Salvación 101
En esta miniserie de 4 partes, nos adentramos en el libro de los Hechos para comprender los fundamentos de la salvación. ¡Completa esta serie con un mentor o un grupo!
¿Demasiado perdido para Dios? (Hechos 8:26-40)
Haz clic aquí para ver el bosquejo del sermón.
Puntos de conversación:
- Después de liderar un avivamiento en Samaria, Dios envió a Felipe por un camino desértico que aparentemente no conducía a ningún lugar significativo. ¿No te sientes así la vida a veces? De todos modos, Dios había equipado a Felipe con un mensaje para compartir. Hechos 8:26
- Al viajar por este camino, Felipe se encontró con un hombre aparentemente indigno de la atención de Dios: “un eunuco de gran autoridad bajo Candace, la reina de Etiopía”. Felipe comenzó a entender por qué estaba allí… Hechos 8:27-31
- Después de caminar junto al eunuco, en más de un sentido, Felipe aprovechó la oportunidad para compartir el mensaje de Jesús con él. No dudó en compartir las buenas noticias, sin importar cuán “indigno” pareciera este hombre. Hechos 8:34-35
Comenzamos una miniserie de 4 semanas sobre la salvación de aquí mismo del libro de Los Hechos. Hoy estaremos hablando de si “¿Hay alguien demasiado perdido para Dios?” y lo basaremos en Hechos 8:26-40. La próxima semana tocaremos el tema de “¿Cómo funciona la conversión verdaderamente?” viendo Hechos 9:1-19. En este tema miraremos la historia de conversión de Saulo (Pablo).
En la tercera semana analizaremos el tema de “¿Cómo puedes saber si verdaderamente eres salvo?” tomando como base Hechos 9:20-31. Aqui veremos a un Pablo ya convertido y predicando el evangelio. Cuestionaremos si ¿¡Los discípulos en Jerusalén no creyeron que él realmente fuera salvo!?
Luego para terminar con la miniserie, veremos un tema muy controversial en las diferentes ramas cristianas: ¿Cambió Dios cómo funciona la salvación?. En otras palabras, si es que la salvación cambió por obras en el Antiguo Testamento a por gracia en el Nuevo Testamento. Esto lo veremos en Hechos 10:1-11:18. Así sin mas preambulo, abramos la lección de hoy con la pregunta clave: ¿Hay alguien demasiado perdido para Dios?
A menudo me encuentro con personas que asumen que la respuesta es sí. Usualmente, creen que la respuesta es sí por tres razones.
- Pecados pasados: Muchas personas creen que sus errores pasados, ya sean grandes o pequeños, los hacen indignos del amor y el perdón de Dios. Es posible que se sientan demasiado “sucios” o culpables para ser aceptados.
- Pecados presentes: Aquellos que luchan contra dificultades constantes, como la adicción o el pecado habitual, pueden sentirse atrapados en su comportamiento y creer que Dios se ha alejado de ellos.
Sentimientos de indignidad: Algunas personas luchan contra la baja autoestima o sentimientos de insuficiencia. Pueden sentir que no son “suficientemente buenos” para Dios debido a cómo se perciben a sí mismos, a menudo debido a pecados cometidos.
Dudas espirituales: Las personas que luchan con dudas o incertidumbre acerca de su fe podrían pensar que Dios los rechaza por no ser creyentes “fuertes”. Comparan su fe con la de otra persona.
Si este es tu caso, animate. Hoy veremos la historia de un hombre que definitivamente estaba demasiado perdido para Dios, al menos desde una perspectiva religiosa judía. Pero de todos modos siguió buscando y encontró la sorprendente respuesta a esta pregunta. Esa respuesta es: ¡Nadie está demasiado perdido para Dios!
Después de liderar un avivamiento en Samaria, Dios envió a Felipe por un camino desértico que aparentemente no conducía a ningún lugar significativo.
Hechos 8:26 (NTV) En cuanto a Felipe, un ángel del Señor le dijo: «Ve al sur por el camino del desierto que va de Jerusalén a Gaza».
Recapitulemos un poquito lo que vimos en la lección pasada. Vimos como a causa de la persecución que sufrió la iglesia, los creyentes fueron esparcidos fuera de Jerusalén. Entró en escena Felipe. ¡Felipe estaba en Samaria liderando un avivamiento! Ahora, vemos que Dios lo saca de Samaria y lo lleva camino al desierto.
¡Debe haber parecido extraño que Dios lo enviara lejos de Samaria a un camino desierto que no llevaba a ninguna parte! Lejos de Jerusalén, donde Dios estaba en movimiento, hacia Gaza. No sabemos si fue a Gaza la ciudad antigua, destruida por Alejandro Janneo en el 96 a. C., o la ciudad más nueva que la reemplazó en el 56 a. C. (Comentario del Nuevo Testamento del Pilar). Lo que sí sabemos es que fue mandado por Dios allí.
Un dato curioso aquí es que el ángel le dice “ve al sur”. Según el Comentario Bíblico IVP: Nuevo Testamento, Segunda Edición “El término traducido “sur” también puede significar “mediodía”; viajar al mediodía era muy raro… por lo que este detalle, si fuera intencionado, haría que la orden pareciera aún más absurda.” Esto es por una razón obvia; el calor intenso a esa hora. Sin embargo, Felipe no le cuestiono nada a Dios por absurdo que pareciera. Él obedeció porque ya había aprendido que Dios siempre tiene un propósito cuando hace algo.
Así que aquí tenemos a Felipe camino del desierto que no lleva a ninguna parte. ¿Es allí donde te encuentras metafóricamente? Si es así, reconsidera las cosas. Pareciera que su camino del desierto no llevaba a ninguna parte. Sin embargo Dios tenía un plan. Dios envió a Felipe allí para compartir un mensaje especial que cambiaría la eternidad de un hombre. Ahora sólo tenía que esperar a quién viajaba por ese camino.
Al viajar por este camino, Felipe se encontró con un hombre aparentemente indigno de la atención de Dios.
Hechos 8:27-28 (NTV) Entonces él emprendió su viaje y se encontró con el tesorero de Etiopía, un eunuco de mucha autoridad bajo el mando de Candace, la reina de Etiopía. El eunuco había ido a Jerusalén a adorar y ahora venía de regreso. Sentado en su carruaje, leía en voz alta el libro del profeta Isaías.
Nota que la Etiopía mencionada aquí es lo que se conoce como Cus en la Biblia, no la Etiopía moderna. Hoy, es parte de Sudán. El punto es que no hay casualidades para Dios. Felipe fue enviado al desierto y allí se encontró con un hombre eunuco de Etiopía. Y es que por raro que pareciera, ya estaba profetizada la salvación para los que le amaban por muy lejos que estuvieran de Él.
Isaías 11: 11 (NTV) En ese día, el Señor extenderá su mano por segunda vez para traer de regreso al remanente de su pueblo: los que queden en Asiria y el norte de Egipto; en el sur de Egipto, Etiopía …
Sofonías 3:10 (NTV) Mi pueblo disperso que vive más allá de los ríos de Etiopía vendrá a presentar sus ofrendas.
Con esto en mente, desglosamos el pasaje de Hechos. Lo primero que deducimos es que este eunuco era devoto. Era devoto a la reina de Etiopía y al Dios de Israel. Se infiere que era devoto a la reina no solo porque dice que era su tesorero. También porque por voluntad o no era eunuco o sea estaba castrado. Por este hecho, “los varones castrados ocupaban puestos de honor y confianza en las cortes orientales” (cf. Heródoto, Guerras Persas 8.105; Filostrato, Apolonio 1:33.6).
Deducimos que era devoto al Dios de Israel porque viajó un largo camino para adorar en el templo. Aunque nunca pudo llegar a ser un israelita completo por el hecho de estar castrado (Deuteronomio 23:1 (NTV)). Probablemente no podría pasar más allá del Atrio de los Gentiles, y ni siquiera podría ofrecer los sacrificios requeridos por la Ley. Así que de cierta manera, ni le contaba su sacrificio para la expiación de sus pecados. Sin embargo, a él esto no lo detenía de hacer ese largo viaje para adorar a Dios en el templo o sea en el lugar que representaba la presencia de Dios.
Otra cosa de notar es que este eunuco iba leyendo las lectura de Isaías. Esto denota que este hombre estaba hambriento de la Escritura. Quería entender lo que Dios decía en ellas. Era una persona dedicada a la búsqueda de Dios ya que iba más allá de lo ritual. No se conformaba con solo ir al tiempo una vez al año ni llevar un sacrificio. Él estaba activamente buscando a Dios. Puesto que Dios ha prometido que Él se acercara al que lo busque de corazón, mandó a Felipe a encontrarse con él.
Hechos 8:29 (NTV) El Espíritu Santo le dijo a Felipe: «Acércate y camina junto al carruaje».
¡Qué panorama! Este es el versículo que usamos para describir la mentoría. Es que el discipulado debe ir más allá de exponer el mensaje de salvación. Se debe invertir tiempo para ayudar a un nuevo creyente en sus primeros pasos como cristiano. Requiere caminar junto a alguien para ayudarlo a buscar de Dios. A esto le llamamos mentoría.
Sigamos leyendo para ver que paso con este encuentro:
Hechos 8:30-31 (NTV) Felipe se acercó corriendo y oyó que el hombre leía al profeta Isaías. Felipe le preguntó: —¿Entiendes lo que estás leyendo? El hombre contestó: —¿Y cómo puedo entenderlo, a menos que alguien me explique? Y le rogó a Felipe que subiera al carruaje y se sentara junto a él.
Aquí vemos más señales de la búsqueda desesperada del eunuco. Él necesitaba más que querer comprender lo que leía para acercarse más a Dios. Felipe ve lo que está leyendo este hombre y le hace una pregunta. ¡Felipe suena un poco desagradable con su pregunta! Posible que estuviera un poco irritable por la carrera que tuvo que dar para alcanzar el carruaje. No obstante, esto no desanimó al eunuco sino que lo invitó a sentarse en su carruaje. ¡Algo transformador e impactante está por sucederle al etiope!
Después de caminar junto al eunuco, en más de un sentido, Felipe aprovechó la oportunidad para compartir el mensaje de Jesús con él.
Felipe no dudó en compartir las buenas noticias, sin importar cuán “indigno” pareciera este hombre.
Hechos 8:32-33 (NTV) El pasaje de la Escritura que leía era el siguiente: «Como oveja fue llevado al matadero. Y, como cordero en silencio ante sus trasquiladores, no abrió su boca. Fue humillado y no le hicieron justicia. ¿Quién puede hablar de sus descendientes? Pues su vida fue quitada de la tierra».
Este pasaje es de Isaías 53:7b-8b. A este punto en la lectura, de seguro que ya había leído esta parte:
Isaías 53:3 (NTV) Fue despreciado y rechazado: hombre de dolores, conocedor del dolor más profundo…
¡El eunuco podría identificarse con estas palabras! Dado a su condición de hombre castrado era rechazado hasta para adorar a Dios. Él tenía que conformarse de adorar desde lejos debido a las leyes de pureza y perfección física requeridas. Además, como extranjero o gentil, solo podía acercarse al atrio de los gentiles pero no a los lugares más sagrados del templo.
Aparte, de Isaías 53:3, ya tenía que haber leído el v.6.
Isaías 53:6 (NTV) Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros. Sin embargo, el Señor puso sobre él los pecados de todos nosotros.
Estas palabras resonaban con el eunuco. Él reconoció que era pecador. Se sentía alejado de Dios. Es posible que creyera que estaba demasiado perdido para Dios. No obstante, encontraba consuelo por la idea de que Dios ponía sus pecado sobre alguien. Sentía esperanza aunque él no sabía ni entendía quién era ese alguien.
Hechos 8:34-35 (NTV) El eunuco le preguntó a Felipe: «Dime, ¿hablaba el profeta acerca de sí mismo o de alguien más?». Entonces, comenzando con esa misma porción de la Escritura, Felipe le habló de la Buena Noticia acerca de Jesús.
Felipe conocía el secreto que estaba oculto para el eunuco: todas las Escrituras apuntan a Jesús. Nota que este pasaje dice que Felipe,”comenzando con esa misma porción de Escritura” (Isaías 53) le presentó el evangelio. Esto implica que Felipe siguió leyendo y tuvo que haber leído lo siguiente:
Isaías 56:3-5 (NTV) »No permitan que los extranjeros que se comprometen con el Señor digan: “El Señor nunca dejará que yo sea parte de su pueblo”. Y no permitan que los eunucos digan: “Soy un árbol seco, sin hijos y sin futuro”. Pues esto dice el Señor: Bendeciré a los eunucos que guardan como santos mis días de descanso, que deciden hacer lo que a mí me agrada y me entregan su vida. Les daré—dentro de las paredes de mi casa— un recordatorio y un nombre, mucho más grande del que hijos o hijas pudieran darles. Pues el nombre que les doy es eterno; ¡nunca desaparecerá!
¡Palabras transformadoras! Dios le estaba hablando personal y directamente al eunuco. Le está diciendo que por comprometerse a buscar de Él, Él le da un lugar especial en Su casa. Sobre todo, le está dando una esperanza eterna. Esa eternidad viene con aceptar a Jesús. Lo cual él hace después que Felipe le da el mensaje de salvación. No solo pone su confianza en Jesús como su Salvador, ¡sino que se bautiza sin hesitar! Esto demuestra que su vida dio un giro completo y se comprometió a seguir a Jesús.
Entonces, ¿Hay alguien demasiado perdido para Dios? Rotundamente, ¡No! El eunuco aprendió que su impureza, su indignidad, su falta de judaísmo y todo el sin fin de cosas que lo alejaban de Dios no tenían peso ante un Jesús Salvador. Ya nada podía separarlo de Dios. Jesús le abrió la puerta con su muerte y resurrección.
Lo mismo ocurre contigo. No dejes que tus pecados pasados ni presentes, ni sentimientos de indignidad o las dudas espirituales que puedas tener se interpongan en el camino de tener una relación con Dios. Cada vez que sientas que estás demasiado lejos de recibir el perdón de Dios, recuerda lo que dijo Pablo al respecto:
Romanos 8:38-39 (NTV) Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios. Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor.
No hay nada ni nadie que te pueda separar del amor de Dios gracias a que Jesús murió por ti en la cruz del calvario. Él pagó por tus pecados en la cruz con Su vida. Si ya has puesto tu confianza en Jesús pero sientes que te has alejado de Él, no te quedes así. Pídele perdón y decide caminar como Él te guía en Su Palabra.
Si nunca has puesto tu confianza en Jesús y piensas que estás demasiado perdido para Dios, no te condenes más. Lo único que debes hacer es reconocer que eres pecador y que tu pecado es lo que te separa de Dios. Pon tu fe en Jesús aceptándolo como tu Salvador. Pídele que entre en tu corazón y que tome las riendas de tu vida. Él te perdonará y entrará a vivir dentro de ti. Te guiará a la vida que quiere que tengas a través de la Biblia. También,ha puesto personas en la iglesia para que te ayuden en tu nuevo caminar con Jesús. No te quedes sin recibir su perdón. Hazlo hoy. ¿Quieres poner tu fe en Jesús? Mira Lo que significa estar bien con Dios y/o has la siguiente oración:
Señor Jesús: reconozco que soy pecador, que he pecado contra ti y he hecho lo malo ante ti.
Pero me arrepiento de mis pecados y te acepto como mi Señor y Salvador.
Pongo mi fe y mi confianza en ti. Acepto el sacrificio que hiciste en la cruz para salvarme a mí.
Ayuda a vivir una vida que te agrade de ahora en adelante.
Gracias por tu amor y por tu perdón. Amen.
Una vez que hagas esta oración, lee la Biblia porque ella es tu mapa de como vivir para Dios. También, busca una iglesia donde se enseñe la Biblia para que puedas crecer en tu fe.
Ver también:
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- Antes de leer la lección, ¿cómo habrías respondido a la pregunta de hoy? ¿Cuáles son algunos ejemplos de cosas que podrían hacernos pensar que estamos “demasiado lejos o perdidos para Dios”?
- Describe un momento en el que te hayas sentido indigno o hayas tenido dudas espirituales. ¿Esto te acercó más al Señor o te alejó más de él?
- Lee Hechos 8:27-28. ¿Qué cosas podemos aprender sobre el eunuco basándonos en este pasaje? ¿Qué lo hizo “indigno”?
- A pesar de las cosas que había hecho, ¿qué hizo que el eunuco fuera digno de recibir las buenas noticias de Jesús? ¿Cómo se aplica esto a todos nosotros?
- Lee Hechos 8:29-30. Identifica un “Felipe” en tu propia vida. ¿Cómo ha caminado esta persona junto a ti y de qué manera Dios la ha usado para animarte?
- Lee Romanos 8:38-39. ¿Estás convencido también? ¿O estás demasiado lejos o perdido para Dios? Explica tu respuesta.
La conversión espiritual (Hechos 9:1-19)
Haz clic aquí para ver el bosquejo del sermón.
Puntos de conversación:
- La conversión es uno de los elementos cruciales de la salvación, junto con el asentimiento intelectual, la convicción, la iluminación, etc. Marca el comienzo de la vida cristiana y es la respuesta de un individuo a la invitación del evangelio. 2 Corintios 5:17
- Saulo se encontró con Jesús en el camino a Damasco, en el camino a la persecución de Sus seguidores. Busca los elementos de la salvación en su historia mientras lees Hechos 9.
- La experiencia de Saulo culminó en la conversión espiritual, que se reduce a dos respuestas terrenales: el arrepentimiento y la fe. Incluso hoy en día, así es como funciona la conversión espiritual. Romanos 10:9
¡Ya estamos en la parte 18 de nuestra serie de Hechos! La lección de hoy es la segunda parte de nuestra miniserie sobre “la salvación”. La semana pasada respondimos a la pregunta: ¿Hay alguien demasiado perdido para Dios? (Hechos 8:26-40). La respuesta fue: ¡No! Dios puede alcanzarte aún en el camino del desierto hacia ninguna parte
Hoy veremos la dramática historia de conversión de Saulo que después de convertirse en un seguidor de Cristo pasó a llamarse Pablo. Veamos lo que podemos generalizar de su experiencia. Su caso es muy interesante por dos razones. La primera, porque lo tenemos registrado. La segunda, porque ¡sus escritos posteriores nos dan la respuesta a la pregunta clave del día de hoy! ¿Cómo funciona verdaderamente la conversión espiritual?
Quiero empezar preguntándote cómo te funcionó a ti. ¿Cómo llegaste a la fe en Jesús? Para algunos de ustedes, tal vez, la pregunta apropiada sea: ¿han llegado a la fe en Jesús? Si no estás seguro, te invitaremos a hacerlo al final de este mensaje.
Primero, ¿qué entendemos por conversión? (Para una explicación más amplia ver: Teología sistemática #8: Elementos de salvación). En términos generales, la salvación es la aplicación de la obra de Cristo a la vida de personas individuales. En esencia, la palabra significa “rescate” o “liberación”. Rescate del pecado, de la alienación de los demás, de la culpa y la vergüenza y mucho más tal como lo planeó Dios.
Gálatas 1:4 (NTV) Tal como Dios nuestro Padre lo planeó, Jesús entregó su vida por nuestros pecados para rescatarnos de este mundo de maldad en el que vivimos.
Entonces, la conversión marca el comienzo de la vida cristiana y es la respuesta de un individuo a la invitación del evangelio.
La “conversión” es uno de los elementos de la salvación. Otros elementos son: el asentimiento intelectual, la convicción, la iluminación, la confesión, la regeneración y la justificación. Pero hoy veremos los primeros 4. La conversión puede considerarse como un evento único con dos aspectos inseparables que son el arrepentimiento y la fe (Marcos 1:15; Hechos 20:21). Es convertirse en una persona nueva como lo dice Pablo años después de su conversión:
2 Corintios 5:17 (NTV) Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!
La conversión verdadera es instantánea, pero vista desde una perspectiva humana, puede que no sea posible determinar con precisión cuándo ocurrió. En algún momento, una persona responde al evangelio con arrepentimiento y fe y Dios le da vida. Pero la realidad de esa conversión puede no ser evidente hasta mucho más tarde, cuando comience a dar frutos. La conversión no ocurre de la misma manera para todos. Hoy veremos cómo le sucedió a Saulo así que vayamos al texto.
Hechos 9:1-2 (NTV) Mientras tanto, Saulo pronunciaba amenazas en cada palabra y estaba ansioso por matar a los seguidores del Señor. Así que acudió al sumo sacerdote. Le pidió cartas dirigidas a las sinagogas de Damasco para solicitarles su cooperación en el arresto de los seguidores del Camino que se encontraran ahí. Su intención era llevarlos—a hombres y mujeres por igual—de regreso a Jerusalén encadenados.
Más adelante, dando testimonio dijo:
Hechos 22:4 (NTV) Perseguí a los seguidores del Camino, acosando a algunos hasta la muerte, y arresté tanto a hombres como a mujeres para arrojarlos en la cárcel.
Hechos 26:10 (NTV) Por cierto, eso fue justo lo que hice en Jerusalén. Con la autorización de los sacerdotes principales, hice que muchos creyentes de allí fueran enviados a la cárcel. Di mi voto en contra de ellos cuando los condenaban a muerte.
Nota que dice que perseguía a los “Seguidores del Camino”. Hasta aquí todavía no se les llamaba cristianos. ¡Solo eran judíos en las sinagogas que creían que Jesús era el camino! Y es que seguir a Jesús era (y es) el camino y no sólo un conjunto de creencias. Él es ”el camino de la salvación” (He.16:17), “el camino del Señor’” (He. 18:25), “el camino de Dios” (He. 18:26). En Juan 14:6 (NTV) vemos que Jesús dijo de sí mismo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.”
Además, la Biblia nos habla de que sólo hay dos caminos. Uno, el Camino que lleva a la vida: el camino de Jesús. El otro es el Camino que lleva a la muerte: que tiene millones de nombres más.
Mateo 7:13-14 (NVI) »Solo puedes entrar en el reino de Dios a través de la puerta angosta. La carretera al infierno es amplia y la puerta es ancha para los muchos que escogen ese camino. Sin embargo, la puerta de acceso a la vida es muy angosta y el camino es difícil, y son solo unos pocos los que alguna vez lo encuentran.
La conversión ocurre cuando dejas el camino de la muerte para seguir el camino de Jesús.
Saulo se encontró con Jesús en el camino a Damasco, en el camino a la persecución de Sus seguidores.
Hechos 9:3-4 (NTV) Al acercarse a Damasco para cumplir esa misión, una luz del cielo de repente brilló alrededor de él. Saulo cayó al suelo y oyó una voz que le decía: —¡Saulo, Saulo! ¿Por qué me persigues?
Aquí estamos llegando al momento definitivo de fe de Saulo. Él va en busca de los seguidores de Jesús para matarlos. De repente, ¡Jesús mismo se le presenta para salvarlo! Definamos los elementos de la salvación en la historia de Pablo.
Convicción
Saulo no sólo vio una luz que brilló a su alrededor; más tarde Pablo dice vio a Jesús (Hechos 22, 26). Por eso es que más adelante, como Pablo, escribió lo siguiente:
2 Corintios 4:6 (NTV) Pues Dios, quien dijo: «Que haya luz en la oscuridad», hizo que esta luz brille en nuestro corazón para que podamos conocer la gloria de Dios que se ve en el rostro de Jesucristo.
Es Dios quien hace brillar esta luz para que podamos reconocer Su gloria en Jesucristo para que nosotros podamos venir a Él. Nadie puede convertirse sin ver a Jesús tal como es, claro que no es de una manera física, sino espiritual. Esto es cuando el mensaje del evangelio tiene sentido para nosotros. Jesús se convierte tan real para nosotros que no podemos hacer más que convertirnos a Él.
Cuando Saulo vio esto, cayó al suelo. Esto es similar a otras historias de personas que ven a Dios (Ez. 1:28; Dn. 8:17; Apoc. 1:17). Lo más interesante aquí es la pregunta que le hace Jesús: ¿por qué me persigues? De acuerdo con el Comentario del Pilar del Nuevo Testamento “esta pregunta desafiaría todo su sistema de creencias y su patrón de vida.” En otras palabras, esta fue la bifurcación en el camino, o sea el punto decisivo al verse frente a dos opciones.
Tarde o temprano, todos llegamos allí cuando conocemos a Jesús. ¿Seguirás en tu viejo camino que lleva a la muerte? O ¿te arrepentirás y seguirás el camino de Jesús? Para Pablo, este fue el comienzo de su CONVICCIÓN. Allí él fue convencido de su pecado y de que tenía que dejar su vieja manera de vivir.
Pero ¿qué pasa después de la convicción? LLega el
Asentimiento espiritual
Hechos 9:5-6 (NTV) —¿Quién eres, señor?—preguntó Saulo. —Yo soy Jesús, ¡a quien tú persigues! —contestó la voz—. Ahora levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer.
Para Pablo, este fue el comienzo del ASENTIMIENTO INTELECTUAL
El asentimiento espiritual es aprender los conceptos básicos del evangelio y de quién es Jesús. Es asentir o sea estar de acuerdo y aceptar esta nueva información que recibimos.
Nota que en este punto, Saulo todavía es un buscador y no un convertido. Esto todavía sucede en la actualidad. Jesús comienza a revelarse a las vidas de las personas, a veces de manera impactante. Nuestra forma de vivir y pensar queda expuesta. Sólo tenemos que dar el siguiente paso.
Jesús no le da a Saulo todas las respuestas, solo le da el siguiente paso que debe seguir. Si tú todavía eres un buscador, ¿cuál es tu próximo paso a seguir? Pues lee tu Biblia. Luego encuentra una iglesia sólida donde se enseñe al Jesús de la Biblia. También reúnete con un mentor que te pueda ayudar en tu búsqueda de Dios.
Volvamos a la impactante forma en que Jesús se hace real en la vida de Saulo:
Hechos 9:7-9 (NTV) Los hombres que estaban con Saulo se quedaron mudos, porque oían el sonido de una voz, ¡pero no veían a nadie! Saulo se levantó del suelo, pero cuando abrió los ojos, estaba ciego. Entonces sus acompañantes lo llevaron de la mano hasta Damasco. Permaneció allí, ciego, durante tres días sin comer ni beber.
Este es al punto al que todos deben acudir antes de la conversión: humillados e impotentes como un niño. Mi palabra favorita para describirlo: sumisión. A nadie le gusta esa palabra. Pero es que no puedes venir a Jesús a menos que estés dispuesto a someterte a Él. Sólo puede haber un rey en el trono de tu vida y no puedes ser tú.
Anteriormente, Saulo era muy arrogante y estaba en control de su vida. Ahora está invalido e impotente y es llevado de la mano a Damasco. Esta es la actitud con la cual todos deberíamos presentarnos ante Dios. Reconociendo que nosotros no podemos por nuestras fuerzas. Que somos indefensos como un niño y que lo necesitamos. Solo con esa actitud podremos recibir entrar al cielo como lo dijo Jesús en Mateo:
Mateo 18:3 (NTV) Entonces dijo: —Les digo la verdad, a menos que se aparten de sus pecados y se vuelvan como niños, nunca entrarán en el reino del cielo.
Volvamos al texto:
Hechos 9:10-12 (NTV) Ahora bien, había un creyente en Damasco llamado Ananías. El Señor le habló en una visión, lo llamó: —¡Ananías! —¡Sí, Señor!—respondió. El Señor le dijo: —Ve a la calle llamada Derecha, a la casa de Judas. Cuando llegues, pregunta por un hombre de Tarso que se llama Saulo. En este momento, él está orando. Le he mostrado en visión a un hombre llamado Ananías que entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista.
¡Otra humillación más para el gran fariseo de fariseos, Saulo de Tarso! ¡Iba a Damasco para encarcelar a tipos como Ananías! Ahora recibirá sanación de este tipo. ¡Qué ironía más grande! Veamos la respuesta de Ananias.
Hechos 9:13-16 (NTV) —¡Pero Señor!—exclamó Ananías—. ¡He oído a mucha gente hablar de las cosas terribles que ese hombre les ha hecho a los creyentes de Jerusalén! Además, tiene la autorización de los sacerdotes principales para arrestar a todos los que invocan tu nombre. El Señor le dijo: —Ve, porque él es mi instrumento elegido para llevar mi mensaje a los gentiles y a reyes, como también al pueblo de Israel; y le voy a mostrar cuánto debe sufrir por mi nombre.
¡Qué vueltas da la vida! El malvado Saulo que perseguía a los creyentes y les hacía la vida insoportable, ahora vendría a ser el receptor de ese mismo trato. Él aprendería que es sufrir y dar la vida por el nombre que tanto aborrecía. Y es que este cambio tan radical pasa en la vida de alguien cuando la luz de Dios ilumina su corazón y mente. Esto nos lleva al tercer elemento de la conversión.
Iluminación
Hechos 9:17-19 (NTV) Así que Ananías fue y encontró a Saulo, puso sus manos sobre él y dijo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, quien se te apareció en el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo». Al instante, algo como escamas cayó de los ojos de Saulo y recobró la vista. Luego se levantó y fue bautizado. Después comió algo y recuperó las fuerzas.
La ILUMINACIÓN es otro elemento esencial en el camino de la conversión. En el sentido bíblico, “iluminación” se refiere a la obra del Espíritu Santo para ayudar a las personas a comprender y aplicar las verdades de las Escrituras. Es el proceso mediante el cual Dios revela verdades y conocimientos espirituales a los creyentes, permitiéndoles comprender el significado de las Escrituras. Sobre todo, a cómo estas verdades espirituales se aplican a sus vidas. Esto no es un término místico ni hay que tener ninguna pose para recibir iluminación.
El Espíritu Santo siempre está iluminando nuestra comprensión como cristianos, pero la primera vez que sucede es innovadora: como escamas que caen de nuestros ojos. Nos prepara para la conversión. En palabras de Pablo:
2 Corintios 3:14 (NTV) Pero la mente de ellos se endureció y, hasta el día de hoy, cada vez que se lee el antiguo pacto, el mismo velo les cubre la mente para que no puedan entender la verdad. Este velo puede quitarse solamente al creer en Cristo.
2 Corintios 3:16-17 (NTV) En cambio, cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. 17 Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
En otras palabras, viene la luz de Dios a nuestras vidas por medio del Espíritu Santo para quitar la oscuridad de nuestras mentes. Una vez que este velo es quitado es que podemos entender el sacrificio de Jesús en la cruz.
Nota un elemento más importante para la conversión y este es un creyente que comparte las buenas nuevas. Se necesita de una persona que vaya, como en el caso de Ananías, al perdido (Saulo) para que le abra los ojos a la verdad de Jesús. ¿Por qué Jesús no hizo todo esto antes en el camino sino que mandó a Ananías? Porque quiere usar a su pueblo para compartir su evangelio. Es más, de eso se trata el Libro de los Hechos: de ir y compartir el evangelio de salvación con todos para que confiesen a Jesús como Salvador. Eso nos lleva al último elemento de la conversión que veremos hoy:
Confesión
Más adelante en Hechos, Pablo explica su conversión con un detalle más importante: relata que Ananías le dijo esto:
Hechos 22:16 (NTV) ¿Qué esperas? Levántate y bautízate. Queda limpio de tus pecados al invocar el nombre del Señor”.
Esto se llama CONFESIÓN. Más tarde Pablo se lo explicó a los romanos:
Romanos 10:9 (NTV) Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo.
Saulo tenía que reconocer a Jesús como su Salvador ante los demás. A eso se refiere con “declarar abiertamente que Jesús es el Señor…” y todo lo demás. No es suficiente con solo creer dentro del corazón. Hay que confesarlo y decir abiertamente que creemos en Jesús y en su sacrificio en la cruz y que ahora le pertenecemos a Cristo. Eso fue lo que hizo Saulo. Él confesó a Jesús y como muestra de que su vida vieja cambió, su nombre también pasó a ser Pablo.
Obviamente, la experiencia de Saulo culminó en la conversión espiritual, que se reduce a dos respuestas terrenales: el arrepentimiento y la fe.
Entonces, según la experiencia de Saulo y las enseñanzas posteriores, ¿Cómo funciona verdaderamente la conversión espiritual? Pues primero somos convencidos de pecado (convicción). Esto se refiere a reconocer que tu viejo camino lleva a la muerte. Luego viene el asentimiento intelectual, reconociendo que Jesús es quien dice ser. Después, recibimos la iluminación, dejando que el Espíritu Santo elimine las escamas de tus ojos para poder ver el camino de la salvación.
Todo esto culmina en la conversión, que se reduce a dos respuestas terrenales. La primera respuesta es el arrepentimiento que es cambiar tu actitud hacia Dios. La segunda respuesta es la fe, que es confiar en Jesús para la salvación.
Los beneficios espirituales de la salvación incluyen cosas como perdón de los pecados, regeneración (“nacer de nuevo”), justificación (ser justificado en el tribunal del cielo), adopción (llegar a ser hijos de Dios) y recepción del Espíritu Santo, como hemos visto a lo largo de Hechos. Esto es una una iluminación continua para poder entender la Biblia y ¡Su poder para dar testimonio de Jesucristo!
Así es como funciona la conversión espiritual incluso hoy en día. Entonces, ¿te has convertido en uno de los seguidores de los del Camino? Si no, ¿qué esperas para seguir a Jesús? Él es el único Camino al Padre, al cielo y a la salvación.
Ver también:
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- Después de leer la lección, ¿cómo explicarías la conversión con tus propias palabras?
- ¿Alguna vez has escuchado la historia de la conversión de alguien y has pensado que era más dramática que la tuya? ¿Cuál es la verdad sobre todas las historias de conversión?
- ¿Cuáles son algunas cosas de este mundo que te llevan personalmente por el camino de la muerte? ¿Qué puedes hacer para cambiar de rumbo?
- Lee Hechos 9:3-4. Describe una ocasión en la que te sentiste convencido, mejor dicho, con convicción de algo. ¿Respondiste como Pablo? Si no, ¿cómo respondiste?
- ¿Por qué la palabra “sumisión” es generalmente detestada? ¿Qué significa “someterse a Jesús”?
- Piensa en alguien en tu propia vida que tal vez no conozca el evangelio. ¿De qué manera puedes ayudar a guiarlo hacia su conversión?
La seguridad de la salvación (Hechos 9:20-31)
Haz clic aquí para ver el bosquejo del sermón.
Puntos de conversación:
- Aunque Saulo había sido cristiano durante 3 años, los creyentes de Jerusalén dudaban de ello. Al principio, pensaron que era un converso falso. Hechos 9:26El mismo Pablo (Saulo) más tarde plantea la pregunta clave a algunos “creyentes” en Corinto. Retó a los creyentes a examinarse a sí mismos. 2 Corintios 13:5
Haz estas tres preguntas para poner a prueba tu fe: ¿Has confiado en Jesús? ¿Estás honrando a Dios? ¿Estás compartiendo tu fe con los demás?
Esta es la parte 3 de nuestra miniserie sobre “Cómo funciona la salvación” de nuestro estudio del libro de Los Hechos. Hace dos semanas vimos el tema que respondía a la pregunta clave de ¿Hay alguien demasiado perdido para Dios? (Hechos 8:26-40). Aprendimos que la respuesta es: ¡No! Dios puede alcanzarte aún en el camino del desierto hacia ninguna parte
La semana pasada, nuestro tena contestó a la pregunta: ¿Cómo funciona verdaderamente la conversión espiritual? Vimos la dramática historia de la conversión de Saulo (Pablo) y lo que aprendimos de su experiencia.
Hoy responderemos a la pregunta clave: ¿Cómo puedes saber si realmente eres salvo? Para responder esta pregunta seguiremos viendo la conversión de Saulo (Pablo) y su proceso para ser reconocido como un creyente por los demás creyentes. Hablaremos de cómo debemos estar seguros de nuestra salvación.
Aunque Saulo había sido cristiano durante 3 años, los creyentes de Jerusalén dudaban de ello. Al principio, pensaron que era un converso falso.
Pablo se puso a predicar el evangelio inmediatamente después de convertirse en un seguidor de Jesucristo. Sin embargo, ¡los discípulos en Jerusalén no creían que él realmente fuera salvo! ¡Aun después de 3 años de haberse convertido! Hasta a los propios cristianos de años que han experimentado el poder de Dios en sus vidas a veces les cuesta creer que Dios pueda cambiar a otras personas.
Mas eso no debería ser así. Todos deberíamos estar seguros de que Dios tiene todo el poder de cambiar a los pecadores que vienen arrepentidos a Él. El término elegante para esto es “la seguridad de la salvación” o “la garantía de la salvación”. La seguridad de la salvación es estar completamente seguro de que Dios ha perdonado nuestros pecados. Desde el momento en que creemos sinceramente en el evangelio de Cristo, Dios nos promete que estaremos con Él para siempre. Esta creencia se basa en lo que Jesús hizo por nosotros y en la promesa de que nada puede separarnos del amor de Dios.
¿Puedes tu creerlo? Algunas personas “saben” que son salvas y no hay problema con esto. Muchas otras personas dudan de su salvación y viven con temor al juicio. Aquí está la cosa: puedes pensar que eres salvo y NO ser salvo. Las falsas conversiones existen. Jesús dijo:
Mateo 7:21-23 (NTV) »No todo el que me llama: “¡Señor, Señor!” entrará en el reino del cielo. Solo entrarán aquellos que verdaderamente hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. El día del juicio, muchos me dirán: “¡Señor, Señor! Profetizamos en tu nombre, expulsamos demonios en tu nombre e hicimos muchos milagros en tu nombre”. Pero yo les responderé: “Nunca los conocí. Aléjense de mí, ustedes, que violan las leyes de Dios”.
¡Ay! ¡Uno de los versículos más aterradores de la Biblia! Este pasaje revela la aleccionadora verdad de que hay personas que pueden afirmar conocer a Cristo e incluso realizar obras religiosas en Su nombre, pero no son verdaderamente salvas. La cuestión no se trata simplemente de acciones externas sino de la condición del corazón. Las conversiones falsas ocurren cuando una persona tiene una apariencia exterior de fe pero carece de verdadera regeneración y de un corazón transformado. Pero comencemos con nuestro pasaje de hoy.
Hechos 9:19-20 (NTV) Después comió algo y recuperó las fuerzas. Saulo se quedó unos días con los creyentes en Damasco. Y enseguida comenzó a predicar acerca de Jesús en las sinagogas, diciendo: «¡Él es verdaderamente el Hijo de Dios!».
¡Guau! ¡Qué transformación en la vida de Saulo! En un momento está persiguiendo a estos mensajeros del cristianismo. ¡Al momento siguiente él es un mensajero! ¿Has conocido a alguien así? Alguien, que al igual que Saulo, tuvieron una transformación total al tener un encuentro verdadero con Jesús.
Hechos 9:21 (NTV) Todos los que lo oían quedaban asombrados. «¿No es este el mismo hombre que causó tantos estragos entre los seguidores de Jesús en Jerusalén?—se preguntaban—. ¿Y no llegó aquí para arrestarlos y llevarlos encadenados ante los sacerdotes principales?».
Hechos 9:22 (NTV) La predicación de Saulo se hacía cada vez más poderosa, y los judíos de Damasco no podían refutar las pruebas de que Jesús de verdad era el Mesías.
El Comentario del Pilar del Nuevo Testamento hace ver que “Cuando Lucas dice que Saulo se hacía cada vez más poderoso, el término que usa (enedynamouto) sugiere el poder del Espíritu.” En otras palabras, no se trataba de Saulo ni de su conocimiento académico o teológico sino del poder del Espíritu Santo que trabajaba a través de él.
El versículo 22 termina diciendo que los discípulos “no podían refutar las pruebas” de Pablo. Estas eran pruebas del Antiguo Testamento en el tema que Saulo era experto. Y como ya se le habían caído las escamas de sus ojos pudo conectar el Antiguo Testamento con Jesus. Probando así que Jesús era el Mesías.
Hechos 9:23 (NTV) Poco tiempo después, unos judíos conspiraron para matarlo. Día y noche vigilaban la puerta de la ciudad para poder asesinarlo, pero a Saulo se le informó acerca del complot. De modo que, durante la noche, algunos de los creyentes lo bajaron en un canasto grande por una abertura que había en la muralla de la ciudad.
Este versículo empieza diciendo “poco tiempo después”. Este poco tiempo después se refiere a 3 años que transcurrieron entre la conversión de Saulo y su primer viaje a Jerusalén como creyente.
Gálatas 1:15-18 (NTV) Pero aun antes de que yo naciera, Dios me eligió y me llamó por su gracia maravillosa. Luego le agradó revelarme a su Hijo para que yo proclamara a los gentiles la Buena Noticia acerca de Jesús. Cuando esto sucedió, no me apresuré a consultar con ningún ser humano.Tampoco subí a Jerusalén para pedir consejo de los que eran apóstoles antes que yo. En cambio, me fui a la región de Arabia y después regresé a la ciudad de Damasco. Luego, tres años más tarde, fui a Jerusalén para conocer a Pedro y me quedé quince días con él.
Hechos 9:26 (NTV) Cuando Saulo llegó a Jerusalén, trató de reunirse con los creyentes, pero todos le tenían miedo. ¡No creían que de verdad se había convertido en un creyente!
Ahora ya sabes por qué esta fue nuestra pregunta del día. Saulo había sido cristiano durante 3 años, pero los creyentes de Jerusalén lo dudaban. ¡Ellos (¿todos?) pensaron que era un converso falso! (todavía le tenían miedo). ¿TÚ le habrías tenido miedo también después de su historial como asesino y perseguido de la iglesia?
¿Alguna vez has luchado por creer verdaderamente en el poder de Jesús que cambia vidas? En la vida de otra persona. En tu propia vida. Entonces, volvamos a nuestra pregunta: ¿Cómo puedes saber si realmente eres salvo?
El mismo Pablo (Saulo) más tarde plantea la pregunta clave a algunos “creyentes” en Corinto. Retó a los creyentes a examinarse a sí mismos.
El propio Pablo luego plantea esta pregunta a algunos “creyentes” en Corinto:
2 Corintios 13:5 (NTV) Examínense para saber si su fe es genuina. Pruébense a sí mismos. Sin duda saben que Jesucristo está entre ustedes; de no ser así, ustedes han reprobado el examen de la fe genuina.
Este es Saulo, ahora llamado Pablo, escribiendo a la iglesia cristiana en Corinto. Hay un desorden. Están sucediendo cosas allí que no son cristianas en absoluto. Hay dos preguntas que deben responderse para ver si su fe pasa la prueba.
Primero, ¿creerán el mensaje de Pablo? No les gustó lo que estaba diciendo. Incluso estaban desafiando su autoridad como apóstol. Esa fue la prueba de fuego para ellos. También fue la prueba de Saulo la semana pasada: cuando Jesús llamó a Saulo y desafió su entendimiento, sorprendentemente, Saulo se sometió a él, pasando esta prueba. Ahora fue el turno de los corintios. ¿Se someterían a la verdad?
En segundo lugar, ¿se arrepentirán y se apartarán de su propio camino? Recuerda la semana pasada: el cristianismo es el camino, no sólo un conjunto de creencias. La verdadera conversión ocurre cuando dejas el camino de la muerte para seguir el camino de Jesús. Estos supuestos creyentes no estaban siguiendo el camino de Jesús. Pablo los estaba instando a hacerlo, y su respuesta le diría si la fe de ellos era genuina.
1 Juan 3:9-10 (NVI) Los que han nacido en la familia de Dios no se caracterizan por practicar el pecado, porque la vida de Dios está en ellos. Así que no pueden seguir pecando, porque son hijos de Dios. Por lo tanto, podemos identificar quiénes son hijos de Dios y quiénes son hijos del diablo. Todo el que no se conduce con rectitud y no ama a los creyentes no pertenece a Dios.
Terminemos la pregunta de Saulo:
Hechos 9:27 (NTV) Entonces Bernabé se lo llevó a los apóstoles y les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino a Damasco y cómo el Señor le había hablado a Saulo. También les dijo que, en Damasco, Saulo había predicado con valentía en el nombre de Jesús.
Ya conocimos a Bernabe de antes. El animador. Haciendo honor a su nombre. Ananías respaldó a Saulo en Damasco porque vio a Jesús en una visión. Bernabé avaló a Saulo en Jerusalén porque vio una vida cambiada. Ambos pudieron testificar que Pablo se había convertido de verdad. Él no estaba fingiendo ni era un converso falso. Ellos sí creían que Pablo era salvo.
Hechos 9:28 (NTV) Así que Saulo se quedó con los apóstoles y los acompañó por toda Jerusalén, predicando con valor en el nombre del Señor.
Los discípulos ahora sí creyeron. Se dieron cuenta de que era un verdadero creyente. Pablo se quedó con ellos predicando con ellos. La historia de Saulo tenía una respuesta clara: fue salvo, de eso no hay duda. Y tú ¿estás seguro de ser salvo? Si no estas seguro de tu salvación,
Haz estas tres preguntas para poner a prueba tu fe: ¿Has confiado en Jesús? ¿Estás honrando a Dios? ¿Estás compartiendo tu fe con los demás?
Tres preguntas sencillas para saber si realmente eres salvo. Estas preguntas son los tres pasos de un cristiano que va círculo completo es su fe (la imagen representada por el círculo compuesto de las tres flechas).
La primera pregunta que debes hacerte es: ¿Has confiado en Jesús para la salvación? Recuerda que la ecuación de la salvación: Jesús + nada = salvo. En otras palabras, la salvación está solamente en Jesús y nada más. Empero, esto es más que una mera confesión. Es un estilo de vida.
Mejor dicho: ¿Vives tu vida que honre a Dios? Esta es la segunda pregunta que debes hacerte para saber si de verdad eres salvo. Esto significa que practicas la justicia versus practicar el pecado. Esto no quiere decir que ya no eres pecador. Lo que significa es que ya no practicas el pecado deliberadamente.
La tercera y última pregunta que debes hacerte es: ¿Te preocupas lo suficiente como para compartir el mensaje de Jesús con los demás? Esto es lo que conocemos cómo hacer discípulos. Esta podría ser la prueba de fuego definitiva para ti ya que probaría de una vez por todas, al igual que probó con Pablo, que eres un converso verdadero. En el libro de los Hechos, todos los creyentes hicieron más que recibir el mensaje; lo compartieron.
Hechos 9:31 (NTV) La iglesia, entonces, tuvo paz por toda Judea, Galilea y Samaria; se fortalecía y los creyentes vivían en el temor del Señor. Y, con la ayuda del Espíritu Santo, también creció en número.
Es importante recordar que la seguridad de la salvación no se basa en la perfección de nuestro desempeño sino en la perfección de Cristo. Lucharemos con el pecado mientras estemos en este mundo, pero la diferencia entre un verdadero creyente y un converso falso es que un verdadero creyente se aflige por el pecado, se arrepiente y confía en la gracia de Dios para su perdón.
La Biblia proporciona tanto advertencias como aliento con respecto a las conversiones falsas y la seguridad de la salvación. Si bien es posible que alguien tenga una falsa profesión de fe, aquellos que verdaderamente están en Cristo pueden tener plena confianza en su salvación. La clave no está en nuestra capacidad de ganar o mantener la salvación sino en la obra de Cristo a nuestro favor. Al examinar nuestro corazón, caminar en arrepentimiento y confiar en el Espíritu Santo, podemos crecer en seguridad, confiando en que Dios preservará fielmente a quienes le pertenecen.
Ver también:
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Crees que Saulo dudó alguna vez de su salvación? ¿Por qué o por qué no?
- ¿Por qué crees que los creyentes dudaron de que Saulo fuera verdaderamente salvo?
- ¿Cuáles son algunas de las razones por las que la gente duda de su salvación? Haz una lista.
- Lee 1 Juan 3:9-10. ¿Qué significa “practicar el pecado”? ¿Qué tal “practicar la justicia”?
- Tómate un tiempo esta semana para examinar tu propia fe con estas tres preguntas: ¿Has confiado en Jesús? ¿Estás honrando a Dios? ¿Estás compartiéndo el evangelio con los demás?
La salvación en el Antiguo Testamento (Hechos 10)
Haz clic aquí para ver el bosquejo del sermón.
Puntos de conversación:
- En el Antiguo Testamento, muchos pensaban que la salvación venía al guardar los 613 mandamientos. Pero el Nuevo Testamento muestra una manera diferente: la salvación viene por gracia a través de la fe en Jesús.
- El Señor le dio a Pedro una visión de animales tradicionalmente limpios e inmundos para comer, y le dijo que comiera de todo ellos. Esto era para enseñarle a Pedro que, gracias a Jesús, ya no existe nada limpio o inmundo. Hechos 10:11-16
- La ley señalaba al que vendría, el Mesías. En el Nuevo Testamento, finalmente le ponemos un nombre a esa persona. Desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento, la salvación siempre ha tenido que ver con la fe en Jesús. Gálatas 3:1, Romanos 4:1-3
Hoy estamos en la 4a y última parte de nuestra miniserie sobre cómo funciona la salvación. Hace tres semanas: ¿Hay alguien demasiado perdido para Dios? (Hechos 8:26-40). La respuesta: ¡No! Dios puede alcanzarte en el camino del desierto hacia ninguna parte. Hace dos semanas contestamos a la pregunta: ¿Cómo funciona verdaderamente la conversión espiritual? Vimos la dramática historia de conversión de Saulo (Pablo) y sobre cómo el ES le abrió sus ojos. También tratamos el tema de cómo la fe/arrepentimiento te cambia en un instante y pasas de muerte a vida y de enemigo de Dios a hijo de Dios.
La semana pasada la pregunta fue: ¿Cómo puedes saber si verdaderamente eres salvo? (Hechos 9:20-31). Hablamos de que Pablo se puso a predicar el evangelio inmediatamente después de su conversión. ¡Los discípulos en Jerusalén no creyeron que él verdaderamente fuera salvo aun después de 3 años de convertido! Analizamos cómo los cristianos pueden tener “seguridad” de su salvación.Hoy, para terminar con esta mini serie, profundizaremos en una pregunta teológica: ¿Cambió Dios cómo funciona la salvación?
¿Alguna vez has pensado en esto? ¿Obró la salvación de cierta manera en el Antiguo Testamento antes de Jesús? Y ¿de otra manera en el Nuevo Testamento después de Jesús?
En el Antiguo Testamento, muchos pensaban que la salvación venía al guardar los 613 mandamientos. Pero el Nuevo Testamento muestra una manera diferente: la salvación viene por gracia a través de la fe en Jesús.
En el Nuevo Testamento la salvación funciona así: gracia, perdón, Jesús. Ya no son los sacrificios ni las obras sino por Jesús.
Juan 14:6 (NTV) Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.
Jesús es EL camino. ¿Pero qué pasa en el Antiguo Testamento? ¿Cuál fue el camino de la salvación en el Antiguo Testamento? Muchos pensaron: somos salvos por guardar los mandamientos. En la tradición judía existen 613 mandamientos conocidos como las Mitzvot en la Torá. Estos mandamientos se derivan de los cinco libros de Moisés: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Abarcan una amplia gama de leyes morales, religiosas y civiles. Hay 248 mandamientos positivos (cosas que se deben hacer) y 365 mandamientos negativos (cosas que no se deben hacer)
Los estudiosos estiman que alrededor de 100 a 150 de los 613 mandamientos abordan cuestiones de pureza e impureza. Leyes dietéticas (Kashrut): estas incluyen mandamientos relacionados con animales limpios e inmundos como vemos en Levítico 11, Deuteronomio 14.
También están las leyes de Mesa de compañerismo. Estas se refiere a la práctica de compartir comidas, que en la antigua cultura judía tenía un profundo significado social, religioso y espiritual. En el contexto del Antiguo Testamento y la tradición judía, compartir una comida simbolizaba más que simplemente comer juntos. Representaba comunidad, unidad y, en muchos casos, pureza ritual. Esta práctica también reforzó la separación entre judíos y gentiles debido a diferencias en las leyes dietéticas y la observancia religiosa. Comer con gentiles, que eran considerados ritualmente impuros, podía contaminar a un judío observante, requiriendo ritos de purificación (Levítico 20:24-26). Se trataba de estar limpio versus inmundo.
Entonces, ¿es así como la gente fue salva en el Antiguo Testamento? ¿Manteniéndose limpio? La respuesta se encuentra en el texto de hoy. El pasaje que estamos leyendo hoy es innovador. Los primeros cristianos van a aprender la respuesta a esta pregunta.a modo de responder a una pregunta más amplia sobre la salvación.
Hechos 10:1-8 (NTV) En Cesarea vivía un oficial del ejército romano llamado Cornelio, quien era un capitán del regimiento italiano. Era un hombre devoto, temeroso de Dios, igual que todos los de su casa. Daba generosamente a los pobres y oraba a Dios con frecuencia. Una tarde, como a las tres, tuvo una visión en la cual vio que un ángel de Dios se le acercaba. —¡Cornelio!—dijo el ángel. Cornelio lo miró fijamente, aterrorizado. —¿Qué quieres, señor?—le preguntó al ángel. Y el ángel contestó: —¡Dios ha recibido tus oraciones y tus donativos a los pobres como una ofrenda! Ahora pues, envía a algunos hombres a Jope y manda llamar a un hombre llamado Simón Pedro. Él está hospedado con Simón, un curtidor que vive cerca de la orilla del mar. En cuanto el ángel se fue, Cornelio llamó a dos de los sirvientes de su casa y a un soldado devoto, que era uno de sus asistentes personales. Les contó lo que había ocurrido y los envió a Jope.
El Señor le dio a Pedro una visión de animales tradicionalmente limpios e inmundos para comer, y le dijo que comiera de todo ellos. Esto era para enseñarle a Pedro que, gracias a Jesús, ya no existe nada limpio o inmundo.
Hechos 10:9-14 (NTV) Al día siguiente, mientras los mensajeros de Cornelio se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar. Era alrededor del mediodía, y tuvo hambre; pero mientras preparaban la comida, cayó en un estado de éxtasis. Vio los cielos abiertos y algo parecido a una sábana grande que bajaba por sus cuatro puntas. En la sábana había toda clase de animales, reptiles y aves. Luego una voz le dijo: —Levántate, Pedro; mátalos y come de ellos. —No, Señor—dijo Pedro—. Jamás he comido algo que nuestras leyes judías declaren impuro e inmundo.
Incluso después de que Jesús ya le había enseñado esto cuando estuvo con ellos, Pedro todavía no lo comprendía:
Marcos 7:18-19 (NTV) «¿Ustedes tampoco entienden?—preguntó—. ¿No se dan cuenta de que la comida que introducen en su cuerpo no puede contaminarlos? La comida no entra en su corazón, solo pasa a través del estómago y luego termina en la cloaca». (Al decir eso, declaró que toda clase de comida es aceptable a los ojos de Dios).
Aquí en esta azotea sería el momento en que Pedro verdaderamente lo entendió… tanto para él mismo como para la iglesia.
Hechos 10:15-16 (NTV) Pero la voz habló de nuevo: —No llames a algo impuro si Dios lo ha hecho limpio.La misma visión se repitió tres veces, y repentinamente la sábana fue subida al cielo.
Este es un momento decisivo en la historia de la salvación. Pedro estaba aprendiendo la respuesta a nuestra pregunta de hoy. No se trata de ningún sistema de leyes, sino de la fe en Jesús. Pedro estaba confundido, entonces aparecieron los hombres de Cornelio. Miremos cómo responde a la petición de ellos de que los acompañe a la casa de Cornelio:
Hechos 10:28 (NTV) Pedro les dijo: —Ustedes saben que va en contra de nuestras leyes que un hombre judío se relacione con gentiles o que entre en su casa; pero Dios me ha mostrado que ya no debo pensar que alguien es impuro o inmundo
¡Guau! ¡No se trataba sólo de comida! Se trata de personas. Dios se estaba revelándo a Cornelio, y Pedro tenía que compartir el evangelio con él. Nota la similitud con el avivamiento samaritano. Felipe compartió el evangelio pero Dios esperó a que Pedro y Juan oraran por el Espíritu Santo. Este mismo patrón está sucediendo aquí. Dios podría haber compartido el evangelio en una visión pero quería que Pedro lo compartiera. No por el bien de Cornelio ¡sino por el bien de Pedro!
Entonces, Pedro acompaña a los mensajeros a la casa de Cornelio. Al llegar, se encuentra con Cornelio que ha reunido a toda su familia para que escuchen lo que Dios tiene que decirles a través de Pedro. Cornelio le relata como se le apareció un hombre diciéndole que mandara por él. Esto es lo que Pedro contesta:
Hechos 10:34-36 (NTV) Entonces Pedro respondió: —Veo con claridad que Dios no muestra favoritismo. En cada nación, él acepta a los que le temen y hacen lo correcto. Este es el mensaje de la Buena Noticia para el pueblo de Israel: que hay paz con Dios por medio de Jesucristo, quien es Señor de todo.
Esto es algo nunca oído: Dios no sólo Señor de los judíos. ¡Es Dios de todos! La salvación ahora llega a los gentiles. Esto no es sólo una cuestión judía. La salvación no se trata de ser limpio o impuro según la Ley. Se trata de confiar en que Jesús te limpia mediante Su obra final en la cruz. Él es el sacrificio Supremo. Ya no es necesario el antiguo sistema.
La ley señalaba al que vendría, el Mesías. En el Nuevo Testamento, finalmente le ponemos un nombre a esa persona. Desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento, la salvación siempre ha tenido que ver con la fe en Jesús.
En este punto es donde se conecta con nuestra pregunta de hoy. Esta respuesta no sólo se aplica a los judíos y gentiles de ese momento en adelante sino tambien a los del ayer. ¿Cambió Dios cómo funciona la salvación? Respuesta: no!! Todo aquel que alguna vez ha sido salvo… ha sido salvo por la fe.
Los judíos en el Nuevo Testamento fueron salvos por la fe en el que vino (Jesús). Los gentiles en el Nuevo Testamento fueron salvos por esa misma fe en el que vino (Jesús). La gente del Antiguo Testamento también fue salvada por la fe. En el que había de venir, aunque no sabían su nombre. El objeto de fe todavía era el Mesías
Gálatas 3:11 (NTV) Queda claro, entonces, que nadie puede hacerse justo ante Dios por tratar de cumplir la ley, ya que las Escrituras dicen: «Es por medio de la fe que el justo tiene vida».
¡Aquí está citando el Antiguo Testamento! Ahora miran hacia atrás y ven la verdad: siempre fue por fe. La salvación por la fe, aparte de la Ley, era un principio del Antiguo Testamento.
Romanos 4:1-3 (NTV) Humanamente hablando, Abraham fue el fundador de nuestra nación judía. ¿Qué descubrió él acerca de llegar a ser justo ante Dios? Que si sus buenas acciones le hubieran servido para que Dios lo aceptara, habría tenido de qué jactarse; pero esa no era la forma de actuar de Dios. Pues las Escrituras nos dicen: «Abraham le creyó a Dios, y Dios lo consideró justo debido a su fe».
Creyó en la promesa de Dios (acerca de su descendencia). Aunque era humanamente imposible (era viejo y no tenía hijos). Dios lo contó como justo (aunque no lo era). Por su fe. Fe en Dios para cumplir Su promesa ¡Su promesa se refería exclusivamente a Jesús!
Entonces, el punto de toda esta enseñanza es: Nadie jamás fue salvo por guardar la Ley a la perfección. No en aquel entonces ni hoy. La Ley simplemente muestra a las personas lo imperfectas que son. Esto es para preparar el escenario para Aquel que podía guardar perfectamente la Ley o sea Jesús. Así que todo el tiempo este fue el plan de Dios para la salvación. Siempre se trató de depender de Dios y confiar en Su camino. En el Antiguo Testamento Su camino era un concepto: el Mesías. En el NT su camino tenía un nombre: Jesús. Todo aquel que alguna vez ha sido salvo… ha sido salvo por la fe en Jesús como dijo Pedro a los líderes judíos en Hechos 4:
Hechos 4:12 (NTV) ¡En ningún otro hay salvación! Dios no ha dado ningún otro nombre bajo el cielo, mediante el cual podamos ser salvos.
- Lee los puntos de discusión anteriores en grupo, incluidas las citas bíblicas. ¿Cuáles son tus pensamientos iniciales sobre estos puntos?
- ¿Sabías que había más de 10 mandamientos? ¿Cuál era el propósito de todas esas leyes?
- Explica la visión de Pedro. ¿Qué significaba? ¿Qué tenía de innovadora?
- Piensa en alguna ocasión en la que te sentiste “inmundo”. ¿Qué tiene que decir Dios al respecto? ¿Era esto cierto incluso antes de Jesús?
- Lee Romanos 4:1-3. ¿Cómo se salvó Abraham si Jesús aún no había venido? ¿Qué significa “fe”?
- ¿Cómo responderías a la pregunta de esta semana después de la discusión de hoy: ¿Cambió Dios el modo en que funciona la salvación?