Iniciamos este artículo con una pregunta muy importante: ¿Qué moldea tu idea de quién es Jesús? Hoy exploraremos y veremos la respuesta de varias personas. Esta es la pregunta más importante que jamás puedas responder, porque es la única que determina tu destino eterno. Tu respuesta a tal pregunta se ve afectada por tu crianza, tus experiencias, las enseñanzas de Jesús, influencias no cristianas o tus emociones. En el caso de Herodes, uno de los personajes que estudiaremos hoy, se vio influenciado por su conciencia culpable. Esto moldeó su percepción de Jesús en Marcos 6:14-29. El mensaje de Juan el Bautista lo intrigaba a pesar de su confusión interior. Leamos:
Marcos 6:14-16 (NTV) El rey Herodes Antipas pronto oyó hablar de Jesús, porque todos hablaban de él. Algunos decían: «Este debe ser Juan el Bautista que resucitó de los muertos. Por eso puede hacer semejantes milagros». Otros decían: «Es Elías». Incluso otros afirmaban: «Es un profeta como los grandes profetas del pasado». Cuando Herodes oyó hablar de Jesús, dijo: «Juan, el hombre que yo decapité, ha regresado de los muertos»
Al igual que hoy en día, todos en ese entonces especularon sobre la identidad de Jesús. Hasta sus discípulos:
Mateo 16:13-17 (NTV) Cuando Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo, les preguntó a sus discípulos: —¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre? —Bueno—contestaron—, algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen Elías, y otros dicen Jeremías o algún otro profeta. Entonces les preguntó: —Y ustedes, ¿quién dicen que soy? Simón Pedro contestó: —Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente. Jesús respondió: —Bendito eres, Simón hijo de Juan, porque mi Padre que está en el cielo te lo ha revelado. No lo aprendiste de ningún ser humano.
Unos decían que Jesús era algún profeta del pasado como Elias, y otros que era Juan el Bautista resucitado. La opinión de Herodes es que Jesús era Juan el Bautista (Marcos 6:17). Herodes creía que era Juan el Bautista porque estaba obsesionado por una conciencia culpable. La razón es porque estaba pertubado y curioso,
Pertubado y curioso
Marcos 6:17-20 (NTV) Pues Herodes había enviado soldados para arrestar y encarcelar a Juan para hacerle un favor a Herodías. Él se casó con ella a pesar de que era esposa de su hermano, Felipe. Juan le había estado diciendo a Herodes: «Es contra la ley de Dios que te cases con la esposa de tu hermano». Por eso Herodías le guardaba rencor a Juan y quería matarlo; pero sin el visto bueno de Herodes, ella no podía hacer nada, porque Herodes respetaba a Juan y lo protegía porque sabía que era un hombre bueno y santo. Herodes se inquietaba mucho siempre que hablaba con Juan, pero aun así le gustaba escucharlo.
Algo curioso, una pepita de oro de la Biblia para los que les gusta la trivia bíblica es que Marcos dedica catorce versículos a la muerte de Juan pero sólo cinco a su ministerio.
Volviendo a Herodes, Juan el Bautista le había denunciado en su propia cara su pecado. Claramente le decía que no era lícito que viviera con la mujer de su hermano. Así que Herodes lo encerró. Pero aunque se inquietaba o perturbaba por el juicio de Juan, también sentía curiosidad por su mensaje. Muchos buscadores de Jesus en la actualidad se sienten de la misma manera cuando se trata de Jesús.
Otra pepita: El odio y conflicto de Herodías contra Juan el Bautista es muy similar al de Jezabel contra el profeta Elías (1 Reyes 19). Herodias quería matar a Juan el Bautista porque le decía a Herodes que era pecado ante Dios que él estuviera con ella. Y Jezabel odiaba a Elias y también lo quería matar porque no hacía lo que ella y su esposo querían, y porque les pasaba juicio por su maldad.
Herodes respetaba a Juan y le gustaba conversar con él a pesar de que le inquietaba lo que le decía. Sin embargo, tuvo un momento de debilidad y cedió a las exigencias de Herodias.
Momento de debilidad
Marcos 6:21-24 (NTV) Finalmente, Herodías tuvo su oportunidad en el cumpleaños de Herodes. Él dio una fiesta para los altos funcionarios de su gobierno, los oficiales del ejército y los ciudadanos prominentes de Galilea. Luego la hija del rey, también llamada Herodías, entró y bailó una danza que agradó mucho a Herodes y a sus invitados. «Pídeme lo que quieras—le dijo el rey a la muchacha—y te lo daré». Incluso juró: «Te daré cualquier cosa que me pidas, ¡hasta la mitad de mi reino!». Ella salió y le preguntó a su madre: —¿Qué debo pedir? Su madre le dijo: —¡Pide la cabeza de Juan el Bautista!
Herodes se emociona por la danza que presentó la hija de Herodías y le ofrece hasta la mitad de su reino como recompensa. Ahora es mi oportunidad, pensó Herodias, y no la iba a desperdiciar. Ella le pudiera haber aconsejado a su hija que pidiera riquezas o cualquier cosa que ella quisiera, pero no. Su odio y desprecio por Juan el Bautista pudo más. Y todo porque no le gustaba que la confrontara con su pecado.
Marcos 6:25-29 Así que la muchacha regresó de prisa y le dijo al rey: —¡Quiero ahora mismo la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja! Entonces el rey se arrepintió profundamente de lo que había dicho, pero debido a los juramentos que había hecho delante de sus invitados, no le podía negar lo que pedía. Así que envió de inmediato a un verdugo a la prisión para que le cortara la cabeza a Juan y luego se la trajera. El soldado decapitó a Juan en la prisión, trajo su cabeza en una bandeja y se la dio a la muchacha, quien se la llevó a su madre. Cuando los discípulos de Juan oyeron lo que había sucedido, fueron a buscar el cuerpo y lo pusieron en una tumba.
En un momento de debilidad, Herodes traicionó a Juan el Bautista y lo hizo decapitar. Es un ejemplo aterrador de cuán fácilmente podemos ser influenciados para alejarnos del camino que nos puede llevar a Cristo. Las influencias de hoy, como los influencers de las redes sociales, los amigos no cristianos, las películas que vemos o lo que leemos puede tener una influencia tan fuerte en nuestras vidas que pueden distorsionar la imagen que tenemos de Jesus. A veces no son sólo las influencias externas las que nos afectan. Las pruebas y problemas de la vida también pueden afectar negativamente lo que pensamos de Jesus. Esto le pasó a Juan el Bautista por un breve momento de crisis.
La crisis de Juan
Al igual que Herodes tuvo su momento de debilidad, Juan el Bautista también tuvo el suyo. Estando en la cárcel, sintiendo la muerte respirando tras su cuello, cuestiona la identidad de Jesús y sufre una crisis de fe.
Mateo 11:2-3 (NTV) Juan el Bautista, quien estaba en prisión, oyó acerca de todas las cosas que hacía el Mesías. Entonces envió a sus discípulos para que le preguntaran a Jesús: —¿Eres tú el Mesías a quien hemos esperado o debemos seguir buscando a otro?
Algo en que pensar: Juan el Bautista estaba trayendo juicio mientras que Jesús estaba trayendo alegría. Aquí vemos a un Juan diferente al que bautizó a Jesús. Cuando Jesus se presentó a Juan, él lo identificó públicamente como el Mesías, el Hijo de Dios de quien no era ni digno de desatar su calzado. No obstante, el tiempo encarcelado le había inyectado la duda a Juan. Juan el Bautista estaba en prisión; ¿Juzgaría Jesús a Herodes?
Mateo 11:4-6 (NTV) Jesús les dijo: —Regresen a Juan y cuéntenle lo que han oído y visto: los ciegos ven, los cojos caminan bien, los que tienen lepra son curados, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les predica la Buena Noticia. —Y agregó—: Dios bendice a los que no se apartan por causa de mí.
Enfoquémonos en la última oración que menciona Jesús en este pasaje. “Dios bendice a los que no se apartan por causa de mí.” Acaso, ¿estaba Juan el Bautista a punto de caer y apartarse del camino? ¿Sentía que su prueba era tan grande que estaba dudando? Pueda que esto parezca injusto, pero es que su fe estaba siendo probada.
En respuesta a la pregunta de Juan, Jesús resumió los milagros que estaba haciendo y su predicación “usando el lenguaje de Isaías 35:5-6; 61:1 (con posibles alusiones adicionales a 26:19; 29:18-19) de acuerdo con El Comentario Bíblico del Expositor: Edición abreviada (2 volúmenes).
El Comentario Bíblico del Expositor: Edición abreviada (2 volúmenes) continúa diciendo: “Los cuatro pasajes de Isaías se refieren al juicio en su contexto inmediato… Así Jesús respondía alusivamente a la pregunta del Bautista: las bendiciones prometidas para el tiempo del fin han estallado y prueban que está aquí, aunque los juicios se demoren.
Sorprendentemente, Juan tuvo su propia crisis de fe como ya dijimos mientras estaba en prisión, y envió a sus discípulos a preguntarle a Jesús si realmente era el Mesías. Quizás la respuesta de Jesús no es tan directa como esperaba Juan. No obstante, la respuesta de Jesús es un recordatorio de que los verdaderos seguidores permanecerán fieles hasta el final, incluso frente a la violencia.
Mateo 11:11-12 (NTV) »Les digo la verdad, de todos los que han vivido, nadie es superior a Juan el Bautista. Sin embargo, hasta la persona más insignificante en el reino del cielo es superior a él. Desde los días en que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el reino del cielo ha venido avanzando con fuerza, y gente violenta lo está atacando.
El Comentario Bíblico del Expositor: Edición Abreviada (2 Volúmenes)) termina diciendo, con respecto a este punto: “Para resumir, “simultáneo con el avance del reino han sido los ataques de personas violentas contra él. Ese es precisamente el punto que Juan no pudo captar. Ahora Jesús lo afirma expresamente.”
Herodias y aun el mismo Herodes, aunque simpatizaba con Juan el Bautista, eran el enemigo espiritual. Fueron influenciados por Satanás para que atacaran el reino del cielo.
Para que no avanzara la obra salvadora de Jesús. Con Juan preso, el diablo pensó que se deshacía del portavoz de buenas nuevas de salvación. Con la muerte de Jesus, el diablo pensó que se deshacía de él. Sin embargo, en ambos casos, el enemigo quedó burlado, porque el reino de Dios se hizo más fuerte con el legado de Juan, y con la muerte y resurrección de Jesús.
El ministerio de Juan el Bautista abrió el camino para que Jesus empezara su ministerio. Y a pesar de que murió decapitado, no fue una derrota. Al contrario, este fue su testimonio para traer a otros a Jesus. Demostró que vale la pena vivir y sobre todo, morir por Jesús. Aun así, Jesús dijo que aun el más insignificante de entre nosotros será el más grande en el reino del cielo.
Te preguntarás: ¿Cómo somos más grandes que Juan el Bautista? En la guerra con el mundo, y dado nuestro lugar en la historia de la salvación, ¡podemos señalar a la gente más claramente a Jesús! No nos desesperemos de pasar pruebas porque ellas nos ayudaran a contarles a otros de lo maravilloso que es Dios con nosotros y esto será testimonio para que otros vengan a Jesus en sus necesidades. Seamos parte del legado de Juan el Bautista siendo fieles a Jesús aun en nuestro sufrimiento.
Para concluir, responde a la pregunta con la que iniciamos: ¿Qué moldea tu idea de quién es Jesús? No dejes que la sociedad, los influencers, la familia o las amistades dicten lo que piensas de Jesús. Tampoco seas como Herodes que comprometió sus sentimientos y creencias con tal de quedar bien con otros, con menos autoridad y poder que él (él era el rey), antes que con Dios. Seamos como Juan el Bautista que se mantuvo fiel a sus convicciones a pesar de su falta de poder terrenal.