
El Shemá
Durante miles de años, el pueblo judío ha orado el Shemá, una oración diaria de lealtad a Dios. Esta serie te ayudará a aprender qué significan esas palabras en el idioma original.
El significado de escuchar en hebreo
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Puntos de conversación:
- Shemá significa prestar atención verdaderamente. Lea llamó a su hijo Simón (Shim’on) para recordarse a sí misma que Dios realmente estaba escuchando. Génesis 29:33
- Shemá significa actuar según una petición. Este es el tipo de escucha que queremos que Dios haga cuando le oramos. Salmo 27:7
- Shemá significa obedecer los mandamientos de Dios. En hebreo, escuchar y hacer son dos caras de la misma moneda, y así es como Jesús todavía lo ve hoy. Éxodo 19:5, Marcos 12:28-29
En esta serie veremos otra oración poderosa. Esta es una oración que se encuentra en Deuteronomio 6. Es una oración llamada EL Shemá.mEsta oración ha sido orada por creyentes judíos durante siglos todas las mañanas y todas las noches. Es una oración que declara la devoción de uno a Dios. Es una oración que demuestra el carácter de Dios. Nos muestra cómo responder a Dios. Y nos muestra cómo mantener una relación íntima con él.
Vamos a dedicar cada estudio en esta serie a destacar una palabra específica en la oración. Esta oración ha tenido un impacto profundo en la vida de los creyentes judíos y cristianos. Jesús hace referencia a ella y es una demostración poderosa de cómo pensar bíblicamente hoy en día. Veamos la oración del Shemá:
Deuteronomio 6:4-5 »¡Escucha, Israel! El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
La diferencia entre “oír” y “escuchar” es la atención. “Escuchar”, implica prestar atención.“Oír” no requiere atención y hasta puede ser involuntario. Yo puedo estar escuchando música, e involuntariamente, oír ruidos molestos. El Shemá no llama a oír sino a escuchar por una razón poderosa: esta oración revela la naturaleza de Dios y cómo nos relacionamos con él. Los judios tenían que recitar esta oración por lo mínimo tres veces al día.. Para ellos esta oración no solo era repetición de palabras. Al contrario, implica prestar atención a las palabras que estás recitando para obedecerlas.
Hoy nos centraremos en la palabra “Shemá”. La oración se llama el Shemá porque esa es la primera palabra de la oración: ¡Escucha! La definición más básica de Shemá es “escuchar” o “atender”. Es una palabra muy común que normalmente se encuentra conectada a nuestros oídos. Pero hay mucho más en Shemá que solo eso. Desglosamos lo que significa Shemá.
Shemá significa realmente prestar atención.
Un aspecto de Shemá es prestar verdaderamente atención a alguien. Vemos esto poderosamente demostrado en la historia de Lea en Génesis. Lea fue hermana de Raquel. Ambas estaban casadas con Jacob. Jacob fue uno de los descendientes de Abraham. Fue el hijo de la promesa que llevó el pacto de Dios a su generación. Jacob amaba a Raquel y parece haber tolerado a Lea. Esto se debe a que lo engañaron para que se casara con Lea. Su favoritismo por Raquel era evidente para todos, incluida Lea. En medio de su dolor y sufrimiento, Lea clamó para que le nacieran hijos. Ella esperaba que el tener hijos hiciera que Jacob la amara. El nacimiento de su segundo hijo es especialmente relevante para nosotros.
Génesis 29:33 Al poco tiempo, volvió a quedar embarazada y dio a luz otro hijo, a quien llamó Simeón, porque dijo: «El Señor oyó que yo no era amada y me ha dado otro hijo».
El nombre Simeón significa algo así como “el que escucha”. Lea dice que Dios prestó atención a su oración Ella estaba en pena y dolor. Ella clamó a Dios y él la escuchó. Dios respondió a su súplica y la ayudó. Probablemente ya te hayas dado cuenta de que la palabra “escuchado” o “oído” en este versículo es Shemá.
Este versículo nos muestra que Dios puede escucharnos. Ésta es una verdad notable. Podemos clamar a Dios en nuestro dolor y sufrimiento. Dios, en su gracia nos prestará atención. Dios presta atención a su pueblo. Si estás deprimido, vuélvete a Dios y ora para que te escuche. Qué reconfortante es saber que Dios nos presta atención. Pero podríamos querer que Dios haga más. Probablemente queremos que actúe. Y esa es la siguiente parte de Shemá.
Shemá significa actuar basado en una petición. Este es el tipo de oír que queremos que Dios haga cuando le oramos.
¿Alguna vez has tenido una interacción como la siguiente con tus hijos?
El padre: “Hijo, limpia tu habitación.”
Hijo: “Ok”.
Padre (2 horas después): “¿Por qué no está limpia tu habitación?”
Hijo: “¿Querías que limpiara mi habitación?”
Padre: “¿No me escuchaste?”
En ese escenario, si tu hijo te hubiera escuchado, entonces habría hecho lo que le pediste. Esto nos lleva a la siguiente parte del significado de Shemá. Shemá significa actuar sobre algo que se te ha pedido. La buena noticia es que en la Biblia, vemos que esta es otra forma en que Dios nos escucha. Podemos pedirle que actúe a nuestro favor y lo hace. En el Salmo 27, vemos a David usar la palabra Shemá de esa manera.
Salmo 27:7 Escúchame cuando oro, oh Señor; ¡ten misericordia y respóndeme!
Cuando le pedimos a Dios que nos escuche en oración, a menudo le pedimos a Dios que actúe a favor nuestro. Queremos que Dios haga algo por nosotros. Podríamos pedir la ayuda de Dios, el perdón de Dios, la presencia de Dios, la sabiduría de Dios, etc. Lo notable es que Dios responde a oraciones como esta. Él nos escucha. y responde a nuestras peticiones.
En este Salmos, David oró para que Dios mostrara misericordia y contestara sus oraciones. Es importante recordar que esta no es una fórmula mágica. Dios no es una máquina expendedora cósmica. No obtienes de Dios lo que quieras. Pero si oras con fe en la voluntad de Dios, él actuará de acuerdo con tus oraciones.
Nuevamente, nunca debemos perder el asombro de que el Señor del universo esté aquí para ayudarnos y actuar a favor nuestro. Él nos escucha, pero ¿cómo podemos escuchar nosotros a Dios? Para contrastar esa pregunta necesito explicarte algo. No hay una palabra en hebreo para obedecer. Para ser más preciso, no existe una palabra única en hebreo para obedecer. Entonces, ¿qué dices si quieres transmitir la idea de obedecer? Usas la palabra Shemá. En la Biblia hebrea, si escuchas a Dios significa que lo obedeces. No hay una palabra separada. No puedes decirle a Dios, “Te escucho”, pero no hacer nada de lo que él diga.
Para nosotros, Shemá significa obedecer los mandamientos de Dios. En hebreo, escuchar y hacer son dos caras de la misma moneda, y Jesús todavía lo ve así hoy en día.
Éxodo 19:5 Ahora bien, si me obedecen y cumplen mi pacto, ustedes serán mi tesoro especial entre todas las naciones de la tierra; porque toda la tierra me pertenece.
¿Qué palabra falta en este versículo? La palabra escuchar. ¿Dónde está? Es esa palabra traducida como “obedecer”. Dios dice que si me Shemá o sea sí haces y guardas mi pacto, serás bendecido. De hecho, Dios usa la palabra Shemá dos veces. Dios dice que si eres Shemá, Shemá mi. El doble Shemá es crear intensidad. Algo como, “Si realmente escuchas…” Asegurémonos de entender el punto. Si escuchas a Dios, entonces le obedeces. ¿Cómo sabes si verdaderamente has escuchado a Dios? Haciendo lo que te dice. Escuchar y obedecer son dos caras de una misma moneda. Van juntas. Cuando te das cuenta de quién es Dios y de que debe ser respetado y obedecido, escuchas y haces lo que dice. En caso de que pensemos que podemos descartar esta oración, quiero terminar llevándote a las palabras de Jesús en Marcos 12.
Marcos 12:28-29 Uno de los maestros de la ley religiosa estaba allí escuchando el debate. Se dio cuenta de que Jesús había contestado bien, entonces le preguntó: —De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante? Jesús contestó: —El mandamiento más importante es: “¡Escucha, oh Israel! El Señor nuestro Dios es el único Señor.
Le preguntaron a Jesús cuál es el mandamiento más importante. Él respondió con el Shemá. En otras palabras, le dijo al escriba: escucha a Dios y haz lo que él dice. Estos son los conceptos básicos para vivir como un seguidor de Jesucristo. Tenemos que escuchar a Dios en todo. Esto también significa que debemos escuchar a Dios cuando se trata de la eternidad y nuestra mayor necesidad en la vida: él perdón de nuestros pecados para poder recibir la salvación y tener una relación con Dios..
Entonces, ¿estás escuchando a Dios? Si no lo estás haciendo, es como los profetas del Antiguo Testamento dirían: “Tienen oídos, pero no oyen”. Esto significa que la gente puede saber lo que Dios está diciendo, pero no lo han escuchado hasta que lo obedecen. Mi oración es que queramos Shemá a Dios. Que escuchemos y hagamos todo lo que él nos dice que hagamos.
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó la atención?
- Cuenta acerca de una ocasión en la que alguien “no escuchó” lo que intentabas decir. ¿Cómo te diste cuenta del hecho?
- ¿Cómo sabes cuando alguien realmente te está escuchando?
- Lee Salmos 27:7. Comparte un momento en el que oraste para que Dios te “escuche”. ¿Cuáles eran tus expectativas de él?
- Lee Deuteronomio 6:5-6. En el Antiguo Testamento vemos que Dios no estaba simplemente llamando a Israel a conocer sus mandamientos, sino a vivir de acuerdo con ellos. ¿Se aplica este principio a nosotros hoy? Explica.
- Lee Éxodo 19:5 y Marcos 12:28-29. ¿Cómo se relaciona la obediencia con escuchar? ¿Cómo se siente cuando tus hijos o empleados no escuchan tus palabras? ¿Cómo crees que se siente Dios cuando no obedecemos?
- Lee Juan 14:15. Desde la perspectiva de Jesús, ¿qué significa si vivimos en constante desobediencia a él?
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?
El significado de “Señor” en hebreo
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Puntos de conversación:
- “Yahvé” significa que Dios es eterno y autoexistente. Él siempre ha sido Dios y siempre lo será. Éxodo 3:13-15, Apocalipsis 1:8, Salmos 90:2,5,12
- “Yahvé” significa que Dios es el único Dios que existe. Cada religión tiene un concepto de Dios, pero en realidad sólo existe un Dios: el Dios Triuno de la Biblia. Isaías 44:6,8, Hebreos 13:8, Romanos 11:33-36
- Como único Dios verdadero, nuestra reverencia más profunda debe centrarse únicamente en Yahvé. Nada más debe ocupar el lugar que sólo él merece en nuestras vidas. Marcos 12:28-29
En esta serie estamos hablando de la antigua oración judía llamada el Shemá, que se encuentra en Deuteronomio 6. Los creyentes judíos la orado durante siglos todas las mañanas y noches. Demuestra el carácter de Dios y nos muestra cómo responderle.
Deuteronomio 6:4-5 »¡Escucha, Israel! El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
En la lección anterior hablamos de “Oír” o “Escuchar”, la palabra hebrea Shemá. La siguiente frase habla de Dios, quién es y cómo es. El corazón de esta oración es: “Ama al Señor tu Dios…” Pero para amarlo, para declararle lealtad, necesitamos saber quién es este Dios.
El Dios que amamos es eterno
“El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor“. Estás son solo 8 palabras en español y solo 4 palabras en hebreo. Sin embargo, están repletas de un significado profundo que debe sacar de nosotros una profunda reverencia y asombro.
La palabra “Señor” es “Yahvé”. Está relacionado con la palabra hebrea “ser / existir”. Significa que Dios es eterno y autoexistente. Él siempre ha sido Dios y siempre lo será. Esto se revela en Éxodo 3, donde Dios se reveló a Moisés en la zarza ardiente. Le dijo a Moisés que su trabajo era sacar a Israel de Egipto, donde eran esclavos. Moisés estaba pensando en cómo respondería Israel cuando apareció con ese mensaje.
Éxodo 3:13 ,,,ellos me preguntarán: “¿Y cuál es el nombre de ese Dios?”. Entonces, ¿qué les responderé?… —Yo soy el que soy.[a] Dile esto al pueblo de Israel: “Yo soy me ha enviado a ustedes”. Dios también le dijo a Moisés: —Así dirás al pueblo de Israel: “Yahveh,[b] el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a ustedes.
Dios se identifica a sí mismo como “YO SOY EL QUE SOY” → o simplemente, “YO SOY” Ese nombre significa “el que es” Este es el nombre personal de Dios en el Antiguo Testamento. Es el nombre que Dios usa para relacionarse con su pueblo. Por cierto, las traducciones más antiguas de la Biblia se refieren a Dios como “Jehová”. El nombre Yahvé nunca habría sido pronunciado por el pueblo judío, porque se consideraba demasiado santo. Siempre que aparecía el nombre en el Antiguo Testamento, los judíos lo sustituian por la palabra “Adonai”, que significa “Señor”. Entonces los traductores de la Biblia en inglés y en español tomaron las consonantes de Yahvé y las combinaron con las vocales de Adonai, para llegar a “Jehová”.
El nombre comunica que Dios es ETERNO. Él es simplemente “YO SOY” – eternamente en tiempo presente. Para dejarlo aún más claro, nunca hubo un momento en el que él no existiera COMO DIOS. Él no era un tipo de ser menor que SE CONVIRTIÓ en Dios. El Nuevo Testamento revela el mismo concepto.
Apocalipsis 1:8 «Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin —dice el Señor Dios—. Yo soy el que es, que siempre era y que aún está por venir, el Todopoderoso».
El nombre Yahvé también comunica que Dios es AUTOEXISTENTE. Si Dios es simplemente “YO SOY”, entonces no depende de ningún otro ser o fuerza para su existencia. No somos auto existentes. No tendríamos existencia si Dios no nos hubiera creado. Requerimos que Dios nos sostenga continuamente.
Salmos 90:2, 5, 12 Antes de que nacieran las montañas, antes de que dieras vida a la tierra y al mundo, desde el principio y hasta el fin, tú eres Dios. …. 5 Arrasas a las personas como si fueran sueños que desaparecen. Son como la hierba que brota en la mañana. 12 Enséñanos a entender la brevedad de la vida, para que crezcamos en sabiduría.
La naturaleza atemporal de Dios tiene al salmista reflexionando sobre el lapso de la vida humana. Es humillante comparar los dos. El uno es como las montañas; para siempre. El otro es como la hierba seca; aquí hoy y mañana desaparecida.
Esa es sólo la primera palabra de esta frase: “Yahvé”. Veamos dos palabras más.
El Dios que amamos es el único Dios que existe
En Deuteronomio, Israel está a punto de entrar en la Tierra Prometida. El pueblo de esa tierra –y la tierra de Egipto, que abandonaban– tenía docenas de dioses diferentes. En ese contexto, este versículo dice: “El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor“. Solo es la palabra “uno”. Moisés dice: hay un solo Dios, y este Dios es único. Si bien cada religión tiene un concepto de Dios, en realidad sólo existe un Dios. Isaías 44:6-8 Esto dice el Señor, el Rey y Redentor de Israel, el Señor de los Ejércitos Celestiales: «Yo soy el Primero y el Último; no hay otro Dios. ¿Quién es como yo? Que se presente y les demuestre su poder; que haga lo que yo he hecho desde tiempos antiguos cuando establecí a un pueblo y expliqué su futuro. No tiemblen; no tengan miedo. ¿Acaso no proclamé mis propósitos para ustedes hace mucho tiempo? Ustedes son mis testigos: ¿hay algún otro Dios? ¡No! No hay otra Roca, ni una sola».
Dios no es un dios entre muchos otros en el universo. Él no es “un Dios para nosotros”, sino el único Dios, punto. Sólo un ser es autoexistente. Este Dios no es el mismo dios al que sirven otras religiones. Algunas personas dicen: todos adoramos al mismo Dios. No es así. El Dios de la Biblia no es el mismo que el dios del Islam. El Dios bíblico es único. Si Dios es “UNO”, ¿qué pasa con la Trinidad? La doctrina bíblica de la Trinidad no anula la afirmación de que hay un solo Dios. Este Dios es un ser en tres personas.
Por eso a veces decimos: “el Dios TRIUNO”. La idea de la Trinidad no surge de un solo versículo. No se enseña aquí en Deuteronomio 6, pero tampoco es imposible aquí. Esta doctrina se desarrolla a lo largo de todo el curso de la Biblia, a partir de toda la enseñanza de la Biblia en conjunto. No hay un solo lugar en la Biblia que diga: “Hay un Dios que existe eternamente como tres personas”. Sin embargo, la Biblia habla firmemente de un solo Dios verdadero, no de tres. Al mismo tiempo, también revela al Padre como Dios, al Hijo como Dios y al Espíritu Santo como Dios, y los retrata como personas distintas, no solo una persona que desempeña roles separados.
Entonces, cuando consideramos la naturaleza del Dios de Deuteronomio 6, esperaríamos que lo mismo sucediera con Jesús. ¿Es él eterno?
Hebreos 13:8 Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.
Nuevamente: esto no es solo información interesante. La naturaleza de Dios exige una respuesta. Cuando pienso en él, ¡me llena de asombro! que el Dios que adoramos es tan único y tan diferente de cualquier concepto de deidad que los humanos puedan inventar. Este Dios está mucho más allá de mi capacidad de comprenderlo.
Romanos 11:33-36 ¡Qué grande es la riqueza, la sabiduría y el conocimiento de Dios! ¡Es realmente imposible para nosotros entender sus decisiones y sus caminos! Pues, ¿quién puede conocer los pensamientos del Señor? ¿Quién sabe lo suficiente para aconsejarlo? ¿Y quién le ha entregado tanto para que él tenga que devolvérselo? Pues todas las cosas provienen de él y existen por su poder y son para su gloria. ¡A él sea toda la gloria por siempre! Amén.
Pensando en la naturaleza de esto ¡Dios nos llama a arrodillarnos y adorarlo! Si todo esto es cierto acerca de Dios: él es el único Dios verdadero, nos invita a una relación personal consigo mismo como lo hizo con Israel, entonces…
Nuestra reverencia más profunda pertenece solo a este Dios.
Vamos a anticipar un poco nuestro próximo episodio. Después de presentar a Dios, Deuteronomio 6 dice: “Ama al Señor tu Dios…” La próxima vez presentaremos lo que significa “amar” a Dios. Construyamos un puente hacia eso. Vimos la semana pasada que Jesús enseñó el Shemá y le dio importancia primordial.
Marcos 12:28=30 Uno de los maestros de la ley religiosa estaba allí escuchando el debate. Se dio cuenta de que Jesús había contestado bien, entonces le preguntó: —De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante? Jesús contestó: —El mandamiento más importante es: “¡Escucha, oh Israel! El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”
El punto aquí es este: debido a que el Señor nuestro Dios es el único Dios verdadero, no le damos nuestra más profunda reverencia a ningún otro ser. Así como Dios no comparte su existencia con ningún otro Dios, nosotros no compartimos el honor ni la devoción de nuestros corazones con nadie ni nada a la par de él. Nada se compara con este Dios. Así que todo nuestro corazón/alma/mente/fuerzas debe centrarse únicamente en Yahvé.
Esto nos señala los Diez Mandamientos, porque los primeros cuatro mandamientos (Éxodo 20:3-11) refuerzan exactamente lo que el Shemá dice acerca de Dios. El primer mandamiento dice: “No tengas ningún otro dios aparte de mí.”. El segundo añade esto: “No te hagas ninguna clase de ídolo ni imagen de ninguna cosa que está en los cielos, en la tierra o en el mar. No te inclines ante ellos…” Ya no hacemos pequeñas imágenes de dioses. Pero todos tenemos cosas que estamos tentados a amar y desear más que a Dios. En tercer lugar, “No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios…”. Y cuarto: “Acuérdate de guardar el día de descanso al mantenerlo santo”, porque el sábado debe ser un día “dedicado al Señor tu Dios”.
Todo esto se puede resumir en la palabra “reverencia”. Reverencia significa honor y respeto profundamente sentido y expresado exteriormente. La reverencia no es una religiosidad sofocante reservada para la iglesia – ¡está muy lejos de ser eso! Es una vitalidad hacia Dios que anima nuestras vidas todos los días.
De todo lo leído, me gustaría que por lo menos te quedes con lo siguiente: conocer a Dios –el Dios real– es importante. Pero saber acerca de Dios no es suficiente. Este conocimiento debe llevarnos a darle la respuesta que merece: humildad ante él; un profundo asombro hacia él; la decisión de ponerlo a él primero por encima de todo lo demás. El resto de la serie nos ayudará a comprender lo que significa todo eso.
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó la atención?
- Lee Éxodo 3:1-6. ¿Qué le está comunicando Dios a Moisés en este pasaje?
- Lee Éxodo 3:9-15. ¿Por qué crees que Moisés pregunta quién le habla? ¿Cómo se describió Dios a sí mismo ante Moisés y por qué es importante?
- ¿Qué significa YAHVÉ?
- ¿Qué significa que Dios “es” según este tema? ¿Por qué es importante esto para entender a Dios?
- Los líderes judíos crearon leyes adicionales para evitar quebrantar la Ley de Moisés, y Jesús luego criticó a algunos líderes por hacerlo. ¿Cuáles son algunos ejemplos de cómo hoy podemos crear “leyes adicionales” además de lo que enseña la Biblia? ¿Somos sabios o tontos al hacer esto? Explica.
- Lee Isaías 44:6 y Salmo 135:13. ¿Por qué es importante entender quién es Dios para adorarlo?
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?
El significado de la palabra “amor” en hebreo
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Puntos de conversación:
- Dios es amor y nos creó a su imagen para que podamos amar. Dios nos muestra cómo es realmente el amor genuino. 1 Juan 4:8, Jeremías 31:3, Deuteronomio 4:37
- Nuestro amor por Dios es más que un sentimiento, también se demuestra en acción. El verdadero amor por Dios impacta nuestra capacidad de amar a nuestro prójimo. Deuteronomio 10:12-13, Mateo 22:37-39
- Dios demostró su amor por nosotros de la manera más costosa. Cuando todavía éramos pecadores, Dios envió a Jesús por nosotros. Juan 3:16, Romanos 3:23, Romanos 6:23
Esta es nuestra tercera semana estudiando la poderosa oración del Antiguo Testamento llamada “El Shemá”. Es una oración fielmente recitada por los creyentes judíos cada mañana y tarde durante siglos. Es una oración que declara la devoción de uno a Dios y, al mismo tiempo, demuestra el carácter de Dios y nos muestra cómo responderle. Por eso, cada semana destacamos una palabra específica en la oración. Hoy, esa palabra es “amor” (“ahavá”).
Deuteronomio 6:4-5 »¡Escucha, Israel! El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón (lev), con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Cuando normalmente pensamos en la palabra “amor”, lo primero que nos viene a la mente puede ser un afecto o sentimiento. En nuestra cultura, el amor es una emoción que se enciende y se apaga. Puede ser manipulado por personas o circunstancias. Pero la palabra “amor” en hebreo es diferente. La palabra es “ahavá”. No es sólo un sentimiento o una emoción. También está profundamente conectado con la acción. La raíz de la palabra en hebreo es “dar”, literalmente darse uno mismo. Así que este tipo de amor no es sólo algo que sientes, es algo que das o haces.
Dios nos amó y nos creó a su imagen para que podamos amar.
La semana pasada vimos que el Señor nuestro Dios es el único Dios verdadero. Cuando miramos profundamente su naturaleza y atributos, él no sólo es eterno y supremo, también es amor.
1 Juan 4:8 …Dios es Amor.
A lo largo de la Biblia, Dios nos muestra cómo es el amor genuino. No es sólo así como se explica su amor, sino que también vemos el amor de Dios en exhibición, visto en su relación de pacto con su pueblo, su constante protección y guía para ellos y sobre todo, su corazón de perdón. Dios no amaba a los israelitas porque se lo merecían. Su amor y afecto por ellos es genuino, pero se origina en quién es él, no en quiénes son ellos. Es lo que Dios siempre ha sido, lo que significa que su amor nunca cambia.
Jeremías 31:3 Hace tiempo el Señor le dijo a Israel: «Yo te he amado, pueblo mío, con un amor eterno. Con amor inagotable te acerqué a mí.
Considerando que la palabra “ahava” significa “dar”, Dios eternamente se da a los demás. Su amor no es sólo un sentimiento sino que es central a su actividad.
Deuteronomio 4:37 Debido a que él amó a tus antepasados, quiso bendecir a sus descendientes, así que él mismo te sacó de Egipto con un gran despliegue de poder.
Volvamos a lo que leemos en el Shemá: porque Dios nos ama, nosotros también podemos amar.
Génesis 1:27 Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó.
Si Dios es amor, también podemos saber amar de esa manera porque fuimos creados a Su imagen. Recuerda, no se trata sólo del lado emocional de conocer a Dios. No es sólo lo que sientes al tener una relación con el.
Más que un sentimiento, nuestro amor por Dios se demuestra en acción.
¿Recuerdas el dicho: una acción habla más que mil palabras? Eso se aplica a nuestra definición de amor. Decirle a alguien que lo amas es dulce, pero no significa nada si son solo palabras. Si realmente amas o no a esa persona lo demuestras con tu comportamiento hacia ella. Lo mismo se aplica a nuestro amor por Dios. Podemos amar con afecto, con pasión, con sentimientos cálidos hacia él. La adoración ayuda a cultivar y expresar eso. Pero si amamos a Dios como dice el Shemá, ponemos en acción nuestro amor por Dios.
Deuteronomio 10:12-13 nos muestra esto. »Y ahora, Israel, ¿qué requiere el Señor tu Dios de ti? Solo requiere que temas al Señor tu Dios, que vivas de la manera que le agrada y que lo ames y lo sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma. Debes obedecer siempre los mandatos y los decretos del Señor que te entrego hoy para tu propio bien.
Pero aquí está la cuestión. Estamos hechos a imagen de Dios. Eso nos da la capacidad de amar a otras personas. Es más, estamos llamados no sólo a amar a Dios en acción, sino también a mostrar el amor de Dios a los demás. Jesús dejó esto claro en su conversación con los líderes judíos. Ésta era la élite religiosa, que nunca habría perdido la oportunidad de orar el Shemá:
Mateo 22:37-39 Jesús contestó: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primer mandamiento y el más importante. Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Jesús está citando el Shemá aquí. Él está diciendo debes amar a Dios con todo lo que tienes. Pero luego añadió algo que también era muy importante: amarás a tu prójimo como a ti mismo. ¡La mayoría de nosotros nos amamos mucho a nosotros mismos! Invertimos mucho en nosotros mismos. Estamos muy atentos a nuestros propios deseos y necesidades. Jesús dice: ama a tu prójimo con la misma atención y cuidado. De hecho, la Biblia dice que puedes decir que amas a Dios, pero si no amas a otras personas, esa afirmación es vacía.
1 Juan 4:20 Si alguien dice: «Amo a Dios», pero odia a otro creyente, esa persona es mentirosa pues, si no amamos a quienes podemos ver, ¿cómo vamos a amar a Dios, a quien no podemos ver?
Así que seamos prácticos por un momento: ¿cómo amamos a Dios? Le tenemos un profundo y reverente respeto y honor. Lo ponemos en primer lugar en todo nuestro ser. Vivimos nuestras vidas de una manera que le agrada. (Por cierto, descubrimos lo que agrada a Dios al leer sus prioridades en su palabra, la Biblia.) ¿Y cómo amamos a otras personas? Les hablamos de Jesús. Mentoreamos a nuestra familia y amigos. Demostramos formas prácticas de intervenir y satisfacer las necesidades materiales de las personas.
Esta es la verdad: si decimos que amamos a Dios pero no seguimos lo que él dice, entonces en realidad no lo amamos, sin importar lo que digamos. Si dices que amas a Dios pero no le obedeces y no te importa lo que a Él le importa, entonces cualquier afirmación que hagas acerca de amar a Dios no es real: no importa cómo te sientas o lo que digas. Así como su amor por nosotros, nuestro amor por Dios debe ser más que un sentimiento, se demuestra en acción.
Eso me hace pensar en la acción más significativa que Dios tomó para demostrar la realidad de su amor por nosotros.
Dios demostró su amor por nosotros de la manera más costosa.
Juan 3:16 »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Aquí está esa palabra “dar” de nuevo. Es el corazón de “ahavá”. Y es lo que Dios hizo por nosotros. Verás, al principio, Dios nos creó para tener una relación con él, para experimentar su amor perfecto y amarlo a cambio. Pero decidimos darle la espalda y desobedecerlo. A través de nuestros primeros padres, el pecado entró en el mundo, todos lo heredamos y todos lo practicamos. Ese pecado nos separa de Dios.
Romanos 3:23 Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.
Dice que TODOS han pecado y se han quedado cortos. Hay un abismo entre nosotros y Dios, un abismo que nosotros mismos hemos creado. Un Dios justo y santo tiene todo el derecho de juzgar a quienes lo desobedecen. De hecho, no sería justo si no lo hiciera. Según la Biblia, ese juicio es muerte.
Romanos 6:23 Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.
Lo que el pecado paga es la muerte. Pero Dios ama tanto a su pueblo que tomó medidas para que pudiéramos reconciliarnos con él. Él intercambió nuestra muerte por la de su amado Hijo.
Romanos 5:8 pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.
Jesús demostró su amor al morir voluntariamente en la cruz por los pecadores. Para las personas que eran sus enemigos. Eso es “ahavá”. Eso es amor.
Jesús era completamente Dios, pero también era completamente humano. Tenía emociones humanas. Antes de morir, mientras iba a la cruz, luchó. Fue difícil. Estaba presa del miedo y la ansiedad. ¿Qué pasaría si – en el último minuto – Jesús pensara: “¡No me gusta esto, esto es difícil! Odio este sentimiento, no me gusta hacer esto”. Si hubiera basado su decisión únicamente en sus sentimientos, ninguno de nosotros sería jamás perdonado de nuestros pecados. Todos estaríamos irremediablemente condenados al infierno, porque Jesús nunca habría actuado. Pero en cambio, estaba más interesado en hacer la voluntad del Padre que en seguir sus propios sentimientos. Entonces Jesús mostró que el amor es lo que una persona elige hacer, no sólo lo que siente. Así fue como Dios actuó hacia nosotros. Así es como expresamos nuestro amor por Dios y por los demás.
Lo que aprendemos hoy es que Dios nos ama primero, para que nosotros podamos amarlo también. Estamos hechos a su imagen, para que podamos amar a los demás también. Entendiendo, por supuesto, que el amor se prueba por lo que hacemos por Dios Y por las personas que nos rodean. El mayor ejemplo de ello es cómo Jesús entregó su propia vida. Cómo tomó sobre sí nuestro pecado para que pudiéramos estar bien con Dios.
Queremos invitarte a recibir hoy su amor. Comienza cuando admites tu necesidad y reconoces todas las formas en que has fallado en obedecer a Dios, en amarlo y en amar a los demás. Entonces simplemente le pides misericordia. Jesús ya hizo todo para que nuestro pecado fuera perdonado y para que estemos bien con Dios. Él pagó por nosotros en la cruz. Puedes confiar en él y en su trabajo terminado. Expresa esa confianza a través de la oración, pidiéndole a Jesús que te perdone y luego hazlo Señor de su vida para que te ayude a vivir de una manera nueva que lo honre a él.
Ver también:
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó la atención?
- ¿Quiénes son las personas en tu vida que te importan? ¿Cómo describirías los diferentes tipos de amor que sientes hacia ellos?
- Lee Deuteronomio 7:7-8 y Jeremías 31:3. ¿Qué significa que Dios es amor? ¿Por qué es imperativo entender que el amor de Dios por nosotros no se basa en nuestros esfuerzos sino en su carácter?
- ¿Cómo cambia tu visión de Dios que él te ama con el afecto similar al de un esposo y una esposa?
- Lee Deuteronomio 4:37. ¿Por qué el amor en acción es más importante que un simple sentimiento? ¿Cómo te ha motivado tu amor por los demás a actuar? ¿Cómo has visto que el amor de Dios por ti te impulsa a actuar en tu vida?
- Lee Deuteronomio 10:12-13. ¿Qué significa temer al Señor? ¿Qué más necesitas hacer para mostrar tu amor por Dios en tu vida?
- Lee 1 Juan 4:19. ¿Quiénes son algunas de las personas que necesitas amar y servir en tu vida?
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?
El significado de “corazón” en hebreo
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Puntos de conversación:
- En hebreo bíblico, el corazón es donde sentimos y pensamos. De hecho, hasta donde sabemos, los antiguos israelitas ni siquiera tenían una palabra para “cerebro”. Jeremías 15:16, Proverbios 14:33
- El corazón es también el lugar donde tomamos decisiones. Por lo tanto, el concepto de “corazón” se entiende mejor como la “persona interior”: el trono de nuestra mente (pensamientos), emociones (sentimientos) y voluntad (intenciones). Salmo 37:4, Proverbios 4:23, Santiago 1:14-15
- La mala noticia en la Biblia es que nuestros corazones (nuestro yo interior) están fundamentalmente rotos a causa del pecado. La buena noticia es que Dios puede cambiar nuestros corazones en un instante: en el momento en que ponemos nuestra fe en Jesús. Jeremías 17:9, Marcos 7:21-23, Deuteronomio 30:6, Ezequiel 36:26, Jeremías 31:33, Romanos 10:9-10.
En esta serie estamos hablando de la antigua oración judía llamada él Shemá, que se encuentra en Deuteronomio 6. Esta es una oración de lealtad para el pueblo hebreo hace miles de años. Se ha orado durante siglos todas las mañanas y noches, por lo que es como nuestro Juramento a la Bandera. Demuestra el carácter de Dios y nos muestra cómo responderle.
Deuteronomio 6:4-5 »¡Escucha, Israel! El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón (lev), con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
En la primera semana de esta serie hablamos sobre “escuchar” (Shemá). En la semana dos, hablamos sobre “Señor”. En la semana tres, hablamos sobre el “amor”. Hoy empezamos la segunda mitad de la serie hablando de “corazón”. Seguido de ” alma” y “fuerza”.
Al examinar estas palabras, aprenderemos cómo también podemos orar así y hacer un compromiso así, amar al Señor de esta manera. Así que la palabra de hoy es “lev”, la palabra hebrea para “corazón”.
Cuando hablamos del corazón, mucha gente hoy en día aboga por seguirlo: haz lo que más QUIERES, haz lo que SIENTES que está bien. Pero se pueden contar muchas historias sobre personas que siguieron lo que querían o lo que les hacía sentir bien, pero terminaron con consecuencias trágicas. Para entender por qué, echemos un vistazo a cómo la Biblia define el “corazón” y lo que eso significa para nosotros.
Tu corazón es donde piensas y sientes
Pensamos en el corazón como el lugar donde sentimos. Bíblicamente, sí se incluye eso.
Jeremías 15:16 Cuando descubrí tus palabras las devoré; son mi gozo y la delicia de mi corazón, porque yo llevo tu nombre, oh Señor Dios de los Ejércitos Celestiales.
Eso describe las emociones humanas: alegría y deleite. Pero eso no es todo lo que es el corazón. En hebreo bíblico, también representa el lugar de donde provienen nuestros pensamientos.
Proverbios 14:33 La sabiduría es venerada en el corazón comprensivo; la sabiduría no se encuentra entre los necios.
En nuestra cultura diríamos que “la sabiduría está guardada en el cerebro o la cabeza de una persona”. Pero el idioma hebreo no tenía manera de decir eso. No entendieron el papel del cerebro en susvida interior. Para ellos, era el corazón. Entonces, cuando el Shemá dice “Ama a Dios con todo tu corazón”, no se refiere sólo a sentimientos. Eso también incluye tu forma de pensar.
Agreguemos una faceta más a esta imagen…
Tu corazón es donde tomas las decisiones
Es el asiento de tus emociones. Es la fuente de tus pensamientos. También es el hogar de tu voluntad. Es posible que tengas un pensamiento o una emoción. Lo que mueve eso a la acción es tu voluntad. Es la facultad de elegir. En otras palabras, podríamos decir que el “corazón” – bíblicamente hablando – es la suma total de tu persona interior. No se trata del órgano que late para hacer circular la sangre. Son tus pensamientos, sentimientos e intenciones. Tu mente, emociones y voluntad.
Ninguno de ellos existe independientemente de los demás. Cuando tienes un sentimiento, éste puede alimentar tus pensamientos. Si continúas alimentando eso en tu mente, como una tentación o una imagen en tu teléfono, comienza a jugar con tus deseos, lo que termina afectando tus decisiones.
Entonces, cuando leemos “corazón”, pensamos en la persona interior. Dios está diciendo. No me entregues sólo tus sentimientos, o sólo tus pensamientos, sino entrégame todo tu ser interior.
Salmos 37:4 Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.
Cuando amamos al Señor con todo nuestro corazón, eso cambia la voluntad/las intenciones que tenemos.
Proverbios 4:23 Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida.
La Biblia no nos enseña a “seguir tu corazón”. Nos enseña a “guardar tu corazón”. En otras palabras,: guarda tus pensamientos, tus emociones, tus intenciones. Porque la persona interior es una parte clave de quién eres. Cualquier cosa que permitas alimentar tú mente / emociones / voluntad, la Biblia dice que todas estas cosas juntas determinarán el curso de tu vida. Vemos esta progresión en el NT:
Santiago 1:14-15 La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte.
Tu corazón, con sus pensamientos, sentimientos e intenciones, eventualmente se manifiesta en acción. Cuando eso no se controla, tu yo interior puede destruirte.
Hablemos de por qué es así. Hay una razón por la que guardamos nuestros corazones y no los seguimos adondequiera que nos lleven.
Nuestros corazones están rotos por el pecado, pero Dios puede cambiar nuestros corazones
Así es como definimos el pecado: seguir tus propias opiniones y sentimientos por encima de la verdad de Dios. Cada vez que hacemos eso, es una expresión de pecado. Porque nuestro yo interior está fundamentalmente roto. Es cierto para todos los seres humanos, incluso para los más admirables.
Jeremías 17:9 »El corazón humano es lo más engañoso que hay, y extremadamente perverso. ¿Quién realmente sabe qué tan malo es?
La próxima vez que alguien te diga que sigas tu corazón, ¡lee este versículo! Esto nos advierte con qué facilidad podemos dejarnos engañar por nuestro corazón. Tu mente puede jugarte una mala pasada. Tus emociones pueden llevarte por mal camino. Tu voluntad/intenciones pueden menospreciar lo que es mejor para ti. En lugar de seguir nuestros corazones, debemos dejar que Dios cambie nuestros corazones. Piensa en lo que dijo Jesús:
Marcos 7:21-23 Pues de adentro, del corazón de la persona, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, el robo, el asesinato, el adulterio, la avaricia, la perversidad, el engaño, los deseos sensuales, la envidia, la calumnia, el orgullo y la necedad. Todas esas vilezas provienen de adentro; esas son las que los contaminan».
¡Hay algo en esta lista para incluir a todos! Jesús estaba desafiando a los líderes religiosos de su época porque pensaban que se podía agradar a Dios simplemente realizando rituales externos. Jesús dijo: “Eso no bastará. Porque de donde viene el pecado no es externo. Está en lo profundo de la persona interior”. El corazón. Entonces, cuando el Shemá nos llama a amar al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, ¡es un verdadero desafío! Porque abandonados a sí mismos, nuestros corazones no aman a Dios ni honran a Dios ni mucho menos le obedecen. Entonces, ¿cómo pueden cambiar nuestros corazones? ¿De ser desesperadamente malvado, engañoso y contaminado?
Deuteronomio 30:6 »El Señor tu Dios cambiará tu corazón y el de tus descendientes, para que lo ames con todo el corazón y con toda el alma, y para que tengas vida.
En Deuteronomio 6, Moisés habla con Israel antes de que entren a la tierra prometida. Aquí, en el capítulo 30, cierra ese discurso. Él dice: cuando entres en la tierra prometida, si realmente quieres vivir y tener una vida plena y satisfactoria, aquí te explicamos cómo hacerlo. Dios cambiará tu corazón. Dios cambiará tu persona interior: para que lo ames.
No te dejes atrapar por el moralismo que dice: voy a ser una mejor persona. Voy a esforzarme más. Tengo que controlar mis pensamientos, emociones y decisiones para tomar mejores decisiones. ¡Eso no es todo! La única esperanza que tenemos de un corazón cambiado es cuando Dios lo cambia. Puedes esforzarte tanto como quieras, pero no puedes cambiar tu propio corazón. Está roto y no puedes arreglarlo. Sólo Dios puede.
Ezequiel 36:26 Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo.
Esta es una promesa que Dios hace en el Antiguo Testamento. Está relacionado con su promesa en Deuteronomio 30. Pero también en Jeremías 31:
Jeremías 31:33 «Pero este es el nuevo pacto que haré con el pueblo de Israel después de esos días —dice el Señor—. Pondré mis instrucciones en lo más profundo de ellos y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Dios da esta increíble promesa a través de Jeremías. Voy a poner mis instrucciones en lo más profundo de ti. Voy a escribirlos en vuestros corazones. La mala noticia es que nuestros corazones son malvados. Por nuestra cuenta, nuestros pensamientos, sentimientos y decisiones nos alejan de Dios. Pero aquí está la buena noticia: Dios puede cambiar nuestros corazones. Puede cambiarnos desde adentro hacia afuera.
Al final, el mandamiento del Shemá de amar a Dios con todo tu corazón sólo es posible si obtienes un corazón nuevo. Eso sucede cuando le entregas tu corazón a Dios. Para hacerlo, debes reconocer tu necesidad: estás roto y eres un pecador. Admite que tu corazón es desesperadamente malvado.
También debes dejar de intentar arreglarlo tú mismo. Tienes que llegar al lugar donde tu única esperanza es que Dios haga lo que sólo él puede hacer. En lugar de confiar en tus propios esfuerzos, pon tu fe únicamente en Jesús y confía en lo que Él hizo por ti en la cruz. Confía en que él cargó con tu pecado. Él tomó el castigo de todas tus emociones/pensamientos/intenciones/acciones equivocadas y lo clavó en la cruz.
La Biblia dice que cuando vienes a Jesús con fe, él hace algo nuevo en ti. Él te cambia desde adentro hacia afuera.
Romanos 10:9-10 Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo. Pues es por creer en tu corazón que eres hecho justo a los ojos de Dios y es por declarar abiertamente tu fe que eres salvo.
¿Cómo puedes tener una relación correcta con Dios? Deuteronomio 6 dice que es escuchando. Reconociendo que el Señor es Dios, sólo él es Señor. Comprometiéndote a amarlo con todo tu corazón. En Romanos 10, ese compromiso comienza con declarar que Jesús es el Señor y creer (o confiar) en él.
Cuando haces eso, él te da un corazón nuevo. Él te hace nuevo desde adentro. Tu mente, tus emociones, tu voluntad, todo lo hace nuevo. Puedes hacer tuya la oración de Romanos 10 invitando a Dios a tu corazón para que te transforme.
Ver también:
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó la atención?
- Comparte alguna vez en la que tomaste una decisión con el corazón en lugar de con la mente. ¿Cómo resultó?
- Lee Proverbios 4:23. ¿Por qué debemos “guardar nuestro corazón”? ¿Cómo puede nuestro corazón causarnos problemas?
- ¿Cómo es en la práctica “guardar” nuestro corazón?
- Lee Jeremías 17:9. ¿En qué sentido tiene razón Jeremías al decir que los corazones son engañosos y malvados? ¿Cómo afectaron su perspectiva sus experiencias y las cosas que presenció?
- ¿Cómo has sido testigo de la maldad del corazón de la gente?
- Lee Deuteronomio 30:6 y Ezequiel 36:26. ¿Por qué es necesario que Dios mismo cambie los corazones de las personas?
- Comparte cómo Dios ha cambiado tu corazón o el de alguien que conoces tras una confesión de fe.
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?
El significado de “alma” en hebreo
Haz clic aquí para ver el bosquejo del sermón.
Puntos de conversación:
- En español, el “alma” generalmente se refiere a la parte no material de nosotros que sobrevive después de la muerte. Pero el concepto hebreo de “alma” se entiende mejor como la “persona completa”, la esencia de quiénes somos. Salmos 119:175, Salmos 42:2
- Primero hacemos un compromiso a nivel del alma al confiar en Jesús. Esto es lo que abre la puerta a una relación verdadera con Dios. Romanos 3:22
- Demostramos este compromiso a nivel del alma honrando a Dios en la vida diaria. Esto afecta la manera en que pensamos, sentimos, hablamos, actuamos y nos relacionamos. Deuteronomio 6:6, Juan 14:15, 1 Corintios 10:31
- El resultado natural de un compromiso con Dios a nivel del alma es la preocupación por los demás. Esto significa que hacemos discípulos, en casa y en el mundo. Deuteronomio 6:7, Mateo 28:19-20
En esta serie estamos analizando el Shemá. Estamos estudiando palabras específicas y su significado. El Shemá es una oración que se encuentra en Deuteronomio 6. Es una oración que declara la devoción de uno hacia Dios. Resalta el carácter de Dios y nos muestra cómo responderle.
Deuteronomio 6:4-5 »¡Escucha, Israel! El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma (nephesh)y con todas tus fuerzas.
En esta parte de la serie, veremos cómo esta oración nos llama a amar a Dios. Usa tres palabras que describen aspectos de quiénes somos. La semana pasada analizamos la palabra “corazón”. Hoy seguimos con la palabra “alma”. La palabra es “nephesh” en hebreo, el idioma del Antiguo Testamento.
Tu alma es la esencia de quién eres
La semana pasada vimos que el “corazón” es tu persona interior. No se refiere sólo a tus emociones, sino a cada aspecto de tu ser interior: lo que podríamos llamar mente, voluntad y emociones. Esta semana, la palabra “alma” se refiere a la persona en su totalidad. Hay cierta superposición entre estas palabras. En español tenemos muchas palabras para nuestra realidad interior y todas comparten un significado común. Lo mismo ocurre con las palabras hebreas que estamos explorando.
En español, el alma es la esencia inmaterial de un ser humano, la parte que sobrevive después de la muerte. Pero esa idea es ajena a los autores del Antiguo Testamento. Bíblicamente, la gente NO TIENE alma; SON un alma. En otras palabras, no es lo que tenemos (“tengo un alma”) sino es lo que somos (“soy un alma”). En hebreo, “nephesh” es un ser físico que vive y respira. De hecho, esta palabra suele ser sólo un sinónimo de las palabras “yo”, “a mi”.
Salmos 119:175 Déjame vivir para que pueda alabarte, y que tus ordenanzas me ayuden.
Literalmente, esto se traduce a: Deja que mi nephesh viva para que pueda alabarte….
Lo que el autor enfatiza aquí no es sólo la parte interior de sí mismo, sino todo su ser. Él está diciendo: “Toda mi persona, mi yo interior y exterior, ofrece alabanzas a Dios”. Entonces, “alma” en la Biblia significa toda tu vida, tu personalidad, todo tu ser, tu identidad, tu núcleo.
Ahora que entendemos la palabra “alma” como toda nuestra persona, quiero hablar de tres maneras en que podemos amar al Señor. A esto le llamamos ser cristiano de círculo completo,
Amas al Señor con toda tu alma poniendo tu confianza en Él
Hoy quiero poner Deuteronomio 6 en el contexto de toda la Biblia. Ya sea en el Antiguo o en el Nuevo Testamento, las personas están invitadas a tener una relación con nuestro Creador. Eso comienza cuando ponemos nuestra fe en él, es decir, una confianza total en él para nuestra vida y nuestra eternidad. Esto es lo que llamamos “confiar en Jesús” y lo representamos por una flecha formando una parte del “círculo completo”.
Piensa en las personas a las que estaba dirigido originalmente el Shemá. Dios había llamado a este pueblo – Israel – para ser su pueblo. Los había rescatado de la esclavitud en Egipto y los había llevado a las fronteras de la tierra prometida. En Deuteronomio, esto es como el discurso de un entrenador antes del partido. Moisés los está preparando para el juego. Les está recordando quiénes son. Él está repasando todo lo que les ha enseñado, para que puedan ir a la tierra prometida y tener éxito.
Pero para tener este tipo de relación con Israel, Dios tuvo que establecer una manera de lidiar con su pecado, porque el pecado siempre crea una barrera ante un Dios Santo. Entonces, inmediatamente después de que el pueblo escapó de Egipto, Dios instituyó un sistema de sacrificios. Cuando alguien pecaba, ofrecía un sacrificio para cubrir ese pecado, para permitirle permanecer en una relación con un Dios Santo. Esa es la esencia de todos los rituales religiosos sobre los que leemos en el Antiguo Testamento, que involucra a todos los sacerdotes, las ceremonias y el templo. Fue un proceso repetitivo, porque la gente seguía pecando.
Aprendemos que cuando Jesús venga, todo eso es temporal. Todo el sistema lo esperaba a él y encontró en él su cumplimiento. En la cruz, Jesús pagó por nuestro pecado de una vez por todas, por lo que no se requirieron más sacrificios de animales ni rituales repetitivos. Así todos aquellos que confían en él y en lo que hizo reciben perdón para sus y llegan a estar bien con Dios.
Romanos 3:22 Dios nos hace justos a sus ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. Y eso es verdad para todo el que cree, sea quien fuere.
El punto es este: no puedes amar a Dios con toda tu alma hasta que tengas una relación con Dios primero. Eso no puede suceder hasta que tu pecado sea perdonado. Entonces todo comienza cuando confías en Jesús y en lo que él hizo por ti en la cruz. Cuando tus pecados son perdonados y pasas a ser parte de su pueblo, podemos hablar de amar a Dios con toda tu alma como una respuesta al carácter de Dios y a su misericordia.
Esa relación con Dios impacta cada aspecto de tu vida diaria. Así que veamos dos formas más de amar a Dios con toda tu alma.
El amor a Dios toma forma a medida que vives para honrarlo en todo lo que haces
Nos ayudará mirar los versículos que vienen justo después del Shemá. porque nos dan una idea de cómo se ve el Shemá en la práctica. Lo que realmente significa amar a Dios con toda tu alma.
Deuteronomio 6: 6 Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego.
En otras palabras, amar a Dios es hacer lo que Dios dice. Vimos hace 2 episodios que el “amor” tiene un elemento activo. No es sólo afecto o emoción, sino que implica compromiso y acción. Jesús dijo lo mismo a sus seguidores:
Juan 14:15 »Si me aman, obedezcan[a] mis mandamientos.
Jesús presenta la verdadera prueba de si una persona ama verdaderamente a Dios o no. Si dices que amas a Dios, entonces estás dispuesto a hacer lo que Él dice.
Entonces: ¿cómo “guardamos sus mandamientos”? Primero, leemos lo que agrada a Dios en su Palabra, la Biblia. Luego, a medida que nos esforzamos por comprender lo que Dios quiere, ajustamos nuestras decisiones y nuestro estilo de vida como respuesta.
Pero no se trata sólo de marcar las casillas de una lista. El Shemá va más allá cuando habla a toda el alma. Está diciendo: todo en ti como persona es para declarar que Dios es Señor. Todo en nosotros es para dar honor a Dios. La forma en que pensamos, actuamos y respiramos, todo nuestro “nephesh”, todo nuestro ser. Déjame mostrarte cómo dice esto el Nuevo Testamento:
1 Corintios 10:31 Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios.
En contexto, I Corintios habla de las decisiones que tomamos –incluso decisiones simples– y el impacto o las consecuencias que tienen. Entonces, cualquiera que sea tu comportamiento diario, este es nuestro motivo: queremos que traiga gloria y honor a Dios. Eso es amar a Dios con nuestros deseos/motivos/percepciones/pensamientos. Pero también con cómo hablamos, qué hacemos con nuestras manos, cómo utilizamos nuestros talentos, cómo reaccionamos ante los desafíos. ¡Todo nuestro ser debe mostrar que Dios es primero!
Ahora, una manera más de describir lo que significa amar a Dios con toda nuestra alma es:
Amar a Dios significa ayudar intencionalmente a otros a buscarlo
Volvamos a Deuteronomio 6 y sigamos mirando los versículos que siguen al Shemá. Al mirar los versículos 7-9, verás que amar a Dios con toda tu alma no es sólo un asunto privado. No es sólo una relación entre tú y Dios, sino que también involucra a otras personas. Versículo 6 tiene que ver con guardar los mandamientos de Dios. Pero no queda allí sino hay que repetirlos una y otra vez..
Deuteronomio 6:7-9 Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalos a tus manos y llévalos sobre la frente como un recordatorio. Escríbelos en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad.
En ese mundo, a Israel no se le ordenó convertir a los paganos, pero sí se le ordenó llegar a la siguiente generación. Pero desde que vino Jesús, Dios ha abierto las puertas de la fe a todos, no sólo a una nación elegida. Por eso es justo aplicar estos versículos más allá de la familia. Al comprometerte a amar a Dios con todo tu ser es natural que invites a tus vecinos a comprometerse con él también. Significa que invitarías a tus compañeros de trabajo a tener una relación con él y se lo contarás a tus amigos para que puedan conocerlo. En el contexto del Nuevo Testamento, ¡esto significa que se lo contamos al mundo entero! Amamos al Señor con toda nuestra alma incorporándolo a todas nuestras relaciones.
Jesús amplió el Shemá de una manera muy similar. Se le pidió que identificara el mandamiento más importante del Antiguo Testamento y él no dijo uno en particular, sino que los resumió en lo siguiente:
Mateo 22:37-39 Jesús contestó: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primer mandamiento y el más importante. Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”Hay una Hay muchas maneras de amar a tu prójimo. Pero la mejor manera es ayudándolos a buscar de Dios. Esto incluye a tu prójimo que es cristiano. Es por eso que mentoreamos a otros: para ayudarlos a convertirse en seguidores maduros de Cristo. También aplica a tu prójimo que aún no es cristiano. Es por eso que invertimos en relaciones con personas fuera de nuestra burbuja cristiana. Por eso invitamos a personas a unirse a nosotros en la iglesia los domingos o a estudiar juntos la serie la búsqueda. Lo hacemos para que las personas tengan la oportunidad de descubrir y vivir por sí mismas una relación vivificante con Dios.
Nuevamente, tu “nephesh” es todo tu ser, todo lo que eres. ¿Es así como estás amando a Dios ahora mismo en tu vida? O ¿estás manteniendo escondido algún elemento de tu vida? Quizás algo pequeño, como un hábito malo o una actitud negativa. O algo más grande, como una relación indebida.
He aquí un pensamiento sencillo para terminar hoy: puedes confiar en Dios toda tu vida. A veces reprimimos una parte de nosotros mismos, preguntándonos: “¿estará bien que se lo entregue todo a Dios? ¿Dios realmente va a cumplir lo que dice? Quiero asegurarte que si se puede confiar en Dios. ¡Él te ama tanto! ¡Él sólo quiere lo mejor para ti! Es seguro darle todo lo que eres a él.
Ver también:
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó la atención?
- Comparte un momento en el que anhelaste algo en lo más profundo de tu alma. ¿Por qué fue eso tan importante para ti?
- Los griegos creían que las almas estaban atrapadas en los cuerpos. ¿Cómo habría afectado esto su visión de sus cuerpos y del mundo físico?
- ¿Por qué es importante que la Biblia no enseñe que nuestras almas están aprisionadas en nuestros cuerpos? ¿Qué debería (la Biblia) llevarnos a creer sobre nuestros cuerpos y el mundo físico?
- Lee Salmos 119:175 y Cantares 3:1. ¿Cómo hablan estos versículos de la idea de amar con todo lo que tienes?
- Lee Salmos 42:2-3. ¿Cómo es en la práctica amar a Dios con toda tu “alma” (nephesh)? ¿Cómo puedes poner en práctica este nivel de amor “nefesh” en tu propia vida?
- Lee 1 Corintios 10:31 y Juan 14:15. ¿Qué dicen estos versículos acerca de cómo debemos vivir? ¿Por qué Jesús conecta la obediencia con el amor?
- Lee Deuteronomio 6:6-7 y Mateo 28:19-20. ¿Has compartido tu fe con alguien? Explica. Si eres padre/madre, ¿qué cosas prácticas puedes hacer para que Jesús sea el centro de tu hogar?
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?
El significado de “fuerzas” en hebre
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Puntos de conversación:
- Me’od no significa “fuerza” en términos de potencia muscular. En realidad, es un adverbio que intensifica el significado de una palabra, traducido más exactamente como “mucho” o “muy”. Génesis 1:31, 4:5, 30:43
- Cuando se trataba de traducir “Me’od” en la Biblia hebrea, los intérpretes griegos usaban “poder” (dunamis). Los intérpretes arameos usaron la palabra para “riqueza”, que también puede traducirse como “aquello en lo que el hombre confía”. Hechos 1:8, Mateo 6:24
- Cuando Jesús citó el Shemá, tradujo “me’od” como “mente y fuerza”. La cuestión es que todo en la vida de una persona (tiempo, talento y tesoro) ofrece la oportunidad de amar a Dios y a los demás. Marcos 12:29-30, 31, Levítico 19:18
Estamos en la última semana de esta serie, estudiando el Shemá. Hemos analizado seis palabras clave en esta importante oración judía antigua. El Shemá es una oración de lealtad. Si fueses judío, la hubieras aprendido desde la niñez. Los creyentes judíos fieles lo oran dos veces al día.
Deuteronomio 6:4-5 »¡Escucha, Israel! El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma (néfesh)y con todas tus fuerzas.
Hoy nos fijamos en la sexta y última palabra, la palabra “fuerza”. En hebreo, el idioma del Antiguo Testamento, la palabra es “me’od”. ¿Qué significa esa palabra? ¿Qué significa amar a Dios de esa manera?
Preparemos el escenario con el contexto histórico. Deuteronomio es el mensaje final de Moisés al pueblo de Israel. Están a punto de entrar en la tierra prometida, de establecer hogares, una sociedad, una comunidad en esta nueva tierra. Moisés quiere darles información y motivación para transmitirles cómo vivir en esta tierra y cómo sería para ellos tener éxito. Su mensaje fue: Dios debe ser todo para ti. Él debería impactar cada parte de tu vida.
Quizás seas cristiano. O tal vez aún no te hayas comprometido a seguir a Jesús. De cualquier manera, queremos que entiendas que esta oración no se trata de ser una persona religiosa. No se trata sólo de la parte espiritual de tu vida. Se trata de TODA tu vida, de tu todo. Mientras hablamos hoy, quiero que preguntes: “¿Dios impacta cada parte de mi vida? O ¿simplemente voy a la iglesia y le doy a Dios una hora de mi semana?” Las personas que dicen ser cristianas también pueden separar habitualmente su vida espiritual del resto de la vida. Sus relaciones, emociones, finanzas, familia y matrimonio se viven separadamente de su relación con Dios. Moisés está llamando a Israel a una vida más allá de eso.
La palabra “fuerza” en esta oración, no está refiriéndose a potencia muscular, sino “mucho” o “muy”
Cuando leen por primera vez “Ama a Dios con todas tus fuerzas”, algunos podrían pensar en el poder físico, como la persona que conocen que levanta pesas. Pero esta palabra no va de eso. Esta es una palabra que se usa para modificar otra palabra. Cuando se combina con otra palabra, da la idea de “mucho” o que multiplica su valor. Podemos ver eso en el relato bíblico de la creación.
Génesis 1:31 Entonces Dios miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno! …
La palabra “muy” es nuestra palabra “me’od”. En los primeros cinco días de la creación, Dios dijo: “Fue bueno”. El sol era bueno. Los pájaros era bueno. Y todo lo demás. Pero no fue hasta el sexto día, cuando Dios terminó, que dijo que era “me’od” bueno. Fue :”muy” bueno. Había “mucha” bondad en lo que Dios había hecho.
Ahora veamos la historia de Caín y Abel. Eran hermanos, hijos de Adán y Eva. Ambos trajeron ofrendas para Dios.
Génesis 4:5 pero no aceptó a Caín ni a su ofrenda. Esto hizo que Caín se enojara mucho, y se veía decaído.
Nuevamente, “me’od” se traduce “mucho”, en este caso, “muy enojado”. Esa es la misma palabra “fuerza” en Deuteronomio 6.
Déjame mostrarte uno más.
Génesis 30:43 Como resultado, Jacob se hizo muy rico, con grandes rebaños de ovejas y cabras, siervas y siervos, y muchos camellos y burros.
“Me’od” aquí se refiere a la “mucho” de la riqueza de Jacob. Tenía mucho. El punto es que esta palabra en Deuteronomio 6 no significa “fuerte” en la forma en que normalmente pensamos sobre eso. Así que exploremos lo que significa.
“Fuerza” significa aquello en lo que confías o en lo que dependes
El Antiguo Testamento fue escrito originalmente en hebreo, pero en la antigüedad fue traducido a otros idiomas. Esto nos da una idea de cómo la gente entendió esas palabras. Vamos a ver dos ejemplos que datan de antes del tiempo de Cristo. Uno es el Antiguo Testamento griego y el otro es la versión aramea.
Los eruditos de habla griega tradujeron la Biblia hebrea al griego (llamada Septuaginta). Cuando llegaron a Deuteronomio 6, encontraron la palabra “me’od” y la tradujeron usando la palabra griega para “poder” (dunamis). El Nuevo Testamento también fue escrito en griego y también usa esta palabra.
Hechos 1:8 pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra.
La palabra griega traducida como “poder” en este versículo es la misma palabra usada para traducir Deuteronomio 6:5. Donde la Biblia hebrea decía: Ama al Señor con todo tu “me’od”. Los traductores dijeron: “Con todo tu poder”.
El otro ejemplo es el arameo. Este era el idioma que hablaba el pueblo judío en Palestina en la época de Jesús. Probablemente era el idioma nativo de Jesús. Cuando los intérpretes de habla aramea llegaron a “me’od” en Deuteronomio 6, lo tradujeron con la palabra “riqueza”. Es la palabra “Mammon” en traducciones más antiguas del Nuevo Testamento. Puedes ver esa palabra en Mateo 6.
Mateo 6:24 »Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero.
O sea a Dios y al mammon. La misma palabra usada aquí para “dinero” es la palabra que los traductores arameos usaron para traducir Deuteronomio 6:5. En otras palabras: Ama al Señor tu Dios con todas tus riquezas, o con todos tus medios. Nuevamente, “me’od” significa “mucho” o “muy”. Intensifica la idea a la que estás apegado. Por eso puede traducirse como “fuerza”, “poder” o “riqueza”.
Es comprensible que los hablantes del español se sientan confundidos por esto. ¿Cuál es la conexión entre “muy/mucho” y “poder” o “riqueza” o “fuerza”? La palabra aramea “riqueza” también puede significar “en lo que una persona confía”, porque si tienes riqueza, confías en eso. Del mismo modo, si tienes poder, confías en él. Entonces Deuteronomio 6 dice: Ama al Señor tu Dios con todo lo que tienes. Con lo mejor de ti, con todo lo que te empodera, con todo lo que aprovechas en tu vida.
Como hemos visto en esta serie, Jesús cita el Shemá. Lo hace dos veces. Entonces, las lecciones más importantes que podemos aprender sobre las palabras aquí provienen de él.
Toda la abundancia de la vida ofrece una oportunidad de amar a Dios y a los demás
Una vez un líder religioso le preguntó a Jesús: ¿cuál es el mandamiento más importante de todos los mandamientos de Dios en las Escrituras?
Marcos 12:29-30 Jesús contestó:m—El mandamiento más importante es: “¡Escucha, oh Israel! El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.
¿Jesús cometió un error? ¿Parece que citó mal Deuteronomio 6:5? Porque usa cuatro palabras en lugar de tres. No, lo que está haciendo es ayudarnos a pensar en cómo seguir a Dios. Donde Deuteronomio dice “todas tus fuerzas”, Jesús entiende “me’od” como “toda tu mente Y todas tus fuerzas”.
Entonces, ¿qué significa todo esto en lo que respecta a nuestra relación con Dios? No se trata de marcar una casilla de completado en nuestra lista los domingos y pensar o decir: “Terminé con lo de Dios por una semana más. Ahora puedo seguir con el resto de mi vida. Puedo hacer lo que quiera y vivir como quiera, puedo ser mi propia persona y seguir mi propio corazón, durante los próximos 6 días. Algún día volveré a la iglesia por 60 o 90 minutos. Esa es la parte de mi vida que Dios puede tener”.
Vimos en las últimas semanas que el Shemá nos llama a amar a Dios con nuestro CORAZÓN: todo nuestro ser interior, nuestra mente, voluntad y emociones. Nos llama a amar a Dios con nuestra ALMA: con toda nuestra persona esencial. Finalmente, nos llama a amar a Dios con toda nuestra mente, riqueza, poder, energía y abundancia. Con nuestro todo. En nuestra generación, podríamos decirlo así: Ama al Señor tu Dios con todo tu tiempo, con todos tus talentos, con todo tu tesoro (riqueza).
Ahora volvamos a Marcos 12. Jesús dijo allí algo más muy importante al responder la pregunta sobre el mandamiento más grande de Dios.
Marcos 12:31 El segundo es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Ningún otro mandamiento es más importante que estos.
Una cosa hemos estado diciendo en esta serie del Shemá y es que no se trata sólo de tu relación con Dios, sino también de tu relación con los demás. Jesús dice: si amas al Señor tu Dios, eso afectará tu relación con tu prójimo. Las dos están interconectadas.
Esta cita no es del Shemá. En realidad es de Levítico 19.
Levítico 19:18 …sino ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.
El libro de Levítico fue publicado una generación antes que Deuteronomio. Tiene todas las instrucciones que Dios le dio a Moisés para los sacerdotes de Israel. Está lleno de leyes, regulaciones y rituales detallados. Cuando lees Levítico, parece que Dios trata de reglas y leyes. Pero eso pasaría por alto el punto más profundo. Levítico 19 nos muestra de qué se tratan las reglas. Si lees el resto de este capítulo, verás lo que significa.
11 »No robes. »No se engañen ni se estafen unos a otros.
13 »No defraudes ni le robes a tu prójimo. »No retengas hasta el día siguiente el salario de tus obreros contratados.
15 »No tuerzas la justicia en asuntos legales al favorecer al pobre ni al ser parcial con el rico y poderoso. Siempre juzga con imparcialidad a las personas.
16 »No disemines chismes difamatorios entre tu pueblo. »No te quedes con los brazos cruzados cuando la vida de tu prójimo corre peligro.
17 »No fomentes odio en tu corazón contra ninguno de tus parientes.
18 »…sino ama a tu prójimo como a ti mismo.
En Levítico 19, vemos que cuando le das todo a Dios, cuando amas al Señor tu Dios con corazón, alma y fuerzas, eso se extenderá a tus relaciones.
Este mismo principio aparece a menudo en el Nuevo Testamento. Romanos 12:1 habla de una dedicación seria a Dios que recuerda al Shemá: “…entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo[…” El resto de Romanos 12 enfatiza las relaciones de una manera que recuerda a Levítico 19: “Ámense unos a otros con un afecto genuino” (10). “Estén listos para ayudar a los hijos de Dios cuando pasen necesidad. Estén siempre dispuestos a brindar hospitalidad. (13). “ Vivan en armonía unos con otros” (16).
Si eres cristiano, quizás te preguntes si es realmente posible vivir el Shemá. ¿Cómo puedo amar a Dios de esa manera? Dios ha proporcionado la fuente de poder. Concéntrate en el. A través de prácticas como la oración y el estudio de la Biblia (ver la serie llamada Disciplinas para avanzar), puedes experimentar su dirección y poder para que transformes en la visión de Jesús para una vida mejor.
Tal vez nunca antes hayas puesto tu fe en Jesús. Nunca has confiado en él para convertirte en uno del pueblo de Dios. Entiende que la respuesta que Jesús le dio al líder religioso que le preguntó sobre el mandamiento más grande no tiene que ver con el moralismo. No se trata de intentar convertirse en una mejor persona. No se trata de hacer lo correcto para agradarle a Dios.
Lo que Jesús dijo allí acerca de amar al prójimo tiene perfecto sentido a la luz de la cruz. Jesús voluntariamente dio su vida por NOSOTROS en la cruz porque cada uno de nosotros está roto. Cada uno de nosotros lucha por obedecer estos mandamientos básicos. Por nuestra cuenta no podemos vivir el Shemá. Pero Jesús pagó por nuestros pecados, por todas las formas en que fallamos, para cerrar la brecha entre nosotros y un Dios Santo. Cuando confías en Jesús para estar bien con Dios, él perdona todos tus pecados. Luego comienza a cambiarte de adentro hacia afuera. Él cambia tu corazón. Él cambia tu alma. Él te da SU “mucho” en lugar de tu propio “poco”. El resultado es que PODEMOS amar al Señor y PODEMOS amar a nuestro prójimo, como resultado de la obra de Dios en nosotros.
Si nunca has dado una respuesta personal de fe a Jesús, ¿por qué no hacerlo hoy? No se me ocurre mejor manera de culminar esta serie que ofrecerte la oportunidad de conocer y seguir al único Dios verdadero: el Dios del Shemá. Puedes aprender más sobre esto en La Búsqueda: Estar bien con Dios.
Ver también:
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó la atención?
- Comparte un momento en el que sentiste algo muy fuerte sobre algo, bueno o malo. ¿Qué palabras usarías para describir tu estado emocional?
- Lee Génesis 1:31. ¿Por qué crees que Dios añadió me’od a su reacción de crear humanos?
- ¿Por qué crees que la palabra usada en Deuteronomio 6:4-5 es para “mucho” en lugar de “fuerza”?
- Lee Mateo 6:24. ¿Cómo puede el dinero obstaculizar la devoción total a Dios?
- Lee Marcos 12:30. ¿Por qué crees que Jesús citó la oración él shemá en el Nuevo Testamento? ¿Cómo usamos la fuerza de nuestra mente y nuestro poder para amar a Dios?
- ¿Cómo sería si amaras a Dios con toda lo “mucho” que pudieras reunir en tu vida?
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?