En Marcos 7:1-23, Jesús debatió con la élite religiosa sobre la fuente de la bondad verdadera. Creían que provenía por seguir las reglas. No obstante, Jesús enseñó que la bondad o sea lo bueno salía de adentro hacia afuera. La pureza proviene de nuestro interior. Es lo que sale de nuestro corazón lo que contamina todo dentro y fuera de nosotros.No son las reglas ni la religión lo que nos hace ser buenos. Nosotros en si, no somos buenos. Es por lo que Jesus hizo en la cruz que somos lavados de nuestros pecados y ahora podemos tener un corazón que honra a Dios.
En la Biblia hay dos citas bíblicas famosas similares en capítulo y versículo: Jeremías 29:13 e Isaías 29:13 que hablan un poco de esto.
Jeremías 29:13 (NTV) Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme.
Este es versículo lema de BuscadeDios.lorg, una de las promesas más poderosas de la historia. Dice que si de todo corazón lo buscamos lo encontraremos. Dios no se está escondiendo de nosotros. Al contrario, nos espera con los brazos abiertos. Pero la clave aquí es buscarlo con todo nuestro corazón.
Isaías 29:13 (NTV) Así que el Señor dice: «Este pueblo dice que me pertenece; me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí. Y la adoración que me dirige no es más que reglas humanas, aprendidas de memoria.
Estas son palabras muy fuertes que Dios le dice a su pueblo. Una vez más, habla del corazón y de como lo adoramos prácticamente por una religión aprendida y no porque lo amamos o porque tenemos una relación con él. Este versículo también es citado por Jesús en el pasaje de hoy, llamando la atención a la religión que ha perdido el objetivo principal que es buscarlo de corazón y no por religión o costumbre. Y tú, al igual que los fariseos de la época de Jesus, ¿Estás pasando por alto el objetivo principal de la búsqueda de Dios?
Tradición milenaria
La élite religiosa estaba más preocupada por lavarse las manos que por limpiarse el corazón. Esto procedía de la “tradición de los ancianos” que eran reglas sin sentido que pasaban por alto lo esencial de la Ley.
Marcos 7:1-5 (NTV) Cierto día, algunos fariseos y maestros de la ley religiosa llegaron desde Jerusalén para ver a Jesús. Notaron que algunos de sus discípulos no seguían el ritual judío de lavarse las manos antes de comer. (Los judíos, sobre todo los fariseos, no comen si antes no han derramado agua sobre el hueco de sus manos, como exigen sus tradiciones antiguas. Tampoco comen nada del mercado sin antes sumergir sus manos en agua. Esa es solo una de las tantas tradiciones a las que se han aferrado, tal como el lavado ceremonial de vasos, jarras y vasijas de metal. Entonces los fariseos y maestros de la ley religiosa le preguntaron: —¿Por qué tus discípulos no siguen nuestra antigua tradición? Ellos comen sin antes realizar la ceremonia de lavarse las manos.
El Comentario Bíblico del Expositor: Edición Abridged (2 Volúmenes)) 3-4 dice que “Marcos consideró necesario explicar a sus lectores gentiles la costumbre judía del lavado ceremonial de manos, una costumbre basada en la “tradición de los ancianos”, una gran masa de tradición oral que había surgido acerca de la ley. Su propósito era regular completamente la vida de una persona, y se transmitía de una generación a la siguiente como normas vinculantes.” En otras palabras, ya no seguir la Ley que Dios dejó en sí, sino la interpretación que le habían dado sus antepasados y que con el tiempo se había pasado como si fuera la ley. Es parecido a algunos de nuestros rituales sin sentido que han pasado desde nuestros tatarabuelos como el hecho de tocar madera para que no pase lo que se dice. Otro ejemplo de esto es tirar sal por encima del hombre para contrarrestar la mala suerte o el hecho de que te resfrias por salir con el pelo mojado cuando es un virus el que te causa el resfriado.
El hecho es que los fariseos estaban muy molesto porque los discípulos no seguían la costumbre de lavarse las manos antes de comer. Como respuesta, Jesús le contesta lo siguiente:
Marcos 7:6-8 (NTV) Jesús contestó: —¡Hipócritas! Isaías tenía razón cuando profetizó acerca de ustedes, porque escribió: “Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí. Su adoración es una farsa porque enseñan ideas humanas como si fueran mandatos de Dios”. Pues ustedes pasan por alto la ley de Dios y la reemplazan con su propia tradición.
Aquí Jesús está citando Isaías 29:13. Les dice que son unos hipócritas porque prefieren obedecer a las ideas humanas y no a lo que Dios les establece a través de la ley. Pretenden adorar a Dios cuando su corazón no está conectado con el. Es muy similar a muchos de nosotros hoy en dia que pretendemos vivir una vida que honra a Dios más vivimos una vida desordenada en nuestros trabajos u hogares. Ayunamos y seguimos lo que dicta la religión pero en realidad no tenemos una relación personal con Dios.
Cancelar la cultura
La élite religiosa sin darse cuenta anuló la Palabra de Dios con su legalismo. Podemos hacer lo mismo hoy con nuestro antinomianismo: seguir una mentalidad de “todo vale” con la Ley de Dios.
Marcos 7:9-13 (NTV) Entonces dijo: —Ustedes esquivan hábilmente la ley de Dios para aferrarse a su propia tradición. Por ejemplo, Moisés les dio la siguiente ley de Dios: “Honra a tu padre y a tu madre” y “Cualquiera que hable irrespetuosamente de su padre o de su madre tendrá que morir”. Sin embargo, ustedes dicen que está bien que uno les diga a sus padres: “Lo siento, no puedo ayudarlos porque he jurado darle a Dios lo que les hubiera dado a ustedes”. De esta manera, ustedes permiten que la gente desatienda a sus padres necesitados. Y entonces anulan la palabra de Dios para transmitir su propia tradición. Y este es solo un ejemplo entre muchos otros.
Aviso: Jesús no está anulando la Ley. No está diciendo que guardar los mandamientos es erróneo. Lo que ¡está diciendo es que algunas tradiciones la anulan! Jesús da un ejemplo en el pasaje mismo: los fariseos enseñando que está bien no ayudar a los padres para que le den su dinero a ellos.
Jesús ama la ley de Dios (es decir, la palabra de Dios) y la cumple yguarda perfectamente. Es más, en Jesús se cumplió la Ley en totalidad. Lo que a él le molesta es que torzamos su Palabra a nuestra conveniencia. Jesús odia la apropiación indebida de la misma – “anular la Palabra de Dios” con fines religiosos. En este caso el legalismo de no poder ver que dar a la iglesia no quiere decir que te descuides de tus padres.
Esto tampoco quiere decir que nos iremos al extremo opuesto practicando el antinomianismo, como se hace en la actualidad. Antinomianismo significa “anti-ley”, y se usa para hablar de toda actitud y enseñanza que afirme que podemos relacionarnos con Dios y vivir en plenitud sin obedecerlo. Es decir amo a Dios pero vivo mi vida como se me da la gana y no creo lo que dice la Biblia ya que me limita. Esta actitud también anula la Palabra de Dios.
Lo que contamina
En ese entonces era radical decir que todo tipo de comida (o persona) puede ser aceptable a los ojos de Dios. La cultura actual necesita escuchar una verdad igualmente radical: el pecado es real y está dentro de cada uno de nosotros.
Marcos 7:14-19 (NTV) Luego Jesús llamó a la multitud para que se acercara y oyera. «Escuchen, todos ustedes, y traten de entender. Lo que entra en el cuerpo no es lo que los contamina; ustedes se contaminan por lo que sale de su corazón». Luego Jesús entró en una casa para alejarse de la multitud, y sus discípulos le preguntaron qué quiso decir con la parábola que acababa de emplear. «¿Ustedes tampoco entienden?—preguntó—. ¿No se dan cuenta de que la comida que introducen en su cuerpo no puede contaminarlos? La comida no entra en su corazón, solo pasa a través del estómago y luego termina en la cloaca». (Al decir eso, declaró que toda clase de comida es aceptable a los ojos de Dios).
Esto fue demasiado radical para entonces porque no solo esta hablando de la comida más de las personas. Marcos está a punto de hablar de los gentiles; este pasaje abre la puerta a algunos de los temas que cubriremos en las próximas semanas. No se trata solo de comida aceptable; se trata de personas aceptables. Esto también es radical para la gente de hoy en día. Y no es la idea de que todas las personas sean aceptables o no (ya lo entendemos) sino el hecho de aceptar que todas las personas están contaminadas por el pecado.
Eso es lo que nuestra cultura ha desechado. Ya no quiere tener consciencia de lo que Dios ha establecido como pecado. Ahora, en nuestra sociedad, todo vale. La doctrina del antinomianismo ha tomado gran fuerza ya que te dice que puedes tener una relación con Dios viviendo tu vida como te dé la gana y que no tienes porqué obedecer lo que Dios te dice en la Biblia. Son estas clases de ideas lo que contamina al ser humano y no lo que comes o dejes de comer.
Marcos 7:20-23 (NTV) Y entonces agregó: «Es lo que sale de su interior lo que los contamina. Pues de adentro, del corazón de la persona, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, el robo, el asesinato, el adulterio, la avaricia, la perversidad, el engaño, los deseos sensuales, la envidia, la calumnia, el orgullo y la necedad. Todas esas vilezas provienen de adentro; esas son las que los contaminan».
La comida no pasa por el corazón si no que por el sistema digestivo terminando en la taza del excusado. Son las acciones pecaminosas las que nos contaminan y nos apartan de Dios. En este pasaje encontramos ¡la primera lista de pecados en el Nuevo Testamento! (ver Gal 5). Existe el bien y el mal. Y a Dios SÍ le importa cómo vivimos. Jesús no solo está en contra del legalismo; él también está en contra del antinomianismo. No puedes vivir a tu manera, pecando como quieres y pensar que Dios está contento contigo.
Para muchos judíos en los días de Jesús, las reglas eran vacías y hechas por el hombre. Para muchos hoy en día, es todo lo contrario: descartan todas las reglas. Ambos están pasando por alto el objetivo principal de buscar de Dios y tener una relación con él, viviendo para honrarlo. Dios comienza a cambiarnos de adentro hacia afuera en el momento en que confiamos en Jesús para salvarnos. El resultado, con el tiempo, es una vida que honra a Dios.
Romanos 3:22-23 (NTV) Dios nos hace justos a sus ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. Y eso es verdad para todo el que cree, sea quien fuere. Pues todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios.
Ver también
La búsqueda (serie)
Amor vs legalismo