Esperando a Jesús
El inesperado trasfondo de la Navidad: familia, vocación y alegría de un Hijo prometido.
La familia inesperada de Jesús
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Puntos de conversación:
- La línea de ascendencia de Jesús nos muestra la historia de la Biblia.
- Dios invita a los pecadores a ser parte de su historia.
- Las personas se unen a la familia de Dios porque Él se hizo hombre.
Aunque se esperaba al Mesías durante siglos, hay muchas cosas en torno a la historia de Jesús que fueron completamente inesperadas: una familia, un embarazo y un gozo.
En esta primera lección, hablaremos de “Una familia inesperada.” Para empezar, reiteramos que creemos que “toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar…” según 2 Tim 3:16. Por lo tanto, aunque parece que no hay mucho que aprender de la genealogía de Jesús, si hacemos una pausa para mirarla más de cerca. Entonces decimos que
Toda la Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar, incluida la genealogía de Jesús. Este árbol genealógico tiene una historia que contar.
Y si eres como el cristiano común, me imagino que cuando llegas a los pasajes de Los evangelios donde narran la genealogía de Jesús, te la saltas. Sin embargo, te insto a que leas estos pasajes porque te cuentan algo inesperado. No solo se trata de una lista de nombres, sino de lo que está detrás de esos nombres.
Para comenzar, sentemos la base:
Mateo 1:1 El siguiente es un registro de los antepasados de Jesús el Mesías, descendiente de David y de Abraham.
Lucas 3:23-38 Jesús era conocido como el hijo de José. Oh carica… Adán era hijo de Dios.
Mira los nombres: desde el principio, tenemos a Adán, Eva (relato de Lucas). Del relato de Mateo tenemos a Abraham (y por consiguiente a Sara), a David (y a Betsabé) y a muchas otras familias a quienes se les dio la promesa de que de su unión Dios proveería hijos que llevarían a un Hijo específico que salvaría al mundo: Jesús. Tal vez, te preguntes qué hay de especial en este relato genealógico. La respuesta es que:
La línea de ascendencia de Jesús nos muestra la historia de la Biblia.
Empezando desde el primer libro de la Biblia, Génesis, con Adán.
Génesis 3:15 Y pondré hostilidad entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Su descendiente te golpeará la cabeza, y tú le golpearás el talón».
Aquí está hablando de Jesús. ¡Este niño (Jesús) fue largamente esperado! Se esperó no solo por 40 semanas (9 meses) ¡si no por más de 4,000 años! Desde el principio ya estaba escrito que nacería Jesús. Luego vemos a Jesús en la promesa hecha a Abraham.
Génesis 12:2-3 Haré de ti una gran nación; te bendeciré y te haré famoso, y serás una bendición para otros. Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te traten con desprecio. Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti».
Después que Sara no podía tener hijos, dio a luz a Isaac, quien engendró a Jacob, y así hasta llegar a David. Dios le prometió a David un rey eterno que vendría de su línea genealógica.
2 Samuel 7:12-13 (RVR60) cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. Él edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.
Y así sucesivamente, empezando desde Adan hasta llegar a José, esposo de María y padre aunque no biológico, nace Jesús. Detrás de Jesús, hay un árbol genealógico. Esto es importante, porque muestra que la genealogía de Jesús prueba que la Biblia es verdadera, y mayormente que ¡todo apunta a Jesús! Todo en la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis señala y habla de Cristo Jesus.
Al leer la genealogía de Jesús, nos damos cuenta quienes fueron su familia. Sin embargo, lo inesperado de esta historia es que:
Dios invita a los pecadores a ser parte de su historia.
¡Piensas que la historia de tu familia es una locura! Pues piensalo dos veces. Estos hombres y mujeres del árbol genealógico de Jesús definitivamente fueron familiares inesperados para un Hijo tan Santo. Si no me crees, miremos a Noé. Si, el mismo Noé quien junto a su esposa e hijos (y sus esposas) fueron los únicos justos que se salvaron en el diluvio. Este gran hombre le falló a Dios. Él se emborrachó vergonzosamente e hizo que su hijo pecara contra él.
Génesis 9:20–21 Después del diluvio, Noé comenzó a cultivar la tierra y plantó un viñedo. Cierto día, bebió del vino que había hecho y se emborrachó, y estaba recostado y desnudo dentro de su carpa.
Más adelante este pasaje continúa diciendo que uno de sus hijos lo encontró desnudo y se burló de él. El hijo pecó por faltarle respeto a su padre, pero en cierto modo, Noé fue el causante de su pecado.
Otro ejemplo de una familia de pecadores, es Abraham, el padre de la fe. Tenía tanta fe en Dios que salió sin guía y sin rumbo a una tierra desconocida porque Dios se lo pidió. Sin embargo, llegó a Egipto donde tuvo miedo por su vida a causa de la belleza de su esposa. Para protegerse, le dijo a su esposa que mintiera diciendo que ella era su hermana (que sí lo era ya que era su media hermana, (si, en esos días era permitido, ya no), y no su esposa
Génesis 12:12–13 Cuando los egipcios te vean, dirán: “Ella es su esposa. ¡Matémoslo y entonces podremos tomarla!”. Así que, por favor, diles que eres mi hermana. Entonces me perdonarán la vida y me tratarán bien debido al interés que tienen en ti».
Muchos años después, vemos a su propio hijo, Isaac, cometiendo el mismo pecado. Isaac le mintió a Abimelec de la misma manera que su padre.
Génesis 26:7 Cuando los hombres que vivían allí le preguntaron a Isaac acerca de Rebeca, su esposa, él dijo: «Es mi hermana». Tenía temor de decir: «Ella es mi esposa» porque pensó: «Me matarán para conseguirla, pues es muy hermosa»;
Después tenemos a Jacob, hijo de Isaac. Jacob le robó la primogenitura y la bendición que conlleva ser el primogénito a su hermano Esaú. Jacob se hace pasar por Esaú poniéndose pieles de cabra ya que su hermano era velludo y como su padre Isaac ya estaba más ciego que un murciélago se le hizo fácil engañarlo.
Génesis 27:7 —Soy Esaú, tu hijo mayor—contestó Jacob—. Hice tal como me pediste; aquí está lo que cacé. Ahora levántate y come, para que puedas darme tu bendición.
De Jacob saltemonos a David quien la Biblia dice que fue conforme al corazón de Dios. Pero, él también, así como los otros personajes en la genealogía de Jesús, pecaron. David cometió adulterio y asesinato.
2 Samuel 11:14–15 Entonces, a la mañana siguiente, David escribió una carta a Joab y se la dio a Urías para que se la entregara. La carta le daba las siguientes instrucciones a Joab: «Pon a Urías en las líneas del frente, donde la batalla sea más violenta. Luego retrocedan, para que lo maten».
Lee la historia completa para que entiendas bien la historia. La cosa es que David se acostó con la mujer de Urias, la embaraza y para tapar su pecado trata de embobar al hombre para hacer pasar el embarazo como suyo. Como no lo logra, lo manda a matar en el campo de batalla. El punto es que Dios solo puede usar a los pecadores porque eso es todo lo que hay porque todos somos pecadores. No hay nadie perfecto. Más nos usa a los pecadores primeramente porque quiere hacerlo. Segundo, porque es amoroso y misericordioso. Nuestro pecado no nos descalifica para estar en Su historia. Sabemos que el pecado nos separa de Dios. Así que para estar en Su familia, ese pecado necesita ser tratado. Incluso los antepasados de Jesús necesitaron el perdón. También nosotros necesitamos ese perdón y lo encontramos en Jesús.
Las personas se unen a la familia de Dios porque Él se hizo hombre.
Desde aun antes de la creación, Jsus ya era Dios como dice Juan 1:1: “En el principio la Palabra ya existía. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.”. Sin embargo se hizo hombre, naciendo de una virgen para morir en una cruz y darnos salvación. Desde una perspectiva prospectiva, no solo las personas antiguas llegan a ser parte del árbol genealógico de Dios el Hijo. Aun aquellos que nacieron después e incluso ahora, los que confían en este Hijo llegan a ser adoptados como hijos e hijas del Dios Todopoderoso.
Juan 1:12-14 pero a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios. Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de amor inagotable y fidelidad. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre.
¡Qué maravilloso! Jesus se encarnó, o sea se hizo carne. Siendo Dios, tomó un cuerpo humano, fue carne naciendo como cualquier bebé. No le importó dejar su trono en el cielo. Mas por amor a nosotros vino y murió en una cruz. Y es a través de su sacrificio que podemos ser salvos.Y así venimos a ser hijos suyos. Es a través de Jesus que venimos a ser adoptados a su familia. Ahora somos sus hijos. Somos parte de su árbol genealógico. Somos la familia inesperada de Jesús. Quien iba a pensar que nosotros, siendo tan pecadores, vinieramos a ser parte de la familia de Dios. Y todo por lo que hizo Jesús en la cruz del calvario.
Dios quiere traer a personas poco probables como tú, yo y otros que conoces a la bendita familia de Cristo. No por obras o por haber nacido en la familia correcta. Más bien, por la fe en el Hijo que se unió a la familia caída de la raza humana cuando se hizo hombre. Solo faltas tu, si no le has aceptado como tu Salvador de tus pecados. Ven y forma parte de su inesperada familia.
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó a la atención?
- ¿Cuáles son algunas de tus tradiciones navideñas favoritas?
- Lee Mateo 1:1-17. Resalta las figuras clave que notas en el árbol genealógico de Jesús. ¿Cómo arroja esto luz sobre toda la historia de la Biblia?
- Lee Mateo 1:18-25. Resalta las personas y los hechos importantes sobre el nacimiento de Jesús. ¿Por qué crees que Dios escogió entrar al mundo de esta manera?
- Lee Gálatas 4:4-6. ¿Por qué es significativo este pasaje? ¿Qué significa para ti que puedes ser adoptado en la familia de Dios?
- Lee Juan 1:12-13. ¿Qué tenemos que hacer para ser aceptados en la familia de Dios?
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?
Un embarazo inesperado
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Puntos de conversación:
- ¡Se necesita un Mensajero Divino para ayudarnos a entender la gracia de Dios!
- Un Niño Divino requiere una Concepción Divina.
- Un Llamado Divino para la gente común.
Para muchos es imposible creer que una mujer virgen quede embarazada por el Espíritu Santo. Más, los cristianos debemos creerlo. Y no solamente creerlo sino protegerlo porque es fundamental para el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Hay un llamado en la vida de todos para preservar y servir al legado de Jesús.
María y José protegieron a Jesús o sea al futuro porque es a través de Jesús que la humanidad puede ser salva y tener un futuro con Dios por la eternidad. Ahora, nosotros estamos protegiendo su enseñanza e identidad al creer y enseñar que Él nació de una virgen habiendo sido concebido por medio del Espíritu Santo.
¡Se necesita un Mensajero Divino para ayudarnos a entender la gracia de Dios!
Si Jesús no hubiera sido concebido por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María, entonces su nacimiento hubiera sido como cualquier otro. Hubiera sido igual al de cualquier humano. No hubiera habido nada extraordinario ni mucho menos divino. Mas sin embargo, desde el principio Dios había trazado un plan para salvar la humanidad.
¡Este embarazo inesperado ciertamente no fue sin planear! Pero antes de llevarlo a cabo, 4,000 años después de haber sido prometido, Dios envía un ángel para asegurarse de que María conozca ese plan y para afirmar su llamado. Dios manda al ángel Gabriel como mensajero de tan trascendental noticia.
Lucas 1:26-28 Cuando Elisabet estaba en su sexto mes de embarazo, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, una aldea de Galilea, a una virgen llamada María. Ella estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. Gabriel se le apareció y dijo: «¡Saludos, mujer favorecida! ¡El Señor está contigo!».
Dios pudo haber usado a cualquier otra mujer virgen. Pero escogió a María. Ella fue objeto del favor de Dios. ¡Eso es GRACIA! Es un favor no merecido. Ella no hizo nada para que Dios la escogiera como el vaso para que Su Hijo naciera. Es sólo por la gracia de Dios a través de un mensajero que nosotros, como María, podemos comprender el don gratuito de la gracia de Dios.
Lucas 1:29-33 Confusa y perturbada, María trató de pensar lo que el ángel quería decir. —No tengas miedo, María—le dijo el ángel—, ¡porque has hallado el favor de Dios! Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David. Y reinará sobre Israel para siempre; ¡su reino no tendrá fin!
El ángel Gabriel es el mensajero divino que le avisa a María que de ella nacerá el Salvador del mundo. ¡Ella está confusa y perturbada! Mas piensa en el mensaje enviado por Dios. Y nosotros, ¿meditamos y discernimos la Palabra de Dios? Cuando tenemos dudas ¿somos honestos y lo reconocemos? Tal vez tengas dudas de quién es Jesús y está bien. Esto te ayudará a indagar y a meditar más en la Biblia para conocer quién es Jesús. Sin embargo, no esperes que un ángel descienda del cielo a aclararte las dudas. Los pastores, líderes, mentores y cristianos comunes también son usados como mensajeros para ayudar a las personas pérdidas y quebrantadas a escuchar acerca del amor y el favor de Dios.
Un Niño Divino requiere una Concepción Divina.
Para que Jesús no tuviera pecado, tuvo que haber sido concebido por Dios como el Padre Paterno Verdadero. Así que, por medio del Espíritu Santo, María concibió a Jesús. Él se formó en su vientre para poder tomar cuerpo humano. A esto se le llama encarnación. En otras palabras, Jesús, Dios que es espíritu, tomó forma física, un cuerpo o como se dice comúnmente, se hizo carne.
A Maria se le hizo muy complejo este concepto. No comprendía como ella no habiendo tenido intimidad con ningún hombre podía quedar embarazada y dar a luz a un niño.
Lucas 1:34-35 —¿Pero cómo podrá suceder esto?—le preguntó María al ángel—. Soy virgen. El ángel le contestó: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, el bebé que nacerá será santo y será llamado Hijo de Dios.
A pesar que era difícil entender lo que el ángel le decía, y con razón, María olvidaba que esto había sido dado como señal miles de años atrás.
Isaías 7:14 Muy bien, el Señor mismo les dará la señal. ¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel…
Pero por más que haya sido profetizado y se lo explicaran con peras y manzanas, María no solo estaba perturbada por no entender. Más bien, por el miedo, y no del qué dirán que por sí ya es motivo de preocupación. Si no porque al no estar casada, corría el riesgo de ser apedreada a muerte. Así que Dios, en Su misericordia, también envía al ángel Gabriel para que ilumine a José sobre el propósito y el plan de Su Hijo.
José, para este entonces, tenía la intención de mantener intacta su justicia personal sin dejar de tener compasión de su supuesta prometida adúltera. ¡Él descubre que no fue pecado en absoluto! José termina convirtiéndose en el Padre no biológico pero legal de Jesús.
Mateo 1:18 Este es el relato de cómo nació Jesús el Mesías. Su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero antes de que la boda se realizara, mientras todavía era virgen, quedó embarazada mediante el poder del Espíritu Santo.
Maria tiene aproximadamente 4 meses de embarazo en este momento. Esto habría sido después de que se había quedado con Elisabet durante 3 meses, por lo que ya era posible que se le notara su supuesta “indiscreción’.’ !¡Pobre chica! Si, es cierto que era una gran bendición ser el vaso escogido de Dios, pero pongámonos en los zapatos de esta jovencita. Probablemente, ella tenía unos 14 años al quedar embarazada. Imagina su preocupación y temor, pero aun así, ella se sintió bendecida y favorecida. Valientemente y con gozo le hizo frente a esta situación. Por eso Dios la respaldó y le comunicó la noticia también a José.
Mateo 1:19-20 José, su prometido, era un hombre justo y no quiso avergonzarla en público; por lo tanto, decidió romper el compromiso en privado. Mientras consideraba esa posibilidad, un ángel del Señor se le apareció en un sueño. «José, hijo de David—le dijo el ángel—, no tengas miedo de recibir a María por esposa, porque el niño que lleva dentro de ella fue concebido por el Espíritu Santo.
Ahora, pongámonos en los zapatos de José. Es posible que este servicio y llamamiento le costaron a José su imagen pública. !¡Los chismes del vecindario ya que todavía no se había casado con María y ya estaba embarazada! Pero no le importaron las habladurías ya que estaba cumpliendo el plan de Dios. ¡Se había puesto al servicio de Jesús! Y a ti ¿qué te costará servir a Jesús?
Ambos, José y María, se jugaron el todo por el todo con tal de servir a Dios. Confusos o no, aceptaron el plan de Dios de que sólo Dios en la carne, que es sin pecado, podría salvar a un mundo de pecadores. Por lo tanto, era indispensable que Jesús fuera concebido sin pecado por medio del Espíritu Santo para poder salvar a la humanidad pecadora. Veamos lo que dice el evangelio de Lucas al respecto.
Lucas 1:21 Y tendrá un hijo y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
Su mismo nombre, Jesús, declara su propósito para nacer: el de salvar de los pecados. Mucho después de que Jesús naciera y ascendiera al cielo, el apóstol Pablo, dice algo muy similar en 2 Corintios:
2 Corintios 5:21 Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo.
Para poder ser la ofrenda propicia, el sustituto perfecto en lugar nuestro, Jesus tenía que ser sin pecado. Por lo tanto, su concepción debía ser sin pecado ya que era Dios Santo quien se hizo hombre y no hombre que se hizo Dios. Jesus no perdió su divinidad de Dios cuando se hizo hombre para nacer y morir por nosotros.
A propósito, el Espíritu Santo inspiró a Mateo para conectar a Jesús con la profecía de Isaías del AT como Dios con nosotros. Dejando claro que Jesús fue Dios y hombre. ¡Esto lo hace tanto extraordinario como ordinario!
Mateo 1:22-23 Todo eso sucedió para que se cumpliera el mensaje del Señor a través de su profeta: «¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel, que significa “Dios está con nosotros”».
Parte de que Dios el Hijo se convirtiera en un hombre común fue para mostrarnos cómo seguir y liderar. Jesús se hizo hombre para relacionarse con nosotros y ayudarnos a relacionarnos con Dios. Hebreos 4:15 dice que “Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo, él nunca pecó.”.
Un Llamado Divino para la gente común.
José y María eran personas normales. No había nada de extraordinario en ellos. Sin embargo, aceptaron honorablemente la responsabilidad y llamado divino de proteger y servir a Dios Hijo.
Mateo 1:24 Cuando José despertó, hizo como el ángel del Señor le había ordenado y recibió a María por esposa,
José y María estuvieron resueltos a seguir y servir fielmente a Jesús.Humildemente aceptaron el plan de Dios para sus vidas.
Lucas 1:37-38 Pues la palabra de Dios nunca dejará de cumplirse. María respondió: —Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de mí. Y el ángel la dejó.
Tanto José como María estuvieron dispuestos a entregarse por completo a la voluntad de Dios. No solo estuvieron dispuestos si no que se sometieron a la voluntad de Dios. Ellos sabían que no fueron llamados para cualquier cosa. Si no para cumplir un llamado divino que cambiaría a la humanidad entera.
Este llamado divino no fue solo para ellos. ¡Toda persona que confía en Jesús tiene un llamado divino en su vida para servir al Señor y contarle a los demás acerca de Él! Jesús mismo, antes de subir al cielo después de haber resucitado de entre los muertos y haber cumplido su misión, nos encomendó este mandato divino:
Mateo 28:18-20 Jesús se acercó y dijo a sus discípulos: «Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones,bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos».
¿Aceptaras este llamado divino?
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó a la atención?
- Comparte tu historia de nacimiento o la de tus hijos. ¿Qué no llenó tus expectativas? ¿Qué excedió tus expectativas?
- Lee Lucas 1: 26-33. Ponte en los zapatos de María. ¿Qué estarías pensando con esta noticia? ¿Qué expectativas crees que tenía para Jesús y su vida?
- Lee Lucas 1: 34-35 e Isaías 7:14. ¿Por qué era importante que la concepción de Jesús fuera milagrosa? ¿Cómo señala esto a su divinidad?
- Lee Mateo 1:21 y 2 Corintios 5:21. ¿Crees que José entendió quién era Jesús y cuál sería su papel? Explica.
- Lee Mateo 1:24 y Lucas 1: 37-38. ¿Qué revelan estos versículos sobre José y María? ¿Cómo la actitud de fe y obediencia te desafía a ti?
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?
Gozo inesperado (una historia navideña)
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Puntos de conversación:
- Las familias se reúnen para compartir la alegría de las Buenas Nuevas. No podemos evitar compartir buenas noticias con las personas en nuestro “círculo íntimo”. Lucas 1:39-40
- Con la llegada de Jesús, el Espíritu Santo produce gozo con humildad. Algunas cosas locas pasaron cuando María vio a Elisabet: Elisabet profetizó, estaba llena del Espíritu Santo, ¡y el bebé dentro de ella también estaba lleno del Espíritu Santo! Lucas 1: 41-43, Lucas 1:15
- El verdadero gozo resulta en alabanza y proclamación. Para María, se desarrolló con una canción de alabanza y proclamación. Lucas 1: 46-56
El Espíritu Santo produce alegría en una persona que ha estado con Jesús. El verdadero gozo resulta en alabanza y proclamación. Así que si tu eres un seguidor de Cristo debes tener Su gozo y no solo eso, pero debes desbordar en alabanza y debes proclamar quién es Jesús. En el tema de hoy veremos una historia de cómo incluso el Cristo no nacido tuvo el poder de inducir un desbordamiento de gozo y regocijo en los corazones de quienes lo rodeaban. Y es que el gozo que Jesús trae a nuestras vidas debe resultar en alabanza y exaltación.
Eso es precisamente lo que sucedió con Maria cuando el ángel le proclama que dará a luz al Mesías prometido. Ella, a pesar de todo, se sintió gozosa y este gozo se desbordó en adoración proclamando una oración que hoy en día conocemos como El magnificat. El magnificat es un canto de alabanza. Veamos la primera parte de este canto de alabanza:
Lucas 1:46-47 María respondió: —Oh, cuánto alaba mi alma al Señor. ¡Cuánto mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador!
Si te das cuenta, esta joven esta tan gozosa que no puede quedarse callada, si no que de lo profundo de su alma nació ese canto de alegría. Y es que uno no se puede quedar callado cuando recibe tan buenas noticias, como lo son las Buenas nuevas de salvación. Y no hay que esperar las fiestas navideñas o días especiales para reunirse con la familia y compartir las Buenas nuevas de salvación con la familia, amigos u otros.
Las familias se reúnen para compartir la alegría de las Buenas Nuevas. No podemos evitar compartir buenas noticias con las personas en nuestro “círculo íntimo”.
María fue directamente a la casa de su prima Elisabet después de escuchar la noticia. No se aguantaba por compartir con su prima querida la noticia tan grande de que llevaba en su vientre a Jesus.
Mas también quería compartir la alegría de su prima Elisabet quien ya era mayor de edad pero que por fin iba a tener un hijo. El ángel Gabriel le habló del hijo de Elisabet, Juan.
En Lucas 1:19 Gabriel le dice a Zacarias, esposo de Elisabet y por lo tanto el padre de Juan que su esposa iba a tener un hijo.
Lucas 1:19 Entonces el ángel dijo: —¡Yo soy Gabriel! Estoy en la presencia misma de Dios. ¡Fue él quien me envió a darte esta buena noticia!
Y ¡qué gran noticia! Así que como dice Lucas 1:39-40 “Pocos días después, María fue de prisa a la zona montañosa de Judea, al pueblo. donde vivía Zacarías. Entró en la casa y saludó a Elisabet.” María está tan contenta que se apresura a estar con otro creyente, en este caso Elisabet, para compartir lo que Dios ha hecho en su vida.
Piensa que probablemente también estaba asustada ya que era una jovencita sin estar casada. Si José no se casaba con ella, y se sabía que estaba embarazada, corría peligro de ser apedreada a muerte. Pero aun asi corrió a alguien que compartir su misma fe para compartir su buena noticia.
Y tú, ¿te apresuras a hablar con otro creyente, ya sea familiar o amigo, y le cuentas las cosas buenas o malas de tu vida? Recuerda que otros cristianos pueden animarnos.
Mas no solo se trata de compartir con las personas de nuestro círculo íntimo si no con los que no conocen de Jesus. No se trata de ir y compartir lo malo que nos pasa con los que no conocen de Jesus. Eso se hace con los cristianos maduros. Pero si, debemos apresurarnos con valentía a compartir las Buenas Nuevas con los incrédulos. Ellos necesitan saber de Jesús y de lo que hizo en la cruz para que ellos puedan ser salvos.
Con la llegada de Jesús, el Espíritu Santo produce gozo con humildad.
La verdad es que cuando tenemos a Jesús en nuestras vidas, no solo debemos desbordar su gozo si no que este gozo debe llenarnos de humildad también. La arrogancia ni la jactancia tienen cabida en una vida que está llena del gozo que proviene del Espíritu Santo. Los seguidores de Jesús deben ser las personas más gozosas y humildes a pesar de las situaciones de la vida.
María fue un ejemplo de una persona llena del gozo del Espíritu pero también de humildad. Ella se llama asi misma la sierva de Dios. Y eso es lo que somos como seguidores de Cristo: somos siervos. Somos personas llamadas a servir a los demás.
Pero volviendo a la historia, María llegó donde su pariente Elisabet. Y estando con ella pasan algunas cosas locas o fuera de lo común. Elisabet profetizó. Ella estaba llena del Espíritu Santo. Y no solo eso, si no que ¡el bebé dentro de ella también estaba lleno del Espíritu Santo!
Lucas 1:41-43 Al escuchar el saludo de María, el bebé de Elisabet saltó en su vientre y Elisabet se llenó del Espíritu Santo. Elisabet dio un grito de alegría y le exclamó a María: —Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y tu hijo es bendito. ¿Por qué tengo este honor, que la madre de mi Señor venga a visitarme?
¡Elisabet fue llena del Espíritu a la venida de Jesús no nacido! ¡Jesús no había nacido todavía y ya se estaba manifestando en la vida de otros a través del Espíritu Santo! Y es que el Espíritu Santo provoca alegría que lleva a la adoración y a compartir las Nuevas buenas de salvación. Esto lo vemos claramente en
Hechos 2 donde el Espíritu Santo llena a los creyentes por primera vez. Y, ellos, como respuesta ¡proclaman las obras poderosas de Dios!
Elisabet le dice a Maria que al solo escuchar su saludo, el bebe (Juan) “saltó de alegría” (Lucas 1:44-45). Esto es algo del otro mundo aunque no debería ser una sorpresa ya que antes de que pasara se había profetizado en Lucas 1:15. Juan estaba lleno del Espíritu y se regocijaba. ¡El Espíritu Santo lo impulsó a patear!
Nosotros también somos llenos del Espíritu y del fruto del Espíritu cuando Jesús entra en nuestras vidas.
¿Dónde está nuestro gozo? Aquí vemos el gozo ejemplificado en esta historia. Juan no había ni nacido y se estaba moviendo de gozo por sentir cerca a Su Salvador, que ¡también estaba dentro del vientre de su madre! ¡Esta es la evidencia cristiana de que la vida comienza en la concepción y la personalidad se atribuye a los bebés que están por nacer! Un “feto” ya es un bebé; un ser vivo y por eso el aborto es asesinato. La Biblia dice que desde el vientre de nuestra madre, o sea antes de nacer, hemos sido escogidos por Dios (Jeremías 1:5). Eso es precisamente lo que pasaba con Juan. Él había sido apartado para el servicio de proclamar y preparar el camino del Señor. Juan sabia muy bien que había sido escogido y apartado desde antes de nacer con el propósito de preparar el camino para Jesús:
Juan 3:29-30 Es el novio quien se casa con la novia, y el amigo del novio simplemente se alegra de poder estar al lado del novio y oír sus votos. Por lo tanto, oír que él tiene éxito me llena de alegría. Él debe tener cada vez más importancia y yo, menos.
¡Mira que humildad de este hombre! El proclama que Jesus debe tener más importancia que él mismo. El gozo y la valentía de Juan se vieron nuevamente cuando declaró públicamente que él no era ni digno de desatar las sandalias de los pies de Jesus. Esto es lo que el Espíritu Santo hace en nuestras vidas: nos llena de gozo y nos hace humildes.
El verdadero gozo resulta en alabanza y proclamación. Para María, se desarrolló con una canción de alabanza y proclamación.
Nosotros, como María, podemos tener alegría pero no cualquier clase de alegría, si no el gozo, como ya dijimos, que proviene de tener a Jesús. Es un gozo que viene del Espíritu Santo por la misericordia, la gracia y la fidelidad de Dios. Esta alabanza debe fluir libremente de nuestra alma. Y así como el gozo brotó de María en una canción de alabanza, el gozo debe brotar de nosotros en alabanza y proclamación. En otras palabras, debemos proclamar la grandeza de Jesús.
María era una pecadora que necesitaba un Salvador como todos los demás. Y lo proclama en su canto, conocido como el Magnificat. Veámoslo:
Lucas 1:46-49 María respondió:
—Oh, cuánto alaba mi alma al Señor.
¡Cuánto mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador!
Pues se fijó en su humilde sierva,
y de ahora en adelante todas las generaciones me llamarán bendita.
Pues el Poderoso es santo
y ha hecho grandes cosas por mí.
En este canto vemos que ella dice que Jesús es su Salvador. Ella conoce su depravación y pobreza espiritual. ¡La gracia de Dios (su favor no merecido) la ha cambiado para siempre!
Sigamos leyendo el Magnificat:
Lucas 1:50-53 Él muestra misericordia de generación en generación a todos los que le temen.
¡Su brazo poderoso ha hecho cosas tremendas!
Dispersó a los orgullosos y a los altaneros.
A príncipes derrocó de sus tronos
y exaltó a los humildes.
Al hambriento llenó de cosas buenas
y a los ricos despidió con las manos vacías.
María declara que Dios es misericordioso con los humildes y arrepentidos. Al contrario, los opresores orgullosos y arrogantes de su tiempo y del nuestro serán tratados con severidad porque Dios ama al humilde. Además, dice que Dios es fiel a su pueblo y cumple sus promesas como vemos en las últimas palabras del El Magnificat:
Lucas 1:54-55 Ayudó a su siervo Israel
y no se olvidó de ser misericordioso.
Pues lo prometió a nuestros antepasados,
a Abraham y a sus descendientes para siempre.
Como vemos, el Magnificat es un poema o canción del Espíritu. María no solo se llena de tal gozo si no que también es valiente en su alabanza y proclamación. Valiente porque se atreve a hablar de los orgullos y de los príncipes, o sea de los que están en el poder.
En conclusión, repito la idea principal de este artículo: el Espíritu Santo produce alegría en una persona que ha estado con Jesús. El verdadero gozo resulta en alabanza y proclamación. Y ya que las Buenas nuevas o sea el Evangelio nos da gozo para adorar también nos da valor para evangelizar:
Hechos 4:12 ¡En ningún otro hay salvación! Dios no ha dado ningún otro nombre bajo el cielo, mediante el cual podamos ser salvos. Los miembros del Concilio quedaron asombrados cuando vieron el valor de Pedro y de Juan, porque veían que eran hombres comunes sin ninguna preparación especial en las Escrituras. También los identificaron como hombres que habían estado con Jesús.
Los discípulos sin educación que habían estado con Jesús salieron y trastornaron el mundo. Aun pasando persecución, ¡todavía proclamaron a Jesús como Señor! Todos los seguidores de Jesús deben ejemplificar el gozo que conduce a la valentía. Tú debes resaltar entre los demás. ¿Es tu gozo fácil de ver en un mundo lleno de personas comunes?
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó a la atención?
- Lee Lucas 1: 39-45. ¿Cómo crees que fue la conversación entre estas dos mujeres que sabían de los niños milagrosos que llevaban dentro?
- Comparte un milagro que Dios haya hecho en tu vida. ¿Quién está en tu círculo íntimo de “buenas noticias”?
- Lee Lucas 1: 46-55. Identifica todo lo que la oración de María dice sobre Dios y sobre ella. ¿Crees que ella entendió todo lo que iba a pasar por Jesús? Explica.
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?