Haz clic aquí para ver el bosquejo del sermón.
Puntos de conversación:
- En Marcos 12:35-37 es el turno de Jesús de hacer las preguntas, y comienza con una pregunta sobre el Mesías. Nos hace cuestionarnos la siguiente pregunta: ¿comprendemos correctamente quién es Jesús?
- Los líderes religiosos pensaban que conocían al Mesías, pero sólo tenían una comprensión parcial de su identidad. Su idea de “Hijo de David” estaba lejos de dar al blanco. Marcos 12:35
- Los líderes religiosos tomaron la mayor parte del Salmos 110, la parte militar que los entusiasmaba. Pero se saltaron el primer versículo, la parte que contenía la clave de la identidad del Mesías. Marcos 12:36-37
- Jesús es una persona única con dos naturalezas: divina y humana. Estas dos naturalezas están unidas en su persona sin confusión, cambio o pérdida.
- Dios y el hombre se han reunido en la persona de Jesús. Cuando comprendemos correctamente la identidad de Jesús, podemos responderle con fe.
Durante las últimas tres semanas, hemos visto a Jesús responder preguntas a los tres grupos diferentes de los líderes religiosos. Los líderes religiosos no buscaban descubrir la verdad con estas preguntas. Eran preguntas destinadas a atraparlo y alejarlo de sus partidarios o meterlo en problemas con el gobierno romano.
Los fariseos le preguntaron la cuestión fiscal: si era correcto pagar los impuestos. Los saduceos le preguntaron sobre la resurrección, un hecho en el que ellos no creían. La pregunta sobre la ley del escriba fue la única sincera y sin trampa. Él ha respondido a cada una de ellas con tal habilidad y sabiduría que el texto dice que nadie más se atrevió a hacerle ninguna pregunta.El debate ha terminado. Jesús sale victorioso.
Pero estas preguntas antagónicas no fueron suficientes para revelar quién es realmente Jesús. Ahora es su turno de hacer las preguntas y comienza con una pregunta sobre el Mesías.A diferencia de los líderes religiosos, cuyas preguntas pretendían que Jesús cayera en una trampa, Jesús quiere revelarse a ellos. Básicamente, pregunta: “¿Saben quién soy?”.
Este es uno de los grandes atributos de Dios: él busca revelarse a nosotros. Si lo piensas, es difícil de imaginar que quiera hacerlo. El Dios del universo anhela revelarse de manera personal – ¿a mí? Si, a ti y a mi. Si se te hace difícil creerlo, no eres el único. El rey David luchó con esta idea en el Salmos 8.
Salmos 8:3-4 Cuando miro el cielo de noche y veo la obra de tus dedos —la luna y las estrellas que pusiste en su lugar—, me pregunto: ¿qué son los simples mortales para que pienses en ellos, los seres humanos para que de ellos te ocupes?
Si, Dios piensa en ti y en mi. Siempre lo ha hecho. Él nos creó para que tuviéramos una relación con él. Dado al pecado, esta relación se rompió. El pecado abrió una brecha entre Dios y nosotros. Por lo tanto, Jesús vino para ser el puente entre Dios y nosotros. A través de Jesús se restableció la relación con Dios. Es en Jesús que Dios se ha revelado a nosotros. Jesús es el pináculo de la revelación de Dios a la humanidad. Él es Dios encarnado. Mas los líderes religiosos no podían verlo por eso les pregunta a los fariseos: ¿saben quién soy?
Ésa es la pregunta que quiero utilizar como marco para el mensaje de hoy: ¿Sabes quién es Jesús verdaderamente?
Para los judios, el Mesías sería un gran guerrero. Sería el guerrero vencedor que vendría a liberarlos del dominio romano. Ellos tenían esta imagen por lo que dice el Salmos 110. En la confrontación con los líderes religiosos, Jesús mismo usa ese Salmos como medio para revelarse a ellos.
Salmos 110 El Señor le dijo a mi Señor: «Siéntate en el lugar de honor a mi derecha, hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies».
2 El Señor extenderá tu poderoso reino desde Jerusalén, y gobernarás a tus enemigos.
3 Cuando vayas a la guerra, tu pueblo te servirá por voluntad propia. Estás envuelto en vestiduras santas, y tu fuerza se renovará cada día como el rocío de la mañana.
4 El Señor ha hecho un juramento y no romperá su promesa: «Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec».
5 El Señor está a tu derecha para protegerte; derribará a muchos reyes cuando estalle su enojo.
6 Castigará a las naciones y llenará de cadáveres sus territorios; destrozará cabezas por toda la tierra.
7 Pero él se refrescará en los arroyos junto al camino.
Lo que entendieron
Los líderes religiosos pensaban que conocían al Mesías, pero sólo tenían una comprensión parcial de su identidad. Su idea de “Hijo de David” estaba lejos de dar al blanco.
Marcos 12:35 (NTV) Tiempo después, Jesús estaba enseñando al pueblo en el templo y preguntó: «¿Por qué afirman los maestros de la ley religiosa que el Mesías es hijo de David?
Como ya dijimos, la imagen que ellos habían creado del mesías venía en gran parte del Salmos 110 (dato curioso: el Salmos 110 se cita o se alude a él treinta y tres veces en el Nuevo Testamento). Este Salmos 110 usa un lenguaje militar. Este Salmos se refiere al Mesías como el hijo de David. David es considerado como el más valiente y poderoso guerrero que Israel ha tenido. Además, fue una promesa que Dios le dio a David: que de su simiente vendría el Mesías (2 Samuel 7:12-16, Isaías 11:1-2, Jeremías 23:5-6)
Por lo tanto, los judios esperaban a un gran estratagema militar y a un super guerrero. Esperaban un luchador victorioso con espada y lanza. El evangelio de Mateo es el evangelio que hace más referencia a Jesús como el “hijo de David”. La razón es que está dirigido a una audiencia judía, por lo que usa este título de “hijo de David” más que los otros evangelios. (Mateo:1:1; 9:27; 12:23; 15:22; 21:9; y 21:15). No es o es que los líderes religiosos estuvieran equivocados acerca de que el Mesías provenía del linaje de David. En eso tenían razón. Pero el Mesías era más que eso.
Jesús fue llamado “Hijo de David” por el mendigo ciego Bartimeo en Marcos 10. Las multitudes gritaban “¡Bendiciones al reino que viene, el reino de nuestro antepasado David!” en la entrada triunfal de Marcos 11. Sin duda, muchos de los líderes religiosos sabían que la gente llamaba a Jesús el Hijo de David.
Lo que se saltaron
Los líderes religiosos tomaron la mayor parte del Salmos 110, la parte militar que los entusiasmaba. Pero se saltaraon el primer versículo, la parte que contenía la clave de la identidad del Mesías.
Marcos 12:36 (NTV) Pues el propio David, mientras hablaba bajo la inspiración del Espíritu Santo, dijo: “El Señor le dijo a mi Señor: ‘Siéntate en el lugar de honor a mi derecha, hasta que humille a tus enemigos y los ponga por debajo de tus pies’”.
Primero, ten en cuenta que al explicar el Salmo, Jesús afirma el papel del Espíritu Santo en las Escrituras. Es otro ejemplo de una profecía que tuvo un cumplimiento parcial y luego un cumplimiento completo en Cristo. Los judios habían tomado solo las partes militares del Salmos 110, pasando por alto el primer versículo: ¡la parte que contenía la clave de la identidad del Mesías! Y es la que Jesús les recalca:
Marcos 12:37 (NTV) Ya que David mismo llamó al Mesías “mi Señor”, ¿cómo es posible que el Mesías sea su hijo?». La gran multitud se deleitaba al escucharlo.
Jesús está citando el Salmos 110 que originalmente fue un salmo de coronación. El primer Señor es “Yahweh” (Dios), el segundo Señor es “Adonai” – el rey durante la monarquía. Al caer el reino davídico debido a la desobediencia, se divide primero. Luego su dominio terrenal llega a su fin. Así que este Salmo apunta a algo más grande. A un reino que nunca puede ser exterminado. Un reino que permanece para siempre. Apunta al Mesías. Entonces, el primer Señor es “Yahweh” (Dios Padre), el segundo Señor “Adonai” es el Mesías.
David, el que escribió este Salmos, era el rey y, sin embargo, lo llama Señor: Adonai, Maestro. David se está refiriendo claramente a alguien más grande que él. Este es Dios el Hijo.
El Mesías si es un descendiente de David, pero va más allá de ser solo eso. El Mesías, y por consiguiente Jesus, trasciende el tiempo y el poderío humano. Él va más allá porque es el Hijo de Dios. Jesús es el Mesías. Y eso es lo que Jesús les quiere dejar ver a los líderes judios al preguntarles “¿cómo es posible que el Mesías sea su hijo [de David]?” Con esta pregunta, les deja bien claro quién es él: el descendiente de David, por lo tanto el Mesías y sobre todo, el hijo de Dios. Esto se afirma más tarde en Apocalipsis
Apocalipsis 22:16 (NTV) «Yo, Jesús, he enviado a mi ángel con el fin de darte este mensaje para las iglesias. Yo soy tanto la fuente de David como el heredero de su trono. Yo soy la estrella brillante de la mañana».
Y a su vez, Apocalipsis está citando
Isaías 11:1 (NTV) Del tocón de la familia de David saldrá un brote, sí, un Retoño nuevo que dará fruto de la raíz vieja.
Dos naturalezas
Jesús es una persona única con dos naturalezas: divina y humana. Estas dos naturalezas están unidas en su persona sin confusión, cambio o pérdida.
De acuerdo con la serie “Teología Sistemática”, lección 4: “¿Quién es Jesús?” “Las Dos Naturalezas de Cristo – Unión Hipostática – según lo afirma el Communicatio Idiomatum [Comunicación de las propiedades]
Jesús es una sola persona con dos naturalezas: la naturaleza divina que comparte igual y eternamente con el Padre y el Espíritu Santo, y la naturaleza humana que asumió en su encarnación. Estas dos naturalezas están unidas en su persona sin confusión, cambio o pérdida. Jesús no es en parte Dios y en parte humano, pero ambos están plenamente integrados en él.” En otras palabras, Jesus tiene dos naturalezas: tanto divina como humana. Divino porque es Dios y humano porque se encarnó en hombre al venir a la tierra. Algo así como tener dos ciudadanías.
Su Divinidad
Jesús se identificó con el Dios que se apareció a Moisés en Éxodo 3:14. En Juan 8 Jesús se auto denomina el “Gran Yo Soy!
Juan 8:58 (NTV) Jesús contestó: —Les digo la verdad, ¡aun antes de que Abraham naciera, Yo Soy!
En ese y otros pasajes de los Evangelios jesus se da el titulo de Dios. Luego, en otros lugares de la Biblia se le reconoce su divinidad. Apocalipsis 1:8 llama a Dios Padre “Alfa y Omega”. Este es un título que Jesús aplica a sí mismo más adelante en el capítulo 22.
Apocalipsis 22:13 (NTV) Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin».
Algo más que prueba la divinidad de Jesús es que la Biblia atribuye a Jesús obras que sólo Dios puede hacer. Él es el agente de la creación.
Juan 1:1-8 (NTV) En el principio la Palabra ya existía. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. El que es la Palabra existía en el principio con Dios. Dios creó todas las cosas por medio de él, y nada fue creado sin él….
Este pasaje dice que Jesús, la Palabra o el verbo como dicen otras versiones, ya existía desde el principio. Y esta Palabra, o sea Jesús, creó todas las cosas. También exhibe poder sobre lo que hizo o sea sobre la naturaleza. ¡Vemos a Jesús caminando sobre el agua! (Mateo 14:22-36). ¡Vemos que los vientos, el mar y las tormentas le obedecen y callan ante su voz! (Mateo 8:23-27,Marcos 4:36-41) En segundo lugar, Jesús perdona los pecados (Marcos 2:5-7) y juzga al mundo por sus pecados (Juan 5:22-30). Sobretodo, recibe oración (Hechos 7:59-60) y es digno de adoración (Filipenses 2:9-11; Hebreos 1:3-6). Jesús es tan divino como el Padre y el Espíritu Santo porque Jesús es Dios.
Su Humanidad:
La Biblia da fe de que Jesús a la misma vez que era divino, era plenamente humano en cuerpo, alma, mente y voluntad
Hebreos 2:17 (NTV) Por lo tanto, era necesario que en todo sentido él se hiciera semejante a nosotros, sus hermanos, para que fuera nuestro Sumo Sacerdote fiel y misericordioso, delante de Dios. Entonces podría ofrecer un sacrificio que quitaría los pecados del pueblo.
Jesús tuvo un cuerpo humano real, sujeto al cansancio (Juan 4:6), al hambre (Mateo 4:2) y a la sed (Juan 4:7). Era capaz de experimentar todas las emociones humanas (Mateo 26:37; Juan 2:15). También, fue tentado como nosotros (Mateo 4:1-11), pero Jesús nunca pecó
Hebreos 4:15 Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo, él nunca pecó.
Eso me da mucho ánimo de que Jesús comprende nuestras debilidades. Él ha estado allí donde nosotros nos encontramos. Él sabe cómo es la tentación, pero sorprendentemente nunca pecó. Era sin pecado en palabra, pensamiento y obra.
¿Qué significa esto para nosotros? Tal vez todavía estés investigando el cristianismo y todavía estás tratando de decidir quién es Jesús. Puede que te preguntes: ¿por qué es importante? ¿Por qué importa que Jesús sea plenamente Dios y plenamente humano? Importa porque la relación entre Dios y el hombre se reconcilia a través de la persona y obra de Jesucristo.
La Biblia nos dice que no hay otro nombre bajo el cielo por el cual podamos ser salvos. Jesús tenía que ser plenamente humano porque tenía que poder morir. ¿Alguna vez has pensado en eso? Dios es eterno. Dios siempre lo ha sido y siempre será. Jesús tuvo que asumir la humanidad para poder experimentar la muerte. La Biblia enseña que la paga del pecado es la muerte. Alguien tuvo que morir para pagar por los pecados del mundo. Jesús murió por mis pecados y por los tuyos. Jesús también tuvo que ser humano para cumplir las profecías y promesas hechas en las Escrituras sobre el Mesías. Jesús tenía que ser divino, porque es su divinidad la que le permitió vivir una vida perfecta. Sin su divinidad no habría sido un sacrificio digno porque habría pecado. Sólo Dios podría salvar a la humanidad.
También importa entender que Dios y el hombre se han reunido en la persona de Jesús porque llegamos a entender quién es Jesús.. Cuando comprendemos correctamente la identidad de Jesús entonces podemos responderle con fe. Marcos comenzó su evangelio diciéndonos “Esta es la Buena Noticia acerca de Jesús el Mesías, el Hijo de Dios.”
Son buenas noticias porque a través de Jesús podemos experimentar el perdón de los pecados y podemos restaurar nuestra relación con Dios. No sólo podemos experimentar una vida plena y abundante en la tierra, sino que también podemos experimentar la vida eterna con Dios. Lo hacemos viniendo a Jesús y reconociéndolo por quién es él y por lo que él ha hecho.
Él es Dios el Hijo. Vivió una vida perfecta. Fue crucificado en la cruz de un criminal. Él murió. Fue sepultado, pero resucitó y está sentado en el lugar de honor, a la diestra de Dios. Una vez que reconocemos quién es y qué ha hecho, le pedimos que nos perdone. Le confesamos nuestros pecados. Reconocemos que estamos rotos. Que nos hemos rebelado contra un Dios perfecto y Santo. Nos arrepentimos y le pedimos a Jesús que comience a tomar las decisiones en nuestras vidas. Le pedimos que sea nuestro Señor y Salvador.
Si nunca has hecho eso y Jesús se te ha revelado hoy, puedes hacerlo allí donde estás leyendo esto. Es fácil. Solo dile:
“Jesús, reconozco lo que hiciste por mi en la cruz. Acepto tu sacrificio y te acepto como mi Señor y Salvador. Perdona todos mis pecados. Te abro mi corazón y te invito a entrar dentro. Amén.”
Es así de simple. Tu siguiente paso es buscar una iglesia donde la Palabra de Dios es predicada. Lee tu Biblia y ora con Dios diariamente.
Ver también:
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó la atención?
- ¿Cuáles son algunas creencias comunes sobre Jesús en la sociedad secular actual? ¿Cuál era tu comprensión de Jesús mientras crecías?
- Lee Isaías 11:1-2, Jeremías 23:5-6 y Marcos 12:35. ¿Qué dicen estos versículos acerca de Jesús? ¿Qué le faltaba a la gente en su comprensión de Jesús?
- Lee Salmo 110:1-3 y Marcos 12:36-37. ¿Qué dice este pasaje acerca de Jesús? ¿Por qué es importante el versículo 1 para entender quién es Jesús?
- Lee Filipenses 2:6-11. Identifica los descriptores clave de Jesús en este pasaje. ¿Por qué es importante que Jesús sea plenamente Dios? ¿Por qué es importante que Jesús fuera plenamente hombre?
- Lee Colosenses 1:15-20. ¿Qué dice este pasaje acerca de Jesús? ¿Cómo te ayudará este tema a describir a Jesús a aquellos en tu vida que aún no lo conocen?
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?