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Puntos de conversación:
- ¡Se necesita un Mensajero Divino para ayudarnos a entender la gracia de Dios!
- Un Niño Divino requiere una Concepción Divina.
- Un Llamado Divino para la gente común.
Para muchos es imposible creer que una mujer virgen quede embarazada por el Espíritu Santo. Más, los cristianos debemos creerlo. Y no solamente creerlo sino protegerlo porque es fundamental para el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Hay un llamado en la vida de todos para preservar y servir al legado de Jesús.
María y José protegieron a Jesús o sea al futuro porque es a través de Jesús que la humanidad puede ser salva y tener un futuro con Dios por la eternidad. Ahora, nosotros estamos protegiendo su enseñanza e identidad al creer y enseñar que Él nació de una virgen habiendo sido concebido por medio del Espíritu Santo.
¡Se necesita un Mensajero Divino para ayudarnos a entender la gracia de Dios!
Si Jesús no hubiera sido concebido por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María, entonces su nacimiento hubiera sido como cualquier otro. Hubiera sido igual al de cualquier humano. No hubiera habido nada extraordinario ni mucho menos divino. Mas sin embargo, desde el principio Dios había trazado un plan para salvar la humanidad.
¡Este embarazo inesperado ciertamente no fue sin planear! Pero antes de llevarlo a cabo, 4,000 años después de haber sido prometido, Dios envía un ángel para asegurarse de que María conozca ese plan y para afirmar su llamado. Dios manda al ángel Gabriel como mensajero de tan trascendental noticia.
Lucas 1:26-28 Cuando Elisabet estaba en su sexto mes de embarazo, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, una aldea de Galilea, a una virgen llamada María. Ella estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. Gabriel se le apareció y dijo: «¡Saludos, mujer favorecida! ¡El Señor está contigo!».
Dios pudo haber usado a cualquier otra mujer virgen. Pero escogió a María. Ella fue objeto del favor de Dios. ¡Eso es GRACIA! Es un favor no merecido. Ella no hizo nada para que Dios la escogiera como el vaso para que Su Hijo naciera. Es sólo por la gracia de Dios a través de un mensajero que nosotros, como María, podemos comprender el don gratuito de la gracia de Dios.
Lucas 1:29-33 Confusa y perturbada, María trató de pensar lo que el ángel quería decir. —No tengas miedo, María—le dijo el ángel—, ¡porque has hallado el favor de Dios! Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Él será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David. Y reinará sobre Israel para siempre; ¡su reino no tendrá fin!
El ángel Gabriel es el mensajero divino que le avisa a María que de ella nacerá el Salvador del mundo. ¡Ella está confusa y perturbada! Mas piensa en el mensaje enviado por Dios. Y nosotros, ¿meditamos y discernimos la Palabra de Dios? Cuando tenemos dudas ¿somos honestos y lo reconocemos? Tal vez tengas dudas de quién es Jesús y está bien. Esto te ayudará a indagar y a meditar más en la Biblia para conocer quién es Jesús. Sin embargo, no esperes que un ángel descienda del cielo a aclararte las dudas. Los pastores, líderes, mentores y cristianos comunes también son usados como mensajeros para ayudar a las personas pérdidas y quebrantadas a escuchar acerca del amor y el favor de Dios.
Un Niño Divino requiere una Concepción Divina.
Para que Jesús no tuviera pecado, tuvo que haber sido concebido por Dios como el Padre Paterno Verdadero. Así que, por medio del Espíritu Santo, María concibió a Jesús. Él se formó en su vientre para poder tomar cuerpo humano. A esto se le llama encarnación. En otras palabras, Jesús, Dios que es espíritu, tomó forma física, un cuerpo o como se dice comúnmente, se hizo carne.
A Maria se le hizo muy complejo este concepto. No comprendía como ella no habiendo tenido intimidad con ningún hombre podía quedar embarazada y dar a luz a un niño.
Lucas 1:34-35 —¿Pero cómo podrá suceder esto?—le preguntó María al ángel—. Soy virgen. El ángel le contestó: —El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, el bebé que nacerá será santo y será llamado Hijo de Dios.
A pesar que era difícil entender lo que el ángel le decía, y con razón, María olvidaba que esto había sido dado como señal miles de años atrás.
Isaías 7:14 Muy bien, el Señor mismo les dará la señal. ¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel…
Pero por más que haya sido profetizado y se lo explicaran con peras y manzanas, María no solo estaba perturbada por no entender. Más bien, por el miedo, y no del qué dirán que por sí ya es motivo de preocupación. Si no porque al no estar casada, corría el riesgo de ser apedreada a muerte. Así que Dios, en Su misericordia, también envía al ángel Gabriel para que ilumine a José sobre el propósito y el plan de Su Hijo.
José, para este entonces, tenía la intención de mantener intacta su justicia personal sin dejar de tener compasión de su supuesta prometida adúltera. ¡Él descubre que no fue pecado en absoluto! José termina convirtiéndose en el Padre no biológico pero legal de Jesús.
Mateo 1:18 Este es el relato de cómo nació Jesús el Mesías. Su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero antes de que la boda se realizara, mientras todavía era virgen, quedó embarazada mediante el poder del Espíritu Santo.
Maria tiene aproximadamente 4 meses de embarazo en este momento. Esto habría sido después de que se había quedado con Elisabet durante 3 meses, por lo que ya era posible que se le notara su supuesta “indiscreción’.’ !¡Pobre chica! Si, es cierto que era una gran bendición ser el vaso escogido de Dios, pero pongámonos en los zapatos de esta jovencita. Probablemente, ella tenía unos 14 años al quedar embarazada. Imagina su preocupación y temor, pero aun así, ella se sintió bendecida y favorecida. Valientemente y con gozo le hizo frente a esta situación. Por eso Dios la respaldó y le comunicó la noticia también a José.
Mateo 1:19-20 José, su prometido, era un hombre justo y no quiso avergonzarla en público; por lo tanto, decidió romper el compromiso en privado. Mientras consideraba esa posibilidad, un ángel del Señor se le apareció en un sueño. «José, hijo de David—le dijo el ángel—, no tengas miedo de recibir a María por esposa, porque el niño que lleva dentro de ella fue concebido por el Espíritu Santo.
Ahora, pongámonos en los zapatos de José. Es posible que este servicio y llamamiento le costaron a José su imagen pública. !¡Los chismes del vecindario ya que todavía no se había casado con María y ya estaba embarazada! Pero no le importaron las habladurías ya que estaba cumpliendo el plan de Dios. ¡Se había puesto al servicio de Jesús! Y a ti ¿qué te costará servir a Jesús?
Ambos, José y María, se jugaron el todo por el todo con tal de servir a Dios. Confusos o no, aceptaron el plan de Dios de que sólo Dios en la carne, que es sin pecado, podría salvar a un mundo de pecadores. Por lo tanto, era indispensable que Jesús fuera concebido sin pecado por medio del Espíritu Santo para poder salvar a la humanidad pecadora. Veamos lo que dice el evangelio de Lucas al respecto.
Lucas 1:21 Y tendrá un hijo y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
Su mismo nombre, Jesús, declara su propósito para nacer: el de salvar de los pecados. Mucho después de que Jesús naciera y ascendiera al cielo, el apóstol Pablo, dice algo muy similar en 2 Corintios:
2 Corintios 5:21 Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo.
Para poder ser la ofrenda propicia, el sustituto perfecto en lugar nuestro, Jesus tenía que ser sin pecado. Por lo tanto, su concepción debía ser sin pecado ya que era Dios Santo quien se hizo hombre y no hombre que se hizo Dios. Jesus no perdió su divinidad de Dios cuando se hizo hombre para nacer y morir por nosotros.
A propósito, el Espíritu Santo inspiró a Mateo para conectar a Jesús con la profecía de Isaías del AT como Dios con nosotros. Dejando claro que Jesús fue Dios y hombre. ¡Esto lo hace tanto extraordinario como ordinario!
Mateo 1:22-23 Todo eso sucedió para que se cumpliera el mensaje del Señor a través de su profeta: «¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel, que significa “Dios está con nosotros”».
Parte de que Dios el Hijo se convirtiera en un hombre común fue para mostrarnos cómo seguir y liderar. Jesús se hizo hombre para relacionarse con nosotros y ayudarnos a relacionarnos con Dios. Hebreos 4:15 dice que “Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo, él nunca pecó.”.
Un Llamado Divino para la gente común.
José y María eran personas normales. No había nada de extraordinario en ellos. Sin embargo, aceptaron honorablemente la responsabilidad y llamado divino de proteger y servir a Dios Hijo.
Mateo 1:24 Cuando José despertó, hizo como el ángel del Señor le había ordenado y recibió a María por esposa,
José y María estuvieron resueltos a seguir y servir fielmente a Jesús.Humildemente aceptaron el plan de Dios para sus vidas.
Lucas 1:37-38 Pues la palabra de Dios nunca dejará de cumplirse. María respondió: —Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de mí. Y el ángel la dejó.
Tanto José como María estuvieron dispuestos a entregarse por completo a la voluntad de Dios. No solo estuvieron dispuestos si no que se sometieron a la voluntad de Dios. Ellos sabían que no fueron llamados para cualquier cosa. Si no para cumplir un llamado divino que cambiaría a la humanidad entera.
Este llamado divino no fue solo para ellos. ¡Toda persona que confía en Jesús tiene un llamado divino en su vida para servir al Señor y contarle a los demás acerca de Él! Jesús mismo, antes de subir al cielo después de haber resucitado de entre los muertos y haber cumplido su misión, nos encomendó este mandato divino:
Mateo 28:18-20 Jesús se acercó y dijo a sus discípulos: «Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones,bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos».
¿Aceptaras este llamado divino?
- ¿Cuál es tu reacción inicial al tema? ¿Qué te llamó a la atención?
- Comparte tu historia de nacimiento o la de tus hijos. ¿Qué no llenó tus expectativas? ¿Qué excedió tus expectativas?
- Lee Lucas 1: 26-33. Ponte en los zapatos de María. ¿Qué estarías pensando con esta noticia? ¿Qué expectativas crees que tenía para Jesús y su vida?
- Lee Lucas 1: 34-35 e Isaías 7:14. ¿Por qué era importante que la concepción de Jesús fuera milagrosa? ¿Cómo señala esto a su divinidad?
- Lee Mateo 1:21 y 2 Corintios 5:21. ¿Crees que José entendió quién era Jesús y cuál sería su papel? Explica.
- Lee Mateo 1:24 y Lucas 1: 37-38. ¿Qué revelan estos versículos sobre José y María? ¿Cómo la actitud de fe y obediencia te desafía a ti?
- ¿Hay algún paso que debas tomar basado en el tema de hoy?