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Puntos de conversación:
- Los milagros todavía suceden hoy en día, pero no tenemos el poder de exigirlos. La Biblia enseña que sólo Dios tiene el poder de hacer que las cosas existan. Hechos 3:1-8
- Muchos predicadores de la prosperidad son oportunistas con las personas desesperadas que buscan esperanza. Pedro vio su milagro como una oportunidad para hablarle a la gente acerca de Jesús. Hechos 3:12-13, 16
- No podemos simplemente darle órdenes a Dios. Cuanto más alineados estemos con Jesús, más podremos orar según Su voluntad. Juan 15:7
- No podemos “declarar y recibir” salud y riqueza. Pero Dios promete algo mejor a todos los que acuden a él: perdón y refrigerio. Hechos 3:19-20, Juan 7:38-39
¿Alguna vez has oído hablar del movimiento “decláralo y recíbelo”? También se le conoce como “confiesa y recibe” o “confesión positiva”. Este movimiento es parte del “evangelio de la prosperidad”. Alienta a las personas a “hablar para que exista” lo que quieren, y si realmente lo creen, sucederá. Quizás hayas escuchado algunos de estos nombres en el mundo inglés:
- Kenneth Hagin
- Kenneth Copeland
- Benny el Hin
- Joyce Meyer
- Joel Osteen
Y en nuestra cultura cristiana hispanoparlante tenemos:
- Cash Luna (pastor guatemalteco y fundador de la iglesia Casa de Dios en Guatemala. Es conocido por sus enseñanzas sobre la prosperidad y la fe).
- Guillermo Maldonado (pastor hondureño y fundador del Ministerio Internacional El Rey Jesús en Miami, Florida. Es una figura influyente en el movimiento de la prosperidad).
- Ana Méndez Ferrell (evangelista y autora mexicana, conocida por sus enseñanzas sobre la guerra espiritual y la prosperidad).
- Entre muchos otros.
Sé que algunos de ustedes probablemente hayan escuchado a algunos de estos maestros y predicadores y tal vez hayan aprendido algunas cosas útiles. Es posible que tengas uno de sus libros o tal vez incluso hayas llegado a la fe gracias a su ministerio. ¡Genial! Pero al menos una parte de su enseñanza es muy peligrosa, y eso es lo que quiero abordar el día de hoy.
Y antes de llegar al capítulo 3 de Hechos para responder la pregunta para hoy: ¿Pueden los cristianos verdaderamente “declararlo y recibirlo”?
Veamos una breve historia del movimiento Palabra de Fe. El movimiento Palabra de Fe, también conocido como “evangelio de la prosperidad” o “evangelio de la salud y la riqueza”, en el mundo habla hispano tiene sus raíces en el movimiento del Nuevo Pensamiento, una filosofía espiritual que se originó en Estados Unidos a finales del siglo XIX. Este movimiento se centra en el poder del pensamiento positivo y la ley de la atracción, ideas que han influido en la teología de la prosperidad.
Influencias tempranas
- Movimiento del Nuevo Pensamiento: El movimiento Nuevo Pensamiento, que comenzó a finales del siglo XIX, enfatizó el poder de la mente, el pensamiento positivo y la creencia de que los pensamientos podían influir en la realidad material. Phineas Quimby (1802-1866) fue un sanador espiritual no cristiano, mesmerista y fundador del movimiento estadounidense.
- Mary Baker Eddy, la fundadora de la “Ciencia Cristiana”, fue una de las pacientes de Quimby. Aunque Eddy desarrolló más tarde su propio sistema teológico, se pueden ver elementos de las enseñanzas de Quimby en los primeros fundamentos de la Ciencia Cristiana.
- E.W. Kenyon: A menudo considerado una figura fundamental en el desarrollo de la teología de la Palabra de Fe, E.W. Kenyon (1867-1948) combinó elementos del Nuevo Pensamiento con creencias cristianas tradicionales. Las enseñanzas de Kenyon enfatizaron el poder de las palabras y el concepto de la “confesión positiva”.
Enseñanzas básicas
- Naturaleza divina: Kenneth Copeland ha sugerido polémicamente que Adán tenía un estatus divino antes de la Caída, lo que refleja la idea de que los humanos eran pequeños dioses o tenían atributos divinos. La obra redentora de Jesús tiene como objetivo restaurar lo que se perdió en la Caída, permitiendo a los creyentes reclamar su autoridad y dominio a través de la fe.
- Confesión positiva: Copeland enseña que Adán tenía el poder de hacer que las cosas existieran, de manera similar a cómo Dios creó el mundo con Sus palabras. Los creyentes pueden tener este mismo poder: “Las palabras son contenedores espirituales y tus palabras crean tu futuro”. “Nuestras palabras crean nuestro destino”.
- La fuerza de la fe: Copeland describe la fe como una fuerza poderosa y tangible que los creyentes pueden aprovechar para influir en sus circunstancias y manifestar las promesas de Dios en sus vidas. “La fe es una fuerza espiritual. Es sustancia. La fe tiene la capacidad de afectar la sustancia natural”. Este concepto a menudo se resume en frases como “háblalo para que exista” o “decláralo y recíbelo”, enfatizando el poder de la confesión positiva.
De allí, pasó al mundo hispano o latino convirtiéndose en uno de los movimientos más prominentes en el mundo cristiano en la actualidad. Más para los que creemos que se debe guardar la verdad del evangelio y mantener el mensaje de Jesús íntegro e incambiable, esto no debería espantarnos. La Biblia nos advierte de este y tantos otros movimientos que han surgido a través de los años.
2 Timoteo 4:3-4 (NTV) Llegará el tiempo en que la gente no escuchará más la sólida y sana enseñanza. Seguirán sus propios deseos y buscarán maestros que les digan lo que sus oídos se mueren por oír. Rechazarán la verdad e irán tras los mitos.
Hoy vamos a estudiar un capítulo que a los grandes de Palabra de Fe les encanta pero malinterpretan. Te mostraremos lo que realmente está diciendo, no lo que nuestros oídos mueren por oír.
Los milagros todavía suceden hoy en día, pero no tenemos el poder de exigirlos. La Biblia enseña que sólo Dios tiene el poder de hacer que las cosas existan.
El milagro del que hablaremos hoy es uno se sanidad.
Hechos 3:1-2 (NTV) Cierta tarde, Pedro y Juan fueron al templo para participar en el servicio de oración de las tres de la tarde. Mientras se acercaban al templo, llevaban cargando a un hombre cojo de nacimiento. Todos los días lo ponían junto a la puerta del templo, la que se llama Hermosa, para que pidiera limosna a la gente que entraba.
Hechos 3:3-6 (NTV) Cuando el hombre vio que Pedro y Juan estaban por entrar, les pidió dinero. Pedro y Juan lo miraron fijamente, y Pedro le dijo: «¡Míranos!». El hombre lisiado los miró ansiosamente, esperando recibir un poco de dinero, pero Pedro le dijo: «Yo no tengo plata ni oro para ti, pero te daré lo que tengo. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y camina!».
Desglosemos el versículo:
- Esperando algo de dinero: este es un problema importante con la teología de “decláralo y recíbelo”: ¡Ellos, los maestros y predicadores del movimiento, son los que esperan algo de dinero! Muchos de ellos explotan a los pobres, necesitados y desesperados. Enseñanza para ti: ten cuidado con los ministerios que apoyas
- Levántate y camina: Pero ¿qué pasa con la sanación física? El mendigo seguramente lo entendería. ¿Es algo que podemos declarar o reclamar en el nombre de Jesús cuando lo necesitemos? No exactamente. Los milagros todavía suceden hoy en día, pero no tenemos el poder de exigirlos.
El propósito de los milagros en las Escrituras era autenticar el mensaje de Dios. Es por eso que a menudo vemos que los milagros disminuyen una vez que el mensajero de Dios ha sido validado. (Juan 20:31) Incluso en el ministerio de Jesús en la Tierra, sus milagros disminuyeron después de un tiempo. Dijo que los buscadores de señales eran malvados y adúlteros. (Mateo 16:4)
Dios todavía puede hacer lo que quiera, incluso señales y prodigios. Pero el milagro actual en la iglesia hoy en día –lo que valida nuestro mensaje– es el amor. (Gálatas 5:22-23)
- En el nombre de Jesús: El poder está en el nombre de Jesús, no en las palabras de Pedro. El problema con la mentalidad de “decláralo y recíbelo” es que minimiza a Jesús y nos maximiza a nosotros. Sólo Dios tiene el poder de hacer que las cosas existan.
Hechos 3:7-8 (NTV) Entonces Pedro tomó al hombre lisiado de la mano derecha y lo ayudó a levantarse. Y, mientras lo hacía, al instante los pies y los tobillos del hombre fueron sanados y fortalecidos. ¡Se levantó de un salto, se puso de pie y comenzó a caminar! Luego entró en el templo con ellos caminando, saltando y alabando a Dios.
Esto suena más como un pasaje de “decláralo y recíbelo”, ¿verdad? Mas no se adelanten. No se trata de aprovecharse de la oportunidad presentada de manera ventajosa por el milagro.
Muchos predicadores de la prosperidad son oportunistas con las personas desesperadas que buscan esperanza. Pedro vio su milagro como una oportunidad para hablarle a la gente acerca de Jesús. Hechos 3:12-13, 16
Hechos 3:12-13 (NTV) Pedro vio esto como una oportunidad y se dirigió a la multitud: «Pueblo de Israel—dijo—, ¿qué hay de sorprendente en esto? ¿Y por qué nos quedan viendo como si hubiéramos hecho caminar a este hombre con nuestro propio poder o nuestra propia rectitud? Pues es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob—el Dios de todos nuestros antepasados—quien dio gloria a su siervo Jesús al hacer este milagro. …
Se trata de aprovechar la oportunidad pero no de la manera que lo hacen los exponentes de la Prosperidad.
Pedro vio esto como una oportunidad – interesante elección de palabras. Los predicadores y maestros de la Prosperidad “ven su oportunidad” de pedir dinero, a menudo explotando a los pobres, para enriquecerse ellos mismos. Pero presten atención a la “oportunidad” que vio Pedro:
Hechos 3:16 (NTV) »Por la fe en el nombre de Jesús, este hombre fue sanado, y ustedes saben que él antes era un lisiado. La fe en el nombre de Jesús lo ha sanado delante de sus propios ojos.
Este versículo dice “La fe en el nombre de Jesús” dos veces. El punto que quiere hacer Lucas es que el poder está en el nombre de Jesús ¡No en nuestra fe! De hecho, nuestra fe es débil. No se trata del tamaño de tu fe, se trata del objeto de tu fe. ¡No nuestras palabras! No tenemos poder para hacer que las cosas existan; no somos “pequeños dioses”.
No podemos simplemente darle órdenes a Dios. Cuanto más alineados estemos con Jesús, más podremos orar según Su voluntad.
No porque ores, pidas o exijas Dios te contestara. Tus peticiones deben alinearse con la voluntad de Dios para ser contestadas. Observa qué oraciones son respondidas:
Juan 15:7 (NTV) Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!
1 Juan 5:14-15 (NTV) Y estamos seguros de que él nos oye cada vez que le pedimos algo que le agrada; y como sabemos que él nos oye cuando le hacemos nuestras peticiones, también sabemos que nos dará lo que le pedimos.
Mateo 6:10 (NTV) Que tu reino venga pronto. Que se cumpla tu voluntad en la tierra como se cumple en el cielo.
Vemos que al igual que todos los ejemplos presentados anteriormente, Pedro estaba alineado con la voluntad de Dios cuando pronunció palabras de sanidad sobre el hombre cojo. No podemos simplemente darle órdenes a Dios. Cuanto más alineados estemos con Jesús, más podremos orar según Su voluntad. La objeción de los promotores de “decláralo y recíbelo” es: “Pero siempre es la voluntad de Dios que tengamos salud y riqueza”. ¡No! Un momento, esto no siempre es así.
Ejemplos de casos donde la voluntad de Dios no ha sido que tengamos salud y/o riqueza:
- La espina en la carne de Pablo: En 2 Corintios 12:7-9, Pablo habla de un “aguijón en la carne” (o espina) que le rogó al Señor tres veces que se lo quitara. Sin embargo, Dios respondió: “«Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad».
- Trófimo: En 2 Timoteo 4:20, Pablo menciona que dejó a Trófimo enfermo en Mileto. Esto implica que a pesar de ser un colaborador cercano de Pablo, Trófimo no fue sanado en ese momento.
- Las enfermedades frecuentes de Timoteo: En 1 Timoteo 5:23, Pablo aconseja a Timoteo que tome un poco de vino para su estómago y sus frecuentes enfermedades. Esto indica que Timoteo tenía problemas de salud continuos que no fueron sanados milagrosamente.
- Jesús mismo:
Hechos 3:18 (NTV) pero Dios estaba cumpliendo lo que los profetas predijeron acerca del Mesías, que él tenía que sufrir estas cosas.
¡Incluso Jesús sufrió! Tú también lo harás. El punto es que Dios nunca promete salud y riqueza a sus seguidores.
No podemos “declarar y recibir” salud y riqueza. Pero Dios promete algo mejor a todos los que acuden a él: perdón y refrigerio.
La promesa de Dios no es hacernos ricos y/o mantenernos sanos. Lo que Dios promete es darnos perdón y refrigerio.
Hechos 3:19-20 (NTV) Ahora pues, arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios para que sus pecados sean borrados. Entonces, de la presencia del Señor vendrán tiempos de refrigerio y él les enviará nuevamente a Jesús, el Mesías designado para ustedes.
Si no podemos simplemente “declarar y recibir” lo que queramos como seguidores de Jesús, ¿qué promesas podemos esperar recibir de Jesús? Hechos 3 responde a esta pregunta.
Primero, promete perdón de los pecados (“sus pecados sean borrados”). Esta es una promesa espiritual. Tu pasado, presente y futuro son perdonados por el sacrificio de Jesús en la cruz. Segundo, promete tiempos de refrigerio. Esta es una promesa terrenal. Promete darte una vida llena del Espíritu Santo.
Juan 7:38-39 (NTV) ¡Todo el que crea en mí puede venir y beber! Pues las Escrituras declaran: “De su corazón, brotarán ríos de agua viva”». (Con la expresión «agua viva», se refería al Espíritu, el cual se le daría a todo el que creyera en él; …).
Hechos 3:26 (NTV) Cuando Dios levantó a su siervo, Jesús, lo envió primero a ustedes, pueblo de Israel, para bendecirlos al hacer que cada uno se aparte de sus caminos pecaminosos».
Nota la verdadera “bendición” aquí. No podemos declarar y recibir salud y riqueza. Pero esto es lo que Dios promete: perdón y refrigerio. ¡Esa es la mejor bendición!
Así que no te dejes influenciar ni engañar por las corrientes erróneas y engañosas que van surgiendo en nuestro mundo cristiano. Ten cuidado con los maestros y predicadores que escuchas. Es cierto que las palabras tienen poder pero no se refiere a declarar afirmaciones positivas para que se hagan realidad. Eso no es lo que Hechos 3 nos quería enseñar. La sanación de Hechos 3 nos enseña que no es por nuestra fe que suceden los milagros sino por el poder del nombre de Jesus. Además, Jesús no nos promete riqueza ni salud sino perdón de los pecados y tiempos de refrigerios con una vida llena del Espíritu Santo.
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- Después de aprender lo que significa “decláralo y recíbelo”, ¿alguna vez has sido testigo de esta creencia en tu propia experiencia? ¿Cuáles son algunos ejemplos de esto en el mundo actual?
- Lee Hechos 3:3-6. ¿Cuál es el significado de que Pedro declare el nombre de Jesús? ¿Qué problema en la mentalidad de “decláralo y recíbelo” resalta este versículo?
- Amplía esta cita: “No se trata del tamaño de tu fe, se trata del objeto de tu fe”. ¿Estás alineado con la voluntad de Dios como lo estaba Pedro?
- Como seguidores de Cristo, nunca se nos promete salud ni riqueza. ¿Cómo has visto a Dios obrar en tu vida incluso durante temporadas de problemas financieros o de salud?
- Lee Hechos 3:19-20. ¿Cuáles son las tres promesas de Dios que leemos en este versículo?