En Marcos 12:28-34, Jesús establece el mandamiento más grande y plantea una pregunta para los cristianos modernos: ¿Qué tan bien conoces tu Biblia?
Les hare una prueba bíblica para ver qué tanto saben de la biblia (pista: todas las respuestas empiezan con la letra E, encuentra la respuesta al final del artículo)
- ¿Qué profeta del Antiguo Testamento fue llevado al cielo en un carro de fuego?
- ¿Qué profeta tuvo una visión de un valle de huesos secos que cobraban vida?
- ¿Quién fue la reina judía que salvó a su pueblo del genocidio en Persia?
- ¿Quién fue la madre de Juan el Bautista?
- ¿Quién se quedó dormido durante uno de los largos sermones de Pablo y se cayó de una ventana?
¿Pudiste contestar todas las preguntas o casi todas? Si no sabias la respuesta a ninguna de las preguntas, creo que es tiempo que empieces a leer tu Biblia. Si sabias todas o casi todas las respuestas, magnífico. Mas déjame advertirte que tener conocimiento bíblico no es suficiente. Mucha gente sabe mucho acerca de la Biblia, ¡pero no entienden el propósito de la misma!
He escuchado esto durante más de dos décadas en el ministerio: la gente se va de la iglesia porque no es lo suficientemente “profunda”. Refiriéndose a que no entran en estudios bíblicos de temas profundos como los escatológicos. Piensan que saber todos los pormenores de los simbolismos apocalípticos los hace cristianos maduros y experimentados. Estudiar esos temas o querer profundizar en la Biblia no es malo. Lo que pasa con estas personas es que terminan saltando de iglesia en iglesia. O encuentran una iglesia “profunda”, con sermones más largos o con menos gente. Pero estos cristianos “profundos” tienden a caracterizarse por las mismas cosas: tienen mucho conocimiento mental pero sin conexión ni influencia sobre las personas de afuera. ¿Qué diría Jesús sobre esto?
Debate profundo
Un escriba le pidió a Jesús que identificara el mandamiento más importante de la Ley. Los escribas en el antiguo Israel eran como los abogados de hoy, y eran expertos en las Escrituras.
Marcos 12:28 (NTV) Uno de los maestros de la ley religiosa estaba allí escuchando el debate. Se dio cuenta de que Jesús había contestado bien, entonces le preguntó: —De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante?
Ya vimos que anteriormente, vinieron los escribas y los saduceos a preguntarle ciertas cosas a Jesús para poder hacerlo caer en sus trampas. Ahora, vemos que es el turno de los escribas. Según el sitio de internet ”GotQuestions” “Los escribas en el antiguo Israel eran hombres sabios cuyo trabajo era estudiar la ley, transcribirla y escribir comentarios de la misma. …Esdras, era un “escriba diligente en la ley de Moisés” (Esdras 7:6). Los escribas tomaban seriamente su trabajo de preservar la escritura; copiaban y volvían a copiar la biblia meticulosamente, incluso contando letras y espacios para asegurarse de que cada copia fuera correcta. Podemos agradecer a los escribas judíos por preservar las porciones del antiguo testamento de nuestras biblias.” Los escribas buscaban ser perfectos y exactos al momento de copiar las Escrituras. Esto los hacía a ellos expertos en la ley y la Torá. Eran la autoridad en estos temas.
En el relato de hoy, este escriba escuchó la respuesta de Jesús a los saduceos y quedó impresionado. Entonces él tenía su propia pregunta. Observa que esta vez viene uno sólo y no en bola. Parece sincero, no intenta atrapar a Jesús como con las otras dos preguntas. Probablemente el escriba esperaba que Jesús citara uno de los diez mandamientos como respuesta. Pero Jesús lo sorprendió.
Ama a Dios
Jesús respondió no con uno de los 10 mandamientos, sino con el “Shemá”. Esto fue esencialmente un preludio a los mandamientos, y era bien conocido incluso por los niños israelitas.
Marcos 12:29-30 (NTV) Jesús contestó: —El mandamiento más importante es: “¡Escucha, oh Israel! El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”
Este pasaje citado por Jesús, es lo que se conoce como el Shemá, o sea que es el preludio de los 10 mandamientos. Son las palabras antes de presentar los 10 mandamientos. Se encuentra en Deuteronomio 6:4-5. El Comentario del Pilar del Nuevo Testamento dice que “ Ambas versiones, griega y hebrea, de Deuteronomio 6:4-5 describen una triple respuesta a Dios: corazón, alma y fuerza. Marcos cita a Jesús añadiendo una cuarta respuesta: el amor de Dios con toda la mente o el entendimiento.” En otras palabras, no se trata solo de sentimientos sino también con inteligencia.
Ama a las personas
Jesús añadió un segundo mandamiento sorpresa que llamó igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Este era un versículo relativamente escondido de Levítico, pero resumía los últimos cinco mandamientos.
Marcos 12:31 (NTV) El segundo es igualmente importante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Ningún otro mandamiento es más importante que estos.
“El hecho de que Jesús agregue el mandamiento de Levítico 19:18 [ama a tu prójimo como a ti mismo] al Shemá indica que se necesitan ambos mandamientos para realizar la única voluntad de Dios” (Comentario del Pilar del Nuevo Testamento). Amar a Dios se extiende a amar a los demás.
Levítico 19:18 (NTV) »No busques vengarte, ni guardes rencor contra tus hermanos israelitas, sino ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.
El título de este capítulo 19 es“Santidad en la conducta personal”. En otras palabras, lo que habla el capítulo es que vivamos de una manera santa y digna. Parte de eso es extender lo mismo a otras personas. Si decimos que somos hijos de Dios, debemos ser como es nuestro Padre y vivir una vida en santidad. Parte de vivir una vida santa es amar a los demás. No habría peleas, ni rencores, ni venganzas entre nosotros si leyéramos estos versículos. Debemos conocer y poner en práctica lo que dice la Biblia.
Puede que sepas lo que dice la Biblia y hasta te hayas memorizado varios versículos, pero eso no significa que conoces las Escrituras. Conocerla es vivirla. Los fariseos, los saduceos, y los escribas, todos los maestros de la ley sabían las Escrituras, pero no la conocían porque no la vivían. Miremos lo que Jesús les dijo al respecto:
Mateo 23:1-4 (NTV) Entonces Jesús les dijo a las multitudes y a sus discípulos: «Los maestros de la ley religiosa y los fariseos son los intérpretes oficiales de la ley de Moisés. Por lo tanto, practiquen y obedezcan todo lo que les digan, pero no sigan su ejemplo. Pues ellos no hacen lo que enseñan. Aplastan a la gente bajo el peso de exigencias religiosas insoportables y jamás mueven un dedo para aligerar la carga.
¡Qué triste! Sabían muy bien lo que decían las Escrituras, pero aun así, no hacían nada para ayudar ni amar al prójimo. Ellos decían amar a Dios y dedicarse completamente a él y a su servicio. Mas no lo hacían de la manera que Dios lo pedía: amando a los demás. Si no amamos a las personas que podemos ver, ¿Cómo podemos amar a Dios que no vemos? Como dice Juan:
Juan 4:20 (NTV) Si alguien dice: «Amo a Dios», pero odia a otro creyente, esa persona es mentirosa pues, si no amamos a quienes podemos ver, ¿cómo vamos a amar a Dios, a quien no podemos ver? 21 Y él nos ha dado el siguiente mandato: los que aman a Dios deben amar también a sus hermanos creyentes.
¿Qué es lo que realmente significa amar al prójimo? Una manera de amar a los demás es cumpliendo la Gran Comisión que Jesús nos mandó. Es ir y hablarles de Jesús para que puedan ser salvos. Si verdaderamente amamos a alguien, entonces siempre queremos lo mejor para esa persona. ¡Qué mejor bien que el de tener una relación con Dios y el de pasar la eternidad con Jesús en el cielo!
El escriba hizo una pregunta teológica y Jesús la llevó a la eternidad. La entrada al Reino de Dios requiere más que información; requiere un corazón sometido a Jesús.
Marcos 12:32-33 (NTV) El maestro de la ley religiosa respondió: —Bien dicho, Maestro. Has hablado la verdad al decir que hay solo un Dios y ningún otro. Además yo sé que es importante amarlo con todo mi corazón y todo mi entendimiento y todas mis fuerzas, y amar a mi prójimo como a mí mismo. Esto es más importante que presentar todas las ofrendas quemadas y sacrificios exigidos en la ley.
Por las palabras dichas a Jesús al recibir la respuesta a su pregunta, podemos ver que el escriba no estaba tratando de atrapar a Jesús con sus palabras. Este hombre sí fue sincero en su pregunta. Además, si entendió la respuesta de Jesus. Él comprendió que no es por cumplir las exigencias de la ley uno está bien con Dios pide sino el amar al prójimo. Y es que el amor de Dios en nosotros debe abrir una fuente de amor hacia los demás.
Al final de la conversación, Jesús le dice lo siguiente al escriba:
Marcos 12:34 (NTV) Al ver cuánto entendía el hombre, Jesús le dijo: —No estás lejos del reino de Dios. Y, a partir de entonces, nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Es curioso lo que Jesús le dice al hombre. La pregunta del escriba era sobre cuál era el mayor mandamiento. Jesús le contesta y además termina diciendo que no está lejos del reino de Dios, o sea no está lejos de ser salvo. La pregunta del escriba no tenía que ver con el cielo, la salvación ni la eternidad, mas Jesús muestra su autoridad como Dios al ofrecerle salvación. Con respecto a esto, el Comentario del Pilar del Nuevo Testamento comenta que “El escriba está equipado y autorizado para dictar sentencia sobre la ley, pero Jesús posee una autoridad superior. En otra muestra más de autoridad soberana, Jesús declara: “‘No estás lejos del reino de Dios'”. Se trata de un comentario sorprendente porque el tema de conversación ha sido la Torá, no el reino de Dios ni la vida eterna.” Con sus palabras, Jesús dejó bien claro que él es Dios y que tiene todo el poder y la autoridad para decidir sobre la Torá o sea la ley de Dios y sobre la salvación y la vida eterna.
Recordemos, que esta pregunta viene después que los saduceos le habían preguntado a Jesús sobre la resurrección (que vimos en la lección anterior), así que el tema estaba fresco en las memorias de los oyentes. En resumidas cuentas, todo tiene que ver con la salvación y la eternidad. Jesús había venido para eso: a morir en la cruz para ofrecer salvación a toda la humanidad. Esa fue la mayor muestra de amor por los demás.
Respuestas a las preguntas biblicas: 1. Elias 2. Ezequiel 3. Ester 4. Elisabet 5. Eutico
Ver también:
El Shemá (serie)
A la manera de Jesús (serie)