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Puntos de conversación:
- El infierno existe por una razón. 2 Tesalonicenses 1:8-9; Apocalipsis 20:10
- El infierno es peor de lo que crees. Mateo 8:12; Apocalipsis 14:10-11
- Dios no quiere que nadie vaya al infierno. Romanos 3:25-26
Estamos en una serie de mensajes llamada “El lugar bueno” y hemos estado hablando sobre la vida después de la muerte. Y nos preguntamos: ¿Qué pasa después de la vida en la tierra? ¿Simplemente dejamos de existir o hay algo más? ¿Hay un buen lugar reservado para todas las personas buenas?
La lección de hoy es sobre el infierno. Si somos honestos, el infierno no es realmente un tema fácil o divertido del que hablar. La gente no quiere hablar de eso. Las iglesias no quieren hablar de eso. Yo tampoco quiero hablar de eso hoy. ¿La razón? Porque la noción de un reino de castigo eterno es una gran desilusión. Es tabú y parece injusto ¿no? ¿Cómo encaja el infierno con un Dios que ama a todos?
La investigación sugiere que aunque la gente verdaderamente no quiere hablar del infierno, la mayoría cree en este. No solo la gente cree en el infierno, si no que los pone ansiosos. La gente está preocupada de sí irán a parar allí. Según un artículo de “Christianity Today” dice sobre esta investigación que aproximadamente el 50% de los estadounidenses están absolutamente convencidos de que hay un infierno. Cuando se toma en cuenta el número de personas que no están seguras pero piensan que podría haber un “reino de castigo eterno”, el número sube al 75%. Cuanto más religioso eres, menos te preocupas por ir al infierno, lo que tiene sentido. Los que no son religiosos en absoluto, por supuesto, no creen que exista tal lugar. Por cierto, aquí es exactamente lo que el diablo quiere que pienses.
Pero entre los que están en medio del espectro, entre sí o no hay un infierno, muchos tienen miedo. La razón por la que estamos hablando de la vida futura: la muerte, el cielo y el infierno es porque lo que crees sobre la eternidad determinará cómo vives hoy. Si eres religioso o no crees en nada o tienes miedo, ¡lo que crees sobre la eternidad determinará cómo vives hoy! Por eso, esta lesión es para ti.
Aquí está la verdad: El infierno es un lugar real y todos debemos temerle. La Biblia dice que tenemos un enemigo real, el diablo, y su plan para nuestras vidas es guiarnos a la muerte y la destrucción. Él quiere que vivamos como queramos. Nos dice: “¡Vive para el hoy! !Haz lo que te hace sentir bien!” Él quiere que vivamos en pecado. En otras palabras, él diablo quiere que sigamos nuestro propio camino en lugar del de Dios y que vivamos sin temor verdadero de Dios. Quiere que pasemos la eternidad alejados de Dios y que rechacemos una relación con Jesucristo. Él quiere que vayamos al infierno.
¿Qué significa esto para el creyente? Si eres seguidor de Cristo en este lugar, y si Satanás te convenciera de que el infierno no es real o que no es tan importante de todos modos, viviríamos vidas ridículamente egocéntricas. Es muy probable que idolatraríamos la comodidad y nos enamoraríamos de este mundo. Rechazaríamos el sacrificio. Evitaríamos la persecución. Amaríamos el ahora, y probablemente no compartiríamos nuestra fe con otros.
La estrategia de Satanás es engañar y mentir para que nos sintamos cómodos. Quiere convencernos de que no hay infierno. E, incluso si lo hay, no hay necesidad de tomarlo en serio o de tenerle miedo ya que el infierno es sólo un lugar para la gente muy, muy mala. No es para ti. Tú eres demasiado bueno. Jesús dijo algo que da a entender lo contrario. Escucha lo que Jesús dice en Mateo 7: 13-14
Mateo 7:13-14 “Solo puedes entrar en el reino de Dios a través de la puerta angosta. La carretera al infierno es amplia y la puerta es ancha para los muchos que escogen ese camino. Sin embargo, la puerta de acceso a la vida es muy angosta y el camino es difícil, y son solo unos pocos los que alguna vez lo encuentran.”
El infierno existe por una razón.
Primero, el infierno existe para que Dios trate con rectitud y justicia con las personas que rechazan a Cristo. El pecado nos separa de Dios y el castigo por ese pecado es la muerte eterna.
Romanos 3:23 Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.
Romanos 6:23 Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.
Dios nos ama tanto que abrió un camino para que podamos ser perdonados de nuestros pecados. Él envió a Jesús para asumir el castigo por nuestros pecados. Si creemos que somos perdonados como dice Romanos 10:9 el cielo será nuestro hogar. Para aquellos que eligieron rechazar el perdón de Dios, que puedo decir, allí es donde entra en juego el infierno. Lo que tenemos que entender es esto: Es imposible que Dios sea Santo sin que él sea justo. El pecado nos separa de Dios. El infierno existe para que Dios trate con justicia a aquellos que están muertos en su pecado y rechazaron el sacrificio de Cristo por ellos.
La razón por la cual el mal y el pecado deben ser tratados y castigados es porque si no lo son, no hay justicia, y en última instancia no hay amor.
Aquí está lo que la Biblia dice claramente
2 Tesalonicenses 1:8 y traerá juicio sobre los que no conocen a Dios y sobre los que se niegan a obedecer la Buena Noticia de nuestro Señor Jesús.
Ahora, ¿cómo serán castigados? La Escritura dice:
2 Tesalonicenses 1:9 Serán castigados con destrucción eterna, separados para siempre del Señor y de su glorioso poder.
Esto es muy difícil de escuchar, pero es lo que enseña la Biblia. Aquí es donde las cosas se complican para la mayoría de nosotros. Simplemente no parece justo. ¿Cómo podría un Dios amoroso castigar a los buenos? ¿Cómo puede un Dios amoroso enviar a alguien a un infierno eterno?
Dios no elige este destino para ellos; ellos lo eligen libremente por sí mismos. Un Dios amoroso les permite tener éxito en su manera auto-elegida de rechazar su bondad para con ellos y las consecuencias completas de su elección malvada serán reveladas, lastimosamente, en el infierno.
Segundo, existe el infierno para que Dios trate con justicia con Satanás y los Demonios. La Biblia habla muy real y claramente del mal, satanás y los demonios. El infierno existe para que Dios trate con ellos justamente. Al contrario de lo que se cree en la actualidad, Satanás no es solo un tipo con un tridente o tenedor como se le conoce comúnmente, en un traje rojo que vive bajo la tierra. Él es la encarnación de todo mal. Está detrás de cada adicción. Detrás de cada miedo, dolor y vergüenza. Se llama nuestro adversario, el tentador, nuestro enemigo, el malvado, el ladrón.
Él es el ladrón que viene a robar tu gozo, a matar tu fe, a destruir tu salud, a arruinarte financieramente, destruir tu matrimonio, destruir y herir a tus hijos. Dios un día derrotará a satanás y acabará con todo mal. El infierno existe para que Dios trate justamente con el diablo. Juan dijo esto en Apocalipsis 20, versículo 10
Apocalipsis 20:10 Después el diablo, que los había engañado, fue lanzado al lago de fuego que arde con azufre, donde ya estaban la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por siempre jamás.
¿Por qué existe el infierno? El infierno existe con el propósito de la justicia de Dios y su justicia perfecta. Esta justicia es contra las personas que rechazan a Cristo y con Satanás y los demonios. Es contra todos los enemigos de Dios.
El infierno es peor de lo que creemos.
La gente tiene pensamientos equivocados sobre cómo será el infierno. Bromeamos y nos reímos del infierno. Minimizamos la gravedad del infierno. ¡En realidad no tenemos ni idea de cómo es realmente! Jesús nos cuenta una historia muy seria y verdadera en Lucas 16 que nos da una idea muy clara de cómo será el infierno. Esta es la historia que Jesús cuenta:
Lucas 16:19-21 Jesús dijo: “Había un hombre rico que se vestía con gran esplendor en púrpura y lino de la más alta calidad y vivía rodeado de lujos. Tirado a la puerta de su casa había un hombre pobre llamado Lázaro, quien estaba cubierto de llagas. Mientras Lázaro estaba tendido, deseando comer las sobras de la mesa del hombre rico, los perros venían y le lamían las llagas abiertas.
Aquí tenemos a un hombre rico y a uno pobre. Ahora bien, cuando Jesús habla de estos dos hombres, su audiencia lo entendió de una manera que probablemente no lo entendemos nosotros. Este hombre era inmensamente rico. Llevaba puesto ropa teñida y de lino, que en ese tiempo era lo mejor de lo mejor y carísimo, tenía los mejores manjares en su mesa. Lázaro era muy pobre. Era un pordiosero lleno de llagas, desesperación, y mendigando las sobras que otros tiraban. El hombre rico y sus amigotes no hicieron nada para ayudar al mendigo, más allá de arrojarle algunas migajas. Pero mira lo que pasa:
Lucas 16:22-23 “Con el tiempo, el hombre pobre murió, y los ángeles lo llevaron a estar con Abraham (al seno de Abraham / Paraíso). El hombre rico también murió y fue enterrado, y su alma fue al lugar de los muertos (al Hades). Allí, en medio del tormento, vio a Abraham a lo lejos con Lázaro junto a él.
Vemos dos lugares muy diferentes donde van estos hombres. Lázaro al Paraíso y el hombre rico al Hades. El Hades es un lugar temporal, después de la vida en la tierra, ante el Juicio de Dios, donde la gente va sin Cristo. El Hades aquí se representa como el infierno temporal. Es una representación precisa de cómo será el infierno definitivo.
Lo que vemos aquí es una imagen de contraste entre el cielo y el infierno. Hay una especie de abismo entre el hombre rico en el hades y el hombre pobre en el paraíso. Estando en el tormento, el rico ve algo mucho mejor, y él no está allí. Lo importante de la historia es que dice que los hombres malvados verán a los justos en un estado feliz, mientras ellos mismos están siendo atormentados. Leamos lo que el rico experimenta mientras está en el infierno:
Lucas 6:24-26 “El hombre rico gritó: ‘¡Padre Abraham, ten piedad! Envíame a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua. Estoy en angustia en estas llamas’. “Abraham le dijo: ‘Hijo, recuerda que tuviste todo lo que quisiste durante tu vida, y Lázaro no tuvo nada. Ahora él está aquí recibiendo consuelo y tú estás en angustia. Además, hay un gran abismo que nos separa. Ninguno de nosotros puede cruzar hasta allí, y ninguno de ustedes puede cruzar hasta aquí’.
Basado en lo que leímos, hay algunas cosas que aprendemos aquí acerca de cómo es el infierno. Primero, que hace un calor intenso. Segundo, es un lugar de sufrimiento indescriptible, lleno de angustia y tormento. Sabes que muchos en nuestra cultura dicen: “Bueno, si voy a ir al infierno, al menos habrá compañía allí. Me juntaré con mis amigos.” Pero la realidad es que habrá una separación completa y total, en aislamiento de Dios y de otras personas; es un régimen de aislamiento. Estás completamente solo y cuanto más grites y cuanto más esperes, te darás cuenta que no nadie vendrá jamás.
Hay otros versículos del Nuevo Testamento que nos dan más información sobre el infierno. Apocalipsis 14:10-11 nos dice, parafraseando, que el infierno es la furia de la ira de Dios y es un fuego de azufre ardiente – y su tormento continúa para siempre y no hay descanso. Mateo 8:12 dice: “Ellos serán arrojados a la oscuridad de afuera, donde habrá llanto y rechinar de dientes”.
En la Biblia hay versículos que hablan de la Gehena. Gehena simboliza el castigo eterno y la gravedad del pecado. Estos versículos describen el infierno con más detalle. En el Antiguo Testamento: un lugar de sacrificio infantil y la adoración de ídolos. En el Nuevo Testamento, la gehena, es un basurero o lago ardiente continuo donde se quemaban los cadáveres podridos, desperdicios, etc. Allí había un hedor horrible. ¡Escucha, el infierno será un lugar muy malo!
Sé que es difícil y que es duro, pero la forma en que las Escrituras describen este lugar es muy real. Basado en las Escrituras, será un fuego eterno e ininterrumpido con un sufrimiento tortuoso y un dolor constante. Una tierra sin bien. No más belleza, risas, paz ni amistad. No más alegría, esperanza, ni segundas oportunidades.
No solo será un gran sufrimiento, hay algunas cosas que debemos entender sobre el infierno de la historia de este hombre. Primeramente que el hombre rico estaba totalmente consciente. Estaba plenamente consciente en el hades. Su memoria estaba activa. Era consciente del dolor. Más allá del dolor físico, podría ser el dolor del arrepentimiento de no haber podido regresar y cambiar lo que sucedería de allí en adelante. Esto era real.
En segundo lugar, su destino eterno fue irrevocable. No había nada que pudiera hacer para cambiar dónde estaba. No pidió que fuera diferente, no pudo revertirlo. Simplemente reconoció que esto es lo que es y será para él.
Por último, sabía que su sufrimiento era justo y correcto. Nota, se quejó del dolor, pero nunca se quejó de la injusticia. Él no dijo: “¡Esto no es justo! ¡Nadie me lo dijo! ” En el infierno, la gente estará muy consciente de la justicia perfecta de Dios. Estarán muy conscientes de su propia pecaminosidad y de cómo se apartaron de Dios. Se entenderá que si deseamos vivir separados de Dios durante nuestro tiempo en la tierra, Él también nos concederá nuestro deseo por la eternidad. Como un pastor dijo acertadamente: “Si abordas el tren de la incredulidad, tendrás que abordarlo hasta su destino”.
Así que esta historia, junto con estos otros pasajes, nos permite vislumbrar la realidad de lo que será el infierno. Sin embargo,
Dios no quiere que nadie vaya al Infierno.
¿El deseo de Dios es ver a alguien en el infierno? ¡Absolutamente no! De hecho es todo lo contrario. Dios es un Dios de indescriptible amor y compasión. Y mientras el infierno tiene que existir para mantener Su justicia, el solo pensamiento de sus hijos en el infierno trae dolor al corazón de Dios. Muchos de ustedes pueda que en este momento están pensando: “No sé si quiero creer en un Dios como este, un Dios que enviaría gente buena al infierno”. ¡Este es el análisis fundamental de dónde está nuestra sociedad hoy en día! De hecho, este puede ser la raíz número uno del problema y la creencia errónea sobre nuestra naturaleza y sobre Dios.
Dios no envía a personas buenas al infierno. Tenemos que entender que es inherente y no somos buenos por naturaleza. Por naturaleza, heredamos una naturaleza de pecado. Nos inclinamos al pecado. Sí te has dado cuenta, nadie le enseña a un niño a pecar. El pecado está en nuestra naturaleza.
Por lo tanto tenemos que reconocer que Dios es santo, y es justo. Él no puede ser santo sin ser justo, y debido a que es justo, debe castigar las malas acciones. Por ser Santo y Justo debe castigar nuestro pecado, Empero, Dios no solo es justo. Él también es amor. El amor no es solo lo que Él practica. Él es amor ¡Y te ama tanto! Dios está tan lleno de amor que no quiere que nadie vaya al infierno, y sabemos que nos ama tanto porque hizo algo al respecto.
2 Pedro 3:9 “En realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido; quiere que todos se arrepientan.“
1 Timoteo 2:3-4 Esto es bueno y le agrada a Dios nuestro Salvador, quien quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad.
Juan 3:16 es simple, poderoso y claro. Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Dios no solo nos dice que nos ama. Él demostró su amor por nosotros enviando a Su propio Hijo a sufrir y morir para que no tengamos que ir al Infierno. Recuerda que Dios no puede ignorar el pecado y dejarlo sin castigo si Él es perfectamente justo. Si Dios nos hubiera dejado que nos la arreglaremos por nosotros mismos, la única opción sería que tuviéramos que experimentar ese castigo. Pero esto es lo que Dios eligió hacer porque nos ama tanto. Él tomó ese castigo sobre Sí Mismo en la persona de Jesucristo.
Romanos 3:25-26 dice esto: Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado. Las personas son declaradas justas a los ojos de Dios cuando creen que Jesús sacrificó su vida al derramar su sangre. Ese sacrificio muestra que Dios actuó con justicia cuando se contuvo y no castigó a los que pecaron en el pasado, porque miraba hacia el futuro y de ese modo los incluiría en lo que llevaría a cabo en el tiempo presente. Dios hizo todo eso para demostrar su justicia, porque él mismo es justo e imparcial, y declara a los pecadores justos a sus ojos cuando ellos creen en Jesús.
Dios derramó toda Su justicia e ira sobre Jesucristo para que Él no tuviera que derramarlo sobre nosotros en el infierno. Cuando Jesús sufrió y murió en la cruz, fue castigado por los pecados de cada persona en el mundo. Él preparó el camino para que todas las personas experimenten el perdón, Él da la oportunidad a cada persona de escapar del castigo del infierno.
Mas la Biblia dice que depende de nosotros aceptar Su oferta de salvación por fe. No experimentamos este perdón y escapamos del Infierno porque lo merecemos o porque hemos hecho lo suficiente para ganarlo. Lo experimentamos al poner nuestra fe en el único quién fue castigado en nuestro lugar: Jesucristo.
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- En una escala del 1 al 10, ¿qué tan cómodo te sientes con tu comprensión del infierno? Explica.
- ¿De dónde provienen la mayoría de tus opiniones sobre el infierno?
- El tema de la serie El lugar bueno es: “Lo que crees sobre la eternidad determina cómo vives hoy”. ¿Cómo se aplica esto al infierno?
- ¿Cuáles son algunas de las razones por las que tú u otras personas tienen dificultades para creer que el infierno existe?
- Lee Mateo 17:13-14. ¿Qué punto parece que Jesús está tratando de transmitir con esta imagen?
- Lee 2 Tesalonicenses 1:8-9. Después de leer esto, ¿cómo describirías el infierno?
- ¿Crees que Dios quiere que alguien vaya al infierno? Explica.
- Lee Romanos 3:25-26. ¿Por qué Dios permitió que Jesús fuera castigado? Explica.
- Examina tus últimas semanas. ¿Qué dice tu vida sobre lo que crees sobre la eternidad? ¿Hay algo que quieras cambiar?
- ¿Cuál es el primer paso práctico que puedes dar esta semana para vivir, amar y servir teniendo la eternidad en mente?