Como cristianos, vivimos para honrar a Dios. Pero ¿es acaso de tratar duramente y ejercer fuerza de voluntad? La respuesta bíblica es clara.
El Espíritu nos dirige
La Biblia enseña que en el momento de la salvación recibimos el Espíritu Santo, Dios mismo viviendo en nosotros. Esto es significativo. Una de las funciones del Espíritu es para darnos el poder para vivir una nueva forma de vida. Dios lo dijo de la siguiente manera a través del profeta Ezequiel en el Antiguo Testamento:
Ezequiel 36:27 NTV
Pondré mi Espíritu en ustedes para que sigan mis decretos y se aseguren de obedecer mis ordenanzas.
Más que fuerza de voluntad
Piense en lo que esto significa en la práctica . Vivir para honrar a Dios no se trata sólo de nuestra propia fuerza de voluntad. Eso es bueno, porque nadie es perfecto y todo el mundo tiene debilidades. Podemos tener la confianza en vivir un nuevo tipo de vida, no por nuestras propia capacidad, sino porque el Espíritu Santo está en nosotros, dándonos el poder para vivir para honrar a Dios.
Verdad 2 y la gracia
Gracia simplemente significa regalo. No es algo que podamos ganar. La verdad 1 enseña que somos salvos por gracia, no por nuestros propios esfuerzos o intenciones. Pero considera cómo la gracia se ajusta a la verdad 2. Aunque vivir para honrar a Dios requiere de nuestra participación, también requiere de la gracia de Dios. Su Espíritu Santo es el don o regalo que nos ayuda a vivir la Verdad 2.