La fe hace que miremos todas las cosas diferente. La fe cambia nuestras prioridades. Cambia el propósito de nuestras vidas, y hasta afecta las cosas que añoramos alcanzar. La fe nos hace reevaluar lo que más importa en la vida, y nos lleva a vivir de acuerdo con los planes que Dios tiene para nosotros.
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Esta es la lección 2 de 5 en la serie El lente. Ver también la Edición Infantil y la Edeción Juvenil de esta lección.
Vemos cómo la fe trabaja de esta manera en la vida de Abraham. Echemos un vistazo a la primera de varias declaraciones acerca de Abraham en Hebreos 11.
Hebreos 11:8 Fue por la fe que Abraham obedeció cuando Dios lo llamó para que dejara su tierra y fuera a otra que él le daría por herencia. Se fue sin saber adónde iba.
La fe nos lleva hacia lo desconocido
Este versículo nos lleva de nuevo al principio de la historia de Abraham. Abraham es una persona importante en la Biblia. Fue el padre de la nación israelita y, a través de su ejemplo de fe, es un patriarca para los cristianos también. Antes de que todo esto ocurriera, sin embargo, no era más que un tipo común y corriente. Es decir, hasta que Dios se apareció en la vida de Abraham.
Génesis 12:1 El Señor le había dicho a Abram: «Deja tu patria y a tus parientes y a la familia de tu padre, y vete a la tierra que yo te mostraré.
Este es la presentación de Dios a Abraham, quien para entonces se llamaba Abram. Dios le dijo a Abraham que se fuera de su casa y se mudara a una tierra desconocida. Ahora bien, Dios había prometido a Abraham que lo bendeciría en algunos aspectos importantes, pero primero tuvo que abandonar todo lo que conocía. ¿Cuál fue la respuesta de Abraham?
Génesis 12:4 Entonces Abram partió como el Señor le había ordenado, y Lot fue con él. Abram tenía setenta y cinco años cuando salió de Harán.
Este versículo ilustra por qué Abraham es un buen paradigma para una vida fiel. No sabía a dónde iba, pero estaba dispuesto a seguir a Dios. Para nosotros, una vida de fe significa confiar en Dios para guiarnos por caminos desconocidos. Y esto no suele ser fácil.
Muchos de nosotros estamos tras alguna versión del sueño americano en nuestras vidas. Queremos tener una familia, una gran carrera, y lograr nuestras metas en la vida. Estoy seguro de que Abraham tuvo metas para su vida también, pero Dios los interrumpió. Y Dios hará lo mismo con nosotros.
Como cristianos, confiamos en Dios con nuestro futuro. Esto significa que tenemos que confiar en Dios cuando él dirija los acontecimientos más importantes de nuestras vidas. No siempre tendremos todo lo que queremos cuando lo queremos, pero tenemos que aprender a confiar en Dios.
La fe nos obliga a cambiar nuestras prioridades
Dentro de este llamado a Abraham por Dios está la verdad de que Dios cambiará nuestras prioridades. Tal vez antes de convertirte en un cristiano tus prioridades eran el dinero, la seguridad, la influencia o poder. Todas estas cosas constituyen, en diversos grados, el sueño americano. Pero cuando Dios se apodera de nosotros nos llama a cambiar nuestras prioridades. Abraham tuvo que dejar la seguridad de su familia biológica.
Jesús mandó a sus seguidores a buscar lo que le importa a Dios, aunque no es lo que, naturalmente, buscaríamos para nosotros mismos.
Mateo 6:33 Busquen el reino de Dios[a] por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.
Como cristianos, nuestras prioridades no son para hacernos de una casa más grande, mejores vacaciones, o incluso a complacer todos los deseos de nuestros hijos. Nuestra prioridad es Dios. Nuestro sueño es ver a las personas en nuestras vidas que conozcan a Dios y que tengan una relación con él.
La fe se enfoca en lo eterno
Abraham partió y se fue donde Dios le dijo que fuera. Pero ese no fue el final de la historia.
Hebreos 11:9-10 Incluso cuando llegó a la tierra que Dios le había prometido, vivió allí por fe, pues era como un extranjero que vive en carpas. Lo mismo hicieron Isaac y Jacob, quienes heredaron la misma promesa. Abraham esperaba con confianza una ciudad de cimientos eternos, una ciudad diseñada y construida por Dios.
Sí, Abraham vivió una buena vida. Él era rico y respetado en su nueva tierra. Pero como dice en Hebreos, Abraham no construyó una ciudad. Vivió en tiendas de campaña al igual que su hijo y su nieto. Hebreos interpreta esta vida para nosotros. Ellos buscaban lo eterno. Ésta era su última esperanza.
¿Por qué debemos renunciar al sueño americano? El sueño americano sólo se enfoca en el aquí y ahora. Se centra en lo temporal. Se está invirtiendo en cosas que pasarán. Dios nos invita a invertir en la eternidad. Necesitamos fe para hacer esto. Esta es la fe que Abraham muestra para nosotros.
Preguntas para comentar:
- Preparación: Ver el video juntos o invita a alguien para resumir el tema.
- ¿Cuál es tu reacción inicial al video/artículo? ¿Está de acuerdo con alguna parte? ¿Qué saltó a la vista?
- ¿Cuál era tu trabajo ideal cuando eras niño?
- En una escala del 1 al 10, ¿qué tan dispuesto estás en confiar en Dios con tu futuro? Explica tu respuesta.
- Haz una lista de las 5 prioridades principales de tus vecinos o compañeros de trabajo.
- A continuación, haz una lista de las 5 prioridades principales que los cristianos deberían tener. ¿Qué tienes que es similar y diferente de la lista anterior?
- Lee Mateo 6:33. ¿Cómo sería esto para tú vida en la práctica?
- Llévatelo: Escribe una medida de acción personal basada en esta conversación.
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