Bienvenida a la lección número 3 de nuestra serie de “Ester: para un momento como este”. Espero que estés disfrutando de este libro tanto como yo. Hoy quiero comenzar con dos preguntas en las cuales quiero que pienses; ¿Alguna vez te has sentido agraviada por alguien? ¿Alguna vez has sentido que alguien ha conspirado contra ti? Tal vez, esa persona te acusó de algo que no era cierto. Quizás chismeó sobre ti. Sea lo que sea que haya pasado, sientes que es una injusticia que te hicieron. Sobretodo, te sentiste impotente y te preguntaste: ¿cómo aparecerá Dios en esta situación? O quizás te estás preguntando: ¿hará algo Dios?
Recibe ánimo al leer los capítulos 5 y 6 del libro de Ester. Creo que verás que Dios es un Dios Poderoso y Soberano. Él encontrará una manera de corregir lo malo que sucede en nuestras vidas. Eso es lo que sucede en la parte de la historia que veremos hoy. Así que quiero que te sientas alentada por eso.
La parte de la historia que veremos hoy es realmente notable. Antes de entrar en nuestro estudio de hoy, quiero recordarte en lo que nos quedamos la lección pasada. Nos quedamos en que Ester tomó la decisión de ir y defender valientemente a su pueblo ante el rey. No estamos seguras de cómo hará eso, pero aquí estamos en el capítulo 5.
En la lección pasada nos quedamos en el desafió que le hizo Mardoqueo: “¿qué vas a hacer Ester? Quien quita que fuiste puesta en la posición de reina para un momento como este”. Aquí está la respuesta de Ester al desafío de Mardoqueo.
Ester pide valientemente dos banquetes para Amán y el rey. Amán se engaña a sí mismo pensando que tiene el control de su propio destino.
Ester 5:3-5 (NTV) Entonces el rey le preguntó: —¿Qué deseas, reina Ester? ¿Cuál es tu petición? ¡Te la daré, aun si fuera la mitad del reino! Y Ester contestó: —Si al rey le agrada, venga el rey con Amán hoy al banquete que preparé para el rey. El rey se dirigió a sus asistentes y dijo: «Díganle a Amán que venga de prisa a un banquete, como lo ha solicitado Ester». Así que el rey y Amán fueron al banquete preparado por Ester.
En este punto, no estamos realmente seguras de cuál es el plan. Todo lo que sabemos por los textos es que Ester le dice al rey “si está bien con usted, rey, ven a esta fiesta, ven a este banquete tú y Amán”. Y así lo hicieron. Vemos más adelante, ya en el banquete, que cuando el rey dice: “Está bien, Ester, dime cuál es esa petición que tienes”. La respuesta de Ester es “bueno, en realidad mi pedido es que me encantaría que vuelvan para otro banquete y luego te daré mi petición”.
Nuevamente, no sabemos ni entendemos exactamente qué está pasando aquí. No sabemos por qué Ester pensó que era mejor para ella que el rey y Amán regresaran al día siguiente. Pero a medida que leamos la historia veremos cómo Dios está obrando en esto. Y que fue Su plan desde el principio que esta situación se prolongara por un par de días. Veamos lo que hace Amán después de este primer banquete.
Ester 5:9-11 (NTV) ¡Amán salió muy contento del banquete! Sin embargo, cuando vio a Mardoqueo sentado a la puerta del palacio y que no se puso de pie ni tembló de miedo ante su presencia, se enfureció mucho. No obstante, se contuvo y se fue a su casa. Luego Amán reunió a sus amigos y a Zeres, su esposa, y se jactó ante ellos de su gran riqueza y sus muchos hijos. Hizo alarde de los honores que el rey le había dado y de la forma en que lo había ascendido por encima de todos los otros nobles y funcionarios.
Ester 5:12-13 (NTV) Amán también añadió: «¡Y eso no es todo! La reina Ester nos invitó exclusivamente al rey y a mí a un banquete que preparó para nosotros. ¡Y me invitó a cenar mañana nuevamente con ella y con el rey! Sin embargo, todo eso no vale nada mientras vea al judío Mardoqueo sentado allí, a la puerta del palacio».
Ester 5:14 (NTV) Entonces Zeres, la esposa de Amán, y todos sus amigos sugirieron: «Levanta un poste afilado que mida veintitrés metros de altura y, mañana por la mañana, pídele al rey que atraviese a Mardoqueo en el poste. Después de eso, podrás seguir alegremente tu camino al banquete con el rey». A Amán le gustó la idea, y ordenó que colocaran el poste.
Ahora tenemos a Amán saliendo del primer banquete sintiéndose bien consigo mismo. Pensando que es el ombligo del mundo. No sólo está en un lugar de poder y autoridad porque el rey se lo dio, sino que ahora la reina le está prodigando atención. Y no sólo una vez sino dos veces. Así que regresa a casa fanfarroneando ante sus amigos, pero no sabe que mientras planea matar a Mordoqueo al día siguiente antes de asistir al segundo banquete, Dios tiene algo diferente en mente.
Dios le recuerda al rey que nunca había honrado formalmente a Mardoqueo por salvarle la vida. Los halagos que Amán tanto anhelaba fueron dados a Mardoqueo.
Ya estamos en el capítulo 6. Este abre narrando que el rey tuvo una noche de insomnio. Había tenido un banquete con la reina Ester y al día siguiente le esperaba otro banquete. Entremedio, tuvo una noche sin conciliar el sueño. Pensó: “¿Por qué no hago que alguien venga a leerme la historia de mi reinado y me recuerde todas las cosas que han sucedido a lo largo de mis años como rey?” En eso que le estan leyendo las cronicas de su reinado surge el complot de asesinato del que Mardoqueo lo previno y le salvó la vida. Así que esto es lo que el rey dijo:
Ester 6:3-4 (NTV) —¿Qué recompensa o reconocimiento le dimos a Mardoqueo por este acto?—preguntó el rey. Sus asistentes contestaron: —Nunca se ha hecho nada. —¿Quién está en el patio exterior?—preguntó el rey. Resulta que Amán acababa de llegar al patio exterior del palacio para pedirle al rey que atravesara a Mardoqueo en el poste que había preparado.
Ester 6:5-6a (NTV) Entonces los asistentes contestaron al rey: —Es Amán el que está en el patio. —Háganlo pasar—ordenó el rey. 6 Entonces Amán entró, y el rey dijo: —¿Qué debo hacer para honrar a un hombre que verdaderamente me agrada?
Me imagino que Amán se enderezó un poquito más acomodándose el cuello y diciéndose a sí mismo “está hablando de mi.” De seguro pensó: “oh, el rey quiere darme aún más honor del que ya me ha dado”. Entonces Amán respondió “bueno, puedes ponerle túnicas reales, puedes ponerlo en un caballo y poner a alguien muy importante para que lo pasee por toda la ciudad para que todos vean lo grande que es. Ah y que el que lo pasee grite ‘¡Esto es lo que el rey hace a quien él quiere honrar!’.” El rey contestó:
Ester 6:10 (NTV) —¡Perfecto!—le dijo el rey a Amán—. ¡Rápido! Lleva mi manto y mi caballo, y haz todo lo que has dicho con Mardoqueo, el judío que se sienta a la puerta del palacio. ¡No pierdas ni un detalle de lo que has sugerido!
Ester 6:11-12 (NTV) Entonces Amán tomó el manto y se lo puso a Mardoqueo, lo hizo montar el caballo del rey, y lo paseó por la plaza de la ciudad, gritando: «¡Esto es lo que el rey hace a quien él quiere honrar!». Después Mardoqueo regresó a la puerta del palacio, mientras que Amán se apresuró a volver a su casa desalentado y totalmente humillado.
¡Pobre Amán, le salió el tiro por la culata! Él le dio la idea al rey pensando que ese homenaje era para él. Pero no. ¡Era para la persona que más odiaba en el mundo! Así que después de pasear a Mardoqueo por la plaza proclamando que este era alguien especial para el rey, se fue a su casa derrotado, humillado y con más odio en su corazón. Es que Dios siempre hace que las cosas funcionen para bien para los que lo aman.
Entonces, mujer, espero que esta historia te muestre que Dios es un Dios Justo y Soberano. Él siempre está trabajando para convertir en bien lo malo que otros te hacen. Dios toma la injusticia en Su mano y te honra cuando eres acusada injustamente o cuando te quieren hacer el mal. Con esto en mente, llegamos al último punto que te quiero enseñar con esta lección.
Cuando los malvados conspiran contra ti, no busques venganza. Ora para que Dios exponga las mentiras y establezca justicia.
Puede ser muy fácil para nosotras molestarnos y tratar de aclarar las cosas o corregir la maldad por nosotras mismas. Tal vez hasta tomar represalias o tratar de igualar su maldad con más maldad. La verdad es que todo lo que tenemos que hacer es decir: “Dios, voy a confiar en que vas a corregir este mal. Voy a confiar en que tu justicia es más grande que cualquier cosa que pueda hacer y en lugar de buscar venganza, voy a confiar en que tú lo arreglarás”.
En mi vida, he experimentado esto en un ámbito relacional. Una persona me había acusado de algo que no era cierto. Algunas personas le creyeron sin darme el beneficio de la duda o sin preguntarme. Esto creó un sentimiento de impotencia en mi. Me preguntaba ¿cómo puedo aclarar esto? ¿Cuándo tendré la oportunidad de limpiar mi reputación?” Para ser sincera, no me faltaban ganas de desquitarme. Mas se que Dios está a nuestro favor y nos dice que no nos defendamos nosotras mismas porque la venganza es Suya (Romanos 18:19).
Cuando conspiren contra nosotras y/o traten de hacernos daños confiemos que Dios no lo permitirá. Sino que nos honrará. He visto a Dios hacer algunas cosas increíbles para aclarar los malentendidos y darme la oportunidad de presentar mi versión de los hechos y limpiar mi nombre. A veces sin que yo haga nada. Así que anímate. Sea lo que sea que haya en tu vida, Dios es más grande que esa persona intrigante. Aunque a veces parezca que las personas malvadas, las intrigantes y mentirosas son las que se salen con la suya, al final Dios tendrá la última palabra. Puede que sea de una manera que te sorprenda totalmente.
Eso es lo que pasó en el caso que te contaba. Las personas se dieron cuenta del carácter verdadero de esa otra persona que me había difamado. Al igual que Mardoqueo, no tuve que hacer nada. Solo orar y esperar. Eso es precisamente lo que quiero que tu, mujer, pienses con nuestro versículo clave para esta lección. Léelo, memorízalo y anímate.
Salmos 37:7 (NTV) Quédate quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que él actúe. No te inquietes por la gente mala que prospera, ni te preocupes por sus perversas maquinaciones.
Si estás siendo atacada de alguna manera, no te sientas impotente porque Dios está de tu lado. Confía en Él. Espéralo. Se paciente y deja que Dios haga su justicia en esa situación.
No te pierdas la conclusión de esta historia en la última lección de la serie. Descubriremos qué pasó en el segundo banquete que dio Ester.