Puntos de conversación:
Las tres preguntas:
- ¿Quién te pone celoso cuando se trata de dinero? Jugar al juego de la comparación con las finanzas es un callejón sin salida. 1 Timoteo 6:6-7
- ¿Cuáles son tus valores financieros reales, de acuerdo con tus hábitos de gasto reales? Ser honestos acerca de nuestra hipocresía financiera es uno de los primeros pasos hacia la libertad. Mateo 15:7-8, Mateo 6:21-23
- ¿Cuál es tu motivación para acertar con tus finanzas? Si la riqueza es tu objetivo principal, tu forma de pensar es fundamentalmente defectuosa. 1 Timoteo 6:9-10
Cuando se trata de hablar de dinero en la iglesia, la mayoría se siente incómodo con el tema. Todos hemos escuchado decir: “Esas iglesias (o pastores y líderes religiosos) todo lo que hacen es hablar de dinero”. “¡Quieren mi dinero otra vez!” Bueno, déjame ser el primero en decirte que eso no es cierto. El objetivo de esta serie “Dios y el dinero” no es convencerte de que dés más dinero a la iglesia. El objetivo es resaltar lo que dice la Palabra de Dios sobre el dinero, lo que nos ayudará a tener la mentalidad correcta sobre el dinero. ¡Todos y cada uno de nosotros estamos lidiando con el dinero de alguna manera! Tal vez estés en una posición en la vida en la que tienes más de lo que necesitas y no tienes problemas con tus finanzas. Quizás estas al lado opuesto de la moneda y apenas llegas a fin de mes. Tal vez, estés al borde de la bancarrota. Quizás posiblemente estés en algún punto intermedio. La verdad es que el dinero es muy poderoso en nuestras vidas, ¿no crees?
Hay un chiste que dice que el nervio más sensible del cuerpo humano es el que va desde nuestro cerebro hasta nuestra billetera. Eso es porque el dinero tiene un poder significativo en nuestras vidas. Y es por eso que a Dios le importa que tengamos la comprensión correcta sobre el dinero en nuestras vidas. ¡De hecho, Jesús habló mucho sobre el dinero! ¡Habló más de este tema que de ningún otro! Los eruditos bíblicos dicen que hay más de 2000 versículos sobre el dinero! Si Jesús habló tanto al respecto, ¡deberíamos escuchar! Porque si la riqueza es nuestra principal búsqueda en la vida, entonces, nuestra mentalidad es fundamentalmente defectuosa. Esta mentalidad tiene por objetivo ir tras la riqueza.
La mentalidad del mundo con respecto al dinero es: más es mejor. El objetivo es mejorar el estilo de vida: cosas buenas, más vacaciones, una casa, o una más grande, y una cuenta de ahorros sustancial. Así que a seguir trabajando para ganar tanto como sea posible. Hacer lo que sea necesario para obtener más ¡y entonces seremos felices! A una edad temprana, empiezan moldeandonos para que pensemos que el dinero trae felicidad, satisfacción, comodidad y plenitud. Pero la perspectiva de Dios presenta una manera muy diferente de entender el dinero. Eso es fundamental tener la mentalidad correcta sobre el dinero. Así que te presentamos tres preguntas que debes hacerte para ayudarte a tener esta mentalidad correcta sobre el dinero. La primera pregunta a la que debes contestar es:
¿Quién te pone celoso cuando se trata de dinero?
Es importante entender que el dinero en sí no es algo malo. El problema es que,para la mayoría de nosotros, nunca tenemos lo suficiente. Pensamos que tenemos que tener más dinero para tener este o tal estilo de vida. Tenemos que ahorrar cierta cantidad de dinero para poder vivir cómodamente cuando nos retiremos. Nos desvivimos por mantener el mismo nivel que los demás priorizando el dinero cada vez más en nuestras vidas. Si no tenemos cuidado, el dinero o ir tras el dinero nos llevará a la destrucción como le dijo Pablo a Timoteo.
1 Timoteo 6:9-10 Pero los que viven con la ambición de hacerse ricos caen en tentación y quedan atrapados por muchos deseos necios y dañinos que los hunden en la ruina y la destrucción. ues el amor al dinero es la raíz de toda clase de mal; y algunas personas, en su intenso deseo por el dinero, se han desviado de la fe verdadera y se han causado muchas heridas dolorosas.
Lamentablemente, el dinero en la sociedad moderna es tratado como si fuera un dios. Es casi como si el dinero se hubiera convertido en un sustituto de Dios Pero esto no es nada nuevo El dinero siempre ha estado en la mente de la gente. De hecho, ¡esto ha estado sucediendo desde siempre! Jesús dijo lo siguiente al respecto en Mateo 6:24 “Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y estar esclavizado al dinero.” Jesús también estaba diciendo que el dinero opera como un Dios rival. No creo que él esté diciendo que el dinero es malo. Lo malo es cuando el deseo del dinero y querer más es nuestra meta. Cuando el dinero es nuestro enfoque y dependemos de lo que pueda ser y hacer por nosotros entonces es malo porque se convierte en sustituto de Dios. Esto también es cierto cuando nos esforzamos y elevamos el dinero en nuestras vidas, por encima de Dios. Entonces, si la búsqueda de la riqueza no es el objetivo principal de la vida, ¿cuál es? Pablo nos da la respuesta en 1 Timoteo.
1 Timoteo 6:6-7 Ahora bien, la verdadera sumisión a Dios es una gran riqueza en sí misma cuando uno está contento con lo que tiene. Después de todo, no trajimos nada cuando vinimos a este mundo ni tampoco podremos llevarnos nada cuando lo dejemos.
Lamentablemente, la mayoría de la gente cree que el dinero trae felicidad. Pero eso simplemente no es cierto. Salomón, el hombre más sabio y rico que jamás ha existido ha dicho que no es cierto:
Eclesiastés 5:10-11 Los que aman el dinero nunca tendrán suficiente. ¡Qué absurdo es pensar que las riquezas traen verdadera felicidad!… Por lo tanto, ¿de qué sirven las riquezas? ¡Quizás solo para ver cómo se escapan de las manos!
Salomón, una de las personas más ricas y prósperas que jamás haya vivido, viene y dice: Si crees que el dinero te hace feliz y realizado, estás equivocado. Si el dinero es el objetivo principal en la vida, entonces estamos fundamentalmente equivocados. Y Jesús, el Dios viviente dice que eso no es cierto también. Escuchemos a estos hombres y sobre todo, escuchemos a Jesus.
Es posible que estés pensando: todo esto es fácil de decir para alguien cuando no tiene problemas de dinero. “Si tuviera tanto dinero como Salomón,sería fácil para mí decir que las riquezas no lo son todo, ¡Porque sería rico!” “Si tuviera tanto dinero como fulano de tal, estaría muy contento en la vida” o “si ganara tanto como mis compañeros de trabajo o mis vecinos yo también estaría contento.” Cuando haces esto, estás entrando a un juego peligroso. El juego de comparación es un círculo vicioso. Un ciclo en el que el enemigo quiere que estemos atrapados.
Jugar el juego de la “comparación” con las finanzas es un callejón sin salida. En el mundo de hoy, siempre nos comparamos con los demás. Especialmente hoy en dia que tenemos acceso a la vida de todos a través de las redes sociales. Podemos ver lo que está pasando con amigos, familiares, celebridades con solo presionar un botón. Las redes sociales destacan todas las grandes cosas que la gente está haciendo, todas las cosas que nos gustaría poder hacer. Y, lamentablemente, toda esta información, toda esta visibilidad de la vida de otras personas puede hacernos sentir mal. Cuando miramos constantemente a otras personas, es muy fácil compararnos con ellos y con sus vidas. Nos preguntamos; “¿Por qué no me veo así?” “¿Por qué no me ascendieron a mí?” “¿Por qué no me invitaron?” Y muchas veces la pregunta es: ¿Por qué no he ganado tanto dinero? Tanto como el vecino que se acaba de comprar ese carro nuevo, o que hace poco renovó su casa, etc. ¿Quién te hace encelar cuando se trata de dinero? Mira lo que dice Salomón acerca de esto mismo:
Eclesiastés 5:18-19 Aun así, he notado al menos una cosa positiva. Es bueno que la gente coma, beba y disfrute del trabajo que hace bajo el sol durante el corto tiempo de vida que Dios le concedió, y que acepte su destino… Disfrutar del trabajo y aceptar lo que depara la vida son verdaderos regalos de Dios.
Está diciendo que Dios quiere que veamos lo que tenemos (ya sea mucho o poco) con la perspectiva correcta. Nuestras posesiones son un regalo de Dios y que todo regalo bueno y perfecto viene de arriba. Nuestra vida, nuestro trabajo, nuestro hogar, nuestras finanzas, todas esas cosas son un regalo de Dios. La realidad es que nuestro dinero es de Dios, todo lo que tenemos es de Dios. ¡Solo somos Sus administradores! Nuestras vidas serán mucho mejor cuando aprendamos a estar contentos con lo que nos ha dado y lo veamos como una bendición. Cuando dejamos de compararnos con los demás. Cuando dejamos de tratar de seguir el ritmo de los vecinos,
Jesús enseñó muy claramente que cuando caemos en el juego de la comparación nos estamos preparando para caer en la decepción y el fracaso. Esto es porque el dinero nunca fue destinado a ser lo más importante en nuestras vidas. Si continúas leyendo en Eclesiastés 5, tan rico como era, Salomón se dio cuenta de que había limitaciones cuando se trata del dinero Pero sabía que había una cosa que no tenía limitaciones: Dios. Salomón sabía que Dios es el dador de todas las cosas buenas para nosotros porque es muy misericordioso. Salomón claramente nos advirtió que no nos dejáramos engañar por el dinero. En cambio, debemos enfocarnos en Dios y su gracia. Dios es quien nos provee el aire que respiramos, la comida que comemos, la salud que tenemos, las familias que disfrutamos, el trabajo que tenemos, la casa que poseemos, etc. El Señor es el que amablemente nos da todo eso. Así que no necesitamos hacernos ricos, o esforzarnos por obtener más, o ser mejores que los demás.
Sé que este es un tema difícil para muchos, si no todos, nuestras finanzas nos tienen encadenados. Para algunos es que tenemos más de lo que necesitamos y nos sentimos vacíos. Para otros, sentimos que no tenemos suficiente y nos sentimos impotentes. ¡Pero la verdad es que hoy hay esperanza para nosotros! Podemos experimentar la libertad. Solo necesitas enfocarte en cambiar tu mentalidad a la mentalidad de Dios. Y esto nos lleva a la segunda pregunta:
¿Cuáles son tus valores financieros reales, de acuerdo con tus hábitos de gasto reales?
Si queremos tener la mentalidad correcta cuando se trata de entender a Dios y el dinero tenemos que ser honestos con nuestra dependencia del dinero. La verdad es que el dinero es parte de cada una de nuestras vidas. ¡Pero si no tenemos cuidado, puede engañarnos! Jesús dijo esto:
Mateo 6:21; 24 Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón.… »Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y estar esclavizado al dinero.
¿A quién estamos sirviendo? ¿A nuestro Dios o a nuestro dinero? ¿Cómo respondemos a esto? Comenzamos haciendo un inventario de nuestros valores financieros reales. Al hacerlo, debemos ser honestos acerca de nuestra hipocresía financiera. Este es uno de los primeros pasos hacia la libertad. Y es que cuando analizamos nuestros hábitos de gastos reales entonces comenzaremos a ver lo que es más importante en nuestras vidas. Por él patron de gastos nos daremos cuenta sí lo más importante en nuestras vidas es nuestro Dios o nuestro dinero. Pero si realmente entendemos la manera de Dios para ganar con el dinero, si aprendemos a mantener el dinero en su lugar apropiado, si aprendemos a administrar nuestro dinero sabiamente y a confiar en Dios y ser generosos, entonces el resultado es un entendimiento correcto sobre el dinero. Esto lleva a tener menos ansiedad y menos estrés en la vida por culpa del dinero. Jesús también dijo lo siguiente en Mateo 6:31; “Así que no se preocupen por todo eso diciendo: “¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?”.
A este pasaje, le podemos añadir lo siguiente: ¿Qué manejaremos? ¿A dónde iremos de vacaciones? ¿Cuánto dinero les daré a mis hijos? Lo que Jesús dijo que es más importante que preocuparse por el dinero es buscar “el reino de Dios[a] por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten (Mateo 6:23) Jesús está diciendo que no tenemos que estar preocupados y estresados por el dinero todo el tiempo, porque la vida es mucho más que dinero. No hay razón de preocuparse cuando miramos al dinero como lo hace Dios. Cuando confiamos en Dios y reconocemos que todo lo que tenemos es de Él y para Él, toda esa ansiedad debería desaparecer. Con esto en mente, pasemos a la tercera y última pregunta:
¿Cuál es tu motivación para acertar con tus finanzas?
Si la riqueza es tu objetivo principal, tu forma de pensar es fundamentalmente defectuosa. Porque es cuando verdaderamente confiamos y buscamos a Dios primero, ¡tendremos todo lo que necesitamos. Esto no significa que seremos ricos. No significa que no vamos a luchar e incluso puede que a veces estemos en quiebra. Pero sí significa que no importa lo que suceda en este mundo porque si verdaderamente ponemos nuestros ojos en Dios y lo buscamos – no podemos perder. De hecho, tendremos lo más importante, gratificante y valioso que podríamos tener en esta vida: una relación con el Dios vivo y la provisión que viene solamente de Él. Entonces, el objetivo principal de la vida es tener una dependencia completa de Dios.
La mayor riqueza que podríamos tener es estar en una relación con el Dios viviente. Es estar contentos con lo que Dios nos ha dado y lo que está haciendo en nuestras vidas. Cuando centramos nuestras vidas en Él, todo es secundario. Empezamos a confiar en Él y a ver que nuestro valor está en Dios y no en nuestro dinero. Luego, con la mentalidad correcta sobre el dinero, podemos comenzar a obtener libertad financiera. ¡Lo que nos llevará a una vida llena de alegría! La cantidad de dinero que tenemos en nuestra cuenta corriente o de ahorros, el dinero en nuestra cuenta de jubilación, él lugar dónde vivimos y qué manejamos no son una indicación de nuestra posición ante Dios. Nuestra eternidad depende de nuestra relación con Jesucristo y nada más.
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó a la atención?
- Describe tu mentalidad hacia el dinero en este momento. ¿Cómo el dinero te ha controlado o dictado tu estado de ánimo?
- ¿A quién envidias por su riqueza y recursos? ¿Cómo ha impactado eso en la visión que tienes de tu propia vida?
- ¿Por qué el juego de comparación es realmente más sobre nuestras inseguridades que sobre la injusticia o algo más?
- Lee 1 Timoteo 6:6-7. Di el significado de contentamiento/satisfacción en tus propias palabras.
- ¿Cómo se ve en la práctica la rectitud con contentamiento?
- ¿Cuáles son tus cinco gastos principales en este momento? ¿Qué dicen esas cosas sobre lo que valoras?
- Lee Mateo 15:7-8 y Mateo 6:21-23. ¿Qué dirías que persigue o busca tu corazón en este momento?
- Lee 1 Timoteo 6:9-10 y Mateo 6:24. ¿Cuáles son algunos de los deseos “tontos” que persigue la gente con respecto al dinero? ¿Cómo es el amor al dinero?
- Lee Mateo 6:31-33. ¿Cómo necesitas poner en práctica este pasaje en tu vida?
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?