La semana pasada vimos un milagro de 2 por 1: la alimentación de los 5000 en el capítulo 6 y la alimentación de los 4000 en el capítulo 8. Vimos que Jesús tuvo que realizar este milagro dos veces por la lentitud de los discípulos para creer porque todavía estaban tratando de entender la verdadera identidad de Jesús.. Todavía estaban aprendiendo que Jesús no solo es completamente hombre, sino que también es completamente Dios.
La lección de hoy es más de lo mismo. Es la repetición de una lección ya enseñada pero como no la entendieron la primera vez, tienen que repetirla. Hace apenas unas semanas leímos acerca de Jesús calmando la tormenta en una barca con sus discípulos (Marcos 4:35-41). Hicimos esta pregunta: “¿Cómo reaccionas ante el miedo?” Y enumeramos 4 opciones: luchar, huir, paralizarse o tener fe.
La historia de hoy en el capítulo 6 se sentirá un poco como una repetición: los discípulos en una barca, asustados en medio de una tormenta, esperando que Jesús la calme. Es tentador saltarse la historia, pero Marcos no lo hizo. Quería que viéramos a los discípulos, con sus defectos y todo. Ellos tardaron en aprender la verdadera identidad de Jesús, y nosotros también lo hacemos. Así que vamos a contar la historia.
Pero primero, comencemos con una pregunta: ¿Estás enfrentando una tormenta en este momento? Ya sea que tengas problemas de relación, una situación financiera donde las facturas se acumulan o cambios en tu trabajo. Posible, sea una crisis de fe teniendo miedo, duda o preocupación. Sea lo que sea, lo único certero es que no puedes elegir el momento o la frecuencia de las tormentas en tu vida. Si hemos puesto atención al leer las Escrituras, hemos descubierto que durante miles de años, el pueblo de Dios ha enfrentado pruebas, y Dios ha aparecido para librarlos.Es un tema que podemos rastrear hasta el libro de Éxodo.
El milagro de hoy es bien conocido. Pero antes de leerlo en Marcos, necesitamos darle algo de contexto… Los milagros relacionados con agua estaban al frente y al centro de la fe judía. La historia de la división del Mar Rojo forma el trasfondo para el milagro de Jesús caminando sobre el agua. Recordemos qué dio paso a este milagroso hecho
Éxodo 3:7-8 (NTV) Luego el Señor le dijo: —Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. He oído sus gritos de angustia a causa de la crueldad de sus capataces. Estoy al tanto de sus sufrimientos. Por eso he descendido para rescatarlos…
Ya conoces la historia, Dios envió a Moises, las plagas… y hace la separación del Mar Rojo como lo dice el salmista
Salmos 77: 19 (NTV) Te abriste camino a través del mar y tu sendero atravesó las poderosas aguas, ¡una senda que nadie sabía que estaba allí!
Otro milagro relacionado con agua fue cuando el pueblo de Israel cruzó el río Jordán (Josué 3:7). Ahora estamos listos para la historia de Marcos.
Tormentas de la vida
Dios nunca se sorprende cuando se desata una tormenta. Él ve tu lucha y tiene el poder de actuar, pero es posible que no lo haga en tu tiempo.
Ya que tenemos contexto, leamos el milagro de hoy.
Marcos 6:45-49 (NTV) Inmediatamente después, Jesús insistió en que sus discípulos regresaran a la barca y comenzaran a cruzar el lago hacia Betsaida mientras él enviaba a la gente a casa. Después de despedirse de la gente, subió a las colinas para orar a solas. Muy tarde esa misma noche, los discípulos estaban en la barca en medio del lago y Jesús estaba en tierra, solo. 48 Jesús vio que ellos se encontraban en serios problemas, pues remaban con mucha fuerza y luchaban contra el viento y las olas. A eso de las tres de la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el agua. Su intención era pasarlos de largo, 49 pero cuando los discípulos lo vieron caminar sobre el agua, gritaron de terror pues pensaron que era un fantasma.
Seguir a Jesús no es una garantía libre de tormentas. Lo vemos a lo largo de las Escrituras. Probablemente lo hayas visto en tu propia vida.Fíjate en dos cosas:
(1) Jesús los estaba observando en su lucha
(2) pero no actuó de inmediato.
Jesús los habría podido socorrer de inmediato. Es más, se hubiera podido ir con ellos para que no sufrieran esta tormenta. Pero se quedó y los envió adelante. Esto demuestra que él tiene el poder de actuar en Su tiempo, como cuando partió en dos el Mar Rojo, y el río Jordán
Yo estoy aquí
Jesús animó a los discípulos con un estribillo familiar del Antiguo Testamento: “Yo estoy aquí”. Aunque todavía estaban tratando de entender su verdadera identidad, todo cambió cuando dejaron que Jesús subiera a la barca.
Marcos 6:50-52 (NTV) Todos quedaron aterrados al verlo. Pero Jesús les habló de inmediato: «No tengan miedo—dijo—. ¡Tengan ánimo! ¡Yo estoy aquí!». Entonces subió a la barca, y el viento se detuvo. Ellos estaban totalmente asombrados porque todavía no entendían el significado del milagro de los panes. Tenían el corazón demasiado endurecido para comprenderlo.
Pepita de oro para ti: todavía estaban tratando de entender la verdadera identidad de Cristo, incluso después de todos los milagros. El viaje continuaría para ellos a través del Libro de Marcos.
Nota los que Jesus les dice: “¡Yo estoy aquí!»”. En otras palabras “El YO SOY” está aquí”. La versión de la Biblia Reina Valera, literalmente dice “Yo Soy”. Yel Comentario de conocimientos bíblicos (2 vols.)) comenta que “Las palabras Yo soy (lit., “Yo soy”, egō eimi) pueden transmitir simplemente una identificación propia (“Soy yo, Jesús”), pero probablemente tienen la intención aquí de hacer eco de la fórmula veterotestamentaria de la autorrevelación de Dios: “Yo Soy el que Soy” (cf. Ex 3,14; Is 41,4; 43,10; 51,12; 52,6). Veamos un ejemplo del uso de “Yo soy”:
Éxodo 3:14 (NTV) —Yo Soy el que Soy. Dile esto al pueblo de Israel: “Yo Soy me ha enviado a ustedes”.
También ver la respuesta de Jesus en Juan 8 58 Jesús contestó: —Les digo la verdad, ¡aun antes de que Abraham naciera, Yo Soy!
Luego leamos Isaías:
Isaías 41:10 (NTV) No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa.
¡Este mandamiento; no tengas miedo, se encuentra 365 veces en la Biblia! Pero la idea más grande es la razón dada: “Porque YO ESTOY contigo…”. Las mismas palabras que Jesus les dice a sus discípulos cuando llega a la barca caminando sobre el agua en medio de la tempestad. Cuando Jesús les dijo “Yo soy” o sea “Yo estoy aquí” ellos tuvieron paz.
La fe hundiéndose
Ahora vayamos a Mateo quien da una narración más extensa de este suceso y relata lo que pasa con Pedro cuando ve a Jesús caminar sobre el agua.
Mateo 14:28-31 (NTV) Entonces Pedro lo llamó: —Señor, si realmente eres tú, ordéname que vaya hacia ti caminando sobre el agua. —Sí, ven—dijo Jesús. Entonces Pedro se bajó por el costado de la barca y caminó sobre el agua hacia Jesús, pero cuando vio el fuerte viento y las olas, se aterrorizó y comenzó a hundirse. —¡Sálvame, Señor!—gritó. De inmediato, Jesús extendió la mano y lo agarró. —Tienes tan poca fe—le dijo Jesús—. ¿Por qué dudaste de mí?
Aquí vemos a Pedro, envalorado por lo que ve a Jesús hacer y lleno de fe se avienta al agua y si, ¡él también empieza a caminar sobre el agua! De repente ¡pum! ¡Su fe empieza a hundirse al igual que él! Lo que pasó es que todavía ni él ni los demás discípulos habían comprendido realmente quién era Jesús. El relato de Marcos dice que es “Porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones” (v52). ¿Y tú? ¿Entiendes la verdadera identidad de Cristo; que él es el Gran Yo Soy? El que partió el mar Rojo y el río Jordán en dos. El que caminó sobre el agua en la tormenta. Su nombre es Jesús. Los discípulos lo dejaron subir a la barca. ¿Y tú?
Terminemos leyendo el capítulo. Esta última sección del cap 6 termina con más pruebas de que Jesús es Dios:
Marcos 6:53-56 (NTV) Después de cruzar el lago, arribaron a Genesaret. Llevaron la barca hasta la orilla y bajaron. Los habitantes reconocieron a Jesús enseguida y corrieron por toda la región llevando a los enfermos en camillas hasta donde oían que él estaba. Por donde iba—fueran aldeas, ciudades o granjas—le llevaban enfermos a las plazas. Le suplicaban que permitiera a los enfermos tocar al menos el fleco de su túnica, y todos los que tocaban a Jesús eran sanados.
En todo lugar donde quiera que él fuera, la gente se le acercaba para recibir un milagro de él. ¿Necesitas que Jesús aparezca hoy? ¿Necesitas más pruebas de quién es Él para creer totalmente en Él y en su poder?