El concepto de fe es muy prominente en el Nuevo Testamento apareciendo más de 300 veces (incluyendo las formas de sustantivo, verbo y adjetivo). Los usos más predominantes de “fe” estan en el contexto de salvación. Fe es la actitud de dejar de confiar en nuestros propios esfuerzos para recibir la salvación, y poner la confianza total en Cristo confiando solo en Él en todo lo que la salvación encierra. Pero la fe va más allá de nuestra salvación inicial. La vida cristiana también tiene que ver con una confianza total en Cristo y no en nuestros propios esfuerzos.
La información correcta con la actitud correcta
Para definir “fe” más a fondo basados en el Nuevo Testamento, a veces el verbo “tener fe” (o “creer”) es seguido por “que” -indicando que la fe tiene que ver con los hechos. A menudo es seguida por la preposición “a” – indicando que la fe trae a una persona a relación y unión con Cristo. A veces “tener fe” es seguido por “en” – indicando que la fe se apoya en una base firme. Los varios usos de la palabra en el Nuevo Testamento ha llevado a los estudiosos a argumentar que la fe está dividida en tres componentes: conocimiento, asentimiento y confianza. En otras palabras, la fe implica la información correcta junto con la actitud correcta. Mero conocimiento de los hechos no es suficiente para salvar, ni tampoco lo es el asentir con los hechos. La verdadera fe implica poner nuestra confianza en algo o alguien que es digno de confianza – en este caso, Jesús mismo. Personajes bíblicos como Pedro, confiaron en Jesús para salvación. Algunas veces confiaron en Jesús por las circunstancias de la vida, y a veces no confiaron – al igual que nosotros.