En esta serie estamos analizando el Shemá. Estamos estudiando palabras específicas y su significado. El Shemá es una oración que se encuentra en Deuteronomio 6. Es una oración que declara la devoción de uno hacia Dios. Resalta el carácter de Dios y nos muestra cómo responderle.
Deuteronomio 6:4-5 »¡Escucha, Israel! El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma (nephesh)y con todas tus fuerzas.
En esta parte de la serie, veremos cómo esta oración nos llama a amar a Dios. Usa tres palabras que describen aspectos de quiénes somos. La semana pasada analizamos la palabra “corazón”. Hoy seguimos con la palabra “alma”. La palabra es “nephesh” en hebreo, el idioma del Antiguo Testamento.
Tu alma es la esencia de quién eres
La semana pasada vimos que el “corazón” es tu persona interior. No se refiere sólo a tus emociones, sino a cada aspecto de tu ser interior: lo que podríamos llamar mente, voluntad y emociones. Esta semana, la palabra “alma” se refiere a la persona en su totalidad. Hay cierta superposición entre estas palabras. En español tenemos muchas palabras para nuestra realidad interior y todas comparten un significado común. Lo mismo ocurre con las palabras hebreas que estamos explorando.
En español, el alma es la esencia inmaterial de un ser humano, la parte que sobrevive después de la muerte. Pero esa idea es ajena a los autores del Antiguo Testamento. Bíblicamente, la gente NO TIENE alma; SON un alma. En otras palabras, no es lo que tenemos (“tengo un alma”) sino es lo que somos (“soy un alma”). En hebreo, “nephesh” es un ser físico que vive y respira. De hecho, esta palabra suele ser sólo un sinónimo de las palabras “yo”, “a mi”.
Salmos 119:175 Déjame vivir para que pueda alabarte, y que tus ordenanzas me ayuden.
Literalmente, esto se traduce a: Deja que mi nephesh viva para que pueda alabarte….
Lo que el autor enfatiza aquí no es sólo la parte interior de sí mismo, sino todo su ser. Él está diciendo: “Toda mi persona, mi yo interior y exterior, ofrece alabanzas a Dios”. Entonces, “alma” en la Biblia significa toda tu vida, tu personalidad, todo tu ser, tu identidad, tu núcleo.
Ahora que entendemos la palabra “alma” como toda nuestra persona, quiero hablar de tres maneras en que podemos amar al Señor. A esto le llamamos ser cristiano de círculo completo,
Amas al Señor con toda tu alma poniendo tu confianza en Él
Hoy quiero poner Deuteronomio 6 en el contexto de toda la Biblia. Ya sea en el Antiguo o en el Nuevo Testamento, las personas están invitadas a tener una relación con nuestro Creador. Eso comienza cuando ponemos nuestra fe en él, es decir, una confianza total en él para nuestra vida y nuestra eternidad. Esto es lo que llamamos “confiar en Jesús” y lo representamos por una flecha formando una parte del “círculo completo”.
Piensa en las personas a las que estaba dirigido originalmente el Shemá. Dios había llamado a este pueblo – Israel – para ser su pueblo. Los había rescatado de la esclavitud en Egipto y los había llevado a las fronteras de la tierra prometida. En Deuteronomio, esto es como el discurso de un entrenador antes del partido. Moisés los está preparando para el juego. Les está recordando quiénes son. Él está repasando todo lo que les ha enseñado, para que puedan ir a la tierra prometida y tener éxito.
Pero para tener este tipo de relación con Israel, Dios tuvo que establecer una manera de lidiar con su pecado, porque el pecado siempre crea una barrera ante un Dios Santo. Entonces, inmediatamente después de que el pueblo escapó de Egipto, Dios instituyó un sistema de sacrificios. Cuando alguien pecaba, ofrecía un sacrificio para cubrir ese pecado, para permitirle permanecer en una relación con un Dios Santo. Esa es la esencia de todos los rituales religiosos sobre los que leemos en el Antiguo Testamento, que involucra a todos los sacerdotes, las ceremonias y el templo. Fue un proceso repetitivo, porque la gente seguía pecando.
Aprendemos que cuando Jesús venga, todo eso es temporal. Todo el sistema lo esperaba a él y encontró en él su cumplimiento. En la cruz, Jesús pagó por nuestro pecado de una vez por todas, por lo que no se requirieron más sacrificios de animales ni rituales repetitivos. Así todos aquellos que confían en él y en lo que hizo reciben perdón para sus y llegan a estar bien con Dios.
Romanos 3:22 Dios nos hace justos a sus ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. Y eso es verdad para todo el que cree, sea quien fuere.
El punto es este: no puedes amar a Dios con toda tu alma hasta que tengas una relación con Dios primero. Eso no puede suceder hasta que tu pecado sea perdonado. Entonces todo comienza cuando confías en Jesús y en lo que él hizo por ti en la cruz. Cuando tus pecados son perdonados y pasas a ser parte de su pueblo, podemos hablar de amar a Dios con toda tu alma como una respuesta al carácter de Dios y a su misericordia.
Esa relación con Dios impacta cada aspecto de tu vida diaria. Así que veamos dos formas más de amar a Dios con toda tu alma.
El amor a Dios toma forma a medida que vives para honrarlo en todo lo que haces
Nos ayudará mirar los versículos que vienen justo después del Shemá. porque nos dan una idea de cómo se ve el Shemá en la práctica. Lo que realmente significa amar a Dios con toda tu alma.
Deuteronomio 6: 6 Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego.
En otras palabras, amar a Dios es hacer lo que Dios dice. Vimos hace 2 episodios que el “amor” tiene un elemento activo. No es sólo afecto o emoción, sino que implica compromiso y acción. Jesús dijo lo mismo a sus seguidores:
Juan 14:15 »Si me aman, obedezcan[a] mis mandamientos.
Jesús presenta la verdadera prueba de si una persona ama verdaderamente a Dios o no. Si dices que amas a Dios, entonces estás dispuesto a hacer lo que Él dice.
Entonces: ¿cómo “guardamos sus mandamientos”? Primero, leemos lo que agrada a Dios en su Palabra, la Biblia. Luego, a medida que nos esforzamos por comprender lo que Dios quiere, ajustamos nuestras decisiones y nuestro estilo de vida como respuesta.
Pero no se trata sólo de marcar las casillas de una lista. El Shemá va más allá cuando habla a toda el alma. Está diciendo: todo en ti como persona es para declarar que Dios es Señor. Todo en nosotros es para dar honor a Dios. La forma en que pensamos, actuamos y respiramos, todo nuestro “nephesh”, todo nuestro ser. Déjame mostrarte cómo dice esto el Nuevo Testamento:
1 Corintios 10:31 Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios.
En contexto, I Corintios habla de las decisiones que tomamos –incluso decisiones simples– y el impacto o las consecuencias que tienen. Entonces, cualquiera que sea tu comportamiento diario, este es nuestro motivo: queremos que traiga gloria y honor a Dios. Eso es amar a Dios con nuestros deseos/motivos/percepciones/pensamientos. Pero también con cómo hablamos, qué hacemos con nuestras manos, cómo utilizamos nuestros talentos, cómo reaccionamos ante los desafíos. ¡Todo nuestro ser debe mostrar que Dios es primero!
Ahora, una manera más de describir lo que significa amar a Dios con toda nuestra alma es:
Amar a Dios significa ayudar intencionalmente a otros a buscarlo
Volvamos a Deuteronomio 6 y sigamos mirando los versículos que siguen al Shemá. Al mirar los versículos 7-9, verás que amar a Dios con toda tu alma no es sólo un asunto privado. No es sólo una relación entre tú y Dios, sino que también involucra a otras personas. Versículo 6 tiene que ver con guardar los mandamientos de Dios. Pero no queda allí sino hay que repetirlos una y otra vez..
Deuteronomio 6:7-9 Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalos a tus manos y llévalos sobre la frente como un recordatorio. Escríbelos en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad.
En ese mundo, a Israel no se le ordenó convertir a los paganos, pero sí se le ordenó llegar a la siguiente generación. Pero desde que vino Jesús, Dios ha abierto las puertas de la fe a todos, no sólo a una nación elegida. Por eso es justo aplicar estos versículos más allá de la familia. Al comprometerte a amar a Dios con todo tu ser es natural que invites a tus vecinos a comprometerse con él también. Significa que invitarías a tus compañeros de trabajo a tener una relación con él y se lo contarás a tus amigos para que puedan conocerlo. En el contexto del Nuevo Testamento, ¡esto significa que se lo contamos al mundo entero! Amamos al Señor con toda nuestra alma incorporándolo a todas nuestras relaciones.
Jesús amplió el Shemá de una manera muy similar. Se le pidió que identificara el mandamiento más importante del Antiguo Testamento y él no dijo uno en particular, sino que los resumió en lo siguiente:
Mateo 22:37-39 Jesús contestó: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. Este es el primer mandamiento y el más importante. Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”Hay una Hay muchas maneras de amar a tu prójimo. Pero la mejor manera es ayudándolos a buscar de Dios. Esto incluye a tu prójimo que es cristiano. Es por eso que mentoreamos a otros: para ayudarlos a convertirse en seguidores maduros de Cristo. También aplica a tu prójimo que aún no es cristiano. Es por eso que invertimos en relaciones con personas fuera de nuestra burbuja cristiana. Por eso invitamos a personas a unirse a nosotros en la iglesia los domingos o a estudiar juntos la serie la búsqueda. Lo hacemos para que las personas tengan la oportunidad de descubrir y vivir por sí mismas una relación vivificante con Dios.
Nuevamente, tu “nephesh” es todo tu ser, todo lo que eres. ¿Es así como estás amando a Dios ahora mismo en tu vida? O ¿estás manteniendo escondido algún elemento de tu vida? Quizás algo pequeño, como un hábito malo o una actitud negativa. O algo más grande, como una relación indebida.
He aquí un pensamiento sencillo para terminar hoy: puedes confiar en Dios toda tu vida. A veces reprimimos una parte de nosotros mismos, preguntándonos: “¿estará bien que se lo entregue todo a Dios? ¿Dios realmente va a cumplir lo que dice? Quiero asegurarte que si se puede confiar en Dios. ¡Él te ama tanto! ¡Él sólo quiere lo mejor para ti! Es seguro darle todo lo que eres a él.
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