismo irá delante de ti. No te fallará ni te abandonará».
Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Su presencia está prometida, incluso en nuestros momentos más oscuros. Recibe esperanza y fortaleza de este versículo cuando te encuentres en dificultades.
Cuando la vida te golpee, recuerda esta verdad: tus sentimientos no siempre determinan la realidad. Ten confianza en que Dios está contigo, incluso en las dificultades. Derrama tu corazón ante Él y confía en que Él te encontrará allí en tu dolor o desesperación.
En momentos de gran dolor, podemos sentirnos abandonadas por Dios. Pero la verdad es que Él está con nosotras. Sí, incluso en nuestros momentos más oscuros, Dios está presente. Lo mejor está por llegar. Él convertirá nuestro dolor en algo para Su gloria.
Recuerda y memoriza la promesa de Romanos 8:28. Si amas a Jesús y lo sigues, esta promesa es para ti. Dios está trabajando para tu bien, incluso en el caos.
Romanos 8:28 (NTV) Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales acerca de ser honesta con Dios? ¿Alguna vez has clamado a Él con dolor y frustración? Describe cómo te sentiste después.
- Lee Job 30:20. Explica cómo se puede relacionar la respuesta de Job hoy en día.
- Lee Job 38:4,11,25. ¿Cómo describen las respuestas dadas a Job el carácter de Dios?
- ¿Qué consuelo encuentras en Mateo 11:28-30?
- Nuestros sentimientos son importantes pero ¿cómo nos engañan en medio de las circunstancias difíciles que enfrentamos?
- Describe formas tangibles en las que puedes combatir tus sentimientos durante circunstancias difíciles.