Puntos de conversación:
- La crianza de los hijos es como todo lo demás en la vida: si pones a Dios en primer lugar, el resto encajará. Deuteronomio 5:7-21,33, Mateo 6:33
- El mandato de obedecer aplica tanto a los padres como a los hijos: los padres obedecen a Dios y los hijos obedecen a los padres. Deuteronomio 6:1-3, Efesios 6:1-3
- La obediencia incondicional debe afectar cada parte de nuestras vidas, tanto a nivel personal como familiar. Deuteronomio 6:4-7
Esta es la primera lección de la serie “La Guía de supervivencia para la crianza”. Esta serie de 3 lecciones será muy útil para todos los padres que están criando a sus hijos en el mundo de hoy. Con esta serie, queremos que prosperes en la crianza de tus hijos y no solo que sobrevivas esperando con ansias el día en que crezcan y se vayan de casa. Sabemos que existen muchos altibajos en el día a día en el hogar y que es un reto criar a nuestros hijos en la cultura actual. Por eso, en esta serie te presentamos 3 principios que debes implementar en tu hogar para que la crianza de tus hijos no sea un tormento.
Hoy hablaremos del principio número uno, que trata de poner a Dios en primer lugar.
La crianza de los hijos es como todo lo demás en la vida: si pones a Dios en primer lugar, el resto encajará.
Es por eso que nuestro primer Principio de crianza es: poner a Dios primero. Este principio se remonta desde el libro del Antiguo Testamento, Deuteronomio. Este libro habla sobre este antiguo principio atemporal de poner a Dios primero en tu familia y en tu paternidad, Deuteronomio fue escrito hace miles de años. Este es Moisés escribiendo a los israelitas, el pueblo de Dios, después de haber vagado por el desierto durante 40 años. Estaban a punto de apoderarse de la tierra prometida, así que se están preparando para establecer su sociedad y establecer sus familias. Moises les está dando esta charla de ánimo a padres y abuelos. Él les repite los 10 mandamientos: no tengas otro dios, no te hagas ídolos, no uses mal mi nombre, observa el sábado, honra a tus padres, no mates, no cometas adulterio, no robes, no testifiques falsamente, no codicies.
Si notas, los primeros cuatro mandamientos de estos 10 tratan de amar a Dios. Siguen siendo relevantes todos estos miles de años después, tratan de poner a Dios en primer lugar. Si reconocemos que estos primeros mandamientos son muy importantes volveremos a nuestras raíces.
Moises dice esto al respecto de estas raíces bíblicas del capítulo 5:33 de Deuteronomio: “Manténganse en el camino que el Señor su Dios les ordenó que siguieran. Entonces tendrán una vida larga y les irá bien en la tierra donde están a punto de entrar y que van a poseer.” Muchas familias han vivido lo contrario de este versículo. Cuando nos desviamos del camino, es cuando llegan las consecuencias, las dificultades y el dolor. Si somos fieles y permanecemos en el camino, entonces Dios nos protegerá y proveerá y seremos bendecidos.
En Mateo 6:33 vemos a Jesus hablando lo mismo que Moises les recordó al pueblo de Israel 4,000 años antes: “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.” Es triste ver cuando la familia se olvida de poner a Dios en primer lugar. Vemos como empiezan a desviarse y ser cautivados por otras cosas que van en contra de la Biblia. Y es que, si no buscas de Dios, estás buscando tu propio plan, tu sueño, tu pensamiento de lo que crees que es el éxito, Nos cuesta buscar el deseo de Dios. Por eso es tan fundamental comenzar a poner a Dios en primer lugar en nuestras vidas. Comienza cada mañana diciendo: “Dios, quiero Tu plan para la vida de mis hijos. Quiero buscarte y seguir Tu camino”, Programa un devocional familiar cada dia o por lo menos tres a cuatro veces por semana. Al hacer esto, nos protegeremos de algunos de esos errores de crianza.
Claro que sé que es difícil, especialmente en el horario tan apretado que tenemos con los deportes y tantas actividades programadas. A veces estamos tan ocupados que ni siquiera tenemos tiempo para cenar juntos. Es un error dejar que que todas estas otras cosas saquen el oxígeno de la habitación de nuestra familia. Muy a menudo nos encontramos buscando otras cosas y no estamos en el camino que Dios tiene para nosotros. Nunca llegaremos a vivir una vida larga y próspera en la tierra. Si no que fracasaremos como padres si no dedicamos tiempo a lo que es más importante que los deportes y actividades. Sin embargo, para muchas familias, tristemente por lo general no se dan cuenta que lo están haciendo mal hasta que es demasiado tarde.
No quiero que te ofendas por esto, pero padres, si no están buscando a Dios en familia, lo están haciendo mal. Así como se hace un presupuesto financiero, se debe hacer un presupuesto de nuestro tiempo. ¿A dónde va todo tu tiempo en familia? Al igual que con nuestro presupuesto financiero vemos que dónde va nuestro dinero es lo que realmente le importa. Así mismo es con nuestro tiempo. Si solo estamos buscando todas estas otras cosas, y no estamos poniendo a Dios en el centro de nuestra familia, o poniendo a Dios en cualquier lugar de la ecuación semanal, será muy difícil vivir una vida que honra a Dios.
El mandato de obedecer aplica a todas las generaciones: los padres obedecen a Dios y los hijos obedecen a los padres.
El quinto mandamiento: honra a tus padres (Éxodo 20:13) sirve como puente entre los mandamientos de “amar a Dios” y “amar a las personas”. Cuando se pone a Dios primero, entonces todo lo demás en la vida encaja en su lugar. Por lo general, cuando pensamos en la palabra obedecer u obediencia, a los padres les encanta esa palabra, porque estamos aplicando esa palabra a nuestros hijos. Pero en realidad, cuando volvemos a esa escritura antigua en Deuteronomio, Moisés se lo está diciendo tanto a los padres como a los abuelos y a los hijos. Se lo está diciendo a todos: “Esos son los mandatos… que el Señor tu Dios me encargó que te enseñara. Obedécelos cuando llegues a la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer. Tú, tus hijos y tus nietos teman al Señor su Dios durante toda la vida. …” (Deuteronomio 6:1-3). Nota que él no solo está hablando de los niños. Él dice que los padres deben tener un corazón de obediencia y sumisión. Si mamá y papá no tienen un corazón de obediencia y sumisión al poder superior que es Dios, entonces ¿por qué nuestros hijos serían obedientes y sumisos con nosotros? ? Si nuestros hijos nunca nos ven siendo obedientes y sumisos a nuestra autoridad, que es Dios, entonces ¿por qué encarnarían este valor de ser obedientes con nosotros?
Cuando los padres realmente están modelando un corazón de querer buscar a Dios en todos los sentidos, entonces la pieza de hipocresía puede desaparecer porque no estamos pretendiendo ser perfectos. Y cuando nos equivoquemos con nuestros hijos, les decimos: “¿Sabes qué? papá o mamá acaba de levantar la voz. Eso fue inapropiado. Necesito disculparme contigo. Dios no quiere que nosotros hagamos esto u lo otro (cualquier error que se haya cometido), el autocontrol es importante.” Todo comienza con los padres modelando una relación genuina con Dios para que nuestros hijos luego vean eso y digan, “Está bien, Dios es bueno. Veo cosas buenas que vienen de que mis padres sean obedientes a Dios.” Con el tiempo, pasarán de solo obedecer a los padres a querer obedecer a Dios.
Hombre, papá: tú eres el jefe del hogar, y ese es un concepto bíblico. Eres la figura de autoridad pero si no estás sometido a la autoridad de Dios simplemente no va a funcionar la obediencia en tu hogar. Es muy importante para tu esposa y para tus hijos saber que estás sometido a Dios y a Su Palabra. En el Nuevo Testamento Pablo le dice a la iglesia en Efeso: “Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor, pues esto es lo correcto. «Honra a tu padre y a tu madre». Ese es el primer mandamiento que contiene una promesa: si honras a tu padre y a tu madre, «te irá bien y tendrás una larga vida en la tierra» (Efesios 6:1-3). Fijate que Pablo está citando lo que Moisés dijo en los capítulos 5 y 6 de Deuteronomio. Nuevamente, este mandamiento de obedecer es para los papás y las mamás. Pablo, en la mayoría de sus escritos se dirige a los padres. Es muy raro que él se dirija específicamente a los hijos, pero esencialmente está diciendo lo mismo: la obediencia es para todos. No es solo para los hijos del hogar.
Pablo dice: “Es el primer mandamiento con la promesa de que vivirás una larga vida”. Esto muestra lo importante que es el hogar. Estamos viviendo en una cultura que simplemente está perdiendo la estructura familiar. Recuerda, la estructura familiar de hace 2000 años. los israelitas estaban listos para entrar y apoderarse de la tierra prometida. Es casi como si Moisés les estuviera dando el elemento clave más importante para una sociedad saludable, que estaban a punto de formar. Ese elemento es la familia. ¿Y qué pasa en la familia? Los hijos obedecen a sus padres, Los hijos honran a sus padres. Entonces, el mandamiento de honrar a los padres es casi como el pegamento que mantiene unidos estos dos conjuntos: los mandamientos de amar a Dios y los mandamientos de amar a las personas. Esto se aprende en el hogar. Los padres tienen que enseñarle a sus hijos a ser obedientes. Especialmente es importante en los niños más pequeños porque ellos no entienden el concepto de Dios ya que no pueden verlo ni tocarlo.
Cuando criamos a nuestros hijos en un hogar que entienden que obedecer a sus padres es parte de lo que agrada a Dios, ellos aprenden de una relación tangible la importancia y el buen fruto que proviene de la obediencia. Aprenden que cuando obedecen las reglas del hogar hay buenas consecuencias. Pero que también hay consecuencias negativas que provienen de la desobediencia. Entonces, a medida que tus hijos crecen, esa relación tangible de comprensión y tener esos límites establecidos en el hogar de cómo se ve la forma en que tratamos a las personas y el valor de honrar a Dios, se fomenta en los cuando llegan a la adolescencia. Luego se preparan para salir de casa y ese corazón de obediencia, esa comprensión de lo que significa la obediencia, ahora puede pasar a su propia relación con Dios. Esto transiciona a cómo vivir y actuar en la sociedad, en la escuela, en el en el lugar de trabajo, en la comunidad, en la iglesia y luego en su propio hogar. Pasa de amar a Dios a honrar a los padres y a amar a los demás, porque amar a Dios es lo primero. Amar a las personas viene después. De hecho, Jesús mismo dijo esto: “Ama a Dios. Ama a tu prójimo “.
La obediencia incondicional debe afectar cada parte de nuestras vidas, tanto a nivel personal como familiar.
No estamos hablando sólo de lo uno u lo otro. No solo estamos hablando de mamá o papá, teniendo una relación con Dios, o la familia. Estamos hablando de hacer ambas cosas: tener una relación con Dios personal, a solas. y tener una relación con Dios juntos, como unidad familiar. En Detuteronomio 6 Moises le dice al pueblo de Israel: “¡Escucha, Israel! El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” (Deuteronomio 6:4-5). A estos versículos se le llama el Shema. Shema quiere decir “escucha” y es la primera palabra con la que empieza el versículo 4 (si quieres saber más sobre este tema, busca la serie El Shema).
Ahora bien, si fuéramos una sinagoga judía, cada uno de nuestros niños sabría esto de memoria. Porque dirían esto como una promesa de lealtad todos los días. Más el resumen de lo que él dice aquí está en el versículo 6:: “Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego.”, porque Shema o escucha, en realidad significa obedecer. Y así, cuando dice de todo corazón, toda tu alma, toda tu fuerza, cada parte de tu ser, cada aspecto de tu vida. En otras palabras, buscar a Dios no es algo que hacemos los domingos en la iglesia y luego nos vamos a casa y nos olvidamos de Él hasta el siguiente domingo.. Si no que lo hacemos en casa durante toda la semana. Hombre, padre, si eso describe tu relación con Dios como familia, oro para que el mensaje de hoy sea realmente fundamental para ustedes. Y oro para que cambie la forma en que realmente haces esto a partir de este día porque puede transformar completamente tu vida, tu familia y la vida de tus hijos en los años venideros, que es lo que Moisés estaba diciendo aquí. Una manera práctica de hacer esto es aprender a practicar las disciplinas espirituales como la oración, la lectura de la Biblia y el tiempo en familia. Quizas tu seas nuevo en la crianza. Quizás en tu hogar no viste este principio de poner a Dios en primer lugar. Puede que si ese es tu caso, te estés preguntando ¿qué significa poner a Dios primero?” Hablemos de las Disciplinas personales.
Lo primero que tienes que hacer es tener un tiempo con Dios. Esto tiene que ser lo primero que hacemos todos los días. Empieza el día orando y leyendo la Biblia. Tus hijos lo verán y después ellos mismos lo harán porque han visto a sus padres hacerlo en casa. Ellos tienen que saber que hemos puesto a Dios en primer lugar en nuestra vida. Hay disciplinas más personales que puedes practicar como individuo pero hay disciplinas que puedes practicar como familia también para poner a Dios en primer lugar como unidad familiar. Estas incluyen hacer un hábito de ir a la iglesia y servir juntos. Además, tengan tiempo en familia en casa. Lo que sus hijos están aprendiendo en la iglesia en su clase (esos recursos están disponibles para que los padres los utilicen todas las semanas en casa en buscaddeDios.org “PG circulo para los niños” o en www.pursuegodkids.org). Pueden usar esos recursos para hacer como un devocional con los hijos tal vez después de la cena, o antes de acostarse. Pueden ser 5, o de 10 a 15 minutos, o el tiempo que dediques.
También oren junto antes de empezar el dia y antes de acostarse. Hagan un hábito de leer la Biblia juntos. Pueden empezar leyendo un capítulo diario. Hablen de lo que entendieron de la lectura. Entrenalos para que aprendan que la palabra de Dios es importante para sus vidas. Te sorprenderá lo que puede surgir de eso, y lo que estás modelando para tus hijos y lo que estás invitando a tu hogar. En lugar de simplemente asumir, no sé, mis hijos con suerte lo aprenderán de un sermón o de lo que está sucediendo en la iglesia de niños, haz que haya un tiempo real intencional en el hogar.
ESto es lo que Moises le dice al pueblo de Israel cuando les dice “Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.(Deuteronomio 6:6-7). Moisés aquí está cubriendo todas las bases, Él dice, quiero centrarme en esto, “Habla de ello”. A eso lo llamamos cultura conversacional. Es algo que todavía hoy es muy importante. Uno de los mejores regalos que les podemos dar a nuestros hijos es que creamos una cultura conversacional desde que son pequeños en la que podamos hablar y hablar de todo, sin limites. Porque padres, los hijos van a hablar de eso en alguna parte. Así que es mejor que hables de ello con ellos en casa. Si no, obtendrán su información de un amigo, de alguien que realmente no sabe cómo pensar bien al respecto o simplemente estarán interiorizando cosas. No sabrán qué hacer con ellas. No se lo contarán a nadie y luego simplemente sufrirán.
Así que las conversaciones en familia se convierten en una parte importante de nuestra dinámica familiar. Esto irá creando ese entorno en el que nuestros hijos pueden crecer. Y todo será porque pones a Dios primero en la crianza. . Te desafiamos a que lo hagas. Estarás muy contento de hacerlo porque, como dijo Moisés a los israelitas, Dios “Los bendecirá en los años venideros”.
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó a la atención?
- ¿Creciste en un hogar con valores espirituales? ¿Cómo te han formado esos valores como padre?
- ¿Cómo describirías el clima espiritual actual en tu hogar?
- ¿Actualmente tienes el hábito de leer y orar por tu cuenta? ¿Cómo pueden tus hábitos espirituales afectar al resto de la familia?
- Lee Deuteronomio 6:1-3. Según este pasaje, ¿cuál es la responsabilidad de los padres? ¿Por qué la obediencia lleva a una vida bendecida?
- Lee Efesios 6:1-3. ¿Por qué crees que Pablo enfatiza la importancia de obedecer a los padres? ¿Cómo aprender a obedecer a los padres ayuda a los niños a obedecer a Dios como adultos?
- Lee Deuteronomio 6:4-7. Evalúa las prioridades de tu familia ahora mismo. ¿Cuáles son algunas cosas prácticas que pueden hacer, como familia, para buscar a Dios juntos?
- Visita purugodkids.org y buscadeDios.org ¿Cómo puede el uso de temas de estos sitios ayudar a facilitar un tiempo productivo de conversación familiar?
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?