La guerra espiritual tiene que ver tanto con cosas cotidianas (luchar con el mundo y con nuestra carne) y cosas de otro mundo. En esta lección, nos sumergiremos profundamente en el lado sobrenatural de la guerra espiritual. Hablemos de Satanás y los demonios.
Sabemos por las Escrituras que el diablo y los demonios son reales, pero en comparación con muchos otros temas en la Biblia, tenemos poca información sobre ellos. Encontrarás mucho más en las Escrituras sobre la naturaleza de Dios, la salvación y la vida y el ministerio de Jesús que sobre lo demoníaco. Esto significa que: nuestros pensamientos deben estar ocupados con Dios y su bondad mil veces más que con el diablo y sus secuaces.
Con eso en mente, exploremos cinco cosas que la Biblia nos dice acerca de Satanás y cinco cosas que nos dice acerca de los demonios.
Los demonios son ángeles caídos.
Los demonios no fueron creados como demonios, porque Dios creó todo lo bueno. Pedro nos da la historia del origen de los demonios:
2 Pedro 2:4 (NTV) Y les recuerdo de los ángeles que no se mantuvieron dentro de los límites de autoridad que Dios les puso, sino que abandonaron el lugar al que pertenecían. Dios los ha tenido firmemente encadenados en prisiones de oscuridad, en espera del gran día del juicio.
Algunos ángeles pecaron y Dios los arrojó al infierno. Eso es todo lo que sabemos sobre cómo comenzaron su camino destructivo, y nos lleva a nuestra segunda cosa:
Algunos demonios ya están encadenados; otros están influyendo en el mundo.
2 Pedro nos ayuda a establecer el primer punto. También Judas 1:6. Pero claramente hay otros demonios que aún no están atados o encadenados. Ellos son los que causan estragos en la tierra:
Efesios 6:12 (NTV) Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales.
Cuando juntamos estos pasajes, nos queda una opción clara: algunos demonios ya están en el infierno, otros son libres de influir en el mundo. Jesús interactuó con demonios (Mateo 17). Tú y yo podríamos encontrarlos también. Pero aquí están las buenas noticias:
Los demonios tienen un poder muy limitado.
Los demonios no tienen cualidades divinas. No son omnipotentes, omniscientes y omnipresentes. No pueden estar en más de un lugar a la vez. No pueden leer tu mente. No pueden obligarte a hacer nada.
Pero los demonios pueden estudiar y observar. Están constantemente buscando formas de desviar a un creyente. Ellos saben lo que presiona tus botones. Conocen las trampas y los pecados con los que luchas y que quizás hayas podido esconder de todos los que te rodean. Y usan esa información para tentarte, acusarte, mentirte y decirte que Dios no podría amar a alguien como tú.
Esto no quiere decir que los demonios no sean poderosos o que no deban ser respetados. Simplemente no tienen poder en comparación con el Espíritu de Dios (1 Juan 4:4). Y eso lleva a esta verdad:
Todo cristiano puede luchar contra los demonios.
No necesitas un pastor mucho menos de un sacerdote para hacer la guerra espiritual. Cualquier persona que haya confiado en Jesús para la salvación tiene la autoridad, en el nombre de Jesús, para tratar con los demonios. Los primeros seguidores de Jesús aprendieron esto después de regresar de su primer viaje misionero al mundo:
Lucas 10:17 (NTV) Cuando los setenta y dos discípulos regresaron, le informaron llenos de alegría: —¡Señor, hasta los demonios nos obedecen cuando usamos tu nombre!
Nota que este era un grupo más grande de seguidores de Cristo, no solo los 12 discípulos originales. Probablemente por eso estaban tan sorprendidos por la respuesta demoníaca a sus órdenes. Estos eran cristianos regulares, como tú y como yo. La autoridad viene del nombre de Jesús, no de la persona que habla.
Los demonios no pueden poseer a un cristiano.
Este último punto sobre los demonios responde a una pregunta común entre los creyentes: ¿Pueden los cristianos ser poseídos? Aquí está la respuesta simple: No. Cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo, el Espíritu Santo mora en nuestro corazón (2 Corintios 1:22). Ya no hay una casa vacía donde pueda residir un demonio.
Eso no quiere decir que los demonios no puedan crear fortalezas en la vida de un creyente. Pueden y lo hacen. Si no eres diligente en eliminar puntos de apoyo que el enemigo está tratando de establecer en tu vida, te conducirán a fortalezas como la codicia, la amargura, el orgullo y la adicción.
Así que eso es lo que sabemos acerca de los demonios. Pero, ¿qué dice la Biblia acerca del diablo? Tenemos cinco cosas:
Satanás es solo un ángel caído.
En una palabra, Satanás es un demonio. Eso es todo. Puede que tenga un rango más alto que sus secuaces, pero sigue siendo solo un ángel caído. La pista más fuerte viene del Antiguo Testamento:
Ezequiel 28:13-17 (NTV) Estabas en el Edén, el jardín de Dios.Tenías la ropa adornada con toda clase de piedras preciosas —cornalina rojiza, peridoto verde pálido, adularia blanca, berilo azul y verde, ónice, jaspe verde, lapislázuli, turquesa y esmeralda—, todas talladas especialmente para ti e incrustadas en el oro más puro. Te las dieron el día en que fuiste creado. Yo te ordené y te ungí como poderoso ángel guardián.Tenías acceso al monte santo de Dios y caminabas entre las piedras de fuego. »”Eras intachable en todo lo que hacías, desde el día en que fuiste creado hasta el día en que se encontró maldad en ti. Tu abundante comercio te llevó a la violencia, y pecaste. Entonces te expulsé en deshonra de la montaña de Dios. Te eché, guardián poderoso, del lugar que tenías entre las piedras de fuego. Tu corazón se llenó de orgullo debido a tu gran belleza. Tu sabiduría se corrompió a causa de tu amor por el esplendor. Entonces te arrojé al suelo y te expuse a la mirada curiosa de los reyes.
Lee el contexto y verás que Ezequiel está hablando de un rey terrenal antes de cambiar a esta descripción de un guardián angelical que estaba en el Edén. Este pasaje (junto con Isaías 14:12-14) no nos brinda mucha información definitiva, pero la mayoría de los estudiosos de la Biblia están de acuerdo en que se trata de Satanás.
Como ángel caído, Satanás es un ser creado, inconmensurablemente menos poderoso que Dios. El cristianismo no tiene un Yin y un Yang, dos fuerzas iguales pero opuestas. Dios es Creador, y Satanás es una simple creación. No es una pelea justa ni al mismo nivel. Dios es Dios.
Satanás se opone furiosamente a la obra de Dios.
El nombre “Satanás” es una palabra hebrea que significa “adversario”. Satanás gobierna el sistema mundial caído en rebelión contra Dios. Satanás hace todo lo que puede para influir en nuestra “carne” y alejarnos de la influencia de Dios. Jesús dijo que el objetivo de Satanás es robar, matar y destruir, lo cual está en oposición directa a lo que Dios quiere para nosotros (Juan 10:10).
Satanás está a la caza de cristianos vulnerables.
El diablo sabe que no puede influir en todos, por lo que va tras los jóvenes y los débiles. Esa es la imagen que Pedro está pintando aquí:
1 Pedro 5:8 (NTV) ¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar.
Satanás no está buscando a todos para devorarlos. Está buscando a alguien especial. Como un león hambriento, está acechando a los cristianos más vulnerables. Y así es cómo los obtiene:
La mayor herramienta de Satanás es el engaño.
El diablo es un engañador, y usa las mentiras para atrapar a su presa. Recuerda: la guerra espiritual se libra principalmente en la mente. Desde el principio (Génesis 3), Satanás ha estado tergiversando la verdad de Dios para tratar de alejar a la gente. Jesús nos advirtió acerca de esto:
Juan 8:44 (NTV) [Satanás] …siempre ha odiado la verdad, porque en él no hay verdad. Cuando miente, actúa de acuerdo con su naturaleza porque es mentiroso y el padre de la mentira.
Pero el dato final sobre Satanás nos ofrece buenas noticias.
Satanás algún día enfrentará el juicio final de Dios.
El libro de Apocalipsis nos dice lo que sucederá con el diablo y sus demonios al final de la historia humana:
Apocalipsis 20:10 (NTV) Después el diablo, que los había engañado, fue lanzado al lago de fuego que arde con azufre, donde ya estaban la bestia y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por siempre jamás.
El único poder que tiene el diablo es el poder que Dios le permite tener, por un tiempo limitado, hasta que Jesús regrese. Cuando Jesús regrese, pondrá fin a la autoridad y el poder del diablo, y será arrojado al infierno donde será atormentado por los siglos de los siglos.