Tras la muerte del rey Salomón, hijo de David, Israel se dividió en dos reinos: Israel en el norte y Judá en el sur. Cada nación tenía su propio rey y su propio lugar central de adoración. Las dos naciones vacilaron entre luchar unos con otros y trabajar juntos. Durante el reinado de Josafat, Judá e Israel experimentaron buenas relaciones (2 Crónicas 18). Hicieron su alianza oficial cuando el hijo de Josafat, se casó con la hija de Acab, rey de Israel.
Los reyes de Judá y de Israel. Los diversos reyes de Israel y de Judá mostraron diversos grados de compromiso con Dios. Los reyes de Israel eran generalmente malos, y descuidaron la adoración de Dios. Promovieron la adoración de Baal y levantaron falsas casas de culto en Israel. Una número de reyes de Judá siguieron a Dios, pero muchos otros no.
A menudo en la Biblia, la historia de Judá y de Israel se narran juntas para que podamos contrastar los reyes de las dos naciones. Esto se ve en las descripciones de Acab y Josafat. Acab se muestra constantemente siendo infiel y en oposición a la voluntad de Dios. Cuando Acab y Josafat están decidiendo si ir o no ir a la guerra, Josafat insta a Acab a unirse a él en la búsqueda de la voluntad del Señor. Ahab está desinteresado en esto, sin embargo, y prefirió actuar impulsivamente, y luego buscar la voluntad de Dios (2 Crón. 18:6-7). No consultaba a los profetas de Dios porque no le decían lo que quería oír. Josafat, por otra parte, es descrito como uno que confía en Dios y le es fiel (2 Crónicas 18:31). Él iba a Dios en sus momentos de necesidad más profunda. La calamidad que le venía a Acab se evitó porque Josafat confíaba en Dios.
La caída de los reinos. El liderazgo malvado en el reino del norte causó su desaparición en el año 722 A.C. El reino del sur continuó por un tiempo más, pero cayó en el año 586 A.C. El rey de Judá también fue reconocido como el rey davídico. Él era un descendiente de David, y gobernó desde Jerusalén, la casa del templo. La línea davídica fue la que había sido prometida un trono eterno, no el reino del norte. Y fue el reino de Judá, que fue regresado a la tierra después del exilio, no las tribus del norte.