Hoy hablaremos del estrés emocional y cómo manejarlo. La verdad es que ninguno de nosotros ha vivido sin estrés. Todos lo enfrentamos. Todos nos hemos sentido abrumados por el estrés. Necesitamos respuestas sobre cómo aprender a controlarlo. Debemos responder de manera proactiva, no reactiva cuando lleguen esos días estresantes.
El estrés emocional se presenta de muchas formas: depresión, ansiedad, pena, culpa y vergüenza. Este tipo de estrés suele estar alimentado por la falta de autoestima, el trauma, la reflexión sobre los errores del pasado o el miedo al fracaso.
Muchas luchamos con la autoestima y el miedo al fracaso, especialmente si hay alguien en nuestra vida, como una hermana, que excede en todo. Otras luchamos contra la ansiedad, esa sensación que corroe las entrañas. Esto se llama estrés emocional. El estrés emocional es algo del que parece que nunca podemos escapar. Nos sigue a todas partes. ¡Pero hay esperanza!
“La presencia de la ansiedad es inevitable, pero la prisión de la ansiedad es opcional”.
En otras palabras, tú decides cómo responder a la ansiedad que te causa estrés emocional. Tú decides cuánto poder le das. La actitud que tomes al respecto es lo que te aprisionara o te hará libre. Con esto en mente, nos enfocaremos en una mujer de la Biblia que paso por el estrés emocional. Ella es Noemi. Veamos su historia.
Rut 1:1-5 NTV En los días en que los jueces gobernaban Israel, un hambre severa azotó la tierra. Por eso, un hombre de Belén de Judá dejó su casa y se fue a vivir a la tierra de Moab, junto con su esposa y sus dos hijos. El hombre se llamaba Elimelec, y el nombre de su esposa era Noemí. Sus dos hijos se llamaban Mahlón y Quelión. Eran efrateos de Belén, en la tierra de Judá. Así que cuando llegaron a Moab se establecieron allí. Tiempo después murió Elimelec, y Noemí quedó sola con sus dos hijos. Ellos se casaron con mujeres moabitas. Uno se casó con una mujer llamada Orfa y el otro con una mujer llamada Rut. Pero unos diez años después murieron tanto Mahlón como Quelión. Entonces, Noemí quedó sola, sin sus dos hijos y sin su esposo.
Imagina a esta pobre mujer. Ahora se encuentra sin esposo y sin hijos y con estas dos mujeres, que no son judías, sin ninguna conexión a ella. Ellas fueron las esposas de sus hijos pero no tienen ningún lazo que las unan a ella. Ambas nueras no tienen ninguna responsabilidad de ayudarla ahora que es mayor de edad.
La costumbre judía de esos días era que ellas se quedaran con Noemi si esta tuviera otros hijos para darles como esposos. Mas ella ya no tenía más hijos y ni esperanzas de tener otros. Asi que ella decide regresar a su tierra natal y despide a sus nueras. Les dice que regresen a su familia y que se vuelvan a casar. Sus nueras todavía eran mujeres jóvenes así que podían encontrar otro esposo. Y eso es lo que ellas les dice que hagan.
Rut 1:8-9 NTV Sin embargo, ya puestas en camino, Noemí les dijo a sus dos nueras: —Vuelva cada una a la casa de su madre, y que el Señor las recompense por la bondad que mostraron a sus esposos y a mí. Que el Señor las bendiga con la seguridad de un nuevo matrimonio. Entonces les dio un beso de despedida y todas se echaron a llorar desconsolada
Aquí vemos que ambas mujeres amaban a su suegra. Pero una decide hacerle caso y se regresa a su familia. Sin embargo, Rut decide seguirla.
Rut 1:16 NTV Pero Rut respondió: —No me pidas que te deje y regrese a mi pueblo. A donde tú vayas, yo iré; dondequiera que tú vivas, yo viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios.
Así que sin saber que le espera el futuro, Rut decide seguir a su suegra y regresan al pueblo de Noemi. Noemi no se da ni cuenta que ya desde este momento Dios está trabajando a su favor. Él usará a su nuera para ayudarle no solo a sobrevivir pero para aliviar este estrés emocional que está sufriendo.
Naomi experimentó el estrés emocional: su esposo y sus hijos murieron dejándola sola en una tierra extranjera. Su dolor era tan profundo que quiso cambiar su nombre por el de Mara, que significa amarga.
Rut 1:18-21 NTV Cuando Noemí vio que Rut estaba decidida a irse con ella, no insistió más. De modo que las dos siguieron el viaje. Cuando entraron a Belén, todo el pueblo se conmocionó por causa de su llegada. —¿De verdad es Noemí?—preguntaban las mujeres. —No me llamen Noemí—contestó ella—. Más bien llámenme Mara, porque el Todopoderoso me ha hecho la vida muy amarga. Me fui llena, pero el Señor me ha traído vacía a casa. ¿Por qué llamarme Noemí cuando el Señor me ha hecho sufrir y el Todopoderoso ha enviado semejante tragedia sobre mí?
Claramente podemos ver el estrés emocional, el dolor, la tristeza y la amargura de esta mujer. Tanto es su estrés emocional que hasta se cambia su nombre a amarga o sea amargura. Ella siente que Dios la ha olvidado. Y asi es como muchas nos sentimos al pasar por situaciones de ansiedad y estrés. Nos sentimos solas y nos preguntamos dónde está Dios en nuestra situación.
Bueno, él siempre esta trabajando para nuestro bienestar. Él está allí con nosotras en cada paso. Nunca nos deja solas. Dios no había abandonado a Noemi. Y como ya vimos, estaba usando a Rut para ayudarla. Pasan muchas cosas, pero para resumir, Rut se va a trabajar al campo de trigo de un pariente lejano de Noemi llamado Booz. Rut recoge espigas para poder comer ella y su suegra.
Noemi aconseja a Rut para que proceda de cierta manera. Rut le hace caso y al final le pide a Booz que la redima, como era costumbre, y Booz la redime (Rut 4:9-10). Booz se casa con Rut y ella queda embarazada.
Rut 4:13-15 NTV Así que Booz llevó a Rut a su casa y la hizo su esposa. Cuando se acostó con ella, el Señor permitió que quedara embarazada y diera a luz un hijo. Entonces las mujeres del pueblo le dijeron a Noemí: «¡Alabado sea el Señor, que te ha dado ahora un redentor para tu familia! Que este niño sea famoso en Israel. Que él restaure tu juventud y te cuide en tu vejez. ¡Pues es el hijo de tu nuera que te ama y que te ha tratado mejor que siete hijos!».
Si te fijas como Dios siempre tuvo un plan para Noemi aunque ella no lo podía ver por su estrés emocional. Dios puso a Rut en su vida. Luego a Booz quien se casó con Rut y proveyó para Noemi seguridad y estabilidad tanto emocional como física. Ella tuvo quien la cuidara en su vejez. Dios siempre nos responde cuando confiamos en él.
Mas Dios no solo proveyó un redentor para Rut y por consecuente, para Noemi. Pero lo más importante, es que de este hijo de Booz y Rut fue que descendió nuestro Redentor y Salvador: Jesucristo. Naomi no sabía lo que Dios iba a hacer: que de su dolor, estrés y amargura iba a descender Jesus! Ella fue una pieza clave para que esto sucediera. !¡Qué privilegio y honor más grande!
Entonces, ahora que ya vimos la historia de Naomi. Esta mujer que se sentía sola, con sus emociones por los suelos, estresada por todo lo que le había pasado, te pido que pienses en lo que te causa estrés emocional. Pero ve más allá, piensa en lo que puede ayudarte a trabajar en ese estres. Piensa en el antídoto:
El antídoto contra el estrés emocional es la confianza. Confiando en que Dios es más grande que cualquier circunstancia y lo acompañará a través de los valles de dificultades y desesperación.
Tenemos que confiar que Dios es más grande que nuestros problemas. Confiar que él tiene un plan para nuestras vidas al igual que con Noemi. Confiar que Dios nunca nos dejara solas, que él siempre está a nuestro lado.
Salmos 23:4 NTV Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan.
Se que es facil decir “confía en Dios.” Pero ¿Cómo ponemos en práctica esto de confiar en Dios? Pablo nos da el modelo para poder combatir el estrés en el libro de Filipenses.
Filipenses 4:6 NTV No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho.
Este versículo nos da tres consejos para aprender a confiar en Dios:
Deja de obsesionarte en el problema o circunstancia y empieza a orar. Dile a Dios que te ayude y no dejes que la situación tome control total de tus pensamientos. Confía en que Dios te ayudará a sobrepasar cualquier problema. Asi que cada vez que te sientas ansiosa por los problemas emocionales, para y toma un tiempo para orar. Suelta el estrés y déjalo al pie de la cruz.
- Entrena tus pensamientos hacia el agradecimiento.
Recuerda quién es Dios y lo que ha hecho por ti cada vez que has estado en situaciones similares. Piensa en las oraciones contestadas. Y confía que la situación que estás pasando también pasará. Cuando haces esto, estás enfocado en el carácter de Dios y en lo que él puede hacer y no en lo que te está estresando. Memoriza versículos bíblicos y úsalos para combatir el estrés. En vez de pensar en lo que te estresa, piensa en lo que Dios dice en la Biblia.
Filipenses 4:6-7 NTV No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.
Pasaron años para que Noemi viera su respuesta. A veces la respuesta de Dios no llega al instante, aunque él sí está trabajando detrás del telón. Así que aprendamos a vivir un día a la vez. Levántate cada mañana tomando un tiempo para orar y meditar en su Palabra que nos dice que él nunca nos dejará. Dale gracias por las cosas que ya hizo y por lo que hará. Piensa en cómo soltarás lo que te estresa y cómo enfocaras tus pensamientos de desesperación a pensamientos de paz.
Sigue estos consejos para poder lidiar con lo que te está causando ese estrés emocional. Recuerda que Dios quiere que vivamos tranquilas y en paz.
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