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Puntos de conversación:
- A lo largo de la Biblia, Dios trabaja a través de los “don nadie”: Abraham (un nómada sin hijos), Moisés (un pastor fugitivo), David (un muchacho joven y olvidado). En la historia de Navidad, Dios continúa este patrón al acercarse a los pastores. 1 Corintios 1:26-29
- El ángel les dijo a los pastores, quienes probablemente estaban acostumbrados a las malas noticias: “No tengan miedo. Les traigo buenas noticias de gran gozo para todo el pueblo”. Esto no era solo para las personas “importantes”, sino para todos. Lucas 2:10-14
- Una vez que oyeron esto, los pastores fueron inmediatamente a buscar a Jesús. Después de verlo, se convirtieron en los primeros evangelistas, difundiendo la noticia a otros. Lucas 2:15-17
- Esta Navidad, si te sientes indigno o insignificante, reflexiona sobre la historia de los pastores y recuerda que el mensaje de paz de Jesús es para ti también.
Hoy responderemos a esta pregunta: ¿Se preocupa Dios por los “don nadie”? Mas quiero empezar con una pregunta diferente. Cuando tienes una gran noticia, ¿a quién se lo cuentas primero? Por ejemplo: cuando mi esposa salió embarazada de nuestro primogénito, primero llamamos a nuestros padres, a una tía muy querida de mi esposa, a nuestros hermanos y a nuestros amigos más cercanos. En aquel entonces era bastante simple, discreto. Hoy en día es todo una puesta en escena. Ya no es solamente un babyshower sino que también hacen ¡una fiesta para la revelación de género!
Así que hoy veremos cómo Dios respondió a esa pregunta. ¿Quién fue la primera persona a la que le contó sobre el nacimiento de Jesús? Uno esperaría que fuera a los sacerdotes, profetas o reyes. Pero no fue con ellos con quienes compartió primero Su Buena noticia. ¡Fue a un grupo de “don nadies”!
A lo largo de la Biblia, Dios trabaja a través de los “don nadie”. En la historia de Navidad, Dios continúa este patrón al acercarse a los pastores.
1 Corintios 1:26-29 (NTV) Recuerden, amados hermanos, que pocos de ustedes eran sabios a los ojos del mundo o poderosos o ricos cuando Dios los llamó. En cambio, Dios eligió lo que el mundo considera ridículo para avergonzar a los que se creen sabios. Y escogió cosas que no tienen poder para avergonzar a los poderosos. Dios escogió lo despreciado por el mundo—lo que se considera como nada—y lo usó para convertir en nada lo que el mundo considera importante. Como resultado, nadie puede jamás jactarse en presencia de Dios.
¡Qué declaración tan fuerte! Este es un tema impactante en toda la Escritura. Por ejemplo, tenemos a Abraham. Fue un pastor nómada sin hijos de una familia pagana. También Moisés quien fue un fugitivo que vivió como pastor en el desierto después de matar a un egipcio.
Otro ejemplo es David. Él era el más joven de ocho hermanos y un joven pastor, ignorado incluso por su padre. Ahora veremos el tema nuevamente en la historia de la Navidad. Leamos.
Lucas 2:8 (NTV) Esa noche había unos pastores en los campos cercanos, que estaban cuidando sus rebaños de ovejas.
Ya vemos que los pastores están por todas partes en la Biblia. Creo que cuando leemos esto, tal vez nos hagamos una idea equivocada al respecto. Porque después de todo, Abraham era un pastor. El Salmo 23, el Salmo más famoso de la Biblia, dice: “El Señor es mi pastor”. A Jesús se le llama el Gran Pastor. A los ministros de las iglesias se les llama pastores.
Por lo tanto, cuando pensamos en la palabra pastor, pensamos en algo bueno, ¿verdad? Pensamos en algo positivo, pero la realidad es que los pastores eran las personas más humildes de la sociedad. De hecho, incluso en Génesis capítulo 46, Abraham dice que todo pastor es una abominación para los egipcios. Esta es la verdad sobre los pastores hace 2000 años.
Hablemos un poco de los pastores de esa época. Sus responsabilidades eran cuidar a las ovejas, llevarlas hacia la comida y el agua y protegerlas de los depredadores. También se ocupaban de la suciedad, los malos olores y los peligros de trabajar con ganado. Tenían que trabajar incansablemente en tareas mundanas y muchas veces no agradecidas.
Su estatus social era inexistente. Eran de la clase más humilde y marginados en la sociedad. A menudo se desconfiaba de ellos debido a su estilo de vida nómada. Trabajaban de forma aislada en las afueras de las ciudades y pueblos. Desempeñaron uno de los trabajos más humildes y menos glamorosos de la sociedad antigua. Hace 2000 años, los pastores ni siquiera podían, ni se les consideraba dignos de testificar en un tribunal. Así de bajos eran. Pongámoslo de esta manera: si un pastor viniera a tu puerta para invitar a tu hija a una cita, ¡le cerrarías la puerta en las narices! Ten esto en mente cuando leamos el siguiente versículo:
Lucas 2:9 (NTV) De repente, apareció entre ellos un ángel del Señor, y el resplandor de la gloria del Señor los rodeó. Los pastores estaban aterrados,
Los ángeles en comparación con los pastores, son seres sublimes y supremos. Los ángeles eran responsables de adorar a Dios continuamente, proclamando Su santidad (ej., Isaías 6:3). Sirvieron como mensajeros divinos para la humanidad, entraron brevemente en espacios humanos y transmitieron mensajes que cambiaron la vida y la historia. Operaron en un ámbito de perfección y adoración.
Son seres celestiales del más alto rango, morando en la presencia de Dios. Son mensajeros de la gloria divina, a quienes se les han confiado los anuncios más importantes de Dios. Son respetados como poderosos y puros, inspirando asombro y reverencia. Por eso los pastores estaban aterrorizados. No podría haber mayor contraste entre los ángeles celestiales y los humildes pastores.
El ángel les dijo a los pastores, quienes probablemente estaban acostumbrados a las malas noticias: “No tengan miedo. Les traigo buenas noticias de gran gozo para todo el pueblo”. Esto no era solo para las personas “importantes”, sino para todos.
Lucas 2:10-11 (NTV) pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo—dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. ¡El Salvador—sí, el Mesías, el Señor—ha nacido hoy en Belén, la ciudad de David!
Quiero que sepan que esta fue una de las primeras veces que Dios habló a su pueblo en 400 años. Los eruditos entienden que Dios habló a los profetas en el tiempo de Abraham, en el tiempo de Moisés, en el tiempo de David. Dios les habló. Habló a los profetas, Jeremías y Ezequiel, Isaías. Habló a Malaquías y Oseas y Joel. Dios habló a los profetas, y luego no lo hizo más.
Al final del Antiguo Testamento, Dios dejó de hablar a los profetas. No lo hizo por 400 años. ¿Y te imaginas que la única revelación de Dios que tienes como judío es lo que lees en la Torá, lo que lees en el Antiguo Testamento? Escuchaste las historias, leíste sobre ello, pero nunca, nadie en tu tiempo, nadie en tu generación ha escuchado a Dios. Hasta este momento, en la apertura del Nuevo Testamento. Es como si Dios guardó silencio y los ignoró por estos 400 años.
¿Se imaginan 400 años de silencio? ¿Se imaginan ser judíos y decir algo como, ¿qué pasa? ¿Dios está enojado conmigo? ¿Está molesto? ¿Qué hicimos mal? ¡Fueron 400 años de esto! Y cuando rompe el silencio, viene a… ¡los pastores! ¿Pueden asimilar esto por un minuto? Cuando Dios rompe 400 años de silencio, no viene al Sumo sacerdote, ni a un profeta profesional como Jeremías o Isaías, sino a un humilde pastor.
Entonces, la enseñanza aquí es que este es un mensaje para la gente común.
Examinemos lo que el ángel les dice a los pastores. Primero les dice “No tengan miedo”. En otras palabras, tranquilos. Dios está por ti, no contra ti. Recordemos que el mensaje de Jesús quita el miedo. Dios nos ha dado un espíritu de valor y no de cobardía.
Segundo, el ángel les dijo: “Les traigo buenas noticias”. Nadie les trajo nunca buenas noticias a los pastores, nadie. Pero para Dios son tan importantes como un rey o un presidente. Buenas noticias para todas las personas, no sólo para algunos.
Por último, les dijo que estas buenas noticias se las traía “a toda la gente”. No eran solo para los importantes. Aquí encontramos la respuesta a nuestra pregunta clave de hoy: Si, Dios se preocupa por los don nadie.
Nuevamente, volvamos al pasaje con el que abrí en 1 Corintios: Dios eligió lo que el mundo considera ridículo para avergonzar a los que se creen sabios. Y escogió cosas que no tienen poder para avergonzar a los poderosos. En otras palabras; ustedes no eran poderosos, ni eran nobles pero aun Dios se plació en escogerlos. Y es por eso que vino a los pastores. No vino a los fariseos, no vino a los reyes. Vino a los más humildes. Dios decide amorosamente compartir las buenas noticias con los don nadies de este mundo. Deberías estar feliz por eso. Y esta es la noticia: ¡el Salvador está aquí!
Lucas 2:13-14 (NTV) De pronto, se unió a ese ángel una inmensa multitud—los ejércitos celestiales—que alababan a Dios y decían: «Gloria a Dios en el cielo más alto y paz en la tierra para aquellos en quienes Dios se complace».
¡Qué imagen! ¡Los ejércitos celestiales! Y ¿qué están haciendo? ¡Cantando! Este fue el primer villancico de la historia humana cantado a los pastorcillos por el coro más grande que el mundo haya escuchado jamás. Aquí están los solitarios y los perdedores siendo invitados a un concierto personal dirigido por los ángeles de Dios. El tema de la melodía no fue choque ni pavor, ni sangre y destrucción. Fue: la Gloria a Dios y paz en la tierra.
El mensaje de Navidad se puede resumir en esto: Jesús rebusca en la basura para darnos paz. Emmanuel significa Dios con nosotros. Un grupo de don nadies. Jesús entró en la fragilidad de la humanidad y la razón por la que lo hizo es para traernos paz. La razón por la que lo hizo es porque quería que nos reconciliáramos con él.
Cómo termina la historia:
Una vez que oyeron esto, los pastores fueron inmediatamente a buscar a Jesús. Después de verlo, se convirtieron en los primeros evangelistas, difundiendo la noticia a otros.
Lucas 2:15-16 (NTV) Cuando los ángeles regresaron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «¡Vayamos a Belén! Veamos esto que ha sucedido y que el Señor nos anunció». Fueron de prisa a la aldea y encontraron a María y a José. Y allí estaba el niño, acostado en el pesebre.
No creo que podamos entender adecuadamente el humor de este momento. Ampliemos la foto para entenderlo: Dios está irrumpiendo en el mundo. Está rompiendo un silencio de 400 años. Y esta expectativa, la expectativa mesiánica es que este gran líder fuerte va a irrumpir en la escena con espadas desenvainadas y va a recuperar la nación de Israel. Y va a ejercer su poder y su fuerza en el mundo. Quiero decir, esto es lo que el pueblo de Israel esperaba. Eso es lo que estaban buscando. Eso es lo que pensaban que el Antiguo Testamento estaba señalando. Y aquí, Dios rompe el silencio e irrumpe en el mundo y habla primero a un grupo de pastores que ni siquiera podían testificar en la corte.
Lucas 2:17 (NTV) Después de verlo, los pastores contaron a todos lo que había sucedido y lo que el ángel les había dicho acerca del niño.
Se convirtieron en los primeros evangelistas y difundieron la noticia del nacimiento de Jesús a otros (Lucas 2:17–20). Incluso antes que los pescadores, los pastores fueron las primeras personas en la historia que hablaron a la gente acerca de Jesús. Y así, a las personas que ni siquiera podían testificar en un tribunal, Dios las empleó para testificar al mundo que el Salvador había nacido en el mundo.
Esta Navidad, si te sientes indigno o insignificante, reflexiona sobre la historia de los pastores y recuerda que el mensaje de paz de Jesús es para ti también. Tal vez estés aquí hoy y digas: “No puedo ni imaginar que Dios quiera traerme paz. No puedo ni imaginar que Dios quiera tener una relación conmigo”. Porque de alguna manera tienes en tu mente que eres como un pastor. De alguna manera tienes en tu mente que, bueno, no, Dios no se relaciona con este tipo de personas como tú.
Pero déjame decirte que conozco a esa clase de personas como tú, son personas que estamos aquí en la iglesia. Están por todo mi vecindario. En personas como tú y como yo está interesado Dios. Vino por ellos y por ti y por mi.
Quiero que lo veas de manera diferente hoy a través de esta historia. Cada vez que escuches acerca de los pastores esta Navidad, quiero que pienses en los perdedores..Quiero que pienses en las personas quebrantadas. Quiero que pienses en las personas menospreciadas. Quiero que pienses en las personas débiles e ignorantes, en los desvalidos y marginados. Piensa en los don nadies.
También, piensa en ti mismo, si así es como te sientes. Si sientes que no, que hay algo, que tal vez nadie más sepa sobre ti, pero que hay algo en tu pasado. Hay algo en tu historia qué piensas que te descalifica para Dios. Quiero que sepas que eso es exactamente lo que sintieron los pastores.
Pensaron: “hay algo en mi historia. Soy solo un humilde pastor. No hay manera de que Dios venga a mí.” Sin embargo, Dios vino primero a ellos. Jesús ha venido por ti. Jesús te ha estado buscando. Él ha venido a amarte, perdonarte, sanarte y restaurarte. Jesús ha venido a rescatarte y traerte paz. Corre hacia Él, inclínate ante Él, recíbelo. Te traigo buenas noticias, ¡Jesús ha venido por ti!
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- Cuando tienes una gran noticia, ¿a quién se la cuentas primero?
- ¿Alguna vez te has sentido insignificante? ¿Cómo podría cambiar tu visión de Dios saber que Él valora a quienes la sociedad pasa por alto?
- ¿Por qué crees que Dios tan a menudo obra a través de personas comunes y con defectos en lugar de hacerlo a través de personas poderosas y populares?
- ¿Qué dice la respuesta de los pastores? ¿Cómo podemos seguir el ejemplo de los pastores al compartir la buena noticia?
- Desafío: Comparte la buena noticia de Jesús con alguien esta semana, tal como lo hicieron los pastores.