Fe y Crecimiento

La historia de Esteban nos puede animar para la tarea más increíble: perdonar a alguien que ha destruido verdaderamente tu vida.

Esta es la lección 2 de 5 en la serie Las últimas palabras. Ver también la Edición Infantil de esta lección.


Esteban fue el primer mártir cristiano del mundo. Su historia nos enseña que el Espíritu Santo nos puede dar poder para realizar la tarea más increíble: perdonar a alguien que verdaderamente ha destruido tu vida.

La historia de Esteban

Esteban era un tipo normal. Nos encontramos con él por primera vez en Hechos 6, en el contexto de un problema de la iglesia bastante aburrido. Después de la ascensión de Jesús, la iglesia primitiva experimentó un crecimiento explosivo. Los apóstoles predicaban y sanaban en toda Jerusalén, y al igual que las estrellas de rock su atención era reclamada en todas las direcciones. Al igual que con cualquier organización exitosa, la iglesia primitiva tuvo problemas para mantenerse al día administrativamente con su rápido crecimiento. El programa de la alimentación estaba fallando, y algunos de los cristianos comenzaron a quejarse con los apóstoles al respecto. Así se formó un equipo de siete hombres para ejecutar el programa. Esteban fue el primer hombre en la lista.

Aunque Esteban tenía un trabajo muy aburrido, vivió algo que estaba lejos de una vida aburrida. Realizó milagros y enseñó con autoridad. Tanto que llamó la atención de la élite religiosa. Fue detenido y acusado falsamente. Ni lento ni perezoso, no dejó pasar la oportunidad de compartir el Evangelio. Esteban audazmente le predicó a los líderes judíos (ver Hechos 7). En ira, el Consejo Supremo (el Sanedrin) lo agarró y comenzó a apedrearlo hasta la muerte. Lucas registra sus últimas palabras:

Hechos 7:59-60 Mientras lo apedreaban, Esteban oró: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Cayó de rodillas gritando: “¡Señor, no los culpes por este pecado!”. Dicho eso, murió.

La última palabra de Esteban fue “perdonado”

La esencia de la última expresión terrenal de Esteban era perdonar a sus asesinos. Esta es una respuesta sorprendente, pero no es la primera vez que sucede en la Biblia. Jesús mismo respondió de esta manera cuando colgaba y moría en la cruz.

Lucas 23:34 Jesús dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Y los soldados sortearon su ropa, tirando los dados.

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Podemos elegir perdonar incluso en los casos extremos

La lección se aplica a todos nosotros hoy. Perdonar un simple error es una cosa. Pero perdonar a una persona que ha destruido intencionalmente tu vida es una historia diferente. Tanto Jesús como Esteban lo hicieron, y no fue así por asi. Pero, ¿cómo lo hicieron? La historia de Esteban nos da una pista.  

Hechos 7:55-56 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, y vio la gloria de Dios y vio a Jesús de pie en el lugar de honor, a la derecha de Dios. Y les dijo: “¡Miren, veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie en el lugar de honor, a la derecha de Dios!”.

Esteban alcanzó a ver el panorama más grande. Incluso cuando estaba siendo brutalmente apedreado hasta la muerte en la tierra, vio el otro mundo – la realidad de los cielos. A pesar de que fue juzgado mal en un tribunal terrenal, se dio cuenta de que sus asesinos serían juzgados en la corte del cielo. Y esto lo conmovió a sentir compasión de los hombres.

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El Espíritu Santo empodera nuestra valiente mansedumbre

A menudo en el Antiguo Testamento, el Espíritu Santo hizo que la gente administrara la ira de Dios a los pecadores (ver Jueces 15-16). Pero en esta historia, el Espíritu Santo hizo todo lo contrario. En lugar de traer destrucción a la muchedumbre sin Dios de la historia, el Espíritu Santo vino sobre Esteban y le condujo a responder con amor. Esto se llama “mansedumbre”, una manifestación del poder de Dios bajo control.  

En sus últimas palabras en la tierra, Esteban podría haber clamado que cayeran las maldiciones de Dios sobre sus asesinos. En vez de eso, clamó por la misericordia de Dios a favor de ellos, comprendiendo el panorama más amplio por el bien de sus almas. ¿Eres capaz de perdonar a las personas que han impactado profundamente tu vida? ¿Puedes abogar por sus almas?

Eso es lo que hizo Esteban.

Preguntas para comentar:

  1. Preparación: Ver el video juntos o invita a alguien para resumir el tema.
  2. ¿Cuál es tu reacción inicial al video/artículo? ¿Está de acuerdo con alguna parte? ¿Qué  saltó a la vista?
  3. Mira en Hechos 6. En tus propias palabras, describe el trabajo que desempeñaba Esteban en la iglesia. ¿Te sorprende que un predicador tan poderoso y hacedor de milagros fuera asignado a ese tipo de trabajo administrativo? Explica.
  4. ¿Alguna vez has experimentado persecución de alguna forma por tu fe? Describe lo que pasó y cómo respondiste. ¿Estabas dispuesto a perdonar?
  5. Lee Lucas 23:34. ¿Cómo fue la respuesta de Jesús similar a la de Esteban? ¿Cómo fue diferente?
  6. Lee Hechos 7:55-56. Explica cómo esta visión del cielo pudo haber impactado la forma en que Esteban experimentó la persecución en la tierra.
  7. Piensa en algo en tu vida con lo que ya estás cansado de luchar. ¿Cuánto tiempo crees que tendrás que lidiar con eso? ¿Cómo puede una perspectiva eterna cambiar tu actitud?
  8. Hechos 7 dice que Esteban estaba “lleno del Espíritu Santo”. ¿Qué crees que significa esto? ¿Cómo podría haber terminado la historia si el Espíritu Santo no formara parte de ella?
  9. ¿Qué necesitas perdonar hoy? ¿Qué cosa práctica puedes hacer para que esto suceda?
  10. Llévatelo: Escribe una medida de acción personal basada en esta conversación.

Herramientas ministeriales:

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